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Unas vacaciones de Locos por Izumi No Kaze

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Notas del capitulo:

hola hola hola hola hola! muchos holas! que tal gentecita yaoistica? espero que anden bien por aqui xD se que me hago la desear para subir un capitulo uwu (ok no :c) no tengo excusas para decir que me tardo, lo que sucede es que me agarra una enfermedad que de seguro la mayoria la padece y se llama flojitis :B es mi unica explicacion razonable de decir xq no actualizo mucho como antes ?)

En fin, he estado pensando por un tiempo, que tal vez haga capitulo cortos asi no me tienen que esperar mucho cuando actualizo. este capitulo en verdad iba a ser completo junto con el capitulo bonus que subi la otra vez, pero como vi q no habia actualizado como meses y habia muchos que querian que actualizara ya pues no tuve otra opcion que cortar el que supuestamente iba a ser parte del capitulo 21 xD 

pero no se, no se, puedo dejarlos a ustedes a ver que opinan sobre esto, por que si no fuesen por ustedes que me dan animos a seguir continuandolo, ya hubiera abandonado el fic pero nop! :B

siempre leo los reviews para que me vuelva esa sensacion de querer seguir continuando el fic y que mi cerebro este a full para continuar con este intento de fic loco y traumatico! xD

En fin, disfruten del cap de hoy! :3

En uno de los pasillos más recónditos y oscuros de la cárcel del “adorado” Apolo, estaban los tres desgraciados encerrados en diferentes celdas pequeñas y muy mugrientas cabe decir, por ahí había bichitos caminando por los pisos y unas telarañas adornando las esquinas de las paredes del lugar. Parecía que acá iban a parar los prisioneros con peor actitud porque había algunos que andaban encadenados, otros suplicando por libertad, agua, comida o internet. Había en una celda un esqueleto, otras telarañas pero más grandes, dándoles a entender lo condenado que estaban y más al ser el pasillo olvidado y la que ningún humano normal puede llegar… sin GPS.

Mientras escuchaban los lamentosos gritos y aullidos lastimeros del resto de los prisioneros de allí, Aiacos se dedicaba a tocar una harmónica que había encontrado en su celda, posiblemente perteneciente a un excautivo que se encontraba ahí. Aioria estaba bien cerca de las rejas de su prisión agarrando los barrotes, mirando un punto fijo en la nada con tremenda cara de culo, y Camus estaba encadenado de las manos así no podía usar sus habilidades de congelación y librarse fácilmente de allí. Él también miraba a todos con un rostro de profunda molestia.

Todo iba a comenzar a empeorar cuando a Aiacos se le cayó sin querer la harmónica, cayendo justo fuera de su celda y terminando en medio del oscuro y apenas iluminado pasillo.

Aiacos: (susurrando) la p*ta madre que lo pario…

Agachándose lo más posible que podía, estiró su brazo lo más que pudo pero no llegaba a alcanzarlo por varios centímetros de diferencia. Hubo un momento en que casi logró alcanzarlo pero solo hizo que se alejara un cachito más para el lado de Aioria. Tal vez si se lo pedía de buena forma se lo podría alcanzar.

Aioria seguía mirando frustrado aquel punto invisible enfrente de él, ni bola le dio cuando el juez le empezó a tirar piedritas.

Aiacos: che gato, pssst, ey, (tirándole piedritas) che Aioria, dale bol*do yo sé que me estas escuchando e.e

Finalmente, el castaño volteo su cabeza mirando con la misma expresión de hace unos minutos.

Aiacos: me lo alcanzas? °u° (señalando el instrumento y poniendo carita inocente)

El de leo lo miró con cierta molestia y lo único que hace es emitir un leve gruñido que claramente se entendía como que no lo joda en ese momento. Después volvió a mirar ese punto perdido que estaba antes entretenidamente observando.

El juez se quedó sin palabras por aquella actitud un poco salvaje del dorado de Leo. Eso le molesto un poquito.

