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Mi corazón... Tú corazón por minima

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III

Había cosas imperdonables en este mundo, y él había sido testigo y participe de muchas de esas cosas.

Lo hicieron y no había vuelta atrás, lo hecho hecho estaba. En su vida había realizado una serie de fechorías que iban desde robar un simple dulce a las cosas que te hacen pasar años en prisión si te llegaban a atrapar, no se justificaría, tenía que hacer algo para sobrevivir como cualquier otra persona y el crimen siempre le mostro el camino para tener su sustento.

Hacer el trabajo sucio le pareció lo mejor para ganarse la vida. Robar, extorsionar, estafar, engañar, amenazar, incluso asesinar, en fin, había hecho muchas cosas malas, pero esto, esto superaba con creces cualquier cosa que hubiera llegado a hacer en su vida criminal. Incuso los más viles villanos tenían sus límites, el límite de un monstruo y un criminal era una línea que estaba empezando a cruzar con esta última fechoría.

En un principio pensó que este “trabajito” seria como cualquier otro, llaman a gente como él por la discreción y experiencia, además de ser desechable, si algo le pasara supuestamente nadie lo buscaría. Primero fueron robos, encargos de aquí y allá, viajes de ciudades a otra recogiendo paquetes y sustancias sospechosas, pensó que de nuevo lo había contratado un cartel de drogas, el método le pareció familiar, pero a inspeccionar las sustancias no parecían las adecuadas para realizar cualquier droga que conociera, ¿Qué es lo que hacían? Más tarde lo descubriría.

Lo descubriría cuando sus contratistas vieron que era lo suficiente discreto, lo suficiente profesional y al parecer lo suficiente confiable para soltarle algo más de información. Experimentos genéticos, o eso es lo que le dieron a entender, no era experto a esos temas pero supo que si o hacían con esta discreción y contratando a gente como él este experimento genético debía ser ilegal, y lo ilegal en experimentación normalmente con especímenes a los que se les tiene prohibido experimentar, humanos.

Miro al joven en el fango, una creatura desdichada despojada de su libertad, víctima de cosas atroces que eran difíciles de imaginar, pero este cuerpo marcado, ultrajado y maltrecho era prueba de ello. Parecía tan… injusto.

…l sabía que era malo, pero incluso él no podía evitar sentir compasión por la suerte de aquel joven. Tomo la pistola en su mano y apunto al cuerpo del joven, la lluvia aun no amainaba y los truenos aun rugían como fieras luchando en el cielo, el eco al jalar del gatillo se confundiría con el de la tormenta para oído inexperto, pero para sus colegas seria confirmación suficiente de su tarea realizada, en cualquier momento pudieran deshacerse de él como lo estaban intentando hacer con el joven en el fango, en cualquier momento sin pestañear.

En este momento de su vida debía de pensar muy bien como tenía que hacer las cosas si es que quería seguir sobreviviendo, su estrategia era crucial en este momento de su vida, y también debía rezar a pesar de que no tenía fe en ningún dios de que todo saliera bien.

*+*+*

Si ella no lo hubiera encontrado ese día ¿Qué es lo que le hubiera esperado?

Los humanos son seres de hábitos, se aferran algunas veces a rutinas acostumbrados a la familiaridad y comodidad que les trae estas y es difícil deshacerse de ellas.

Doña Griselda no es la excepción, es una mujer mayor y es terca al realizar sus rutinas en ocasiones, tanto así que no importaba aquel domingo que estuviera lloviendo a cantaros y que la carretera del pueblo hacia su rancho estuviera llena de fango, ella iría como cada domingo a misa a pesar de que no asistiera mucha gente ese día y visitaría la tumba de su marido acompañada por uno de sus empleados que le servía de compañía y chofer.

