Estaba nervioso… después de muchos preprativos, por fin era el gran dia. Estaba en un cuarto aparte, poniéndose un traje blanco.
-Estoy nervioso Ginny –dijo.
-Tranquilo Harry.- le dijo –todo va a salir bien.
-Eso espero. -Dijo el muchacho.
-No te pongas nervioso, alegrate, te vas a casar con el hombre que amas.- le dijo en tono consolador.
-Chicos es hora.- dijo Hermione. Harry dio un largo suspiro, cerró los ojos e intentó relajarse un poco. Cuando estuvo listo asintió y salieron del cuarto.
Salieron de la casa y caminaron hacia el jardín. Harry iba tomado del brazo de la Sra. Weasley, estaba nervioso, no lo podía negar.
-Tranquilo muchacho- le decía ella. –Es tal vez el dia mas feliz de tu vida, relájate un poco, todo va a salir bien.
-Gracias Sra. Weasley –dijo Harry
-Ya estarás casado, creo que podrías empezar a llamarme Molly – le dijo ella con una sonrisa.
Al llegar al jardín se maravilló de lo hermoso que lucía… estaba tapizado de pétalos de rosa de todos los colores, había largas bancas en donde estaban todos sus conocidos y los de Draco. Tenia adornos blancos colgando en el aire con magia y el altar era una base de piedra blanca, con un hermoso arco de enredaderas y flores. A la derecha del altar, estaban sus damas de honor, vestidas de dorado, y a la izquierda los chicos, vestidos de traje negro.
Llegó al principio del pasillo central del jardín y vio a Draco, hermoso con su traje negro y una camisa blanca con corbata a juego, su hermoso cabello rubio platino pulcramente peinado hacia atrás y con una bella sonrisa en su rostro.
La Sra. Weasley lo entregó con Sirius, el cual lo llevó lentamente a lo largo del pasillo.
-¿Estás seguro de esto Harry? – le preguntó.
-Tan seguro como de que soy mago Sirius. –respondió Harry.
Mientras pasaban, la gente iba poniéndose de pie. Habia gente del colegio, del ministerio, la orden del fénix completa, y por supuesto la familia y amigos de los Malfoy. Harry se sorprendió al ver que ahí estaban los centauros del colegio, los fantasmas y algunos de los elfos. Todos ellos de pie junto a las personas. Al llegar casi al frente del altar vio unas orejas que reconocería donde fuera. Dobby lo vió y no pudo contener las lagrimas, y la Profesora McGonagall lo abrazó y lo consoló.
Llegaron al altar y Sirius se lo entregó a Draco con una sonrisa. En una esquina, Narcissa Malfoy derramaba pequeñas lagrimas de emoción, y Lucius, por increíble que parezca, sonreía. Los dos iban muy elegantes (Como debe ir un Malfoy). Junto a ellos, estaba Snape, serio y muy formal, pero en su boca se veía una ligera sonrisa.
En las bancas del frente, estaban todos sus amigos a la izquierda, y los amigos de Draco a la derecha. Detrás de él llegaron sus damas de honor y se posicionaron junto a ellos. Harry volteó a ver a los asistentes. Todos muy formales, todos sonrientes, felices por ellos. Volteó a ver a Draco. De traje negro se veía super guapo y tenia la sonrisa mas grande y bella que le había visto en muchísimo tiempo. De la parte trasera del altar, salió Dumbledore, vestido con una túnica blanca y su sombrero negro, le daban un aire imponente y bonachón a la vez.
-¿Nerviosos chicos?- preguntó en voz baja
-Algo- dijeron al unísono.
-Bien, comencemos con esto.- dijo Dumbledore, para luego amplificar su voz. –Bienvenidos todos a esta ceremonia tan especial. Hoy, yo celebraré la unión de Draco Lucius Malfoy y Harry James Potter. Chicos, tómense de las manos.Señor Malfoy, usted primero.
-Harry James Potter, mi a amado ojiverde, si tu aceptas, prometo amarte y protegerte, en la salud y en la enfermedad, en el mejor y en el peor momento, de dia y de noche, prometo amarte hasta el ultimo dia de mi vida, y aun mas allá, porque tu Harry, te robaste mi corazón, mi alma y mi pensamiento, si tu aceptas, seré tuyo en cuerpo, mente, alma y magia. ¿Aceptas? – dijo el rubio con una sonrisa.
-Acepto – dijo Harry sonriente y con unas lagrimas de felicidad amenazando con salir de sus ojos verdes. Un halo de magia comenzaba a rodearlos, haciéndolos sentir un calorcillo confortable
-Bien, ahora usted Sr. Potter. – dijo el anciano profesor.
-Yo, Harry James Potter, prometo amarte y respetarte hasta el ultimo dia de mi vida a ti Draco Lucius Malfoy, prometo protegerte de todo, en todo momento, prometo cuidarte siempre, y prometo que nadie nos va a separar, porque te amo desde el primer dia que te vi en el Callejón Diagon, te he amado por mil años, y te amaré por mil mas. Draco… ¿Aceptas ser mi esposo?- dijo Harry nervioso.
-Acepto- dijo Draco.
-Ahora, por el poder mágico que se me confiere este dia, - decía Dumbledore – Los declaro unidos en magia, cuerpo y alma, pueden besarse chicos.
Harry y Draco se acercaron, Harry le susurró antes de besarse “Te Amo”. En el momento en que sus labios se tocaron, la magia que estaba flotando a su alrededor se disipó y en sus dedos aparecieron dos hermosos anillos. El de Draco tenia una joya roja con el anillo dorado, y el de Harry tenia la joya verde, con el anillo de color plata.
-Siempre tuyo Draco. -dijo Harry
-Siempre tuyo Harry. -dijo Draco.
Todos en el jardín aplaudían fuerte, incluso se escuchaban algunos gritos de las chicas. Los primeros en acercarse fueron los Malfoy, los cuales abrazaron con alegría a su hijo y después, para sorpresa de Harry, Lucius Malfoy se acercó a el y le dio yn paternal abrazo mientras le decía: Cuidalo mucho Harry, felicidades.
Harry se sorprendió al ver que Hermione iba acompañada de un apuesto chico de cabello castaño, alto y al precer, con un cuerpo bien marcado. Se acercó a ellos y les dijo:
-Chicos, les presendo a Taylor Reese, mi prometido.
Los chicos se sorprendieron, ya que no sabían que ella tuviera novio, pero eso explicaba porque a veces nadie la encontraba una vez terminada la escuela.
-Felicidades chicos- les dijo Taylor estrechándole la mano a los recién casados.
Se fueron a la fiesta, que había sido organizada en la mansión Malfoy, comieron un banquete exquisito preparado por los elfos domesticos y bailaron hasta el cansancio. Ya anocheciendo, Dobby se acercó a Harry y Draco y les dijo:
-Disculpen la molestia señores… Harry Potter, para Dobby seria un honor que lo aceptaran en su hogar como su elfo domestico. -dijo agachando la cabeza –Dobby sabe que ha dicho que le gusta ser un elfo libre, pero para Dobby sería un honor servir a la de Harry Potter.
-Bienvenido a la familia Dobby – dijo Harry sonriente y Draco asintió con la cabeza.- sabes que en mi casa siempre eres bienvenido Dobby.
El elfo chilló de alegría y se fue a la casa de los chicos a arreglarla para su llegada. Harry miró su anillo y tomó la mano de Draco. Y le dijo para después besarlo:
-Quien lo diría. Todo por una poción.