Capítulo 24 Navidad
Lo primero que ve al abrir los ojos es el techo lleno de snitchs, quaffles y bludgers que pintó junto a su padre. Una burbuja de felicidad lo inunda, está acostado en su cama en su cuarto en su casa, tantos pronombres posesivos hacen feliz al moreno que acostado ve como las imágenes se mueven por todo el techo. Las cortinas están cerradas, pero el silencio en la mansión le dicen que es demasiado temprano, volteándose hacía un lado ve la hora en el reloj del buró, 6 de la mañana. Está a punto de volver a dormir cuando recuerda la fecha, 24 de diciembre, aunque no abrirán los regalos hasta la noche cuando este el resto de su familia presente, la emoción lo invade. Está seguro que está será la mejor Navidad de su vida. Harry se baja de su cama, se pone sus babuchas para no pisar el frío piso y corre fuera del cuarto, hacía donde Draco duerme, quiere ser el primero en felicitarlo.
Al abrir la puerta nota que el cuarto del rubio está mas templado que el suyo, seguramente él si se acordó de decirle a su elfo personal que no dejara bajar la temperatura. Su hermano duerme abrazado de un viejo dragón de peluche, su techo está adornado con un enorme dragón blanco, es fácil decir cual es el animal predilecto del rubio. Sin darle ningún aviso, salta sobre la cama. Draco se despierta molesto, pero al ver que es Harry lo ataca con una almohada como venganza. Ambos niños juegan un rato, saltando de un lado a otro mientras se persiguen y se pegan con las almohadas, su risa se oye por toda la casa, para su buena suerte sus padres tuvieron una noche de pasión y su cuarto está insonorizado, sino los hubieran ido a regañar por hacer ruido tan temprano.
No es hasta media hora después que descubren que por la noche nevó, los jardines de la mansión están tapizados de blanco, olvidando su guerra de almohadas, ambos niños bajan corriendo para salir a jugar con la nieve. Es mucho más divertido aventarse bolas de nieve que almohadas.
En su cuarto, un medio dormido Lucius siente como las puertas de la mansión se abren y sus hijos salen al patio, por unos minutos continua como sin nada, hasta que relaciona la salida de sus hijos con el frío que hace. Tom a su lado, se sobresalta al sentir a su esposo pararse, un segundo después ya tiene su varita en la mano dispuesto a proteger a su familia. El grito de Lucius lo termina de despertar, últimamente el rubio anda de una bipolaridad más fuerte de la habitual:
- Thomas Riddle deja eso y ve a regañar a tus hijos, andan en los jardines con este frío.
- Amor déjalos jugar, es Navidad.
Ahora que tiene la información completa y sabe que solo son sus hijos siendo niños, Tom intenta convencer a Lucius de hacer algo más divertido. Draco y Tommy estarán ocupados toda la mañana, dándoles la oportunidad de pasar un tiempo juntos. Pero el rubio tiene otra idea en la cabeza y frustrando sus intentos le dice:
- Por supuesto solo tienes cabeza para el sexo. Draco estuvo enfermo, si tu hijo recae no te la vas a acabar.
- Está bien, vamos pues.
Los dos se paran de la cama, están desnudos y las marcas en su cuerpo no dejan duda lo sucedido por la noche. Mientras Tom se pone un pantalón y una sudadera, Lucius se dirige al baño donde antes de encerrarse la voz de su esposo le pregunta:
- Y tú a donde vas?
- Soy un Malfoy, nunca estamos menos de perfectos.
Primero lo despierta a esa hora de la mañana, para después mandarlo afuera al frío mientras él se mete a bañar con agua caliente, definitivamente tiene que hablar con su rubio amor. Pero no queriendo pelear por una tontería como esa sale del cuarto dispuesto a regañar a sus hijos.
Al salir al jardín, ve a su primo montado en una escoba mientras Draco y Tommy lo persiguen lanzándole bolas de nieve. Ambos niños lo ven, intuyendo su intención terminan su juego. Un segundo después sus risas desaparecen junto a su persona. Sus chicos se escondieron en el enorme jardín, James llega a su lado y le avienta otra escoba:
- Sus gritos me despertaron, querían ir a su cuarto pero los entretuve, considéralo mi regalo de navidad.
- Gracias, pero Draco estuvo enfermo, no queremos que recaiga.
- Les puse suéter, calcetines, zapatos y un hechizo calentador.
- Perfecto, que te parece si vamos por ellos, ya les dimos suficiente ventaja.
