-¿Malfoy, que haces?- pregunto Harry
Draco no respondió, tomó a Harry de la cara y le dio un beso, primero delicado, después mas demandante. Harry trataba de evitarlo, pero cuando el rubio mordió su labio inferior, Harry abrió la boca y Draco aprovechó para introducir su lengua. Harry se dejó llevar, al fin y al cabo, siempre había deseado eso, besar a su rubio Slytherin. Pero cuando Draco intentó meter las manos debajo de la playera de Harry, este reaccionó, apartó al chico y lo miró con tristeza
-Así no Draco, lo siento- dijo Harry. -*Estás bajo el efecto de una poción, así no puedo* -pensó.
El rubio miró al suelo desilusionado y dijo:
-¿qué importa la poción?
-Este no eres tu Malfoy- dijo Harry
Dicho esto, lanzo un hechizo a los calderos para limpiarlos y salió del aula, dejando a Draco solo. Después de unos instantes se le pasó el efecto de aquella extraña poción, por lo que reaccionó.
-¿Qué diablos he hecho?- se cuestionó el ojiplata. Se puso a limpiar los calderos restantes y guardó en un frasquito un poco de la poción misteriosa, después de todo, como buen Slytherin y pocionista que era, debía estudiarla.
Terminando esto, salió del aula de pociones y se dirigió a su sala común sin dejar de pensar en lo que había ocurrido con el moreno.
*¿Que te pasa Draco… primero piensas en sus ojos y ahora lo besas?... Fue culpa de la poción, si, es eso… Pero pude haberme detenido y no lo hice… ¿Por qué no lo hice?... ¿Será porque no quería?- pensaba Draco.
En otra parte del castillo, Harry Potter caminaba hacia la sala común de Gryffindor distraídamente, no dejaba de pensar en lo sucedido con el Slytherin.
*¿Qué le ocurre a Malfoy? Primero se me queda viendo y ahora me besa… digo, no es que me moleste, me gusta, pero no es normal en el… Seguramente fue la poción que el muy idiota se tomó… ojalá no fuera así*- pensaba Harry
Al llegar al retrato de la Señora Gorda dijo la contraseña y entró. No habló con nadie y subió directamente a su dormitorio.
-¡Malfoy!- Gritó Harry al encontrarse con él a la mañana siguiente camino al Gran Comedor- ¡Malfoy espera!
-¿Qué quieres cara-rajada?- preguntó Draco con desdén
-Quiero hablar contigo… de lo que pasó ayer, verás yo…- comenzó Harry
-Olvida lo de ayer- lo interrumpió el rubio- Solo fue por la maldita poción, no te ilusiones.- dijo Draco burlonamente.
-Ni loco- dijo Harry dolido. Dio media vuelta y se fue de ahí dejando solo al rubio, que no pudo dejar de notar la cara de decepción del moreno.
Harry evitaba a toda costa encontrarse con el rubio, aunque no lo admitiera abiertamente, le había dolido en el alma lo que el otro le había dicho, y esto, como siempre, no paso desapercibido por Hermione, quien un día, harta de ver a Harry en su estado semi-depresivo decidió hablar con el
-Muy bien Harry ya me canse de que estés tan decaído- lo regañó Hermione- ¿Que demonios te pasa?
-No es nada Herms, no te preocupes- dijo el moreno en su defensa
-¿Nada? No me vengas con eso ahora Harry Potter, te conozco muy bien y sé que algo te pasa- dijo ella
-En serio, no me pasa nada- dijo Harry- *nada en lo que puedas ayudarme*-pensó
Caminaban por el borde del lago, lo cual hacían cada vez que querían un poco de calma. Harry se dejó caer al pie de un viejo roble, en el cual se sentaban siempre que iban ahí.
-Harry…- dijo con más calma la castaña- se que algo te ocurre… ¿Es por Malfoy?
-…..- Harry no respondió
-Lo sabia – dijo ella - ¿Qué te hizo ahora ese hurón?
Harry le contó lo que había ocurrido durante el castigo. Su amiga, como siempre, solo escuchaba, sin juzgar, sin decir nada, solo escuchaba. Por eso le gustaba a Harry conversar con ella, porque lo hacía sentir escuchado, aunque aun había cosas de las que le costaba trabajo hablar con ella. Al terminar, Hermione solamente dijo:
-Harry… ¿Crees que Malfoy solo lo haya hecho por efecto de la poción? Digo, si es una poción experimental normalmente es sencillo resistirse a los efectos, y en todo caso, si es tan bueno en pociones como dice ser, no hubiera probado una poción desconocida sin razón.
-No lo sé Hermione, solo sé que para él no fue nada- dijo Harry contrariado
-Vamos Harry, anímate, puede ser que Draco usara la poción como excusa para acercarse a ti ¿no crees?- dijo ella
Harry solo lanzo un suspiro y recargó su cabeza en el hombro de Hermione. El en el fondo esperaba que las palabras de su amiga fueran certeras y el rubio usara esa opción para acercarse a él.
-Pansy, déjame en paz- dijo el rubio cabreado.
