Capítulo 14 Dumbledore contraataca
- Harry!!!! Harry!!!!! Ya puedo regresar a la escuela.
Todos en el gran comedor miran con curiosidad al niño rubio que entra gritando por la puerta principal. Sin inmutarse por ser el centro de atención, Draco corre a la mesa de Slytherin buscando a un niño en particular. Al verlo una sonrisa invade su rostro, su mejor amigo lo ve fijamente mientras su boca se abre de la emoción, sin dejarlo reaccionar se sienta junto a él para abrazarlo. Harry deja caer sus cubiertos al piso, el ruido del metal saca a todos de su sorpresa y la comida retoma su curso normal. En la mesa de los Slytherin todos saludan a Draco, sus amigos le dan palmadas en la espalda en señal de alegría, este sin soltar a Harry les cuenta la razón de su regreso:
- Dumbledore quería que estuviera en casa hasta después de navidad, pero papá lo obligo a aceptarme de regreso. Saben que mi papá es el director de la junta de educación del reino?
- Si tu papá tiene tanto poder porqué dejo que te expulsaran en primer lugar?
- No lo se, supongo que estaba enojado conmigo. Pero olviden eso tengo tanto que contarles, nunca me imagine que mi papá fuera tan genial, es fantástico, me enseño tantas cosas, sabe de todo, esperen a que tengamos esgrima les voy a partir el trasero a todos.
- Draco, desde cuando adoras tanto a Lucius, te oyes como si nunca hubieras vivido con él.
Conciente de haber hablado de más, el rubio les contesta con una críptica sonrisa, ninguno de sus amigos se imagina que él está hablando de su padre, de Tom Riddle, no de su papá Lucius. El comentario de Teo lo regresa a la realidad, debe portarse como siempre, soltando a Harry se sirve en su plato y empieza a comer. Nadie creería que estuvo 1 mes expulsado. Los demás Slytherin lo ven por un momento, Draco trae algo entre manos pero conociéndolo se los comentará cuando lo crea conveniente. Intercambiando una mirada entre ellos, deciden no cuestionar más a su amigo.
La comida continua su curso, las pláticas se centran en los temas del momento, el torneó de duelos está en la primera ronda eliminatoria y el equipo de quidditch ganó su primer juego. Los miembros de ambos equipos son el centro de atención de toda la casa. Al enterarse que el torneo de esgrima ya empezó Draco se desilusiona un poco, él se moría de ganas de participar, pero se contenta al saber que Blaise y Greg van primeros en su categoría. Draco recuerda que su cumpleaños se acerca y su voz toma el liderazgo de nuevo:
- La siguiente semana es el día de la resistencia, saben lo que eso significa?
Por debajo de la mesa Harry y Draco mantienen un concurso de pisotones, ninguno puede expresar en palabras la alegría de estar juntos de nuevo, y esta es la mejor forma de mostrar su felicidad. Draco ya decidió que solo Harry sabrá del regresó de su padre, pero le dirá cuando estén solos. Al ver que nadie le va a seguir el juego a su mejor amigo, Harry es quién se atreve a preguntarle:
- Qué Draco?
- Es mi cumpleaños y mi padrino me dio permiso para ir a Hogsmeade, que les parce?
- Se oye aburrido estar todo el día caminando de un lado a otro.
- No estaríamos en el pueblo Vince, los Malfoy tenemos una propiedad ahí, será divertido pasar un día todos juntos, seguro el abuelo hace de cuidador y con él podemos hacer lo que sea. En la tarde podemos regresar al castillo para los festejos oficiales y será un día genial.
- Lo siento Draco, yo no puedo, en la noche es mi primer concierto como solista y Miss Marple quiere repasar las canciones en la mañana.
La corazonada de Severus fue acertada, Harry tiene una voz muy especial. Al hacer la prueba la directora del coro, la profesora Marple, enrolo a Harry como solista. Después de mes y medio de trabajo el concierto del día de la resistencia será su debut. Harry nunca pensó ser tan bueno en algo pero este conocimiento lo llena de orgullo. Los demás Slytherin también están emocionados, pocas veces pueden presumir tener un solista en el coro, usualmente su fuerte se encuentra en las actividades físicas, dígase quidditch, duelos y esgrima.
