Nuevo comienzo
Entró al cuarto y dejó la ropa limpia de Harry, y algo de comida, habían pasado ya tres días desde que Harry había despertado, y al parecer, él y Draco se habían reconciliado, ya que el rubio no había dejado solo al chico ni un segundo. Se les veía felices. En ese momento, Harry estaba bañándose y Draco había bajado a comer algo. Harry salió del baño con una toalla en la cintura y al ver a Hermione se sonrojó un poco.
-Te dejé tu ropa sobre la silla Harry. –dijo la chica ignorándolo un poco.
-Gracias Hermione. ¿Y Draco?- preguntó Harry.
-Fue a comer algo aprovechando que te estabas bañando –dijo la chica –por cierto, hablé con una enfermera, ya pronto podrás salir de aquí.
-Que bien, ya no soporto estar aquí.- dijo el chico.
-Amm… me voy, te dejo vestir en paz, voy a buscar a Draco.- dijo la castaña saliendo del cuarto.
Alexander corria por el colegio. Se había enterado de que el ojiverde se había salvado y estaba buscando a la persona que lo había mandado. Entró en un aula vacia y se encontró de frente con su mentor.
-Pense que nunca llegarías Alexander- dijo el sujeto.
-Lamento la tardanza. Tuve que evadir a muchos alumnos y profesores.
-Y bien… ¿Qué noticias me tienes?-
-El chico se salvó, la capacidad de respuesta del director hacia el muchacho es asombrosa, hace tres días despertó- dijo Alexander bajando la cabeza.
-Eres un inepto.- dijo el tipo con voz enojada. –No puedo creer que no seas capaz de matarlo si el veneno que te di era sumamente efectivo.
-Yo… yo…- decía Alexander titubeando, con evidente miedo –yo no tuve la culpa de que se salvara.
-¡Crucio! – dijo conjurando el hechizo. Alexander se retorció de dolor cayendo al suelo.- No soportare otro error. Ese chico tiene que morir.
-Señor Potter, al parecer todo está en orden.- decía la enfermera consultando unos papeles. –Su acta de salida estará lista en unos minutos, una vez que se la traiga, puede retirarse cuando quiera.
-Gracias señorita- dijo Draco abrazando a su novio. Harry sonreía ampliamente, se le veía feliz. Después de hablar muchas cosas, y aclarar otro tanto, Draco le había propuesto matrimonio a Harry de nuevo, y éste, había aceptado gustoso. Ahora, lucia nuevamente el hermoso anillo en su dedo que Draco le había regalado el verano anterior. Nuevamente, estaba comprometido con el chico que amaba, con el amor de su vida. Minutos después, la enfermera llegó con los papeles de salida de Harry. Recogieron las cosas del moreno y salieron del hospital acompañados de Ron, Blaise y Hermione.
-No puedo creerlo aun. –decía Hermione –Creimos en Alexander, confiamos en el, y te traicionó.
-Ya no importa Herms, Dumbledore se está ocupando de ese asunto.- dijo Harry.
-Espero que lo encierren un buen tiempo. -decía Ron. –Se lo merece. Sobre todo por haberlos separado a Draco y a ti.
-¿Qué dijiste?- preguntó Draco
-Si, Alexander era quien te enviaba las cartas diciendo que tanto te hacían enojar- dijo el pelirrojo.
-¿Cuándo lo descubrieron?- preguntó Harry curioso.
-Hace algunos días mientras seguías en el hospital, como Draco no dejaba que nadie te atendiera si no era el, teníamos que ocuparnos en algo- dijo Hermione. –Y nos dimos cuenta de que era su letra, a pesar de que se esforzaba en cambiar el trazo, hay cosas que no podía evitar, como sus manías con los signos de puntuación.
-Eres asombrosa Hermione- dijo Harry.
-Es cosa de observación- dijo ella un poco sonrojada. –No es gran cosa.
Caminaron por las calles de Londres hacia Grimmauld Place. Sirius les había ofrecido vivir en su casa un tiempo. Llegaron y Draco abrazó con fuerza a Harry. Era la primera vez que iban a vivir juntos, como pareja y bajo el mismo techo.
3 Meses Después
Se encontraban en el Ministerio de Magia. El elevador hacia ruido como siempre e iban tomados de la mano. La voz del elevador anunció “Departamento de misterios”. Bajaron. Hacia frio, y al llegar a una puerta, estaban fuera todos sus amigos. La puerta se abrió y entraron a las gradas. En el centro de la sala estaba la conocida silla con cadenas que usaban para los juicios.
-Juicio del 4 de septiembre en contra de Christopher Alexander Chance por intento de homicidio contra Harry James Potter- anunció el Ministro de Magia. Con un crujido, la puerta del salón se abrió de nuevo y entraron los guardias del ministerio custodiando al chico. Lo sentaron en la silla, e inmediatamente, las cadenas cobraron vida y agarraron de brazos y piernas al ojiazul. Un mago bajito entró a la sala y le dio una dosis de Veritaserum.
-Precede el juicio el Ministro de Magia Cornelius Fudge- continuó el ministro.- En el jurado, la señorita Mafalda Hopkirk, directora del departamento contra el uso indebido de magia, el director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechiceria, Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, la subdirectora del Colegio y Jefa de la Casa Gryffindor Minerva Alice McGonagall, El jefe del Departamento de Aurores Kingsley Shacklebolt, El Jefe del Consejo del Colegio Hogwarts De Magia y Hechiceria Lucius Malfoy.
En la defensa, el tutor legal del chico, Greyson Dimitri Chance.
Se sentía el tenso silencio en la sala, Harry apretaba la mano de Draco, el cual solamente miraba con desprecio al chico sentado en el centro del salón.
-Los cargos- continuó el Ministro –son: Traición, Intento de asesinato, uso indebido de la magia, conspiración y engaño.
-Procederemos a verificar que no haya tomado ningún antídoto al Veritaserum.- dijo Kingsley- ¿Es tu nombre Christopher Alexander Chance?
-Si- dijo el chico con un hilo de voz.
-¿Eras estudiante del Colegio Hogwarts de Magia y Hechiceria?
-Si
-¿Eras estudiante de la casa Slytherin?
-No
-¿Eras estudiante de la casa Gryffindor?
-Si
-Bien- procedió el ministro- Procederá a hacer el interrogatorio el Profesor Albus Dumbledore.
-Buenas tardes ministro. Bien. – dijo Dumbledore. –Alexander, ¿Es cierto que tu envenenaste al Sr. Potter?
-Si- dijo Alexander con lagrimas en los ojos.
-Dime la razón.- Ordenó el mago.
-Me lo ordenaron.- dijo el chico.
-¿Quién?- preguntó Dumbledore.
-Voldemort.- dijo. Un silencio sepulcral se hizo en la sala.