Aiacos: masi, acabo que no te necesitaba, total ya me estaba aburriendo de esa armónica de morondanga

Molesto por la actitud un poco salvaje de su compañero de celda, Aiacos se tiró para atrás chocando un poco la espalda contra la pared de su celda. Si ahora no tenía la armónica, se aburriría peor que antes. Es entonces que se acorde de algo, busco en sus bolsillos y saco de ahí, un mini-violincito y comenzó a tocarlo.

El tono melancólico que producía aquel instrumento pequeño hacia que despertase un sentimiento de culpa y remordimiento. No sabía exactamente el efecto que causaría en los dos caballeros.

Aioria que seguía sujetado de los barrotes con cara de culo tremendo, pero cuando la melodía que empezó a tocar Aiacos logró hacer efecto en él.

Aioria: … todo esto pasó por culpa nuestra, si no nos hubieras peleado en esa estúpida pelea de boxeo, no estaríamos aquí encerrados ni Milo no nos odiaría ni tampoco estaría con ese… con ese... maldito, desquiciado, maniático, hijo de p*ta de Apolo (lloraba al estilo Kurumada)

Como si fuese un contagio, desde el calabozo contiguo, Camus estaba en las mismas condiciones (solo que atado de manos) al escuchar a su compañero/rival decir eso, unas lágrimas traicioneras comenzaban a surcar en sus ojos.

Camus: maldigo el p*to dia que se me ocurrió disfrazarme y golpear a ese hijo de la fregada. Pero todo esto es por culpa de Hyoga!

Aioria: si… eh, que? Pero que no fue que a ti se te ocurrió todo esto? 0.0

Camus: emmm… si… pero Hyoga era mi cómplice y pudo haberme detenido pero solo lo que hizo fue ser un f*rro y no decir nada por miedo que lo congele… otra vez…

Aioria: =/

Camus: nunca le dije a Hyoga e Isaak lo mucho que los quiero Q.O (se estaba por quebrar) tampoco lo he ayudado a superar el trauma de su mamá Q~Ò, soy un HDP T-T (bueno, él si lo estuvo ayudando a superar ese trauma pero el otro tampoco ponía voluntad -.-) ay bichito perdóname por esto T.T (y se quebró)

El juez escuchaba los lamentos del de Acuario pero no se esperó que este se rompiera a ayudar, aún seguía tocando el mini-violincillo. Contagiándose por escuchar al otro llorar, el gato dejó que sus lágrimas salieran y dejara escapar sus lamentosos secretos que guardaba lo más discreto posible.

Aioria: nunca le dije a Aioros que una vez le tire una flecha a Shura y le eche la culpa a él! (:o) tampoco le dije que le saque plata para comprarme unos chocolates y regalárselos a Milo! también le robe unas flores que se las iba a dar a la cabra! (por algo dicen que los gatos son ladrones no? .3.) soy una m*erda de hermano menor! T0T

Ahora esto lo estaba asustando. Qué carajo pasaba que estos dos bol*dos lloraban? No solo ellos, el resto de los desgraciados encarcelados que estaban ahí. Comenzaron también a sollozar y emitir confesiones que la verdad a nadie le importaba.

Prisionero Random: yo le robe los calzones de mi mejor amigo y lo vendí en Ebay!

Prisionero Feo: yo me comí la tarta que hizo mi mamá y le dejé el plato al perro, pero no sabía que era un plato y se atragantó!! Mi Firulais!! Y.Y

Prisionero Asqueroso (ya verán porque): yo me cortaba las uñas de los pies y se los ponía en el sándwich de mantecado a mi hermano…

. . .

Hubo silencio estruendoso al escuchar la declaración del último prisionero, eso le dejó a muchos una sensación asquerosa a todos los presentes del lugar, algunos desafortunados no pudieron aguantarse y vomitaron lo poco de comida que ingirieron en el día.

Aiacos: … que… repugnante =`.´=… tenía que ser un humano para colmo e.e

Retornando a como antes, los prisioneros volvieron a sus llantos como si fuesen almas en pena que delataban sus peores actos atroces que habrían hecho alguna vez, en sus p*tos y miserables vidas.

Aiacos: que carajos? (aun a todo esto no dejaba de tocar el violincito)

El remate de todo esto fue cuando sucedió lo siguiente entre los jurados rivales del amor que lo dejo sorprendido.