Draco se enoja, su cumpleaños es una fecha muy importante, no puede creer que Harry prefiera estar cantando todo el día. Pero pasar tiempo con sus padres no solo le enseño a controlar su poder mágico, también le ayudo con su carácter. En lugar de hacer un berrinche como acostumbraría, simplemente hace un puchero ya tendrá tiempo de convencerlo de ir a su fiesta:
- Pero Harry es mi cumpleaños, no puedes faltar, sin ti no será lo mismo.
- Lo mismo dirán en el coro cuando su solista no se presente a cantar y hablando de eso, los dejo Miss Marple me espera, nos vemos en la noche.
Los demás se despiden con un gesto de mano acostumbrados a la disciplina del moreno, pero Draco no se da por vencido. Tomando un pedazo de pan tostado corre atrás de Harry. Al estar a su altura, pasa su brazo por encima de su hombros en un gesto protector. Todos en el comedor ven como ambos niños se alejan abrazados y murmurándose cosas en el oído, la risa del moreno alegre y tranquila se deja oír cuando el rubio le planta un beso en la mejilla. Severus no quita los ojos de sus dos ahijados, la semana pasada Harry le contó sobre la relación entre su varita y la de su majestad. Con Tom despierto es hora de poner el tema en la mesa de nuevo, Lucius estará más dispuesto a escucharlo. Dumbledore también sigue con la vista a los niños, el regreso del heredero Riddle-Malfoy sucedió a tiempo. Ahora sus lacayos solo deben atraer a ambos niños a su trampa. Ve como Ron Wesley se para de la mesa siguiendo sus ordenes sin estar conciente de ello, 3 minutos después Hermonie Granger también lo hace, antes de correr tras los niños saca su varita, sabiendo que la necesitará.
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Al ser alcanzados por Wesley, Draco se pone su máscara de príncipe y se niega a quitársela por más que Harry le lanza miradas suplicantes. Está furioso, su amigo no parece recordar las burlas del pelirrojo. Peor aun Ron no le ayudo cuando su padre casi lo mata por la golpiza que le dio, y apoyo a los Prewett durante todos y cada uno de sus ataques. Quiere preguntarle a Harry a que se debe esta nueva amistad con el pelirrojo, pero Ron leyendo sus pensamientos dice en voz alta:
- Todo lo hice por miedo, estoy arrepentido, solo quiero otra oportunidad.
Sin dignarse a contestarle, Draco continua caminando junto a Harry, en lugar de abrazarlo como cuando están solos, le da la mano. Apenas llegan al salón de música, le da otro beso a su amigo y se despide, pensaba pasar al ensayo del moreno, pero su tolerancia no es tan grande para aguantar a Ron por 3 horas. Además debe escribirle una carta a Sirius Black contándole de la nueva amistad de su ahijado:
- Ahí te quedas, vengo por ti en la noche, voy con mi padrino para ver en que materias debo ponerme al corriente.
- Bueno nos vemos al rato.
Ron lamenta haber sido un imbécil, pero cuando quiso rectificar su actitud fue demasiado tarde. Solo mediante el coro ha podido acercarse un poco a Harry. Sus hermanos gemelos también dudan de su cambio y se niegan a integrarlo a sus planes. Esperó recibir el perdón de Draco, así el moreno lo aceptará con más facilidad, pero al parecer eso no sucederá. Los dos niños se miran extrañados, miss Marple nunca tarda tanto en abrir la puerta. Antes de poder tocar de nuevo, Hermonie le lanza un hechizo de inmovilización total a Ron:
- Esto te pasa por no hacerme caso, pero no te preocupen Dumbledore te perdona porque es muy bueno.