Al recibir la escoba de James, no puede evitar sonreír de felicidad. Hace apenas una semana que ocurrió su juicio y su primo casi está recuperado físicamente. Todavía los dementores invaden sus sueños y no puede hacer hechizos muy complicados, pero cuando lo vio por primera vez después de 10 años, pensó que lo perderían para siempre. Sin embargo Parkinson estaba preparado, una buena dotación de pociones constituyentes, mucho descanso y James recuperó su apariencia de siempre. Su negro cabello ahora está bañado en canas, pero sus ojos ya recuperaron el brillo de una persona sana. Como titubea, James le dice en broma:
- Acaso se te olvidó como montar una escoba?
- Nunca.
Tanto James como Riddle fueron buscadores en sus años de estudiantes, ganando varias veces la copa de quidditch. Ambos son hábiles en una escoba y corretear por el jardín montados en una les hace recordar su juventud. Draco es el primero en ser atrapado, lo suyo no es la velocidad y prefiere mil veces un duelo que jugar un partido de quidditch, en cambio Harry es natural en ese deporte. Como un rayo se escabulle entre ambos adultos, cuando están a punto de atraparlo frena en el último instante para cambiar de dirección. Pero todavía no es rival para su padre. Después de 10 minutos es atrapado y los cuatro regresan a la terraza de la mansión, donde Lucius los espera con una sonrisa en los labios y una taza de chocolate caliente para cada uno:
- Suban a bañarse, falta desayunar y quiero ver si tienen todo para la noche.
- Está bien papi.
- Quiero que cada uno lo haga en su baño, entendido.
- Si papi.
James se despide con un gesto de cabeza para también subir a su cuarto. Tom y Lucius se quedan un rato abajo, el moreno sabiendo que su amado ya está arreglado y como venganza por despertarlo lo abraza aunque esté sudado. Su esposo lo intenta alejar en broma, para después besarlo y murmurarle al oído:
- Me vengaré Thomas Riddle.
- Si me acompañas a bañarme te dejaré hacerlo.
Al pasar por el cuarto de sus hijos, comprueban que no haciendo caso a su orden se bañan juntos, así tardarán años en estar listos, pero los dos adultos tienen cosas más importantes que hacer y pasan de largo sin regañarlos.
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Lo primero que notan Sirius y Severus al llegar a Malfoy Manor es el olor de panecillos recién horneados, intuyendo correctamente, se dirigen al comedor donde su ahijado los recibe con su pregunta tradicional de Navidad:
- Qué me van a regalar?
- Draco, que son esos modales?
- Perdón, buenos días padrinos, qué me van a regalar de Navidad?
Conociendo al rubio, Sirius le guiñe un ojo como única contestación, este gesto se repite cada año cuando el niño recibe el juguete que les encargó sin importar lo costoso y difícil de conseguir que sea. Lucius le da un coscorrón a su hijo, a veces Draco le da demasiada importancia a los regalos materiales. Una vez los adultos se sientan a la mesa, les informan de la razón de su visita, Sirius quiere regresarle a James el control de su fortuna, así que planean ir a Gringotts para hacer los tramites. Severus los acompañará porque necesita un par de ingredientes. Al oír su plan, el rubio mayor interviene en su plática, tiene un interés profesional en el tema:
- Potter la fortuna Black tiene intereses conjuntos con mi consorcio en el mundo muggle. Se que a ti te gusta hacer tus propias inversiones, antes del fin de mes puedo darte tu parte proporcional.
En el pasado, una de las mayores diferencias entre James y Lucius fue precisamente el tema del dinero. Hubo un momento en que los Malfoy estaban buscando familias oscuras que quisieran invertir con ellos en el mundo muggle. Lucius siempre dio por hecho que James les ayudaría con la fortuna Potter, así que cuando se negó a participar en ese negocio, su relación se enfrió. Recordar ese percance provoca un silencio incómodo, que es roto por el propio James:
- ¿Canuto qué te dio Malfoy para que aceptaras invertir con él?
- Ah, eso, verás…este….como explicarte…yo no…nunca…Mm…digamos que Regulus…no se. ¿Por qué me haces preguntas tan difíciles?
Solo Sirius se pone así de nervioso al hablar de dinero, para ser una persona que toda su vida ha sido rico le es muy difícil mencionar ese tema. La risa de todos los presentes hace enrojecer a Sirius, quién toma un trago de café para no verlos. La plática continua en temas más acorde a la fecha, Tommy todavía no ha pedido nada para navidad y los cinco adultos presentes lo presionan para conocer su lista. Después de varios minutos, el pequeño baja la vista y confiesa que quiere un juego de pelotas de quiditch. Sus padres se guiñen el ojo al oír esto, ambos habían acordado comprarle eso. Por fin empiezan a conocer los gustos de su hijo menor. Armándose de valor, Tommy que quiere pasar más tiempo con sus padrinos, pide permiso para acompañarlos:
- Papá, Draco y yo podemos ir?