Camus: Aioria amigo, perdóname por ser tan malo contigo, debo confesarte de que fui yo que una vez relleno el colchón de tu cama con cubitos de hielo y te congelaba cuando podía la chimenea durante el invierno T.T

Aioria: no, Camus compadre, vos deberías perdonarme a mí, fui yo quien te cambio la sal por  pimienta cuando tuviste una cena con Milo y la vez que antes de irnos a pelear en el ring, saboteé tu traje viejo y lo deje agujereado así desertabas y ganaba T.T

Camus: perdóname amigoooo!! T0T

Aioria: si pudiera abrazarte lo haría amigo! T_T

Y como el resto de los carceleros, ambos dorados se unieron al llanto de los miserables dejando aún más pasmando a Aiacos que antes.

Aiacos: que m*erda pasó acá? 0.0 algo me dice que es por culpa del violín este de morondanga

Fijándose bien en el mini instrumento, notó algo que decía en letras súper chiquitas y claramente era imposible de leer a vista, buscando de sus infinitos bolsillos, sacó una lupa y leyó lo que decía en aquella etiqueta.

“mini-violincito de las culpas y penas, todo aquel que lo escuche confesará/delatará todas sus faltas/errores/delito/etc/ con su triste y melancólica melodía. Solo el señor Lune de Balrog o quien la toque es inmune a su música”

Terminó de leer aquella advertencia en el pequeño instrumento. Un segundo. Aún hay más!

“NOTA! Si no eres Lune, o sea yo, y seas probablemente Aiacos, te aseguro hijo de p*ta que te torturaré por robarme mi violincito hijodelachingaderayla#%$&%$@!! D:<”

Y eso fue todo lo que decía.

Aiacos: p*ta madre, eso me pasa por agarrar las cosas antes de que lo pierdan en el inframundo (guardando el instrumento en su bolsillo interminable) de seguro Lune me castrará cuando se entere -.-u

Mientras tanto en el inframundo…

Lune: a ver vil condenado, acá no tenés ni una opción, confiesa todos tus crímenes por tu propia voluntad y tal vez te envié al infierno menos traumante y doloroso para ti è.é

Como todos los miserables días de la eternidad del inframundo, Lune se dedicaba a lo mejor que podía ser: juzgar las almas de cualquier desgraciado que caía ahí y determinar su condena dependiendo el nivel y la cantidad de sus datos.

Condenado sin nombre: yo no tengo nada que confesar porque creo que a lo largo de mi vida, no he hecho nada tan gravemente malo e.e

Lune: con que haciéndote el duro eh? ò.ó (dirigiéndose a sus súbditos) traigan el mini-violincito de las culpas y penas ya!

Acatando las órdenes de su señor, los espectros fueron a chequear en donde se encuentre ese grandioso artefacto. A los segundos volvieron los espectros con una cara de desesperación en sus rostros, creo que ya se dieron cuenta que pasaba y a Lune no le iba a gustar para nada.

Lune: toquen el violincito!

Los espectros subordinados suyos, intercambiaron miradas de desesperación, eso en seguida lo notó Lune.

Lune: qué pasa? Por qué no tocan el violín?! ò.ó

Espectro: señor, hay un problema… ó.ò (mirando a su espectro acompañante)

Lune: qué sucede? Ò.O

El otro espectro lucía medio tenebroso por el posible temor de ver a su señor enojado con él por lo que les llegaría a revelar lo que pasaba.

Espectro: el mini-violincito no está en la vidriera, desapareció ó.ò

Hubo unos segundos de silencio, el condenado miraba a cada uno de los presentes. El lugar donde era el reino del silencio, se hizo mucho peor.

Con un golpe bien fuerte, el canoso desquiciado y encima con un poco de rabia, los espectros subordinados suyos temblaron de miedo, el condenado miraba con suma sorpresa a aquel hombre tranquilo que se encontraba ahora realmente enojado.

Lune: pero cómo puede ser?! Cómo que no está?! Quien habrá sido el hijo de--?!!! (sus ojos se le abrieron más y se le veían las venitas de los ojos por la furia que sentía en ese momento) AIAAACOOOOSSSS!!! Ò0Ó!!!!!