El moreno ve con terror como otros Gryffindor vienen detrás de Hermonie. Intenta correr para escapar de sus atacantes, pero su magia no le responde y eso lo asusta. Su mente parece recordar un evento similar, pero algo bloquea esa memoria. Cuando está a punto de salir hacía el comedor, Oliver Wood, un chico de 5 curso de Gryffindor le pega en la cara sacándolo de combate. El ataque no tardó más de 5 minutos, todo estuvo bien organizado y sincronizado, aparte de Hermonie y Wood, otros 3 chicos de 4 año están presentes. Los secuestradores ven a su alrededor buscando testigos antes de dirigirse hacía el tercer piso del castillo con los dos niños inconcientes. Pero nadie notó el incidente y ellos toman su camino.
Sin embargo escondidos detrás de un cuadro, los gemelos Weasley fueron testigo de todo, sin decir una palabra sacan una libreta de su ropa y apuntan la fecha, es la quinta vez que Harry y Ron van voluntariamente al encuentro de sus captores pensando que tienen ensayo con el coro. Tanto Fred como George intercambian una mirada preocupada, lo que sea que les están haciendo en las 3 horas que siempre desaparecen, está siendo exitoso porque ninguno de los 2 niños parece recordar nada de lo sucedido pero siempre llegan puntuales a su cita. En un mutuo acuerdo, deciden que es hora de contarle sus sospechas a alguien más y en un murmullo dicen un nombre, Draco, para después correr hacía donde el rubio desapareció.
Lo alcanzaron en el segundo piso con papel en la mano caminando a la lechucearía, al verlos Draco no los reconoció, su cabello pelirrojo los ponían como Weasley, pero su constitución y actitud no concordaban con nadie de su familia. Sin darle tiempo de reaccionar, lo toman de la camisa y tapándole la boca lo jalan hacía un pasadizo secreto que los saca junto al pastillo izquierdo del tercer piso. Mientras George mantiene a Draco quieto, Fred escribe en su cuaderno, espera que los Gryffindor no hayan pasado aun, así el Slytherin tendrá una prueba para aceptar su palabra:
“Mi hermano y yo somos Hufflepuff, él es George y yo soy Fred, somos Wesley pero odiamos a nuestra familia y no tenemos nada que ver con ella. Si prometes estarte quieto George te soltará, pero debes prometer no hacer ruido porque sino nos verán y estaremos en problemas, a cambio de tu cooperación, te contaremos algo relacionado con tu amigo Harry. Aceptas?”
Draco analiza sus opciones. Está solo con 2 chicos más grandes, se puede decir que lo secuestraron pero no se siente amenazado por ellos. Hasta entiende su acción, él no los conoce y son Wesley, necesitaban su atención y ahora la tienen. Su magia mixta pero de mayoría negra lo tranquiliza, lentamente afirma con la cabeza, algo le dice que sus captores son aliados. Fred toma su pluma de nuevo para volver a escribir:
“Dumbledore planea algo con Harry, es nuestro hermano adoptivo y juramos no dejar que lo lastimaran. Dentro de poco verás como lo traerán inconciente, entrará a ese cuarto y no saldrá en 3 horas. Una vez intentamos seguirlos pero hay un perro de 3 cabezas que custodia la trampilla por donde bajan. Necesitamos tu ayuda para vigilar a Harry, el viejo no debe sospechar que conocemos parte de su plan, pero debemos saber cada cuando secuestra a Harry y que provocan estas visitas en él”
“¿Qué ganan ustedes?”
La oscuridad evitó que Draco viera el cambio en los ojos de los gemelos, su brillo se opaco, su mirada se endureció mientras recordaban las torturas soportadas, cosas que nadie de su edad debe experimentar y menos a mano de su propio padre. El azul de sus ojos dio paso a un brillo rojo que tan pronto apareció se quito. Ahora es el turno de George de escribir:
“Odiamos a nuestra familia, odiamos a nuestro padre y hemos visto como transforman a nuestros hermanos mayores en sus peones, no dejaremos que Harry caiga en sus redes, él merece algo mejor. Además Ron nuestro hermanito también está revelándose, queremos ver si todavía hay una forma de salvarlo. Nosotros queremos matar a nuestro padre y si debemos derrotar a Dumbledore primero lo haremos. Nos ayudarás?”
