-Deberías mostrárselo a tu padre para que sepa que estás esforzándote- Su entusiasmo era evidente, en cambio yo opté por la modestia haciéndolo levantar las cejas.
-Es lo de menos- Pero planeaba poner los resultados de mi más reciente examen en la mesa esta misma noche pidiendo algo de dinero para cubrir mis gastos, aunque prefiriese darle la noticia primero a Onew sintiéndome satisfecho, probablemente me consideraba un idiota por lo cual urgía dejarle en claro que estaba equivocado y lo estaba haciendo sin dudas.
-Vas muy bien, me da gusto...¡Bien hecho!- Su entusiasmo me hizo sonreír pero mi sonrisa se evaporó en milésimas de segundos al anunciarme que continuaríamos con el siguiente tema. Lo interrumpí cuando empezó con su bla bla emocionado
-No esperaba un festejo pero....¿Ni un descanso?-
–No puedes descansar, tienes mucho por recuperar- Estúpido cerebrito….regresé a mi posición de escucha mirando el cuaderno y los libros intermitentemente mientras hablaba poniendo los dedos por todos lados sin detenerse y preparando el material de tortura que deslizó a mis manos para que comenzase a trabajar.
-¿Por qué descansas y yo no?- era molesto verlo sin hacer nada más que aclarar algo eventualmente para seguir jugando con todo objeto a la mano mientras me dejaba una pila de tarea, llevaba casi una hora sin hacer nada y yo tan ocupado –No es justo-
-Cuanto más te quejes más tardarás- Aclaró.
-Dejaré de hacerlo si dejas de estar mordiendo las cosas porque eso también me desconcentra...realmente me pone enfermo- En respuesta mordió su labio haciéndome echarle una mirada fulminante.
-Lo siento, no puedo controlarlo- Realmente era un problema, no algo que meditase como suele ocurrir con cualquier tic nervioso.
-¡Inténtalo al menos!…contrólate mientras yo esté aquí- Durante el resto de la hora Onew tamborileó los dedos sobre varios objetos y rotó su cabeza de modo nervioso más de una docena de veces como buscando algo invisible por los rincones –Ya déjalo-
-¡Concéntrate en lo tuyo!- Porque que estuviese monitoreándolo no lo calmaba de ningún modo.
-¿Cómo quieres que ignore que estás moviéndote todo el tiempo?!- Me sentía obligado a mirarlo.
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-¡Sunbae!- Mis amigos me miraron atónitos constatando que la persona que acababa de pasar a mi lado sin prestarme ni la más mínima atención era Onew, sus burlas me hicieron sentir tan molesto como el evidente acto de ignorarme deliberadamente a la vista de todos los que perdíamos el tiempo en los sanitarios, y pasé la semana entera enojado hasta tenerlo otra vez en mi territorio.
-Si lo haces mal otra vez te daré cinco ejercicios extra- Por fin levanté la mirada del papel resoplando molesto y frunciéndole las cejas mientras se quitaba algo plástico de la boca.
-¡Te dije que no lo hagas!- y se lo arrebaté sin duda como al resto de objetos en la mesa -¡Y otra cosa!....¿por qué me ignoras en la escuela?, ¿Por qué me haces quedar como un idiota?-
-No hablaré contigo frente a nadie- Y menos frente a aquella gente que le desagradaba tanto -No malgasto mi atención en gente de mierda, porque siguen siéndolo aunque ya no me golpeen- Volví a mis ejercicios sin dilación, yo era uno de ellos así que probablemente contaba como mierda.
No podía concentrarme y los ejercicios se acumulaban al igual que sus quejas, ¡Pero no podía concentrarme y menos con tal duda!
-¿Por qué me estás ayudando entonces?, ¿Porqué si me comporté tan mal como ellos?- Anotó nuevos ejercicios sin mirarme informándome, mi padre buscó por él porque tiempo atrás fuimos vecinos, no pudo negarse.
-Tus padres no me han hecho nada…los padres siempre se preocupan por sus hijos aunque sean un caso perdido, además necesito el dinero...continúa con esos...te pondré dos extra por cada error- No pude quejarme siquiera, resignado volví la atención al papel escondiendo la cara tras el libro. ¿Debía sentirme aliviado?, ¿Debía agradecer a mis padres por ser buenos con alguien a quien había molestado toda la vida sin más motivación que la del propio placer?...¿Debía agradecer a Onew por estar aquí tratándome decentemente cuando yo no lo había hecho nunca? Temí un nuevo ejercicio en el mismo instante en que su dedo se plantó en medio de los números que acababa de dibujar.