El suelo retumbo ante el grito tremendo que emitió el hombre canoso y parecía que todo el inframundo sufría un tremendo y catastrófico terremoto, algunos vidrios explotaron, las paredes se desquebrajaron y hasta el mismo cerbero se ocultó en su cucha por el grito de Lune, temblando un poquito de miedo.

~.~.~.~.~.

Aiacos: me va a castrar cuando se entere! e.eu (no sabe lo que le espera) aunque Minos me puede ayudar tal vez? -3-

Al dejar de tocar el violincillo, los llantos de los presos y de los dos dorados, que dando un poco confusos de lo que estuvo pasando hasta ahora.  Nadie se imaginaba el quilombo que se formaría por su culpa.

Prisionero: f*rro te acostaste con mi hermana! (acusó a su compañero de celda)

Prisionero loco: tu te acostaste con mi novia, p*to!

Otro prisionero: así que eras vos el p*to roñoso que ponía esas uñas en mi sándwich, hijo de perra!! Ò.Ó

Prisionero asqueroso: fue sin querer queriendo

Pero eso no era nada comparado con la peleíta que se iba a formar entre el cubo y el gato parlanchín. Aiacos disfrutaría esto… o tal vez no.

Aioria: hijo de p*ta, con que eras vos el que me congelaba la chimenea, por tu culpa casi me da pulmonía! Ò.Ó

Camus: por tu culpa me cagaste la cita que tenía con el bichito, por suerte Hyoga se comió esa tortilla salada antes de que se la sirviera a Milo e.e (esto lo dijo en voz baja) pero aun así quisiste hacerme perder! Maldito gato embustero tramposo!!

Molesto por enterarse de aquellas traicioneras fechorías, el francés pateaba como podía las rejas de donde él estaba, si no fuese por las p*tas cadenas que lo inhabilitaban de su cosmos frio, ya las hubiera roto y partido la madre de su compañero.

Imitando las mismas acciones que su compañero de al lado solo que con sus manos libres y pies encadenados golpeaba las rejas como podía, aunque eso no le ayudaba mucho ya que con los ruidos que producía, lograba alborotar más al resto de los prisioneros. Algún que otro loco miserable se unía al quilombo y empezaba a golpear todo lo que estaba alrededor suyo como animales desquiciados.

Aiacos: 0.0 p*ta madre que lo pario! Que quilombo se armó! Cállense! SILENCIOOOO!! >.< (mirando a los miserables) SILENCIO PELOT*DOS!! Ò.Ó

Los dos dorados se detuvieron de hacer sus gilipolleces mirando con asombro al juez que los llamaba enfurecido.

Aiacos: que no ven las bol*deces que hacen?! ‘ni con mi terapia más tediosa se dan cuenta, estos giles’ por qué carajo creen que el bicho se enojó con ustedes?!!

Se separaron de a poco de donde estaban enganchados, no gustándole para nada como les estaba hablando el juez.

Aiacos: mírense por un segundo ustedes mismos! (señalándolos) peleándose y haciendo jugadas sucias como unos pendejos ratas! Vergüenza ajena dan! De verdad, ninguno de los dos se merecen a Milo, y eso que los torture bien, pero que bien, requeté bien claro y aun así nada!

Si se sentían culpables antes, ahora se sentían más culposos, Aiacos les estaba dando la reprimenda de por vida.

Aiacos: que no ven en donde han llevado a todos con sus acciones de celos, competición y locura? Discusiones al pedo, una pelea de Boxeo sin sentido, docenas de capítulos sin sentido y una condena en la cárcel por quien carajo sabe cuánto tiempo!! Odio decir esto pero tal vez Apolo pueda hacer feliz al bicho, sin constantes peleas y discusiones de quienes lo aman, asi los dos se dan cuenta que por sus propias acciones perdieron a lo que más aman en este miserable y pútrido mundo!! Ò.Ó

Fumándose por entero nuevamente otro sermón del pelivioleta solo que esta vez más emocionalmente que físicamente, ya no tenían más ganas de pelearse, recapacitaron sobre los últimos sucesos que han pasado y en verdad era completamente inútil comportarse de esa forma tan p*ndeja. Se detuvieron a pensar un segundo sobre Milo que ahora se encontraba en manos de Apolo y quien sabe que estaría haciendo el pelirrojo con él en privado. Nada de esto hubiera pasado si no se hubiesen anotado en esa p*ta pelea de boxeo clandestino.