De regreso el pick up pudiera derrapar un poco, se cruzarían con baches y topes difíciles de deslumbrar a través de la espesa cortina de agua que se extendía a kilómetros a la redonda, pero Doña Griselda no se quejaría ni apuraría a su chofer, tampoco temblaría por el frio, dejaría que sus recuerdos vagaran a tiempos pasados en donde ella tenía las dos piernas intactas, paseaba por el campo y pensaría en su marido que en aquel tiempo era un muchacho algo impertinente que era buen jinete.

Y en la bruma de los recuerdos y de la lluvia ella vería algo moverse, una figura, ¿una persona? ¿Quién sería lo suficientemente tonto como para irse caminando en medio de esta tormenta?

Y ahí fue cuando lo encontró. Al ver caer la figura en el suelo lodoso hiso detener el carro y bajo a ver el estado de la persona que había caído de repente, no era una santa pero no iba a dejar a un alma infeliz en medio de la lluvia en quien sabe qué condiciones. Era un joven, un joven desmayado y malherido, sus ropas eran prácticamente harapos, y por su mente pensó que sería algún vagabundo sino fuera por las heridas. Tal vez lo asaltaron, donde vivían era un lugar relativamente pacífico pero no exento de fechorías.

Al subirlo al pick up con ayuda de Miguel, su chofer, pudo verlo con mejor ojo, era casi un niño, su piel estaba pálida y enfermiza con un ligero tono verde sobre ella. Un joven más lastimado de lo que alguna vez vio, pero eso todavía no lo sabía, eso más tarde trataría de comprender, aunque quizás jamas lo lograría.

*+*+*

Tiempo actual…

Cuando el equipo de jóvenes titanes por fin termina de refrescarse y aceptar las prendas prestadas más adecuadas para este tipo de clima, jeans, camisas de algodón, decidieron salir a ver que era todo ese ruido que se escuchaba desde los cuartos que les habían prestado para usar sus baños.

Se encontraron con un escenario pintoresco, globos, adornos, serpentinas y una mesa llena de comidas de las más variadas, una celebración es con lo que se encontraron.

-Todo se ve muy colorido- comento Starfire acercándose a uno de los adornos, aun no estaba acostumbrada a muchas de las celebraciones y tradiciones terrícolas pero era capaz de reconocer este tipo de decoración, podría apostar que era un aniversario terrícola en la vida de los humanos, un cumpleaños. Hace mucho que no veía uno, desde lo de Beastboy… las celebraciones no eran tan esperadas en la torre como antes.

Sentada en la mesa reconocieron a su anfitriona rodeada de varias mujeres y hombres comiendo y bebiendo, la mirada de los mayores vigilaban a lo lejos las travesuras y juegos de los menores quienes disfrutaban la fiesta.

-Eh, ustedes, ya se ven mejor- saludo el hombre que habían salvado en el desierto, Pedro según recordaban, él también se había arreglado un poco para disfrutar la fiesta de Ricardito.

-Si, gracias por prestarnos ropa- comento Robin siendo cortes.

-¡Eh! pero ni siquiera te quitaste esa mascarita tuya, ¿y eso?-

-Antifaz señor-

-Siempre lo utiliza, es para proteger su identidad-

-Ah, como un luchador-

-¿Luchador?-

-Como la lucha libre, máscaras contra cabelleras, rudos vs técnicos, como esa lucha-

-No estoy muy familiarizado con ese tipo de lucha de la que habla señor. Y ¿Qué es un técnico?-

-Luego te lo explicaremos Star-

-Bueno pasen y sírvanse algo de comer y beber, han de estar cansados y hambrientos por luchar con esa cosa en el desierto. Doña Griselda hiso preparar mucha comida para todo el mundo, tómense la libertad de tomar un plato y llenarlo con lo que gusten-

-Eso suena muy bien- ante la mención de alimento Cy se animó, la verdad es que si tenía hambre, esta misión no les había dejado mucho tiempo para alimentarse y la comida mexicana que había llegado a probar siempre le resulto muy rica.

Siguieron a Pedro hasta una mesa donde hoyas y platos se propagaban en su superficie rebosante de diferentes platillos de los cuales no estaban muy familiarizados.

