Harry aun no recuerda como llegó a San Mungo, lo ultimo que recuerda es haber estado con Alexander en la Sala… Después, todo le empezó a dar vueltas y se desmayó. Ni siquiera sabia porque estaba en el hospital, debería estar en la enfermería de Hogwarts. Escuchó ruido a su alrededor y decidió no abrir los ojos. Los abrió cuando escuchó una voz que dijo:
-Sigo pensando que lo mejor fue que lo trajeran a San Mungo al instante, Si lo hubieran dejado en el colegio tal vez hubiera muerto.-
-Nunca pensé, que esa persona lo traicionara asi.- dijo otra voz. Al llegar a este punto, Harry se interesó por la charla y siguió escuchando.
-Si… tan buen chico que se veia.. y traicionarlo de esa manera…- decían- Tanto que ha hecho sufrir al pobre chico.
-Bueno, ahora sabemos que no es ningún santo.- dijo una voz que el reconoció- Solo espero que le hagan lo que le tengan que hacer. Que se le castigue.
-No crees Albus, que Potter no hubiera corrido tanto riesgo si…-Comenzó una voz que Harry también reconoció, demasiado bien.
-Se lo que intentas decir Severus,- dijo Dumbledore- Pero el error fue de tu ahijado. De no haberle creido no habría puesto a Potter en ese peligro. Te recuerdo que el Sr. Potter, aunque lo niegue, sigue enamorado de Draco, y todo esto fue por los escándalos que el jovencito Malfoy le hacia. Aunque la única culpa aquí es del joven Chance.
Harry abrió los ojos. Asi que Alexander lo había traicionado… pero aun no sabia como había pasado… o cuando.
-Oh, veo que ya has despertado.- dijo una enfermera. Acto seguido, le tomó los signos vitales con la varita y se asomó a la puerta. –Señores, el Sr. Potter acaba de despertar.
Estaba lloviendo, y el, estaba sentado debajo de un árbol junto al lago. No había podido dejar de llorar. Sus mechones rubio platino lucían caídos sobre su cara, enmarcando el cuadro de tristeza y desesperación que estaba sufriendo momentos atrás.
>>>>>>>>>>>>>>>FLASH BACK<<<<<<<<<<<<<<<
Se había encontrado a Ron y Hermione en un pasillo. Buscaban a Harry ya que tenia rato que había salido con Alexander y no sabían donde estaban.
-¿Que no Harry tiene un mapa?- preguntó Draco.
- ¡Claro! ¡El Mapa del Merodeador!- exclamó Hermione. –Pero… siempre carga con el, dudo que lo haya dejado.
-Nada perdemos con revisar- dijo Ron.
Caminaron hacia la Sala Común de Gryffindor y se dirigieron al dormitorio de los chicos, abrieron el baul de Harry y ahí estaba… El Mapa del Merodeador. Lo abrieron y buscaron a Harry. Lo vieron caminando hacia la Sala de Menesteres con Alexander… pero algo le decía a Draco que algo no andaba bien y que tenia que ayudar a Harry cuanto antes. Y sus sospechas se confirmaron cuando Alexander salió de ahí corriendo… pero sin Harry. Guardaron el mapa en uno de sus bolsillos y corrieron a la Sala de Menesteres. Hermione envió a Ron por el director y algún otro maestro, por si se necesitaba su ayuda. Al llegar a la Sala, vieron que la puerta estaba semi abierta y se oia la respiración agitada de Harry. Cuando entraron, lo vieron sangrando y respirando con mucha dificultad. A su lado, una botella, al parecer de vino, estaba desparramada en el piso, y una copa pendía de la mano debilitada del moreno. Segundos después, entraron a la Sala Dumbledore y Madame Pomfrey, la enfermera.
-Me temo que tenemos que trasladarlo a San Mungo de inmediato Albus.- dijo la enfermera una vez que lo revisó. –Si no lo hacemos, puede morir en poco tiempo, se le administró un veneno extraño, no lo mata por dentro, lo hace sangrar hasta que muera.
-Entonces no esperemos mas, traslademoslo ahora mismo.- dijo Albus, tomó a Harry en sus brazos y se desapareció en compañía de la enfermera.