Ahora les tocaba bancarse estar encerrados en ese corredor oscuro apenas iluminado por pequeñas velitas, siendo incapaces de poder salvar al bichito de las manos pervertidas del dios de la belleza.

Unos ruidos rechinantes se escucharon provenientes de una puerta muy oxidada y sin aceitar seguido de unos cuantos pasos dieron a entender que posiblemente hayan ingresado más prisioneros escoltándolos a sus celdas asignadas, o solo eran guardias que venían a chequearlos. Efectivamente eran guardias pero las causas de porque estaban ahí dejaría a más de uno con la boca abierta.

Guardia: el señor Apolo nos ha informado que todos los prisioneros deben ser escoltados al comedor principal (hablando con el que custodiaba las celdas de las mazmorras)

Guardia 2: (agarrando las llaves de las celda, colgadas en la pared) a todos?

Guardia: si, a todos menos a dos, uno que congela y otro que tiene cara de gato

Guardia 2: está bien, está bien, -.- (levantándose de su asiento muy pesadamente) para que en el gran comedor, si se puede saber?

Guardia: va a haber un show gratis y supongo que de caridad a los prisioneros

Guardia: agh, el jefe cada vez anda más pelot*do

El hombre con toda su gran tranquilidad del mundo fue abriendo las celdas de cada uno y los fue sacando a cada uno de las celdas en que se encontraban los prisioneros, y algunos que se resistían a ser llevados o incluso no querían salir porque no tenían ganas o ver si quiera ese showcito que de seguro era una porquería, esos eran sacados a patadas en el culo.

Aiacos no fue la excepción, él se resistió ante aquellos polis y sufrió las consecuencias, agarrándolo por los brazos y prácticamente arrastrándolo afuera de la celda.

Aiacos: eh loco! Exijo un abogado, chabón! No saben con quien se están metiendo! Soy uno de los tres jueces del inframundo, exijo más cuidado! >0<

Los otros dos escuchaban como Aiacos era llevado mientras protestaba por sus derechos como juez que era a pesar de que nadie le daba pelota. El guardia que los había sacado pasó por la celda en la que se encontraban los dorados, aprovechando que era el único que tenía los brazos libres, Aioria agarró del brazo al carcelero, esperando a ver si conseguía una respuesta.

Aioria: y nosotros que? no nos saca? Ò.O

Carcelero: el señor Apolo nos tiene estrictamente prohibidos liberarlos aunque fuese solo para el recreo, nos ha dicho que los mantengamos encerrados hasta que se pudran y se olviden de su amante. Ahora si me permiten.

Jalando su brazo bruscamente para que lo soltara el castaño y pudiese marcharse junto con los presos y disfrutar del show pedorro de esa gente rara.

El ruido de metal oxidado de la puerta cerrándose de un golpe estruendoso, algunas velitas fueron apagándose por el viento producido por la fuerza que se ejerció dejando ahora la mazmorra más oscura todavía, no pudiendo casi nada ahora.

El silencio profundo gobernaba entre ambos, un momento incómodo.

Sintiéndose con un mal sabor en la boca al recordar las palabras del carcelero sobre el supuesto amante de Apolo, el castaño empezó a sacudir las rejas por toda la bronca que le daba por tanta m*erda junta.

Pateó la reja aún más con ira al no ver que la haya roto o tan solo descolocado las grietas siquiera, mucha ira tenía al sentirse como un completo inútil, recordando las crudas y sinceras palabras de Aiacos una y otra vez. Agotado por toda la situación de hoy, Aioria se recostó contra el muro desquebrajado de su celda.

Aioria: menuda suerte tenemos nosotros…

~.~.~.~.~.

