Habían pasado dos semanas desde que tuvo aquella pesadilla. Todavía recordaba lo vivida que fue. Los días posteriores le fue imposible dormir de un tirón, siempre tenía que cercionarse de que Seung Hyun estuviera bien y vivo. No sabía porque había soñado con eso, pero lo que si que tenía claro era que jamás le dejaría solo, ni jamás se haría enfermero. Y si conocía a alguien mejor que su hyung en esa profesión y se atrevía a dejarlo, eso jamás le pasaría a él. TOP era suyo y de nadie más, y como le dijo aquella noche hasta que él no se lo permitiera no lo dejaría morirse. Y para eso le queda muchos años.
- Hyung, ya estoy en casa. - nadie le constestó, al parecer todavía no había llegado de la filmación de su pelicula. Tan solo esperaba que le diera tiempo de arreglarlo todo.
Tras unas cuantas horas de haber llegado a casa Tabi llegó cansado tirando las llaves encima de la mesa, y los zapatos cada uno por un lado. Aun sabiendo todo lo que le molestaba a su pareja aquello, no pudo evitarlo. Se sentía a morir, para su desgracia la actriz nueva que tenía que hacer hoy unas escenas con él, no lograba concentrarse, y eso había hecho que toda la filmación se retrasara. Tan solo esperaba que Ji hubiera llegado bien a casa, aunque fijándose en la hora, normalmente, Yong todavía no debería de haber llegado.
Pero la luz de la habitación que ambos compartían le dijo lo contrario. Al parecer su querido amante había llegado antes que él, el día de hoy. No podía sentirse más afortunado de tenerle con él. Era una de las personas más amadas de Korea, podría tener a cualquiera a su lado. Y prefirió tenerle a él, se sentía tan dichoso. Pero al parecer la felicidad de su pareja parecía truncada desde aquella noche en la que tubo una pesadilla. En realidad tan solo escucho que era enfermero. Y ya no se pudo sacar esa imagen de su cabeza, ni siquiera escuchó lo que le dijo después. Tan solo pensaba en un Ji vestido de enfermero sexy.
Pero su querido amor jamás le daría el gusto. No era de los que le gustaban los roles en las relaciones sexuales, eso era lo único que cambiaba de él. TOP quería fantasear de vez en cuando con él, jugar al policía y al ladrón. Al secretario y el jefe. Como deseaba poder ver aquel cuerpecito con esos trajes super sexys. Pero para su desgracia nunca...
- Holaa~, por favor pase y cierre la puerta. - ante sus ojos un pequeño dragón con el pelo teñido de ¿rosa? desteñido, vestido de con pantaloncito corto que le quedaba muy ajustado, en blanco, junto con un chaleco también en blanco, cabía decir que se le ajustaba muy bien a ese pecho perfecto que tenía el más pequeño, y ambos llevaban el simbolo de enfermero, ( http://www.ropainteriorelles.com.ar/slips/lenceriamasculina1.jpg ) sentado en la cama - acerquese, y cuenteme que es lo que le ocurre.
Ni en sus más salvajes sueños, bueno, si en sus más salvajes sueños se había imaginado cosas como esas y mucho más fuertes. Y él lamentándose de que su amante no quería jugar con él a los roles. Que grata sorpresa que se había llevado. Le encantaba. Tal y como le había dicho su enfermero personal se acercó hasta la cama y se sentó junto a él. Se mordió el labio inferior, no podía esperar a quitarle toda aquella tela de encima de su bello cuerpo. Era un crimen tener todo esa ropa encima de él. Devería de ir desnudo por toda la casa, a todas horas.
- Y digame ¿que le ocurre?
- Pues... me duele...
- Y ¿qué es lo que le duele? - Ji se acercó más a su presa poniéndole una mano encima de su musmo, provocando un espasmo en el cuerpo contrario.
- Ji, por favor...
- ¿Si?
- La espalda... - ¿qué? ¿él había dicho eso? definitivamente ese cuerpo pequeño le desconectaba las pocas neuronas que le quedaban vivas cuando estaba cerca suyo.
- Entonces, desvístase y acuestese en la cama. Que yo le llevaré al cielo. - al levantarse Ji de la cama pudo ver que no llevaba ropa interior. TOP pensab que se moriría en aquel momento. Pero tal y como le dijo su enfermero se desvistió, para después acostarse boja abajo en la cama.
Sintió como su pareja se subía a horcajadas encima de su trasero, colocando sus partes entre sus nalgas, cuando fue a quejarse por la postura del otro, sintió como un líquido frío hizo contacto con su piel.
