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UN DESEO A LA LUNA por Butterflyblue

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Notas del capitulo:

Bueno chicas un nuevo capitulo arriba espero lo disfruten... no dejen de escribirme sus comentarios... es valioso para mi y muy satisfactorio leer lo que opinan... Gracias...

 

Y a mi Beta reader un millon de gracias tambien que haria sin ti Kaede...

- Mi pecado

……

 

Fue gratificante despertar con mis seres queridos a mi lado, ambos duermen plácidamente, trato de no hacer mucho ruido al levantarme y camino rumbo a la cocina para hacerles desayuno, en la mesa de la entrada me sorprende un enorme ramo de rosas blancas, no puedo evitar que una mueca de desdén se pinte en mi rostro, es de él, ni siquiera tengo que mirar la tarjeta para saberlo, aun así la leo, “ te espero esta noche” , no pienso ir, una sorda rabia me recorre, espero oír su voz en mi celular, repica una y otra vez cuando ya me voy a dar por vencido lo escucho, su voz potente y pretenciosa.

 

……

 

Hiroki estaba decidido a rechazar la invitación, pero había olvidado que a Zaquiel Khan nadie le decía que no, el hombre al ver el número de quien le llamaba interrumpió una importante reunión para salir y atender, con galantería le pregunto:

 

-¿Te gustaron las rosas?-

 

Hiroki le respondió con ironía:

 

- ¿blancas? En serio Zaq… donde se supone que esta mi pureza… porque no has dejado nada de eso en mi…-

 

El aludido rio sonoramente Hiroki solo le decía Zaq cuando estaba terriblemente molesto o absolutamente excitado, la respuesta resonó en el oído de Hiroki con una voz absolutamente sensual:

 

- blancas porque ese es el delicioso color de tu piel… y esa piel solo ha sido tocada por mi… allí tienes tu pureza cariño…-

 

Como si de vengarse por la burla a la que Zaquiel lo sometía se tratara, le dijo entre dientes:

 

- no iré esta noche…-

 

Zaquiel no se inmuto, pero el cambio en su voz fue perceptible, lo que hizo estremecer al castaño cuando este le dijo:

 

- ¡No Hiroki!... ¡eso no!.... el chofer te recogerá a las siete y aquí te esperare… sabes que no me gustan las negativas… no me hagas enojar cariño tu sabes cómo me pongo cuando me enojo…-

 

Las últimas palabras tenían un visible tinte de amenaza que helo la sangre de Hiroki, en un murmullo le respondió:

 

- allí estaré-

 

- muy bien… buen niño… ahora te dejo mi amor… tengo una junta y quiero estar listo para esperarte esta noche… un beso y disfruta tus rosas…-

 

Hiroki lo escucho colgar con el teléfono apretado entre sus manos, pero nada podía hacer estaba a su merced.

 

Las manos de su hermano lo sacaron de sus sombríos pensamientos, Misaki le pregunto que tenía y el solo beso su frente sonriéndole, paso el resto del día conversando y compartiendo con sus niños hasta que le llegó la hora de marcharse, prometió volver temprano y se marchó.

 

En la enorme mansión Zaquiel lo esperaba, vestía cómodamente y tomaba una copa de buen vino, lo guio a su habitación donde ya una deliciosa cena los esperaba, pero la mirada de Zaquiel no pintaba para solo cenar, el hombre lo atrajo a sus brazos, el castaño estaba molesto y trato de hacerlo notar:

 

 

- ¿Que quieres?...-

 

Hiroki siseo, pero no estaba seguro de haberse oído tan enojado  como deseaba, las manos de Zaquiel se deslizaron lentas y amenazantes por los brazos del castaño, sostuvo sus muñecas llevándolas por encima de su cabeza, se inclino aun mas cerca de la cara de Hiroki mirándolo lascivamente, con lujuria, finalmente tomo sus labios en un posesivo y brutal beso.

 

……

 

Trato de soltarme pero sus manos me aprietan con fuerza, su lengua invade sin piedad el interior de mi boca, no puedo respirar, ni protestar, solo dejarlo poseerme, dejar que se lleve una vez más la poca dignidad que me queda.

 

……

 

Zaquiel noto que el castaño ya no forcejaba, se separo de la suave boca que había profanado y sonrió con malicia sabiéndose vencedor, le encantaban aquellas pequeñas batallas, el espíritu fuerte que tenia, la forma en que lo retaba, solo conseguían encenderlo mas en aquella pasión desmedida que sentía por el, Hiroki tenia los ojos cerrados, respiraba agitado recobrando el aliento, con sorpresa sintió como Zaquiel lo alzaba en su brazos llevándolo al interior de la habitación.

