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Cisne Dorado por Whitekaat

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Notas del capitulo:

Holiiiwis lectores como les prometi con un mes de atraso perdon perdon perdon con tod ami alma pero las palabras no me salian :'D pero espero que les guste el ultimo capitulo C: de este pequeño fic ^^, bueno ojala puedan dejar sus comentarios de que les parecio la historia o ponganle me gusta (?) aah perodn verdad que esto no es facebook xD bueno eso cuidense y gracias por todos los comentarios recividos se aprecian enormemente C:

“Los músicos comenzaban a entonar la nueva melodía, se acercaba un nueva danza por parte del príncipe y su nueva prometida, el sol se escondió entre las montañas llevándose con el los últimos rayos, Odette con el dolor punzante en su pecho dejo su forma de cisne aún con lagrimas en los ojos irrumpió en el baile y con gracia en cada uno de sus movimientos comenzó a danzar entre los invitados, entre pasos y giros enseñaba su graciosa y solemne danza alrededor del salón, giró y giró en medio del gran salón frente a la mirada atónita de los presentes hizo una reverencia ante todos, miro con desdén al hechicero dio la ultima lagrima de su lastimado corazón al príncipe y abandono el palacio…”

 

                                                                                                                                   Uno frente al otro, rabia contra envidia dos miradas ambarinas se cruzaban sin ceder ante la otra, llevaron ante una sala a ambos gemelos donde  obligados a sentarse uno al lado del otro, sus movimientos era sistemáticos ninguno de los dos cedía  bajar la mirad era la contienda por el mas fuerte en el que uno solo seria el triunfador para ellos era ni nada mas sin nada menos que la sobrevivencia del gemelo mas poderoso, sus miradas en las que antaño irradiaban familiaridad calor, sentimientos puros y bondad el uno por el otro fueron sustituidas por odio y rencor, ambos habían cambiado sus sentimientos el un por el otro ya no eran dos hermanos que se juraban amor fraternal y se apoyaban mutuamente, ya no, ahora eran rivales de una guerra en el cual ambos eran guerreros que estaban dispuestos a dar todo por salir vencedor.

 

 

Las sillas en las que fueron obligados a sentarse no eran sillas comunes no eran para nada convencionales eran mas perecidas a sillas que se encuentran en los salones de belleza,  los guardias empujaron ambos frágiles cuerpos sobre el rojo aterciopelado tapiz, fueron amarrados de manos y pies inmovilizándolos para que ninguno de los dos pudiese moverse del asiento al cual forma parte de su elegante jaula por así decirlo, luego de la larga espera en aquellos sillones el hombre de cabellos blanco hizo su aparición en el salón junto a dos mujeres sumamente hermosas que venían acompañadas de un maletín plateado, Joey temió nuevamente por su vida, aquella silueta que fue capaz de comer esas atrocidades contra Tristan solo por desobedecer sus ordenes seria capaz de cualquier cosa contra él pero su única intriga ¿Por qué Jouno se encontraba atado de la misma manera?.

 

 

 -“¿Que quieres de nosotros Pegasus?”- el pavor inundaba su frágil rostro de porcelana, su ambarina mirada intentaba  proyectar fuerza, el chico de hermosos cabellos dorados insistía una y otra vez con su pregunta la cual era solo ignorada, un miedo constante crecía en su interior  quizás ese era su fin pero a pesar de todo no tenia miedo si esa era el castigo que debía pagar por haber sentido lo que es el verdadero amor estaba dispuesto a pagar cada beso.

 

 

 Sintió unos alargados dedos que tocaban sus cabellos como inspeccionando, una de las dos mujeres una hermosa pelirroja de ojos azules estaba palpando con suavidad sus cabellos de una forma maternal como pidiendo disculpas por lo que estaba a punto e hacer, el tacto de la muchacha cesó y sintió como el rostro de la pelirroja se acercaba a su oído que entre un agudo hilo de voz murmuró -“lo siento”-.

 

 

Su corazón latía a mil por hora, apretaba sus puños  y sus músculos se contraían, el único sentimiento que rondaba en su mente era miedo y nada mas que miedo las palabras de la chica terminaron de dejarlo completamente paralizado. Unos pasos se acercaban hacia a él como queriendo hacer notar su presencia  Joey bajo su vista pudo sentir en el aire el olor tan característico que manaba aquel ser un olor a  madera y lavanda, jamás había repelido un olor de tal forma simplemente aquel perfume le parecía asqueroso y nauseabundo , un tacto un tanto frío y seguro tomo su barbilla  e hizo que mirara aquellos dos ojos llenos de deseo y pasión, sus finos y delgado labios pronunciaron ante él unas palabras que jamás podría olvidar de su mente - “Pronto serás mio mi querido Joseph”-.