- Tranquilo semental. No te haré nada. - cada vez que Ji se inclinaba para llevar sus manos hasta sus hombros empujaba sus caderas contra su culo, como si lo penetrara. Y aunque no quería admitirlo aquello le gustaba, le ponía. Sentía como las manos de Ji bajaban por toda su espalda proporcionándole un masaje estimulante, porque aquellas manos no lo relajaban, mas bien le encendían a mil. Todo el cansancio con el que había llegado a casa había desaparecido con aquel masaje.
Poco a poco las manos de Ji bajaron hasta el borde del slip, teníendose que levantar del trasero de su Hyung para porder bajar aquella prenda que le estorbaba en su exploración por el cuerpo de su amado. Cuando se hubo desecho de los slip, masajeó las nalgas de su novio, rozándole sugerentemente la entrada. Sabía que Hyunnie no le dejaría tomar el control, no era como si lo quisiera, pero le gustaba ver como se retorcía incomodo en su posición.
Tras terminar con sus largas piernas, le hizo darse le vuelta, quedando ambos cara a cara.
- Quisiera pedirte un favor.
- ¿Cuál? mi querido paciente.
- Dame un beso - en esos momentos Ji sintió un dejabu, pero sabía que esa vez no acabaría como en su sueño, porque él no era un enfermero de verdad, porque Seung Hyun no se estaba mueriendo, y porque no estaban en un hospital, estaban en su casa, en su cama, jugando a uno de los juegos que su hyung siempre le proponía y él rechazaba, porque lo amaba, y porque no se tenía que esconder de nadie. Por eso y muchas otras cosas, se inclinó y lo besó. Fue un beso lento, lleno de ternura y amor. Intentando que llegara al otro los sentimientos que se tenían.
Tras un par de minutos en los cuales fueron incapaces de romper el beso, ambos se sentaron en la gran cama mirándose a los ojos transmientiéndose todo lo que se habían dejado guardado durante el beso, la pasión la lujuria. Ambos querían saltar sobre le otro para deborarlo. Pero el primero en reaccionar fue Ji el cual se sentó en las piernas de su pareja deborándole la boca.
Pareciera que no hubiera comido en semanas, y su hyung no lo defraudó, le pasó los brazos por la cintura atrayéndole más a él. Pegando sus pechos, sentían el corazón del otro latir muy rápido. Seung Hyun se deshizo en un abrir y cerrar de ojos del difraz de Yong, el cual gracias a Dios llevaba velcros y no se rompió.
Ambos desnudos se dedicaron a recorrer sus cuerpos, a explorarse mutuamente, como si fuera la primera vez que lo hacían, como si fuera la primera vez que tenían relaciones sexuales. Pero eso duró poco tiempo, Hyunnie ya se encontraba demasiado excitado cuando habían comenzado con ese jueguecito como para durar mucho con los preliminares. Y daba gracias a que su amante también le gusta el sexo duro como a él, y mucho más en aquella situación.
Porque no podía permitirse prepararle, le dolía demasiado su erección como para preocuparse de que a Ji no le doliera. Pero sabía que aquel chico con apariencía frágil y mirada de niño, no le gustaban mucho las delicadezas, le gustaba cuando era rudo con él, cuando le trataba mal. Y se aprovechó de eso. Se introdujo de una sola estocada dentro de ese pequeño cuerpo. Tuvo que pararse dentro, porque tenía la sensación de que si intentaba salir, se correría. Era tan extrecho como la primera vez.
Ji, soltaba jadeos de vez en cuando, matenía los ojos cerrados, le gustaba sentir todo lo que seung hyun le provocaba, y con los ojos cerrados podía sentirlo mejor. Tras unos segundos sintió como Seung comenzó a moverse dentro de él. Solo podía jadear de placer. TOP cuando se sintió terminar´abrazó con su mano la erección de Yong y comenzó a bombearla, para hacerle acabar junto con él.
Tras unos minutos ambos acabaron gimiendo el nombre del otro. Ji entre ambos, y TOP en el interior de Yong.
- Increible - tras recobrar algo el aliento, Seung fue el primero en hablar.
- Me alegra... que... te guste...- a Ji le costaba más hablar, se sentía mareado, cada que lo hacía con Choi se quedaba en estado de letargo, era una sensación muy placentera a su parecer - como dijiste... que te... gustaría... verme con ... el uniforme...
- Dios...
- Mi nombre no es Dios, es Ji Yong... - ambos se miraron y rieron.
- Nunca dejarás de sorprenderme.
- Nunca, además creo que le he pillado el gustillo a esto de los roles. - una sonrisa traviesa asomó en los labios de Ji. Dándole a entender a Seung que aquella no era la única sesión de sexo aquella noche, ni sería la única noche en la que ji se vistiera para él.