La golpiza que Harry sufrió a manos de Arthur Weasley, sacó el instinto asesino de Draco. Desde ese día uno de sus deseos más profundos es matar al hombre, no pensó encontrar a nadie con su mismo anhelo, pero ahora no dejará pasar esa oportunidad. Ninguno de sus padres le enseño como realizar maldiciones asesinas, pero la enorme biblioteca de su mansión tiene el material necesario para adquirir este conocimiento. Sus ojos dejan de ser plateados para convertirse en rojos, los gemelos en lugar de asustarse sonríen todo saldrá mejor de lo esperado. En ese momento Hermonie, Wood y el resto de su comitiva pasan enfrente de ellos, la contestación de Draco no deja lugar a ninguna duda:
“Ellos también morirán, ustedes pueden divertirse con su padre, yo me encargaré de ellos. Trato?”
“Trato”
“Perfecto, le pediré a mi padre un cuaderno encantado para comunicarnos si necesidad de vernos, nadie debe sospechar que nos conocemos. También intentaré robar un par de libros sobre maldiciones para que los lean, mi padre dice que cuando realizas una venganza debes hacer sufrir a tu víctima, matarlo demasiado rápido es una tontería.”
Una vez acordada su próxima reunión, Draco deja a los gemelos vigilando el pasillo del tercer piso mientras él corre con su padrino. En ninguna parte del trato está no contarle a ningún adulto, si quiere tener los cuadernos sin muchas preguntas debe incluir a Severus. No le dirá al jefe de su casa su deseo de terminar una vida, eso es un secreto que solo los gemelos y él conocerán. Lo que Draco no piensa, es que mientras él acumule más odio en su interior, la magia negra a su alrededor se vuelve más densa y peligrosa, parte clave del plan de Dumbledore para controlar a Harry.
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El contacto del agua helada con su piel lo despierta, se encuentra en lo que parece ser una mazmorra, no hay ninguna ventana en la habitación, él está amarrado con unas cadenas a un marco construido especialmente para eso. No oye ningún sonido a su alrededor, unos audífonos cubren sus oídos, al encontrarse en ese estado sus recuerdos regresan, sabiendo lo que le espera intenta huir de ahí, pero sus intentos son inútiles. Dumbledore se para enfrente suyo, le sonríe con maldad mientras acciona un interruptor a su derecha. El sonido lo aturde:
- La magia blanca vencerá, Dumbledore es nuestro líder, mata a todo mago oscuro que veas, no confíes en ningún Black, obedece a Dumbledore.
Las lagrimas escurren por la cara de Harry, no solo es obligado a oír esta voz una y otra vez inculcándole conceptos que contradicen todo lo que él sabe, también su cuerpo es torturado al ser recorrida por la magia negra que la máquina de Dumbledore le inyecta sin piedad. Él un mago blanco no puede soportar esto, con cada gota de magia oscura que entra a su cuerpo, este se vuelve más alérgico a ella, dentro de poco no podrá dormir con los Slytherin sin enfermarse, tampoco podrá regresar con los Black y mucho menos pasar tiempo con Draco.
Si Harry aun no sucumbe al plan de Dumbledore es el recuerdo que fue su ancla durante toda su niñez, el pequeño cierra los ojos y revive ese horrible momento, cuando el hombre de cabello negro lo intenta salvar pero no puede. La sensación de paz y amor que emana de su ser, es suficiente para confirmarle que no está solo, pronto alguien se dará cuenta de sus desapariciones y evitará que pasen de nuevo. Oyendo su petición, un decidido Draco le cuenta a su padrino lo sucedido y este también decide incluirse en su vigilancia, si Harry quiere tomar clases privadas de canto, lo harán en su despacho bajo su supervisión.