-¿Qué es esa cosa verde?- Raven se acercó a un plato con un platillo de un líquido verde y trozos que parecían ser una especie de carne.

-¿Cuál? ¿El pozole o chicharrón en salsa verde?-

-Uhh y ¿de qué están hechos?- Cy ya se estaba sirviendo unos frijoles y carne, mucha carne, pero sería bueno complementarlo con otro platillo.

-Uno está hecho de panza de vaca y garbanzo, y otro con chicharrón que es cuero de cerdo y salsa verde-

Dos de cuatro se apartaron de esos platillos y otros dos parecieron interesados en ellos.

-Oh eso me recuerda a los platillos de mi hogar, nunca se desperdiciaba partes de una buena presa- comento Star recordando viejos platillos de su hogar.

-Umm mmm chicharrón siempre son una botana deliciosa, tengo ganas de probarlo con esa salsa-

-¿Y qué hay de ustedes dos?- pregunto animado Pedro al ver que los platillos habían sido de su agrado.

-Paso- Raven se sirvió ensalada y un poco de carne y se fue a sentar en un lugar apartado.

-Ella… come poco- excuso Robin a su amiga viendo apartarse del grupo –todo suena, apetitoso, pero no creo que no podría comer más de lo que ya me he servido-

-De acuerdo, tal vez mas tarde lleguen a probarlo-

-Si Robin, son buenos platillos-

-Saben bien-

El líder de los titanes asintió no muy convencido, Cy tenía gusto por la carne y cosas grasosas, pero Star tenía gustos extraños en comparación de los gustos terrícolas, prefería evitar estos platillos por el momento.

Invitados por la anfitriona los héroes se sentaron en la mesa de los adultos, mujeres y hombres trataron de hacerles conversación, para los lugareños aquellos héroes eran de lo más pintorescos y extraños, una novedad a la que estaban curiosos por indagar. Aun así comparado con otros civiles en Norteamérica estos no reaccionaban tan emocionadamente, quizás principalmente porque estos no los conocían.
Doña Griselda alza la vista y observa a los niños jugar.

A lo lejos ve a una figura mucho más grande alrededor de los niños de la fiesta pero no tanto como la mayoría de los adultos en el lugar, ese es su protegido.

Era un chico de lo más particular, de una sensibilidad muy noble aunque rodeado de misterio.

Desde el día que le encontró le cuido y trato de curarle con las mejores atenciones médicas que pudo conseguir, trato de investigar su pasado y solo se encontró con un completo misterio, ni siquiera el muchacho sabia quien había sido alguna vez, su nombre, su edad exacta o porque había terminado en medio del camino en un terreno de lo más desierto entre el pueblo y los ranchos de la región herido, débil y con cicatrices que denotaban sufrimiento en su vida pasada.

Los primeros días entre fiebres e inconciencia, pudo sentir más que compasión y lastima por la desdichada suerte por aquel joven, parecía que en cualquier momento desfallecería, en cualquier momento la fiebre y el dolor persistente acabarían con los restos que alguna vez fue ganando la batalla entre la vida y la muerte, pero demostrando una naturaleza que denotaba fortaleza el joven se aferró a la vida.

Esa fortaleza que lo había arrancado de la entrada segura de la muerte y ahora lo mantenía en pie estos días era de admirar.

Quizás había sido el destino quien lo trajo hacia ella.

Quizás había sido el destino también que los jóvenes titanes terminaran en ese lugar.

O quizás solo había sido algo más.

Raven se sentó alejada, la convivencia innecesaria con desconocidos que no volvería a ver era algo que siempre evitaba, algo que se había vuelto a arraigar en su personalidad de una manera más dura ese año.

Ella sabía de sufrimiento, ella era hija de este literalmente, su padre un demonio que solo le interesaba la destrucción de dimensiones y mundos enteros la engendro como una herramienta más en lugar que una verdadera hija, las emociones habían sido algo heredado de su parte materna, las cuales desde muy joven le habían causado problemas, justo cuando había encontrado un lugar donde le habían demostrado que “sentir” era parte de vivir en verdad, le enseño que el sufrir no estaba exentó de estas experiencias de vivir.