Los cuatro adultos que saben lo difícil que continua siendo para el moreno pedir cosas para él, sonríen contentos. Esperan que pronto Harry emule a su hermano y les exija hasta el menor de sus caprichos. Por el momento este es un buen paso. Después de un intercambio de gestos, Lord Voldemort es quién toma la palabra:
- Por nosotros no hay problema, pero deben preguntarle a sus padrinos.
- ¿Podemos ir con ustedes?
- Estaremos en Gringotts varias horas, no quiero quejas ni lloriqueos, entendido?
Enseguida Harry afirma con la cabeza, de todos modos él quiere ir a la tienda de ingredientes para pociones con su tío Sev un poco menos convencido Draco también acepta esa condición, ya se encargará de arrastrarlos a la tienda de juguetes. Los reyes se despiden de sus hijos en la chimenea, Lucius se encarga de acomodar el cuello de Tommy y le pone un gorro a Draco. Tom los besa en la coronilla e intercambia una mirada con Sirius y Severus, ante cualquier señal de peligro deben regresar a Malfoy Manor de inmediato.
El ambiente en el callejón Diagon es de fiesta, alumnos de todas las escuelas de magia se reúnen en el caldero Chorreante para festejar con sus amigos antes de ir a sus respectivas casas. Magos adultos realizan las últimas compras y familias con niños pequeños recorren las tiendas anotando lo que esperan recibir esa noche. Sin detenerse demasiado tiempo con los magos que los saludan y felicitan a James por probar su inocencia, este junto a Sirius y Draco va a Gringotts, mientras Severus y Harry se dirigen hacía el callejón Knockturn en búsqueda de unos ingredientes para pociones.
Para suerte del rubio, los goblins se conformaron con sacar una gota de sangre de James y con ella comprobar su identidad comparando su huella mágica con la encontrada en el ministro de magia. Usualmente este proceso tarda varias horas, pero por ser la fortuna Potter una de las más grandes e importantes del reino los goblins tienen un interés especial en regresarla a su legítimo dueño. La mayoría de los magos en la situación de James irían a revisar sus bóvedas para comprobar su estado, al fin y al cabo estuvieron diez años en manos de otro mago. Pero el Gryffindor tiene total confianza en su mejor amigo. Recordando la plática de la mañana, le entra curiosidad para sabe el resultado de unir fuerzas con los Malfoy. Al darle un vistazo al total de su fortuna, comprueba su habilidad para ganar dinero:
- Canuto, desde cuando invertiste con Lucius?
- Vamos cornamenta con quién hablas, en mi vida me ha interesado eso. Regulus se encargó de todo, yo solo firme su poder legal.
- Eres todo un caso. ¿Cuando menos te has dado cuenta que tu fortuna ha crecido un 20% anual desde hace cinco años?
- En serio, guau, supongo que eso es bueno.
Definitivamente su amigo es un caso, lo bueno es que Regulus heredó la habilidad financiera de su familia para generar dinero y mantenerlo, sino los Black se podrían ver en problemas. La inversión parece interesante, le gustaría conocer las condiciones de esta para ver si le conviene dejar su dinero donde está, pero está seguro que preguntarle más a Sirius solo logrará hacerlo enojar. Mejor tratar el tema con Lucius o Regulus en la semana, cualquiera de los dos le sabrá decir las condiciones del acuerdo. Para cambiar de tema, se voltea hacía su sobrino y le dice lo que el rubio estuvo esperando:
- Draco que te parece si vamos a cómprate el mejor regalo de navidad que se te pueda ocurrir.
- Siiiiiiiiiiiiii, ya se que te voy a pedir, te convertirás en mi tío favorito.
- Oye, y yo que?
Sin hacerle caso a Sirius, el rubio toma de la mano a James y lo arrastra hacía la salida, desde hace 1 año quiere un set para construir con 10 mil piezas pero ni su padre ni su padrino le cumplieron su deseo alegando que es demasiado. Si James se lo compra será feliz, hasta Tommy podrá ayudarle a construirlo.
Ninguno de los dos se da cuenta que mientras ellos salen por la puerta giratoria, un grupo de diez magos con capas negras entra por el otro lado. A Sirius no le da buena espina la entrada de esas personas. Está a punto de ir a su encuentro, cuando los goblins se le adelantan. Notando que se quedó atrás sale por donde James y Draco se fueron, todavía los alcanza a ver bajando por la escalinata, cuando una explosión ocurre detrás suyo. Esta lo avienta varios metros por el aire y lo tira de cabeza contra una pared. Por el golpe Sirius Black queda inconciente, escombros lo entierran en la suave nieve y nadie que pasa a su alrededor corriendo para salvar su vida lo ve.