Los chicos obedecieron en el acto y se destaparon los ojos. Cuando levantaron la vista…
-¡¡Feliz navidad chicos!!- dijeron a coro Draco y Blaise.
-¡¡Draco!! – exclamó Harry.
-¡¡Blaise!! – exclamó Ron.
Ambos corrieron a abrazar a sus respectivos novios.
-¿Qué hacen aquí? Preguntó un sonriente Harry a la vez que besaba a su novio.- Se supone que regresaban después de año nuevo.
-Nos escapamos de nuestros padres- dijo Blaise a la vez que besaba a Ron.- No podía soportar otro dia sin verte mi leoncito.
-Y, los llevaremos a pasar la mejor navidad de todas.- dijo Draco
Salieron de la sala común de Gryffindor y caminaron hacia las puertas del colegio, ya que los Slytherin habían hecho reservaciones en Las Tres Escobas. Desayunaron y fueron a dar un paseo por Hogsmeade. Hicieron un picnik en las afueras del pueblo, el cual disfrutaron los cuatro entre risas, besos y una que otra broma. Al caer la tarde, Blaise se llevó a Ron de nuevo al bar de Rosmerta, ya que había alquilado una habitación para el y su pelirrojo (ya se imaginaran para que). Draco y Harry emprendieron el camino de regreso al castillo abrazados, demostrándose el amor que se tenían. A lo lejos, una celosa Astoria Greengrass los miraba.
-No te va a durar el gusto Potter- se decía- Draco Malfoy es mio. Dio media vuelta y desapareció.
Harry y Draco llegaban a la sala común de Gryffindor cuando de repente el moreno se detuvo.
-¿Qué ocurre amor? – preguntó Draco.
-Esto… este dia fue muy especial Draco- dijo Harry- A veces no puedo creerme que estemos juntos, es como un sueño hecho realidad.
-Esto no es un sueño mi león, esto es real, tan real como la magia.- dijo el rubio.
-Te amo Draco- dijo Harry mientras besaba a su novio- Te amo muchísimo.
-Yo también te amo Harry- dijo Draco, tras lo cual, le dio un profundo beso lleno de amor, de ese amor que llevaban tantos años reprimiendo ambos.
Mientras tanto, en la Mansión Malfoy, la historia era diferente. Lucius Malfoy estaba furioso, mientras una satisfecha Astoria miraba desde un rincón
-Repitelo - Ordenó Lucius
-Su hijo es novio de Harry Potter, Señor Malfoy- dijo Astoria con una cruel sonrisa.
-¿Estas completamente segura?- preguntó el mayor de los Malfoy.
-Completamente Señor Malfoy – dijo la chica.- Es mas,- añadió- si quiere en este momento puede acompañarme al colegio, los vi llegar juntos y decidi venir con usted.
Lucius se acercó a la muchacha y la tomó del brazo para desaparecerse. Destino: Hogwarts.
Harry y Draco se besaban a unos pasillos de la sala común de Gryffindor cuando se escuchó un grito enfurecido.
-¡¡ DRACO LUCIUS MALFOY SUELTA A ESE CHICO EN ESTE MOMENTO!!- gritó Lucius. Harry y Draco se separaron en el acto horrorizados- ¡Expelliarmus!- gritó, tirando a ambos chicos al suelo- ¡Crucio!
Draco se retorcía de dolor en el suelo mientras Harry miraba horrorizado, pero se levantó y apuntó al mayor con su varita.
-¿Vas a embrujarme Potter?- dijo burlonamente este, levantando su varita.- Veamos que tan fuerte eres. ¡¡CRUCIO!!-
Harry cayó al suelo junto con Draco, llorando de dolor. Lucius les lanzo la maldición algunas veces más hasta cansarse. Despues se dio media vuelta y se fue. –Mas te vale Draco que reconsidferes esto, o te ira mucho peor a ti y a tu… novio- dijo, escupiendo la ultima palabra y poniéndole todo el desprecio posible. Una vez que se hubo ido, los chicos se abrazaron y se pusieron a llorar
-¿Qué haremos Draco? – decía Harry desconsolado.- no quiero separarme de ti.
Blaise y Ron iban entrando al castillo sonrientes. Evidentemente la habían pasado muy bien ya que en sus caras se notaba lo que acababan de hacer. Iban subiendo por la Gran Escalera cuando se toparon con Astoria Greengrass.
-Oh chicos, que bueno que los veo- dijo con voz inocente- Deberian buscar a Harry y a Draco, acabo de ver a Lucius Malfoy en el castillo. – les dijo, para después irse tranquilamente a su sala común. Los chicos palidecieron, Harry y Draco juntos, con Lucius Malfoy en el castillo solo podía significar desastre. Corrieron hacia la sala común de Gryffindor, parea encontrarse a la pareja en el sueño, llorando y notablemente adoloridos.
-¡Draco, Harry!- gritaron los chicos a la vez.
-Blaise- dijo Draco- Ve a buscar al profesor Snape por favor, ahora.
-En seguida- dijo el chico- Ron, quedate con ellos, no tardo.
Se fue corriendo hacia las mazmorras buscando al profesor, llegó a su despacho y entró sin pedir permiso.
-Señor Zabini,¿a caso no sabe que es de mala educación entrar sin permiso?
-Lucius Malfoy acaba de estar en el castillo.- dijo Zabini. Snape se quedó de piedra.