 

 

Al mismo ritmo de su palpitar las palabras de su tío retumbaban en su oídos, a los pocos segundos con una media sonrisa de lado se alejó de Joey y  esta vez murmuro algo al oído del gemelo que se encontraba a su costado, la intriga lo devoraba por dentro que es lo que rondaba por la cabeza de su tío con cada oleada de pensamientos su cienes comenzaron tener un palpitar propio destrozando su cráneo era como volver  a escuchar aquel horrible eco del retumbar del mazo en las paredes, giro lentamente su mirada y vio a su tío alejarse de su hermano y  las doradas miradas se rencontraron nuevamente, Jouno alzo su rostro, clavo su mirada en los ojos de su gemelo y regalo un amplia sonrisa de satisfacción y queriendo decir -“Gané”-.

 

 

Una sustancia un tanto espesa era vertida en el cabello ambos, el fuerte olor de un químico traspasaba su nariz, era realmente horrible detestaba ese agudo y fuerte olor proveniente del amoniaco. Ambas chicas masajeaban sus cabellos de una manera suave y a la vez repetitiva procurando  tocar cada hebra de cabello con la sustancia luego que ese paso estuvo terminado su espalda reposo en el respaldo de la silla mientras que una secadora  yacía sobre su cabellera,  esperaron unos  largos minutos que para él llegaron a ser  horas y horas,  su piel comenzaba arder no sabia si eran por los químicos que aquella mujer había vertido en su cabeza o el calor que le provocaba la secadora.

 

 

El agua que tocaba los cabellos de Joey  caía de un turbio blanco por la cañería, pudo sentir los alargados dedos de la mujer pelirroja  friccionándose contra su casco removiendo toda aquella sustancia que fue vertida en los cabellos del chico de ojos miel,  giro lentamente para ver a su hermano su sorpresa fue sumamente mayor al ver que aquel gemelo que en su cabeza crecían cabellos obscuros  y tan negros como el carbón ahora lucia una cabellera  de un color rubio dorado intenso, aquel dorado color fue la ultima pieza del rompecabezas y encajaba la perfección supo deducir el plan maquiavélico que la mente de su tío había creado supo encontrarle explicación a la burlona sonrisa de su gemelo y supo que quizás ese día perdería al castaño para siempre.

 

 

Abrió lentamente sus ojos ya sabia lo que le esperaba pero aun no quería asimilarlo  tal vez si mantenía sus ojos cerrados todo pasaría, pero él era muy realista para creer eso ya sabia que todo era sumamente real y ningún ser mágico  y poderoso lo ayudaría a escapar, dirigió su mano hacia su cabellos los comenzó a  acariciar con suma tristeza las puntas de sus ahora plateados cabellos. Una figura que conocía a la perfección después de todo como no reconocerla si era la misma que la de él, se posiciono justo a su costado y llevó una mano al hombro de Joey y dejo salir un sarcásticas frase -”vez hermanito, el blanco no te queda para nada mal, asta podría decirse que se te ve mejor ”- y aquellas palabras fueron seguidas por una risa completamente burlona, el ex rubio solo quería golpear a su par como se atrevía humillarlo de esa manera tan vil que había echo él para ganarse ese injustificado odio y rencor.

 

 

Otra vez hizo acto de presencia el tío que todo sobrino quisiese tener, esta vez llevaba dos sacos negros ente sus manos y le entrego uno a cada uno de los gemelos, les pidió a las chicas que abandonaran el cuarto las cuales obedecieron en el acto, vio como al figura de su tío se acercaba a él  tomó con  una mano el metálico cierre de su saco y lo deslizo dejando ver lo que se encontraba en él, era un nada fuera de lo común traje negro, era el típico traje negro con corbata y camisa blanca Joey ahora podía estar cien por ciento seguro de que iba ir a la gran fiesta pero solo tal vez su castaño no seria capaz de reconocerlo, su tío abrió el saco de su gemelo pero el traje de este no era para nada igual, era un hermoso traje de color blanco desde el pantalón asta la camisa con pequeños detalles en mangas cuellos y botones en color  oro.

 

 

-“Que hermoso  par de retoños tengo aquí, las flores mas hermosa que pude encontrar”-  el hombre de cabellos color plata dio unos pasos hacia atrás para apreciar con mayor claridad a los dos chicos que se encontraban frente a él ambos eran perfectos para sus ojos sus pieles, sus pupilas color miel, sus suaves y delicados labios rasados eran completamente hermosos nada podía superar aquella doble belleza, pero había algo que le molestaba algo que podría arruinar sus planes, a pesar de buscar lo mas común y lo menos que pudiese llamar al atención aquel chico de ahora cabellos blancos llenaba esa habitación, resaltaba aún mas que su gemelo que estaba vestido completamente diferente a él, debía  solucionar ese problema  por que o si no si su adorado plan  no funcionaria, camino de un lado a otro como un león dentro de una jaula trataba de encontrar alguna solución para aquel percance pero su mente no estaba trabajando del todo y ninguna idea se hacia física, asta que Jouno en unas simples palabras dio por terminado aquella labor –“Tío sabes, me encanta el traje pero creo que si mas no recuerdas es una fiesta de mascaras  y no veo la mía por ningún lado”-, Un baile de mascaras era todo lo que necesitaba, al poner un antifaz y ocultar parte de sus rostros lograría desviar la atención solo al ahora gemelo rubio, y eso era algo para él que podía conseguir en solo segundos solo necesitaba realizar una sola llamada.