-Vamos Draco, dime- dijo ella con insistencia
-He dicho que no Parkinson, déjame en paz- dijo Draco realmente molesto. Pansy llevaba media hora intentando sonsacarle al rubio lo que había pasado en el aula de pociones, ya que desde que había regresado y durante las semanas siguientes, el rubio había estado extraño y cuando mencionaban a Potter, levantaba la vista. Y la chica no era tonta, sabía que algo pasaba con su amigo. Tenía sus sospechas, pero como buena serpiente, decidió esperar a que él le dijera que pasaba, pero su paciencia se había agotado, al igual que la del rubio en ese momento.
-Draco Malfoy, si no me dices en este momento le diré a Potter que tienes sueños con el- sentenció la Slytherin
-Lo bueno es que eres mi amiga Pansy – dijo irónico el rubio.
-Sabes que lo haré Draco, ahora dime que ocurre.- dijo ella tajante,
-Está bien, solo júrame que no le dirás a nadie.- dijo el rubio, ella iba a replicar, pero él no la dejó- ambos sabemos que eres muy chismosa, júrame que no le dirás nada a nadie.
-Está bien- dijo Pansy molesta. Debía ser un buen chisme si el Príncipe de las Serpientes no quería que nadie se enterara.
Draco comenzó a contarle lo ocurrido desde el incidente en la biblioteca, y el día del castigo de Snape, haciendo que su amiga solamente abriera los ojos sorprendida.
-Draquito cariño, te gusta Potter- dijo ella sonriente
-Claro que no, no seas ridícula- dijo él en defensa
-Draco, es más obvio que la cicatriz en su frente- dijo ella
-Pansy, no puede gustarme Potter porque… ¡¡ES HOMBRE!!- dijo él un poco enfadado
-¿Y eso que tiene Draco? Todo el mundo sabe que Potter es gay- dijo ella sin darle importancia.
-¿Qué tiene? ¡¡Pues que yo no soy gay tonta!!- dijo el enfadado
-Lo que tu digas Draco, solo te estoy dando mi opinión, aunque tampoco soy tonta- dijo ella- que tu prefieras negártelo es tu problema.
-Ahh… No tienes remedio- dijo Draco molesto, pero en el fondo, sabía que ella tal vez tenía razón… tendría que averiguarlo de una forma u otra, tenía que saber que era lo que pasaba con el ojiverde de una vez por todas.
En otro sitio del castillo, más precisamente en el aula de transformaciones, cierto pelirrojo estaba a nada de golpear a su acompañante, ya que lo había tomado de sorpresa y lo había encerrado en el aula vacía, haciendo que el pelirrojo se enojara.
-¡¡HE DICHO QUE NO ZABINI!!-le gritó Ron
-Vamos leoncito- le dijo Blaise
-No, no y NO- dijo el Gryffindor molesto - no pienso ayudarte con ningún plan estúpido, y menos si tiene que ver a mi mejor amigo y a el estúpido de Malfoy, y mucho menos si viene de ti.
-¿Y porque no Ron?- dijo el moreno. Aunque muy tarde se dio cuenta de que había llamado a su acompañante por su nombre, cosa que no paso por alto el león, el cual al escuchar su nombre salir de los labios del Slytherin sintió un escalofrío.
-¿Cómo acabas de llamarme?- dijo Ron.
-….- Blaise no respondió, acababa de meter la pata, o eso creía el.
-¿Me llamaste por mi nombre?-preguntó el pelirrojo- ¿Por qué?
-Pue.. Pues.. Po.. Porque…-tartamudeo Blaise, en realidad no sabia porque lo había dicho.-porque… así te llamas ¿no?
-No lo hagas, no me llames por mi nombre- dijo Ron. Ya no había enojo en su voz, se le notaba un poco… nervioso.
-¿Por qué te pones nervioso leoncito? Te pongo nervioso?- dijo Blaise en un tono un poco sensual.
-Pa.. Para nada- dijo Ron retrocediendo- ¿Por qué habrías de ponerme nervioso?
-Eso dímelo tú… Ron- dijo Blaise
Ron no dijo nada, se había empezado a sonrojar, cosa que el moreno aprovechó para acercarse, hasta quedar casi pegado a la cara del pelirrojo.
-Dime Ron… ¿Te pongo nervioso?- dijo Blaise con voz sensual
-Yo… yo…- Ron no supo que contestar, efectivamente, el escuchar a Zabini llamarlo por su nombre lo había puesto nervioso
Blaise no dijo nada, acortó la distancia entre el y el Gryffindor y le dio un apasionado eso en la boca, el cual respondió el pelirrojo, primero dubitativo, después con la misma pasión. El beso fue tornándose mas candente, y Blaise tomó a Ron de las piernas y lo sentó en el escritorio de la profesora mientras besaba su cuello, lo cual sacó un gemido de placer de parte del menor
Del otro lado de a puerta, una divertida Pansy Parkinson escuchaba como su amigo le sacaba gemidos de placer a Ron Weasley. Ese sería un muy buen chisme, pero antes lo hablaría con su amigo. Mientras tanto, tenía mucho por escuchar aun.
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