"El príncipe camina a lo largo de la orilla del lago hacia los cisnes; cuando está a punto de seguirlos ve algo en la distancia que le hace vacilar. Se para cerca de la orilla, luego se retira rápidamente a través del claro para esconderse. Ha visto algo tan extraño y extraordinario que debe observarlo detenidamente en secreto."
El rubio tomó la rosa y la puso en una vaso con agua en el velador de su cama, su mente quedo hipnotizada viendo la rosa, no entendía como ese chico castaño paso de ser un ogro altanero a ser alguien totalmente lo contrario en tan solo cinco minutos y mas aun el echo que no solo le dio el dinero equivalente a doce ramos de flores si no que además le hizo elegir una rosa para el mismo, esto era algo que aun no podía entender en su mente así que solo se tendió en su cama pensando en que solo seria un bonito e interesante recuerdo.
Mientras en otro lado de la casa se encontraba un pelinegro que ardía de furia como era posible que su estúpido e inepto hermano gemelo pudo conseguir la atención de Seto Kaiba, Jouno sabia toda al historia de este por ser uno de los jóvenes mas ricos y poderosos de todo el país, el quería estar al lado del castaño para sentir el poder y lujos junto, al pelinegro no le importaban los sentimientos, las ansias de poder eran mucho mayores.
-esa rosa debió ser mía Kaiba, el que le hablo a Kaiba debí haber sido yo, esto no se quedara así hermanito querido, me quedare con todo yo seré feliz al final y tu terminaras en la desdicha lo juro- los rosados labios del pelinegro formaban una sonrisa de victoria sus ojos mantenían las vista fija en el vació, con cada parpadeo perdían brillo y perdían cualquier pizca de cordura el latir de su corazón se normalizo y fue cuando dejo de ser dueño de su cuerpo y de sus pensamientos se habia dejado encegueser por la envidia.
Al día siguiente fue todo normal ambos chicos se levantaron limpiaron la casa para luego abrir nuevamente la tienda, nada parecía diferente en el pelinegro pero este guardaba su odio para sí mismo y no dejaba que el rubio se diera cuenta aunque el jamas sospecharia de que su propio hermano le guarda un odio injustificado. La gente entraba y salia del local, al parecer la florería se estaba volviendo bastante popular y que esto pasara funcionaba mejor para los gemelos Wheeler, todo parecía en paz asta que un hombre alto de cabello color plata y un traje rojo entro en la florería dando paso a la tragedia que viviría el rubio.
- Buenas tardes señor en que puedo servirle- dijo el sonriente rubio.
- pues los quiero a ti y a tu hermano viviendo en mi mansión querido sobrino- al escuchar las palabras del peliplata el rubio quedo inmóvil mientras procesaba lo que los labios del mayor habían pronunciado, mientras que el pelinegro se sentía feliz por dentro ya que este hombre no se veía como ningún hombre de clase media o pobre, al contrario se notaba a lo lejos que era un hombre con bastante dinero y poder, entonces pensó que si ese tipo era de verdad su tío Maximillian Pegasus pasaran a tener una mucha mejor vida y tener todo lo que el merece por derecho.
- y quien nos asegura que usted es nuestro tío – dijo el pelinegro que en realidad le daba si era de verdad o no su desaparecido tío por parte mamá, solo quería vivir en su mansión y tener el dinero de este.
- pues esto acredita que no solo soy tu tío si no que también ahora el tutor legal de ambos, mis queridos sobrinitos- dijo el peliplata mientras mostraba antes los gemelos una hoja donde salia que todo era cierto lleno de firmas y timbres de un juez.
-y que piensa hacer con nosotros señor- dijo algo nervioso el rubio que aun no lograba procesar nada y temblaba por la noticia.
- pues bien ahora no necesitaran esta casa ni esta florería, ni nada de lo que tengan aquí solo vayan por un par de cosas arriba por que desde hoy vivirán conmigo en mi mansión.
Y así fue ambos chicos empacaron unas cosas el pelinegro solo llevo un pijama y una muda de ropa ya que sabia que desde ahora tendría ropa nueva y costosa, en cambio el rubio metió en su mochil sus recuerdos mas preciados una foto de sus padres, el collar de su madre que tenia un topacio amarillo que lo usaba todos los días y guardo con cuidado en una caja la rosa amarilla que estaba en su escritorio.
Ya habían pasado mas de cuatro meses en el que vivían en la gran mansión y su querido tío comenzó a mostrar su verdadero ser Joey se llevo la peor parte de todas se había convertido en el nuevo empleado "esclavo" de la mansión Pegasus, no podía salir de la mansión sin permiso al punto que ninguno de los dos chicos fue mas al instituto, no podía hablar con nadie de afuera e incluso los otros empleados tenían prohibido ayudar al rubio con las tareas, mientras que con Jouno era todo lo contrario el podía hacer lo que quisiese, no hacia ninguna labor domestica, su tío consentía cualquier capricho del pelinegro, el rubio se habia transformado en un esclavo mientras que el otro en un príncipe, un día en la mañana durante el desayuno el rubio recordó el sueño de la noche anterior.
-Jouno sabes la noche anterior tuve un sueño-
- que tiene de especial todos tenemos sueños-
- si lose pero este era diferente, “era el de una chica que fue presa de un hechizo convirtiéndola en cisne de color blanco, necesitaba amor para poder ser libre y romper el hechizo, su gemela lujuriosa y malvada también es transformada en cisne pero a diferencia de esta en uno de negro plumaje, esta engaña y seduce al príncipe, el príncipe caen en el engaño y se enamora del otro cisne” , ¿muy raro no?-
- si si si como sea, la verdad tengo que ir de compras hoy pero que tal si vas por mi anda ¿si?- dijo el pelinegro no mirando al rubio.