En los aposentes lujosos del señor Apolo, el famoso dios de la belleza, y de muchas otras cosas más, estaba reposando en su cama ancha de sabanas rojas con pétalos de rosas esparcidas sobre la superficie con una música de Luis Miguel resonando en el cuarto como música de ambiente mientras él sonreía con lujuria imaginándose exactamente lo que venía después, esperando a su glamuroso y sexy joven nuevo “amante” con una rosa blanca en su mano, esperando a que haga su entrada.

La puerta del baño privado de la habitación e abrió, mostrando a un sonrojado y tembloroso con una mirada que parecía arrepentido por lo que iba a hacer. Milo llevaba puesto un traje de conejita de cuero, con algunos detallitos de color rosado, el pompón blanco como algodoncito.

Apolo: pero mira que suculento (y recontra violable :B) te ves… (levantándose de la amplia cama se dirigió a paso lento por donde estaba el peliazul parado) perfecto para nuestra veladita de amor

Meh, ahora resulta que la cárcel es la velada de amor para la mayoría de los maniáticos de acá.

Milo: (con cara de repulsión) amor? Esto no es para nada amor, ni mucho menos una velada, es…

Apolo: si tienes razón, hacer el amor aquí en esta cárcel la verdad que quita mucho el ambiente romántico y especial. Te hubiera llevado al olimpo! (extendiendo una mano hacia arriba) ahí podríamos hacerlo en todas partes! En mi trono, en el trono de Artemis, en el de Hermes, en el taller de Hefesto, podríamos usar los juguetes de Afrodita, en el ropero de Ares donde guarda sus armas…

La cara de horror del pobrecito de Milo iba empeorando aún más con tan solo escuchar los tantos lugares que decía Apolo en donde podrían tener relaciones.

Apolo: en la cocina arriba de la mesa, en el jardín de Hera (este lo tenía todo planeado fuera de joda), en el trono de papá Zeus, aunque creo que me colgara del pescuezo el viejo mujeriego

Afuera de la cárcel se escuchó un estruendoso trueno y el grito de: “APOLOOOOOO!!!” retumbando, aunque era opacado por el sonido de la descarga que no se escuchó con claridad. El pelirrojo escuchó la advertencia de su padre, pero prefirió ignorarlo.

Apolo: lástima que fui desterrado y no podré volver hasta que cumpla con el castigo que me dio el viejo…

Milo no le daba mucha bola que digamos, estaba más concentrado en el traje de cuero de conejita playboy que le obligo usar el señor del sol. El pervertido traje le apretaba un poco, y más en la parte de su trasero, ya que le molestaba más en esa parte por la cola de conejo que hay ahí. Otra cosa eran las medias, estas que tenían un color canela hacían que resaltaran más sus muslos y piernas ejercitadas. Lo único que tal vez no le molestaba mucho era el moñito rojo que tenía en el cuello y las orejas falsas de conejo… bueno, si le molestaban… o tal vez no… coño, por qué toda esta m*erda le pasaba a él? Qué hizo para merecerse esto? (yo te respondo bichín: ser endemoniadamente sexy y ukelele, bueno por lo menos para mí y algunas cuantas locas que hay por ahí en el fandom)

Apolo: ven, vamos a la cama amor (empujándolo despacito)

Milo: no!(cruzando los brazos) prometí solo ponerme esto, para que no le hagas nada a ellos! No dijiste nada de tener que acostarme contigo!

 Apolo: mmm si… tienes razón que no dije eso pero… (comenzando a rodearlo lentamente) debo recordarte que… tus dos amiguitos tan encerrados en la mazmorra en la que ninguna persona común ha ido jamás… probablemente los deje ahí sin comida ni agua, los deje que se mueran lentamente y se pudran ahí olvidados por todos sus compañeros y por ti… (acercando un poco más su rostro al oído del peliazul) o… pueda que los mande a los peores castigos que tengo por aquí en la cárcel, pero creo que el mejor de los castigos que les puedo dar… (susurrando cerca de su oído ahora) es matarlos despiadadamente y muy dolorosamente… (alejándose un poco) pero todo eso lo puedes evitar, les puedes salvar sus vidas, si aceptas hacer el amor conmigo…