>>>>>>>>>>>>>>FIN DEL FLASH BACK<<<<<<<<<<<<
Y ahí estaba el… sentado bajo el árbol donde siempre se sentaba cuando recordaba a Harry, donde se lamentaba por haber sido tan estúpido y donde, ahora, lloraba por la posibilidad de perder para siempre al amor de su vida… sin posibilidad de recuperarlo de ninguna manera. Draco iba cada mañana a ese árbol y lloraba… no había comido mas que lo poco que le llevaban sus amigos. Harry había estado inconsciente ya tres semanas y había despertado, pero a la rubia serpiente nadie le había avisado aun. De pronto, sintió como si algo en el le dijera que debía trasladarse al San Mungo de inmediato, asi que haciendo caso omiso de las reglas del colegio, Salió de los terrenos protegidos del colegio y se desapareció rumbo al hospital mágico.
Se apareció en la sala de espera y corrió con la recepcionista
-Buenas tardes jovencito- dijo la chica -¿En que puedo ayudarlo?
-Buenas tardes, estoy buscando a Harry Potter.- dijo Draco con ansia.
-Bien, veamos, - decía mientras buscaba en sus registros- Cuarto 327
-Gracias- dijo Draco y corrió hacia donde le había indicado la recepcionista. Al llegar, casi choca con Hermione, que también iba corriendo.
-Hermione… ¿Por qué tan apurada?- le preguntó
-¡Draco! Iba a buscarte al colegio.- le dijo la Gryffindor. –Harry acaba de despertar.
Harry estaba como en trance, no sabia como, o porqué, Alexander le había hecho tal cosa. No sabia que lo había hecho terminar ahí, ni siquiera podía recordar que fue lo ultimo que hizo, solo recordaba entrar a la Sala de Menesteres con el ojiazul y tomar un poco de vino que el le había ofrecido… después… nada. Unas voces fuera del cuarto lo hicieron reaccionar un poco. El conocía esas voces… A demás de la conversación escuchada momentos antes, hecha entre Snape y Dumbledore, había cuatro voces nuevas. Una, seguramente era la de Ron y Blaise, que estaban fuera de la habitación, la otra, que hablaba con prisa, era la voz de Hermione, y la voz que le respondia… No, no podía ser… Era la voz de…
-Draco, no puedes entrar aun, tienen que autorizarnos.- decía Hermione tratando de contener al chico.
-Quiero verlo Hermione, entiéndelo… quiero asegurarme de que esté bien.- decía Draco con la voz cortada.
-Pueden pasar- dijo una enfermera.
Harry se apresuró a hacerse el dormido… no estaba seguro si quería ver a Draco, le había hecho mucho daño al decirle que si a Alexander frente a el, lo había traicionado al estarse acostando con el chico cuando habían terminado, Harry sentía que había traicionado el amor de Draco hacia el. Lo había estado hiriendo al pasar de la mano con Alexander frente al ojiplata, y en mas de una ocasión, lo había visto correr conteniendo las lagrimas, y el había tenido que contener el deseo de correr a abrazarlo y decirle que aun lo amaba. Escuchó el sonido de la puerta al abrirse y el ruido de pisadas hacia su cama. Sintió una mano sobre su cabeza y luego como unas lagrimas goteaban sobre su frente. Escuchó los sollozos de Draco al verlo en tal estado. Escuchó un “Los dejaré solos” de parte de su amiga y escuchó cerrarse la puerta del cuarto.
-Oh Harry- decía Draco- Perdoname… en serio perdoname… fui un idiota… te amo… sigo amándote, perdóname por creer a esas cartas anónimas, perdóname por no creerte a ti, perdóname por todo lo que hize mal… Es que sin ti yo no puedo vivir… No me abandones… aunque tu ya no me ames, yo sigo amándote y lo seguiré haciendo. Simplemente eres el amor de mi vida… no quiero verte en este estado… Despierta mi leoncito… solo quiero volver a ver esos ojos esmeralda que me encantan.
Harry no pudo contenerse mas y lo abrazó. Lloraron juntos.
-Nunca dejé de amarte tonto, ni dejaré de hacerlo. –le dijo Harry al oído.- yo también cometi errores… pero nunca dejaré de amarte
Ya era de noche, Draco no había querido salir de la habitación de Harry y había estado atendiéndolo toda la tarde y lo que iba de la noche. En ese momento se encontraban conversando animadamente cuando Hermione tocó la puerta.
-Buenas noches, ¿se puede?- preguntó.
-Claro, pasa- dijo Harry. La chica abrió la puerta y los vió somo tenia mucho que no los veía. Harry acostado en la cama del hospital, y Draco, sentado en una silla y con la cabeza en el pecho de su novio. Tenia mucho tiempo que no los veia tan felices. En su rostro se dibujó una sonrisa.