-pero sabes que tengo prohi....-
- si lose pero yo hablare con mi tío y le diré que fuiste de compras, ten toma esta lista y no tardes mucho -
El rubio se dispuso a salir con mucho gusto hace casi dos meses que no traspasaba las puertas de la mansión Pegasus, poder ver a la gente le causaba una sensación gratificante termino de comprar la lista interminable de su hermano y tubo la idea de visitar su antigua casa y ver su jardín.
Tomo un taxi hacia donde vivía el camino en el taxi fue interminable los segundos se sentían como minutos y los minutos horas añoraba volver a sentir la paz y la seguridad que su casa le brindaba, con cada recuerdo una salada lagrima corrían por su mejilla asta que el taxi se detuvo sacándolo de sus pensamientos salio del vehículo y se quedo estático frente a la puerta de la casa desde afuera se podía sentir el olor a abandono y soledad
Saco la llave que aún conservaba de su bolsillo y giro la manilla y millones de recuerdos y sensaciones se apoderaron de su mente la casa tan bien cuidada ahora estaba cubierta de polvo telarañas y completamente deshabitada una nueva lagrima callo por su mejilla, reviso cuarto por cuarto asta llegar a la florería, pétalos por todos lados flores marchitas polvo, telarañas y un aroma de soledad adornaban el lugar que una vez fue hermoso y lleno de vida ahora era un despojo de eso, un lejano recuerdo de lo que una vez fue la florería mas colorida y del mas exquisito aroma que pueda existir, en ese momento imagino el estado en el que se encontraría el jardín, corrió hasta el patio se preparaba para lo peor abrió la puerta del jardín, la fuerte luz del sol lo obligo a cerrar sus ojos haciéndolo sentir el mismo aroma de flores de hace cuatro meses cosa que era completamente imposible.
Cuando sus ojos pudieron por fin acostumbrarse a la luz abrió los ojos solo para sorprenderse y quedar boquiabierto, el patio que el creyó que seria un cementerio de flores marchitas era el mismo jardín con las flores perfectamente conservadas, era casi mágico no entienda al razón era ilógico que eso hubiese ocurrido pero dejo todo pensamiento de lado para arrodillarse a olor las flores, cada vez que inhalaba sus pulmones se llenaban de un dulce aroma sentáa que el olor de sus flores lo calmaban y lo hacían olvidar cualquier cosa estaba totalmente concentrado pero una voz lo saco de sus pensamientos.
- sabia que volverías- dijo una voz ronca tras el rubio que se acercaba lentamente a su lado.
- que que... haces aq...- dijo el ojimiel nervioso
- pues vine a buscarte hace tres meses, y como no te encontré aproveche de cuidar el jarrdín-dijo el castaño sonriendo
- si esto es una broma créeme que no me esta gustando para nada , ademas ¿como lograste entrar?-
- no, esto no es para nada una mala broma realmente ese día llamaste tanto mi atención que durante estos últimos cuatro meses no e podido sacarte de mi cabeza y vengo una vez a la semana a esta hora para ver si es que volvías y creo que la suerte hoy me acompaño- dijo el castaño dando una pequeña sonrisa de lado mientras el rubio se ponía algo nervioso y sus mejillas se tornaban de un color coral.
-no... debiste haberte molestado, no creí que me recordaras- dijo el ojimiel agachando su cabeza para esconder su vergüenza.
-debo admitir que de en un principio yo también creí lo mismo que no te recordaría pero conforme pasaron los días mas te recordaba asta que un día volví con la excusa de comprar flores, pero cuando llegue a la florería no había nadie y así paso la siguientes veces que volví y sucesivamente-
- pero como lograste entrar y por que decidiste cuidar el jardín-
- no te lo diré- pronuncio el castaño levantando una ceja.
-¡que! ¿ por que no?- pregunto molesto el rubio.
- por que no se me da la gana, además tómalo como un regalo y solo dedícate a recibirlo sin preguntar- el castaño se sentó en el suelo frente al rubio causando que este se avergonzara mas aún.
- entonces creo que debería darte las gracias- dijo el rubio regalándole una sonrisa al castaño.
Ambos estaban sentados frente a frente el jardín que estaba a su lado hacia al escena simplemente hermosa la luz del sol hacía que el cabello del rubio brillara como el oro mientras que los ojos azules del castaño brillaban como dos zafiros ambos estaban hipnotizados con la belleza del otro el silencio que se produjo duro largos minutos pero para ellos el tiempo se había detenido era un silencio agradable en el que no se decía nada pero se expresaba todo, poco a poco el castaño como si el rubio ejerciera una fuerza de atracción sobre el sus cuerpos se fueron juntando más y más, el castaño acaricio la mejilla del rubio y este se dejo, el deseo de besar al otro era un pensamiento constante en la cabeza de ambos , sus labios se acercaban cada vez mas el castaño rozo los labios del rubio con nerviosismo como pidiendo permiso para entrar y el rubio solo asintió y volvió a rozar los labios de este , de roze a roze de caricia caricia el castaño por impulso tomo el cuerpo del rubio y aprisionándolo contra el, dio un húmedo y apasionado beso sus lenguas comenzaban a bailar dentro de sus bocas asta que el aire se hizo escaso obligando a separar sus bocas mientras se miraban fijamente , no había duda a ambos les había gustado ese beso.
- muchas veces imagine este beso- dijo el castaño.
- ¿enserio?, seguro el de tu imaginación fue mejor- dijo avergonzado el rubio.
- de echo, fue mucho mejor que cualquier cosa que pude haber imaginado o soñado- el castaño tomo nuevamente la cara de rubio y poso sus labios contra los rosados labios de este comenzando así un nuevo beso....
Continuará...