El ojiturquesa se estremeció con cada palabra que le había dicho el pelirrojo, sentía que todo lo decía con la fuerte intención de hacerlo cada una de esas torturas, esa malicia y frialdad con las que lo decía haciendo que le recorriera un escalofrió en la columna. Temía que Apolo fuera capaz de hacer eso, tal vez debería hacerle caso y sumirse al pedido del pelirrojo si es que quería mantenerlos a salvo de cualquier peligro y tortura. Al final, su deseo de guardar su virginidad y perderla con los dos seres que más amaba se haría añicos.

Apolo: y bien cariño… que dices? (besándole el cuello y jugando con una de las orejas de conejo)

Milo:…

Antes de que Milo pudiera decir su decisión final, se escuchó unos golpes en la puerta de la habitación en donde estaban, eso hizo que el ambiente “romántico” (para Apolo mejor dicho). Encabronado de que le cagaran su momento perfecto de hacer suyo a su bichito, el pelirrojo casi se le incendia su cabello de la ira y abrió la puerta encontrándose con un policía que estaba temblando del miedo al ver lo furioso que estaba su jefecito.

Apolo: QUÉ M*ERDA QUIERES?!! NO VEN QUE ESTOY OCUPADO, SORETE DE LA CHINGADA?!! Ò0Ó

El guardia que había golpeado la puerta, estaba casi petrificado por cómo le había gritado Apolo, él siempre tenía ese efecto con sus subordinados. Malditos chingones les estaban cagando el momento a solas con el sexy y adorable bichito.

Guardia: s-señor, se está organizando u-una especie de showcito para los p-prisioneros, h-han dicho que es p-para caridad.

Apolo: PARA ESO ME VIENES A INTERRUMPIR, PEDAZO DE PELOT*DO?!

Guardia: p-pero señor! U-usted debe estar presente! E-esto le puede generar buena r-reputación e-entre los humanos! S-solo deje que esos bufones hagan su show, usted pone la cantidad que desea poner y obtendrá bu-buena reputación entre los prisioneros de aquí y después con el resto de los mortales!

El dios de la belleza se quedó mudo por unos segundos a lo que dijo su súbdito. No hace poco tenía esos problemas con los demás dioses que no lo respetaban lo suficiente. Si conseguía buena reputación con estos mugrientos prisioneros que violaron la ley tal vez su padre le levantaría el castigo y le daría el premio de mejor actitud entre todos los olímpicos del mes. Bien pensado lo suyo, si señor!

Milo observaba al pelirrojo con un poco de intriga, preguntándose en que estará pensando, aunque más que todo lo miraba como que estaba medio loco.

Cuando por fin reaccionó, Apolo miró con molestia al poli.

Apolo: aun sigues aquí?

Guardia: s-si señor ó.ò

Apolo: dile a todos los del personal que reúnan a todos los prisioneros al gran vestíbulo/comedor, menos a los dos giles de Atenea e.e, iré en cuanto antes

Guardia: s-si señor!

Haciendo el saludo de respeto y Apolo le cerro la puerta en la geta, no importándole si le hizo pelota la nariz en el proceso.

El pelirrojo se giró hacia el escorpiano y lo miro con profundo “amor”.

Apolo: ahora, sé un buen nene y quédate aquí tranquilito hasta que yo vuelva, si mi pan dulce? (levantándole un poco el rostro para que lo mirase a los ojos) después, podremos hacer esas cositas que tanto ansió hacerte *u*

Milo: eso quisieras vos, todo esto lo hago para que no le hagas ningún daño, oíste? (cuando quería, se puede volver una fiera eh)

Apolo: °n°… entonces… (baja un poco la mirada, haciendo que no se le vea la expresión) no me dejas con otra opción…

Agarró con fuerza uno de los brazos del escorpión y lo llevo arrastrando hacia lo que parecía la puerta hacia un extenso armario. Lo metió allí adentro, y sacando unas esposas (quien sabe de dónde las sacó), en un extremo lo colocó en la muñeca del peliazul y el otro lo enganchó en un poste no tan grueso pero lo suficiente para resistir los tirones del joven. Después, sacando otras cadenas, las ató en las piernas reforzando más las ataduras en el chico.