 

- ¿Que estás haciendo?...-

 

Le pregunto con molestia, Zaquiel lo deposito despacio en la cama, solo una sonrisa recibió como respuesta, y de nuevo las manos deseosas recorrían su cuerpo despojándolo de su ropa, ya estaba completamente desnudo, Zaquiel besaba con suavidad la suave curva de su cuello, entre susurros le dijo:

 

- ¿Porqué te resistes a ser mío?... sabes cuanto me gusta saborear tu deliciosa piel… me muero por lamerte y besarte… por favor Hiroki… déjame tenerte…-

 

……

 

- ¡Jah!… ¿por favor?... como si de verdad fueras a detenerte si te digo que no-  de repente siento que verdaderamente he caído muy bajo sucumbiendo a los deseos de esta bestia que devora todo de mi, cierro los ojos y el lo toma como un si, ya no va a detenerse, nunca se detendrá aunque diga que no una y mil veces.

 

……

 

Zaquiel no necesito mas respuesta, Hiroki tenia sus ojos cerrados, sus rosados labios se abrían con entrecortadas respiraciones, era una pecaminosa incitación al deseo y el lo deseaba, cuanto lo deseaba, se recostó sobre el mordisqueando su cuello, haciendo pequeños caminos con su lengua hasta llegar a sus pezones, se tomo su tiempo para lamer y morder los pequeños puntos, los dedos de Hiroki se aferraron a las suaves sabanas, ya estaba perdido, hundido en el tormentoso placer que Zaquiel le daba, uno de los muslos del mayor rozo con descaro la erección del castaño, de sus labios salio un profundo gemido y un suave temblor lleno su cuerpo.

 

……

 

No deseo sentir toda esa posesión, pero mi cuerpo me traiciona, de mis labios escapan suaves gemidos, sus tibia boca me roba el aliento con sugestivas caricias, primero con mis pezones y ahora lo siento en mi pene, su lengua se desliza una y otra vez por el , me toma por completo llevándose mi miembro hasta los confines de su boca, ya no siento mi cuerpo, solo un calor insoportable que me llena, un incipiente temblor me asalta y solo puedo gemir y rogar por mas de aquellas enloquecedoras sensaciones.

 

……

 

Zaquiel embestía el pene del castaño con rítmicos movimientos de su boca, lo sintió retorcerse gimiendo aceleradamente, lo estaba llevando a la locura, complacido escuchó decirle entre jadeos:

 

- Zaquiel… para… por favor… yo….-

 

El oscuro demonio aceleró las embestidas ahora con su mano; diciéndole con una mirada maliciosa:

 

- adelante… córrete para mi… muero por saborearte…-

 

Sustituyo de nuevo sus manos por su boca, entre poderosos movimientos logro lo que quería, Hiroki arqueo la espalda sobre el colchón, Zaquiel había introducido uno de sus dedos en su estrecha entrada, las sensaciones estallaron en su interior, con un grito ahogado se empujo mas adentro de la boca que lo torturaba y su caliente semen la lleno por completo.

 

Zaquiel acariciaba los suaves cabellos de su amante, observándolo recuperar el aliento, abstraído con la visión del perfecto cuerpo que le pertenecía por completo:

 

- eres tan hermoso… y completamente mío…-

 

Le dijo mientras sus dedos vagaban con un rumbo fijo, el castaño se tenso al sentir la nueva invasión a su intimidad, pero su cuerpo no le respondía, muy pronto sus gemidos se escuchaban en toda la habitación y tres dedos lo llenaban por completo penetrándolo con una suave danza, sintió como Zaquiel lo volteaba y colocaba su pesado cuerpo sobre el, el caliente y endurecido miembro rozaba sus nalgas en una descarada fricción,  la punta del pene se presiono dentro de la dilatada entrada, despacio, muy despacio lo fue penetrando mientras acariciaba suavemente la espalda del castaño, Hiroki grito, hundió los dedos en las sabanas cuando, con un solo y rudo movimiento; el hombre termino de penetrarlo, con fiereza  le dijo al oído:

 

- ¿pensaste que seria dulce y gentil?... no mientras te me rebeles… no mientras te niegues a pertenecerme… lo quiero todo de ti Hiroki… todo…-

El pecho de Hiroki se enterraba en el colchón y el sonido seco de sus caderas chocando en el salvaje vaivén era el único sonido que se escuchaba en la habitación, el castaño tenia sus labios fuertemente apretados al punto de sangrar, por nada del mundo le daría un gemido mas a aquel demonio, no lo haría sucumbir una vez mas, aunque todo su cuerpo ardía en placer, su corazón se negaba a sentir otra cosa que no fuera asco.