 

 

Volvió a mirarse en aquella pared llena de grandes espejos vio el liso antifaz negro que cubría la parte superior de su rostro  y se sintió desfallecer, la impresión era gigante aquel reflejo no era el de él ese espejo no mostraba quien era en realidad era como su propia esencia se hubiese desvanecido completamente asta al punto de dudar de quien realmente es él, la frustración se apodero de su pecho era como estar dentro de una tormenta  y ser arrastrado por las fuertes corrientes de aire, luego surgió la desesperación e impotencia no sabia como aliviar su dolor y no podía hacer nada tampoco para remediarlo  y solo se dejo caer sobre su rodillas mientras sollozaba por la fatídica desdicha por la que estaba atravesando. Junto al gemelo se encontraba su par con una antifaz de color blanco que hacia los castados formaban unas esplendorosas y elegantes plumas, observaba cada detalle de si mismo en un acto de egocentrismo y egoísmo puro, sonrió para sus adentro esta vez era todo perfecto era lo que siempre soñó este era su momento de gloria, verse a él convertido en un ser “perfecto” lleno de belleza, lujos y por consiguiente poder, por fin se había perdido todo rastro de aquel Jouno de hace cuatro meses,  gracias a la ayuda de su tío logró realizar su mas oscuro y deseado secreto, ocupar el lugar de la persona que siempre que quiso ser, la persona que siempre envidio, la persona que siempre odio para sus adentros, ser su odiado gemelo.

 

 

– “Escuche bien Pegasus ¿casarnos?”-–fue la única condición que puso el hombre de cabellera plateada para poder estar al lado de su amado Joey, y como decirle que no, era la oportunidad perfecta su vida se completaría al fin y dejaría de esconder ese profundo amor que sentía por aquel rubio de ojos miel, como no querer permanecer junto a aquella criatura apenas entro al salón dejó atónitos a todos los presentes –“ Si señor Kaiba como escucho si usted quiere que le seda a mi mas querido sobrino tendrá que casarse con él” –, solo quería escuchar un “no” por pare del de ojos azules, por que en todo ese tiempo que estuvo junto a él no pudo notarlo, como no pudo ser capaz diferenciar de un beso al  otro pero no podía hacer nada ya que las  vidas de su gemelo y su amado castaño estaba en sus manos.

 

 

-“Pues creo que nada podría hacerme mas feliz que estar junto a su sobrino, acepto con mucho gusto casarme con este hermoso chico”- la esperanza que aun guardaba en su corazón se las llevaron esas palabras, a pesar de todo no se di cuenta que chico rubio era solo una trampa y un vil engaño, sus respiraciones se hicieron rápidas el latir de su corazón se acrecentaba solo tenia las incontrolables ganas de salir corriendo de aquel salón y no volver a ver jamás las caras de los tres personajes que se encontraban frente a él, el hombre de traje carmín se dio cuenta del comportamiento del gemelo y lo tomo del brazo jalándolo hacia a él diciendo –“Pues creo que todo ya esta arreglado mi querido Joseph ya pueden ser felices juntos pero no se es olviden invitarme a mi y a mi hermosísimo hijo Elliot a la ceremonia”-  el castaño miro fijamente la figura del chico de cabellos blanco que se encontraba junto a Pegasus algo en él era extraño era como si lo conociera su presencia se le hacia familiar y para nada incomodo era algo sumamente extraño, tal vez si lo hubiese visto directo a los ojos se habría dado cuento pero cuando intento hacerlo sintió como el gemelo lo jalaba del brazo hacia el centro de la gran pista de baile donde darían el gran anuncio del año.