Apolo: mucho mejor, así estoy más tranquilo mientras no estoy °u°  (guardándose la llavecita de las esposas) no te molestes en romperlas, no se pueden, son las esposas de Afrodita, pensaba guardarlas para cuando estuviéramos haciendo el amor pero tu carácter tan arisco, no me dejaste otra opción u.u

Milo: para eso me tienes que enseñar el armario? Ò.Ó

Apolo: así es, mi armario tiene doble seguridad, acá guardó mis pertenencias! Y vos sos una de ellas, no me quiero arriesgar de que te escapes y vuelva a perderte, bueno no quiero perderte de la forma que perdí a mi Jacinto pero eso fue en otra época! A ti te cuidaré como nunca antes he cuidado a alguien, y si te tengo que proteger encerrándote en el armario esposado para siempre, pues lo haré! Ò.Ó

Esto lo que ha dicho el señor del sol probablemente es una de las peores cosas que alguien le podría decir a su pareja. El rostro de Milo era de completo terror. Si ese loco pensaba mantenerlo de esa manera, ya estaba sentenciado de por vida.

Milo: es-estás loco, completamente loco! Si esa es tu idea sobre el amor, proteger a quien amas de esa manera, pues estas sumamente equivocado!

Apolo: siempre nos dicen que estamos equivocados con respecto a cómo pensamos pero en fin, siempre fue así, por qué me debo quejar ahora?

Apagó las luces de su armario, cerró la primera puerta con una llave y la segunda mediante un código de números reforzando la seguridad de esta por si este logra escaparse.

Apolo: hasta pronto amorcito! Espero que recapacites mientras yo no este, así podemos tener nuestra veladita mágica, esperaré con muchas ansias! Hasta entonces amor~ ^.^

Escuchando desde adentro donde estaba como se cerraba la puerta de la habitación y unos murmullos de Apolo pareciendo que ordenaba a dos de sus policías a vigilar la puerta de su habitación por si alguien se llega a acercar sin su permiso. Desesperado, intentaba romper las esposas pero estas sí que eran muy resistentes (y claro si son de Afrodita) logrando que se lastimera más la muñeca dejándole las marcas rojas. Gritaba, pedía ayuda pero era inútil, los únicos que tal vez lo podrían llegar a escuchar eran los guardias que vigilaban el cuarto y ellos no vendrían a acudirlo. Cansado de gritar y seguir forzando aún más las esposas y las cadenas en sus pies, Milo se desplomó en el suelo, destrozado y llorando desconsoladamente.

Nunca pensó que llegaría a terminar así en ese estado tan deprimente y comprometedor, pensó que su primera vez fuera con los dos hombres que más amaba en este mundo, pero recordó como habían terminado las cosas entre ellos tres; los superhéroes truchos, la pelea de boxeo, sus disculpas por todo lo anterior, sus confesiones de amor hacia él, todo eso lo hizo pensar que tal vez había una posibilidad de que los tres pudieran estar juntos pero… Apolo esta tan obsesionado con él que llegó a este extremo. Ahora… ahora… solo le quedaba rendirse y esperar a que el pelirrojo venga… y… ya no tenía voluntad de nada. Lloró amargadamente, todo lo que sea para que Apolo no mate a  Aioria y Camus.

Notas finales:

Esta vez no dejare preguntas, siento que ya no tienen la misma gracia que antes como lo fue en los primeros capitulos... april fools :B 

¿Apolo se habra copiado de las tacticas de robo de Aiacos?

¿Se habra estudiado el kamasutra entero o Afrodita lo estuvo ayudando?

¿Que diablos tendra en el armario Apolo, aparte de Milo, que segun el es valioso?

¿Sabran donde encontrar a Milo los locos?

¿Podran salvarlo a tiempo?

preguntas poquitas porque el capi es muuy corto y no tengo mucho material para crear preguntas locas como las anteriores xD

dejen reviews y espero que les haya gustado! nos vemos! o/


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