Perder a Beastboy la había afectado, podía ser tan fría y seria y mostrarse como piedra, una estatua viviente, pero aún estaba viva, su corazón sangraba por el triste recuerdo y días, semanas y meses de meditación no habían sido suficientes para apaciguar el dolor, por momentos este pareció ganar y sacar lo peor de ella, esto era algo que nadie sabía, no su líder, no Star, no Cy. Después de haber perdido al chico de piel verde ella intento contactarlo, cosa peligrosa ya que meterse con el mundo espiritual implicaba rozar muy de cerca o en su defecto utilizar la magia oscura, cosa que debido a su naturaleza medio demoniaca podría volverla más como su padre, cosa que había evitado a lo largo de toda su vida.

Aun así lo intento. Verlo una vez más, saber que no sufrió, despedirse como sentía que no había hecho ninguno de ellos, quizás le traería algo de consuelo, pero ninguno de sus intentos rindió frutos.

Beastboy siempre mostro ser algo completamente diferente a ella, alguien emotivo, a veces irracional, alguien que siempre trato de sacarle una sonrisa a pesar que en más de una ocasión le demostró que sería cosa imposible, alguien que a pesar de entrar en conflicto con ella más de una vez por sus caracteres tan distintos, jamás dejo de ser su amigo.

Entre héroes muchas veces no se saben sus historias del pasado o alter egos si es que hay, a veces esto cambia si hay confianza, otras, como en este caso, se revelan póstumamente.

No es que nunca se hubiera preguntado en la torre que era lo que eran antes, Robin y ella eran quienes daban menos información que nadie, pero los tres miembros restantes eran más abiertos con estos temas. Star era una princesa pero debido a la guerra con otros planetas tuvo que ser usada como trueque de paz entre una raza alienígena y la propia por su propia hermana hasta que escapo y de una forma u otra llego a la Tierra. Cy era un chico humano como cualquier otro, pero debido a un accidente su padre utilizo cierta tecnología para ayudarlo a mantenerlo con vida, la razón por la que su cuerpo había terminado de esa manera. Y Beastboy, bueno, sabían que había pertenecido a otro grupo de superhéroes antes de pertenecer a los jóvenes titanes, La patrulla de la muerte, e increíblemente también había participado un tiempo en películas y series de TV, información cortesía de Cy que trajo un día a la torre bajo la oposición y bochorno de Beastboy DVD´s que contenían dichos trabajos del joven verde. Esos mismos DVD´s aún se mantenían guardados dentro de la sala común de los titanes, pero nadie los tocaba o los veía, solo acumulaban polvo.

Fue después de que Beastboy se hubiera ido que muchas preguntas se presentaron ante ellos, preguntas que quizás se hubieran revelado en un futuro, pero que ahora llegaban con los tortuosos y los quizás de lo que pudo haber sido.

Su verdadero nombre, su nacionalidad, de donde era, y si había nacido o no con sus poderes, fueron cosas que se les fueron revelando días posteriores en un intento de mantener aún vivo el recuerdo de este, como si saber cosas de él que no supieron antes les permitiera aun tenerlo a su lado.

Garfield Mark Logan, nacionalidad estadounidense y vivió su infancia en África donde adquiriría sus poderes, al ser mordido por un mono verde con una rara enfermedad y vacunado con una cura experimental; sus padre habían muerto en un accidente en bote, llego a ser secuestrado por ladrones de la aldea africana en donde vivía para que realizara robos, su tutor legal en América trato de robarle su herencia, y llego a trabajar en ferias como fenómeno antes de ser héroe también.

Toda una historia de una vida que parecía tener más bajos que altos, y aun así demostró ser positivo, alegre, bromista. ¿Dónde encontraba las razones para sonreír aun?

Raven tomo un trago de su jugo, ¿Jamaica habían dicho que era? Y decidió alejar sus pensamientos de su difunto amigo.

