Aquel día, el mundo se fue abajo…
Aquel día…mi mundo se acabó.
Suspiro y dirijo mi vista hacia la casa, Shima viene acercándose a paso lento hacia mí hasta posarse frente de mi vista.
- ¿Qué te ha dicho Aoi?- me pregunta con curiosidad
- Si tanto quieres saberlo, anda pregúntaselo a él- todos parecemos enemigos aquí, ya no hay ese compañerismo que nos caracterizaba cuando estábamos en el instituto, ese amor de hermanos que nos teníamos los unos a los otros, ya no hay nada más que resentimiento y dolor.
- No me interesante lo que él diga- me mira molesto
- ¿te interesa o no? Deja de confundirme con tus dobles discursos- le reprocho
- Cállate- se sienta junto a mí- debiste irte a arreglar- me cambia el tema radicalmente
- Lo sé-miro el césped- pero aun no es momento
- Si lo es-fija su vista en mi y toma mi mano entre las suyas
- Yo te diré cuando nos vayamos
- Tan terco como siempre- sonríe levemente y posa su cabeza en mi hombro- es por eso que te dieron tantas golpizas en el instituto y todas por…
- Takanori- sonreí al pronunciar su nombre, todo lo que había hecho por él…todo los madrazos que me gané por protegerlo, valieron la pena de alguna manera.
Flash Back
Aquellos tiempos en que éramos jóvenes, aquellos tiempos en que yo no asumía mi homosexualidad, era junto a Aoi los machos ruders del grupo que los seis juntos conformábamos.
Ruki era el más débil de los seis, sabia que durante su infancia había tenido algunos problemas de salud pero nunca supe mucho de ello.
Como en todos los recreos, Ruki era acosado por los más grandes del instituto pero siempre estaba yo o Aoi para protegerlo.
- Oh, Ruki- en una de esas estábamos en el patio conversando cuando un grupo de muchachos mayores que nosotros vino a molestarlo como siempre- nene precioso, que bien te ves hoy- Kyo, el líder de esos brabucones se acercó y te lanzó su bandeja de comida encima embarrándote toda la ropa.
- Oye tú- lo llamé molesto levantándome del suelo, métete con alguien te tu puto tamaño- le reclamé
- Tú no te metas Suzuki-me acerqué has Kyo y comenzamos a caernos a golpes, Ruki se había alejado de nosotros mientras que Aoi y Miyavi intentaban de separarnos, no era la primera vez que me enfrentaba a Kyo.
Golpe vino y golpe fue, la sangre comenzaba a deslizarse por alguna parte de nuestros rostros magullados, chillidos de dolor y una muchedumbre alrededor nuestro que gritaba por más golpes y sangre. Aoi y Miyavi por su parte hacían lo imposible por detenernos pero de paso ellos también se llevaron algunos golpes hasta que unos profesores llegaron y nos llevaron a rectorado.
No era la primera vez que terminábamos allí, el mismo repertorio de siempre solo con una diferencia…
“es la ultima vez o serán expulsados de la institución”
Salimos del despacho del rector entre miradas fulminantes y cada quien se fue hacia su respectivo curso, pero yo antes de que legara a mi destino, me tubo Ruki quien no había entrado a clases luego e que el recreo había terminado
- Reita- me llamó, él ya se encontraba con otra camisa, estaba tan acostumbrado a que le arrojasen comida que siempre llevaba una muda por si las dudas.
- ¿Ruki? ¿no deberías estar en clases?- le pregunté extrañado, a lo que el me tomo la mano y me llevo al ultimo piso del pabellón, en aquel piso no había nadie, estaba totalmente abandonado.
- Le dije a Kai y a Uruha que me cubrieran- me sonrio ampliamente y nos adentramos a uno de los salones empolvados y viejos que había en aquel piso
- Vaya- sonreí y ambos nos sentamos en el suelo
- Reita- tu tono de voz cambio radicalmente, ya no era serena y dulce, era seria y molesta- por favor, ya no te enfrentes a Kyo
- Pero Ruki, ese tipo sólo te vive molestando- lo miré molesto- no me digas ¿te gusta?- abrió desmesuradamente los ojos y luego de unos minutos comenzó a reír
- ¿estas loco?- se acerco mucho más a mi- a mi me gusta alguien más
- ¿ah si?- lo miré sorprendido
- Si-sonrio- pero creo que es homofóbico
- Vaya tarado que a de ser-contesté molesto, ¿Quién no quisiera estar con Ruki?
- No lo es, así lo amo yo…-sonrió ampliamente
- Y…
- ¿y?-me miró extrañado
- ¿se puede saber quien es?
- No lo sé
- ¿Por qué no?- no me contesto más, en ese momento se atrevió a besarme con timidez, sus labios se movían lentamente sobre los míos, estaba estático, no sabia que hacer hasta que Ruki se separó abruptamente de mi y salió corriendo susurrando un leve
“Perdóname”
Intente de seguirlo pero no lo encontré, fui a nuestro curso pero tampoco estaba allí, no me tocó más que ingresar pero no pude concentrarme en las clases, ese beso aun estaba presente y no podía evitar tocar mis labios cada vez y cuando.
Cuando toco el timbre de la salida, Aoi tomó las cosas de Ruki y salió disparado sin si quiera despedirse de nosotros.
Intenté ir a tu casa, pero mis padres habían sido llamados por él director así que estaría castigado por lo que quedaba del mes, así que mi única esperanza era esperarte al día siguiente en la entrada al instituto, estuve allí hasta que apareció Aoi.
- Buenos Días, Reita- me saludó
- ¿y Ruki? –ignoré su saludo
- Oh, Ruki- me miró fijamente- ha pescado una alergia severa al polvo, faltará como una semana o dos.
- ¿se mejorará?- pregunté preocupado
- Sí, él estará bien- me sonrió y colocó su mano sobre mi hombro-me mando a decirte que “lo pienses”
- ¿lo piense?- me quede atónito, Aoi me guiño el ojo y siguió su camino hacia el curso.
Después de ello o digamos toda aquella semana que Ruki faltó a clases, no podía concentrarme ese beso me tenia loco, había soñado tantas beses que volvía a sentir aquellos dulces labios sobre los míos…
¿Un simple beso puede marcar la diferencia?