-¿Y que rayos estaba esperando para venir a decirme? ¿Dónde esta Draco?- preguntó con un atisbo de miedo.
-Seguramente ya está en la enfermería.- dijo Blaise
-Acompañeme Zabini- dijo Snape, para después salir corriendo hacia la enfermería, seguido por Blaise.
En la enfermería ya se encontraban los chicos, acompañados por Ron, Hermione y Pansy. Estaban recostados y Madame Pomfrey los examinaba con su varita. Draco, al ver a su padrino le dijo.
-Mi padre vino, habla con el padrino, por favor.
Snape despareció en ese momento y apareció en la Mansion Malfoy, mas precisamente en el despacho de Lucius.
-Severus, que agradable sorpresa- dijo el rubio con su habitual tono arrogante.
-CRUCIO!- gritó Snape, dirigiendo la maldición hacia el patriarca de los Malfoy.- Nunca en tu vida vuelvas a torturar a Draco- le dijo con los ojos llenos de ira.- No me ire de aquí hasta que recapacites tu postura en cuanto a su relación con Potter, tu hijo merece ser feliz.
-Bien Severus- dijo el mortifago- Tengamos un duelo, si gano, obligaras a Draco a terminar con Potter, si ganas, los dejo en paz.
-Me parece razonable- dijo Snape- Preparate para perder Lucius. ¡Rictusempra!
-Los chicos están bien, por favor retírense- dijo la enfermera, a la vez que llevaba a los alumnos hacia la puerta de la enfermería.
-Pero queremos estar con ellos, son nuestros amigos- reprochó Hermione
-Ellos estarán bien, necesitan descansar, al igual que ustedes- dijo Madame Pomfrey con severidad. –Ahora retírense.
Mientras tanto, en la Mansion Malfoy, después de hora y media de combate, Severus Snape sonreía victorioso, había logrado vencer a Lucius de manera limpia, mientras tanto, el otro, enojado, se resignó a dejar en paz a su hijo y a Potter. Snape se desapareció y llegó al colegio buscando a Draco, al cual encontró en la enfermería, pero la enfermera no lo dejó pasar hasta la mañana siguiente.
Astoria Greengrass estaba furiosa, su plan para separar a Potter de su DRaco no había resultado, asi que decidió recurrir a optras maneras menos sensatas para separarlos. Se encontraba frente a su espejo cuando una sonrisa maligna iluminó su rostro.
-Este plan no tiene fallo alguno- se dijo sonriente.
A la mañana siguiente Harry y Draco salieron de la enfermería tomados de la mano y se dirigieron al Gran Comedor para desayunar, encontrándose a sus amigos en el proceso.
-Escuché que ayer Snape fue a hablar con tu padre Draco- le dijo Blaise
-Espero que haya arreglado algo, si no, mi vida será un martirio- Dijo Draco preocupado
-Según me enteré- dijo Pansy- Tu padre y Snape tuvieron un duelo y Lucius perdió.
Draco miró a su amiga incrédulo, se despidió de ellos y se fue a buscar a su padrino, dejando a sus amigos y a Harry preguntándose a donde iba.
-Padrino- dijo Draco
-Ah Draco- dijo el profesor- Veo que te enteraste del pequeño duelo que tuve con tu padre.- el rubio asintió- Pues bien, tu padre accedió a dejarlos en paz a ti y a Potter, pero te recomiendo que no te confies, tu padre es capaz de todo y lo sabes.
-Lo se padrino, gracias- dijo el Rubio, tras lo cual, salió corriendo a buscar a Harry para anunciarle la noticia. Lo encontró desayunando con sus amigos, le hizo una seña de que se vieran acabando de desayunar y se sentó a comer con los de su casa, contándole a sus amigos lo ocurrido minutos atrás con el pocionista, a lo cual, estos reaccionaron sorprendidos, pero también le dijeron que fuera cuidadoso, ya que su padre era capaz de todo con tal de lograr lo que quería.
Dias después, Draco se encontraba hablando con Blaise acerca de un regalo que quería darle a Harry.
-Pero Draco, ¿200 galeones? ¿No es mucho?- preguntó Blaise
-Harry vale los 200 galeones Blaise- dijo el rubio. Lo que no sabían, es que cierta chica los escuchaba, y una vez que tuvo lo que quería, se fue a buscar a Potter.
Lo encontró sentado fuera, en el mismo árbol de siempre.
-Hola Potter- dijo Astoria
-Greengrass- dijo Potter con desprecio- ¿Qué diablos quieres?
-Oh nada…- dijo esta - ¿Sabias que para tu novio vales solo 200 galeones?
-¿Qué?- preguntó este
-Si, lo escuché hablando con Zabini y dijo que valias 200 galeones, y el mismo Blaise dijo que era demasiado- dijo Astoria- Caray Potter, creo que para tu novio vales muy poco ¿no? Creo que hablaban de una apuesta.
Harry la miró y se fue corriendo, estaba dolido, triste y enojado. Encontró al rubio saliendo del castillo, riendo con Blaise. Lo vió y le soltó una buena bofetada a la vez que decía:
-¿Así que para ti valgo 200 galeones eh?- dijo el moreno llorando- Pues metete ese oro por donde te entre Draco Malfoy.- dijo para irse corriendo.
-¿Qué? ¡Harry espera!- dijo el rubio confundido, dejando solo a Blaise y a lo lejos, a una Astoria feliz.