Si alguna vez su vida hubiera sido más normal, hubiera sido bueno tener un hermano como Beastboy. Alguna vez pensó en aquello.

Los niños reían y corrían, algunos se pasan una pelota, otros juegan a las traes, un par de niñas cantan mientras se choca las manos en un juego de rimas y bromas. …l está entre ellos escuchando sus risas y participando en sus juegos, cuida también que no se alejen o no se peleen entre ellos, presta especial atención en Ricardito el cumpleañero y que la esté pasando bien.

Era alegre y relajante este ambiente, estar en el aquí y en el ahora. Cuando llego no tenía nada, ni siquiera un nombre.

Los primeros días aquí cuando estuvo al fin consiente fueron aterradores, su cuerpo y mente dolían, no conocía a nadie ni siquiera a él mismo, Doña Griselda y todos los que habitaban ahí le ayudaron en estos meses, gente generosa y amable que poco a poco le hacían saber que no era necesario tener miedo siempre.

Meses habían pasado aun no sabía quién era, pero sentía que ahora tenía un poco más en comparación de los primeros días. Pero había ocasiones en que se sentía más de un extraño que un conocido, y a la vez más un conocido que un extraño, en sus sueños.

Sueños de garras y colmillos, sueños de una sensación de no estar en el mismo cuerpo pero a la vez ser el mismo dueño de este. Era un emocionante y aterrador sueño, ya que se llegaba a transformar en otra cosa y ser él mismo a la vez, y en ese momento, en ese preciso instante en que cambiaba, era cuando se sentía más familiarizado con su ser de lo que había llegado a esta cuando se encontraba despierto. ¿Quién era? ¿De donde era? Dudas de du der parecían despejarse en su sueño.

Pero eran sueños… solo eso.

Lo único lógico que había sacado de ello era que se sentía más cómodo con los animales que con muchas personas, podía pasar horas en las caballerizas, con los perros y estar sentado en el jardín y las aves no se sentirían incomodas con su presencia, en realidad llegaban a posarse junto y sobre él, de acuerdo con lo que le dijeron era muy extraño que pasara aquello.

*+*+*

Tick y Tack, no es precisamente lo que escuchaba en su cabeza, pero sabía que definitivamente desde hace un par de meses había empezado a correr una cuenta regresiva en su mente debido a sus acciones, o quizás siempre estuvo ahí y era ahora que era más consiente de ella. Bip bip tampoco era, sería un sonido molesto de una maquina como las que sus superiores trabajaban, herramientas de una tortura, herramientas de una experimentación cruel.

Esta cuenta regresiva rompía sus nervios en ocasiones llegando a estar a punto de arrepentirse, pero seguramente se sentiría mucho peor si no lo hubiera hecho, ya tenía suficientes esqueletos en el armario y demonios a sus espaldas como para cargar este pecado por el resto de su vida.

*+*+*

Cy ya estaba en su tercer plato cuando noto que de la casa empezaron a sacar otras cosas de la casa, entre ellas una piñata enorme en forma de estrella y un enorme pastel decorado con un colorido glaseado como el de los adornos de la fiesta.

Llamaron a los niños quien al ver la piñata y el pastel corrieron a toda marcha.

-¿Qué es lo que ocurre?- Star veía como colgaban el singular adorno con una cuerda a la rama de un árbol y los niños se amontonaron bajo este.

-Es una piñata Star, los niños la golpean hasta que se rompa-

-¡Qué horror! Pero si es un adorno muy bonito-

-Está bien Star, es parte de la fiesta, está llena de dulces y caramelos, los niños se turnan para golpearla hasta que se rompe y se quedan con el dulce-

-¡Oh, es una tradición interesante!-

El primero en participar en la tradición de golpear la piñata fue Ricardito como era de esperarse, era el cumpleañero después de todo y ese honor le correspondía por ser su día.