–¡Te dije que te concentres!-
-¡YA SÉ!- y aunque sonase fastidiado no lo estaba ni un poco.
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A sabiendas de que sería ignorado en el mundo exterior solía pasear por su salón espiándolo, estirando el cuello sobre cualquier cabeza buscándolo, siempre rodeado de gente gris que no se esmeraba en dejar de serlo, tal como él, una raza diferente entre la cual parecía mimetizarse hasta convertirse en uno más, pero para mí no era uno más, tenía nombre y un sitio en mis fines de semana cada vez más lejanos. Me gustaba conseguir de vez en cuando un atisbo de charla extracurricular y descubrir que pensaba o lo divertido aunque estúpido de sus consideraciones acerca de todo.
Todo marchaba bien, pasé algunos exámenes y entregué trabajos en tiempo y forma para sorpresa de profesores y compañeros, mi padre era el más satisfecho de todos alentándome a un poco más, ¿Por qué no podía ser competitivo también para esto?, no me vendría mal de ninguna manera. No podía decir que no sin meditarlo siquiera, también quería hacer las cosas bien porque deseaba profundamente la sonrisa satisfecha de Onew cada vez que algo salía como debía salir.
-¿Esto lo hiciste tú cierto?- bajó la mirada automáticamente arrancándome una sonrisa que oculté tras mi tono de molestia
-¿Quién más podría hacerlo?, no conozco a nadie que actúe como un cachorro mordiendo todo objeto a la vista…toma, quédatelo, seguro es el bolígrafo más entero entre todos esos que tienes por ahí- ¿Que tal si hacíamos un trato? -Eliminarás un ejercicio extra cada vez que te vea llevándote algo a la boca-
-No-
-¿Cómo que no?-
–Es un tic, no puedo controlarlo, en cambio tú puedes prestar atención aunque no estés acostumbrado-
Como cada vez que nos reuníamos confisqué todos los objetos en la mesa hasta quedar con lo estrictamente necesario para comenzar con el tiempo de estudio.
-¡Mira y sorpréndete!- Me estiré relajándome hora y media después mientras tomaba mi cuaderno con una expresión desconfiada y le cedía mi lápiz para corrección.
Nunca pensé que Onew fuese más que un tutor terco y engreído hasta verlo así, mordiéndose los labios concentrado, revisando, tachando, marcando sobre mis letras y números, jugando con un dedo en la boca en pleno análisis totalmente ajeno a mi contemplación, y no había sido más atrayente ante mis ojos tampoco, sin adivinar que en el nervioso acto de entretener sus labios con aquella porción de piel estaba encendiendo un frenético deseo del cual tampoco había sido consciente hasta ahora. Un deseo enfermizo que recorrió mis nervios bullendo en mi entrepierna.
-¿Realmente estás orgulloso de esto?- Su tono me bajó a la realidad mientras notaba que también tenía los dedos en la boca imitándolo –Si vuelves a hacer esto- reforzó un círculo sobre el papel –No volveré a poner un pie aquí…aunque seguramente eso te hará muy feliz, antes de irme le diré a tu padre que no sirves, ¡se lo diré!- No sé porqué estaba asintiendo como si me sintiese aterrorizado por una amenaza tan infantil.
-¡Puedo solucionarlo!-
-iTe conviene!-
Era un hecho, mi vida escolar mejoró un 40% en poco tiempo, me era beneficioso aunque no hubiese conseguido tener de vuelta ni el 70% de lo que me fue vedado, pero no me preocupaba en un porcentaje proporcional a la siguiente observación sobre los cambios en mi vida. Me sentía un 65% atraído por un enano malhumorado que gustaba de ignorarme.
Y en mi primera salida ‘bonus’ por mis esfuerzos terminé arrinconando y comiéndome sin vergüenza a la chica más desconcertantemente poco agraciada pero dueña de unos labios que se me antojaron similares a los que pretendía volver a ver en un par de horas mordisqueando algo a poca distancia y a los que no tenía acceso….todavía.
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