 

……

 

Las lagrimas queman mis mejillas, lo siento entrar una y otra vez en mi, sus labios besan mi espalda, sus manos me acarician, yo lo siento, siento su toque y su desmedida pasión, mi cuerpo responde a su deseo, ¿pero… y que hay de mi corazón?, en el solo hay pena y asco, por esto en lo que el me convierte, esto que se que no soy, no hay amor, ni siquiera cariño, solo su enfermo deseo de poseerme, ¿cuanto tiempo llevo soportando esto?, siento mis labios sangrar pero también siento que el esta por llegar, sus manos toman mi pene por asalto y una vez mas me obliga a sentir, a responder a su lujuria, me pierdo de nuevo en sus caricias, al final nuevamente me lleva a la inconciencia y su caliente semen dentro de mi es lo ultimo que logro sentir.

 

……

 

 

 Despertó varias horas después con su cuerpo adolorido, intento moverse pero unas suaves manos se lo impidieron, cuando abrió los ojos se encontró con unos brillantes ojos negros que lo miraban amablemente, la voz de su verdugo resonó grave pero sutilmente sedosa:

 

- finalmente despiertas… comenzaba a preocuparme de que hubiese sido muy rudo…-

 

Hiroki entrecerró los ojos, protestando con ironía:

 

- ¿como podrías haber sido rudo?… si tu eres el señor delicadeza…-

 

- tu me obligas a comportarme así… me llevas a mis limites…-

 

Le culpo Zaquiel mirándolo con reproche, Hiroki supo que no iba a ganar la pelea, cerró los ojos para recuperar un poco de fuerza e intento levantarse, un gemido de dolor escapo de sus labios sin que pudiera detenerlo, Zaquiel lo miro con preocupación pidiéndole suavemente:

 

- quédate… solo esta noche… déjame cuidar de ti… mañana te enviare a casa con el chofer…-

 

Hiroki negó con la cabeza, jamás pasaba una sola noche fuera de casa, y cuando se veía forzado a hacerlo por su trabajo se llevaba a Misaki con el, ahora que tenia una nueva responsabilidad no se permitiría por mas que su adolorido cuerpo se lo pidiera quebrantar esa regla, se puso de pie despacio para dirigirse al baño, el agua caliente borro las huellas de su pecado una vez mas, Zaquiel lo espero sentando en la orilla de su cama con solo el pantalón de su pijama puesto, cuando el castaño salio del baño ya vestido le preguntó con curiosidad:

 

- ¿porque nunca te quedas?-

 

Hiroki le respondió con simpleza:

 

- no tengo porque hacerlo… además mi hermano me espera en casa… no me gusta separarme de él…-

 

Las palabras que profirió Zaquiel lo dejaron frio de la impresión:

 

- y ahora tu primo y su bebe… ¿no?...-

 

- ¿cómo?… ¿cómo?… tu…-

 

Balbuceo Hiroki desencajado, Zaquiel solo respondió sonriente:

 

- ¿que como lo sé?... se todo de ti querido… absolutamente todo… si yo lo hubiese querido tu pequeño primo no hubiese podido llegar a ustedes… pero recordé cuando me rogaste para rescatarlo, así que lo guie hacia ti…-

 

El misterioso hombre se acercó al castaño que lo miraba con terror, suavemente lo envolvió en sus brazos diciéndole al oído con un tono que sonó como una sutil amenaza:

 

- Todo lo que te haga feliz lo conseguiré para ti… lo pondré a tus pies… y lo único que pido a cambio eres tu… ¿no es un trato justo?... no puedes alejarte de mí Hiroki… yo soy tu ángel guardián…-

 

……

 

La habitación de repente comenzó a girar, me sentí mareado y agitado, ese hombre me tiene en su poder, no tengo escape alguno, no puedo respirar y siento como me estrecha con más fuerza entre sus brazos, de pronto me siento tan vacío, sé que nunca encontrare la felicidad, ¿pero acaso eso importa ya?, ¿alguna vez tuve una vida o la posibilidad de ser feliz?.

 

……

 

El camino de regreso fue silencioso, el chofer lo dejo en la entrada de su hogar, miro la bonita y cómoda casa que los acogía, un lugar que se había ganado con su trabajo, en ese lugar su hermano estaba seguro y cuidado, en ese lugar su primo ahora lograría conseguir un poco de paz, quizás si había hecho algo bien después de todo, quizás su única razón para vivir era cuidar de aquellos dos indefensos seres, aunque ya para su cuerpo y su alma no hubiese salvación.


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