Los niños se apartaron un poco bajo indicación de sus padres para así evitar un accidente, se le vendo los ojos al cumpleañero y se le hiso dar algunas vueltas para luego sus amigos le gritaran donde se suponía que debía de golpear para atinarle a la piñata. Era una tradición infantil aun así tenía su toque de emoción para los adultos que eran testigo, a veces le daba otras no, algunas se alejaba demasiado y otras parecía saber dónde exactamente donde golpear, tal vez había hallado el truco para ver atreves de la venda.

Siguieron pasando niños y niñas, algunos tenían mejor tino y otros definitivamente eran demasiado peligrosos para la gente a su alrededor con palo en mano en lugar para la piñata. José demostró ser una de ellas al casi golpear a Fausto quien era el encargado de la cuerda de la piñata.

Cy los veía recordando recuerdos de su niñez, cuando era más pequeño y no tenía tanto “hierro” en el organismo. …l también había llegado a disfrutar de una piñata aunque alguno de sus cumpleaños su padre no había asistido por su apretada rutina de trabajo en sus laboratorios.

Vio a su alrededor, risas y sonrisas, cielos, hace mucho que no entraba a un ambiente como este, en realidad desde lo de Beasty no se habían relajado de esa manera. Era como su hermanito, uno de sus mejores amigos y ahora lo extrañaba cada día.

Miro de nuevo a su alrededor, donde rostros desconocidos sonreían, junto a los niños cerca del árbol donde habían colgado la piñata, y una figura más alta entre ellas resaltaba ligeramente, no era muy alto, no parecía un adulto, quizás un adolecente. Cabellos castaños oscuros, piel morena, parecía ser como los demás latinos a su alrededor, hasta que algo llamo su atención haciendo que su mirada se enfocara tanto humanamente y cibernéticamente posible.

El joven ladeo un poco la cabeza, un momento en que los rayos del sol chocaron por su cara y en su mirada destellos verdes, ojos verdes.

Los ojos verdes no son muy comunes, realmente son extraños a comparación de otros, y en Latinoamérica realmente no es algo que se encuentre así de fácil. Pero ese tono de verde realmente no era muy común, se había topado con extraños tonos de ojos en su vida, verdes casi radioactivos como los de Star, y verdes brillantes como las hojas de los árboles, brillantes como la naturaleza misma, verdes como los de Beasboy.

Es diferente, no es ni lo más cercano a un verde en su piel y cabello, su ojo bionico hiso un acercamiento para ver como aquel rostro tenía una cicatriz pequeñas pero resaltante, una en su ojo izquierdo, una línea clara que va desde su frente a mitad de la mejilla, el cabello algo largo caía de manera que enmarcaba un rostro de figura familiar.

No, imposible… el calor del desierto ya le fusilo los circuitos, esto era demencia, ya se había vuelto loco, ya que lo que veía, lo que creía estar viendo era irreal.

La línea que era la boca de aquella alucinación al otro extremo del patio se abrió mostrando una hilera de dientes blancos en una carcajada debido a un chiste escuchado de alguno de los niños, y la alucinación se volvía más real a la imagen de su difunto amigo al reconocer esos puntiagudos dientes tan característicos en las sonrisas de su amigo.

-¿Cy? ¿Te encuentras bien? De repente te quedaste muy quieto y pálido- Star que se encontraba a su lado noto el cambio de su amigo, la inactividad en su movimiento y el plato medio lleno abandonado.

-Yo… yo…- se negaba a creerlo, aunque le costara, aunque cada fibra de su ser carne y circuitos había anhelado algo parecido por el pasado año, un milagro, una oportunidad para reencontrarse con su amigo, un atisbo de esperanza irracional y tortuoso que lo mantuvo despierto aquellas noches recordando a su verde amigo.

-¿Qué es lo que te pasa Cy?- indago Robin también ya al tanto del extraño estado de su amigo, hasta que noto la mirada fija en un punto frente a ellos así que decidió seguir la misma dirección.