 

 

Creyó que su corazón lo soportaría, creyó que seria fuerte pero hay cosas que el corazón no es capaz de controlar

 

 

La proposición de matrimonio fue como una apuñalada en su corazón, las lagrimas comenzaban a caer mojando su  antifaz, vio como el amor de su vida besaba a su hermano gemelo, sintió como el dolor y la traición por parte de su hermano la sangre de su sangre quien siempre estuvo con el apoyándolo día tras día y por otro lado vio a aquel hombre al que le entrego todo su amor, en los brazos de su hermano y no fue capaz de diferenciar a uno del otro

 

 

Un hombre que se dejo engañar con tan solo un color diferente de cabello, no pudo soportarlo más, sabia que tenia una sola opción para acabar con todo, se soltó del agarre del peliplata y se despidió dándole una mirada de odio puro y diciendo -“jamás seré tuyo”-, se quito su antifaz y corrió asta donde la nueva pareja que era el centro de atención de la fiesta, empujo a su hermano con rudeza haciéndolo caer en el piso de frío mármol, concentro los tantos sentimientos poseía en su interior en un beso digno de un adiós, alzó su rostro y junto sus  rosados labios con los del  de ojos azules por ultima vez y salió de ahí ante las miradas atónitas de todos los presentes, el hombre de pelo plateado huyó del salón en el momento en que Joey soltó su mano sabia que la verdadera tormenta se avecinaba y el no seria parte de está, su gemelo yacía en el piso con sus puños apretados  y mirando con odio la silueta de su par tan igual y a la vez tan diferente.

 

 

 Tardo un par de minutos para asimilar todo, pero al sentir ese tacto tan especial y tan conocido se dio cuenta que el rubio que se encontraba tirado en el piso no era él, al que había esperado por meses tras esa florería, con el que había compartido una historia digna de ser retratada en tanto en palabras como imágenes y por sobre todo no era él al que amó con su alma, se sintió estúpido por haber caído en un engaño tan bajo y tan básico, aquel hombrecillo se había burlado de su inteligencia dejándolo como un completo idiota, miro fijamente la figura ahora demacrada y llena de odio que yacía a sus pies y le dirigió unas palabras al gemelo -“Entiendo que quieras ser él, pero espero que tengas claro que jamás podrás remplazarlo por que simplemente eres la copia barata “- posó su mirada nuevamente al frente y salió a toda prisa del gran comedor en buscadel de ojos color ámbar antes que fuese demasiado tarde.

 

 

Su cuerpo se movía por inercia tenia en al mente solo una decisión que nublaba por completo su razón, quería terminar de la forma mas rápida sentía que su pecho sangraba sin que lo estuviese haciendo en realidad, paso a paso latido a latido iba subiendo los escalones de la mansión Kaiba, ya cuando se encontraba en el cuarto piso se sintió atrapado y desorientado a lo lejos se podían escuchar fuertes y enérgicos pasos  que también subían piso por piso en su búsqueda, abrió la  primera puerta que se encontraba junto a él y  entró a la habitación tuvo que cerrar los ojos por un momento para acostumbrarse a la cálida y cegadora luz que salía de las ventanas, sus movimientos eran lentos y suaves era casi una perfecta escena que cualquier pintor quisiera retratar en un lienzo.

 

 

La luz le llegaba directo en el rostro dándole un aire onírico de ángel, sus cabellos color plata centelleaban desde la raíz asta la punta, parecía que cada cabello absorbía la luz por que mientras mas se acercaba a la ventana su cabellos brillaban con mas intensidad y su blanca piel brillaba como la superficie de un diamante recién pulido, con sus delgados y alargados dedos quitó el seguro de la ventana y la abrió de par en par, asomó su cabeza por ella  y con una leve sonrisa miro el frio piso de piedras, el final ya estaba cerca, sus lagrimas se desplazaban desde la comisura de sus ojos asta su mentón mojando el cuello de su remera,  alzó un pie pasándolo completamente por la abertura y luego pasó el otro, se sentó en el marco de la ventana y estuvo contemplando el horizonte por unos segundos, escuchaba el abrir de puertas una tras otra que se acercaba tortuosamente la manilla de la habitación fue girada y la puerta fue abierta de un solo golpe sus miradas se cruzaron provocando un segundo de silencio, el chico de ambarinos ojos que estaba sentado en al ventano soltó su ultima lagrima y le dedico la ultima sonrisa serena y verdadera que alguien podría ver, el de ojos azules abrió a mas no poder sus añiles esferas solo logro decir en un murmuro que se lo llevo el viento -“Joey”-, el caer fue para él casi en cámara lenta sentía como las partículas de aire rosaba al piel de su manos, su cuello y revolvía sus cabellos como si estuviese jugando con cada uno de ellos, cerro los ojos manteniendo la imagen de aquel primer beso que obtuvo del castaño y dejo salir nuevamente esa hermosa y angelical sonrisa para luego sentir de golpe un frío que se desvaneció a los pocos segundos, su cuerpo azoto contra el frío y duro piso de piedras con esto dándole fin a su martirio, a su historia y con eso a su dolor.

 

 

Fin...

Notas finales:

Gracias por darle la oportunidad a mi fic C: y por leer lo y obvio se agradece de todo corazon cada review C:


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