Primero ve a los niños, la piñata subiendo y bajando y balanceándose de un lado a otro arrítmicamente, él no tendrá un ojo bonico como el de su amigo pero si una vista entrenada capaz de captar los detalles que son motivo de preocupación o alteración. Ve a un joven que es lo único que desencajaría entre tantos niños, pero no tanto como justificar la reacción de Cy, bien podría ser el hermano mayor de alguno de ellos.

Hasta que lo noto al igual que su amigo. Un parecido sorprende, un parecido imposible, a menos que realmente fuera…

-Beastboy-

No podía ser, no debería ser, pero realmente quería…

Tal vez otra vez había alucinado con el estrés, eso le había pasado con Slade, se había obsesionado tanto con su enemigo que al final lo veía cuando realmente no estaba ahí, aunque su obsesión con chico bestia era completamente diferente.

Como alguien que había apreciado, como un compañero perdido, como un querido amigo, como alguien que tarde se había dado cuenta que este chico verde era alguien importante para él de una manera más haya de fraternal.

-¿Qué dijiste Robin?- acercándose a su equipo Raven mira a su líder, estar alejada y aparentemente ajena a la fiesta no quería decir que no estaba prestando atención a su equipo o su alrededor como completa enajenada.

Ese nombre hacia mucho que no había salido de los labios de su líder, algo estaba pasando.

Las dos féminas imitaron la acción del líder del equipo siguiendo la dirección en que se habían quedado enfrascados sus dos compañeros observando.

-Ese joven se parece…-

-Imposible-

Cada uno de ellos tenía un torbellino en sus mentes, tratando de auto convérsese que esto que miraban era algo que simplemente estaban malinterpretando lo que veían, porque hace más de un año su amigo había muerto… esa era la verdad, o…

La primera de salir de su impacto fue Raven, cruzo el jardín ignorando el riesgo de terminar golpeada por el palo de la piñata o la piñata misma, algunos adultos la vieron confusos, los niños al percatar a la pálida y de presencia oscura mujer que se les acercaban dejaron de gritar un momento, su semblante serio y con ceño fruncido era algo intimidante para ellos. Incluso para el joven de ojos verdes que en todo momento sintió la mirada de la morena de piel pálida sobre él.

-¿?-

La desconocida una vez lo suficientemente cerca se detuvo frente a él y pareciera querer penetrar con su mirada hasta el alma, por lo que no pudo evitar retroceder un par de pasos teniéndola enfrente.

-Tú… tú…- las palabras no lograban salir, ¿Qué es lo que quería decir en este momento?

Ahora teniéndolo más de cerca no había duda, bueno, en realidad había muchas dudas, porque si realmente si este ser vivo no era el mismo que Beastboy en algún momento su amigo tuvo que haber tenido un hermano gemelo o lo clonaron, incluso para ella estar frente a su imagen viva, respirando, de diferente tono y color, pero de carne y hueso, era demasiado.

-¿Señorita por qué está llorando?- una voz infantil pregunto, Ricardito que estaba a un lado vio con sorpresa como aquellas pálidas mejillas rápidamente se humedecían por dos caminos de lágrimas.

¿Cuándo había empezado a llorar? ¿Cuándo había dejado que sus emociones se desbordaran de esta manera?

Un pañuelo se posó frente a ella, de la misma imagen quien la atormentaba en esos momentos.

El joven no tenía idea de lo que pasaba, solo que de repente esta chica se le había acercado con cara de pocos amigos y ahora se encontraba llorando, tan contradictorio, confuso y extraño que parecía apenas atino a extenderle un pañuelo. Raven no lo acepto.

-Beastboy- susurro apenas audible para los que la rodeaban antes de abalanzarse al muchacho frente a ella abrazándolo con fuerza y dejando fluir más lágrimas.

Era por esto, por esto ninguna de sus invocaciones, hechizos o sesiones espiritistas había funcionado, estaba buscando en los lugares inadecuados, algo que aun respiraba en reinos en que solo el alma perdura, era por esto que jamás pudo encontrar a Beastboy en el mundo espiritual, ya que Beastboy estaba vivo.

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