Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Geist por Shun4Ever

[Reviews - 161]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Corría por la llanura lo más deprisa que podía. Sus pequeñas piernas aún no soportaban grandes carreras y sus alas aún tiernas no permitían más de un par de aleteos. Sus ojos aguados no dejaban de buscar una zona donde esconderse y protegerse de esos seres llamados hombres. Observó un pequeño espacio con árboles y pensó que podría resguardarse ahí. Retomó fuerzas para llegar pero antes de que pudiera entrar unos seres de dos piernas salieron a su encuentro para rodearla.

Un intento de rugido sin más efecto que risas fue todo lo que pudo hacer antes de soltar un alarido de dolor. En la parte derecha dos hombres se habían encargado de atravesar su costado con algo que parecía una lanza. Una nueva onda de dolor salió por su boca antes de perder el sentido.

Sus ojos intentaron enfocarse de nuevo. Se sentía apresada. Como pudo revisó su cuerpo y trato de enderezarse sin conseguirlo. Notó unas fuertes cadenas en sus patas y su cintura atando con ello también sus alas. No había salida alguna pues tan apenas si podía moverse. Estaba encerrada entre algo que parecía unos palos de duro metal. Las risas alertaron sus sentidos enfocando en el punto de procedencia su mirada. Un grupo de hombres se reían de su estado.

- ¿Qué ocurre? ¿No eras un animal feroz? ¡Vamos! ¡Intenta escapar ahora pequeño!

Y así lo hizo. Intentó escapar del agarre de nuevo, sin saber que el tono de ese humano era irónico, ni comprender siquiera porque su intento de escape les hacía gracia. Intentó golpear esos palos para escapar pero recibió una descarga eléctrica que le hizo soltar un nuevo alarido de dolor. Quedó inmóvil en el suelo sollozando, pensando en sus hermanos mayores… De seguro esperando por su llegada. Se maldijo por escaparse sin decirles nada pero ya era tarde… Ahora dependía de esa estúpida raza.

Muchas leguas lejos de ese lugar, Zarin sobrevolaba un amplio llano buscando a la pequeña Ronda. Planeaba el castigo que le iba a imponer por volver a escaparse. No estaba preparada aún para emprender viajes sola pero eso parecía no importarle a la pequeña dragona. Descendió para regresar al punto en donde habían quedado.

- ¿Algo? – Preguntó Zarin acercándose prematuramente a Geist.

- Nada. No sé donde puede estar. Sólo me distraje un segundo.

- ¡Irresponsable, cómo siempre! – Protestó Droy que recién llegaba.

- ¡Si hubieras estado donde te corresponde, nada de esto habría pasado! – Protestó la dragona adulta al dragón negro.

Un gruñido como respuesta y el viento provocado por su marcha. Geist se dejó caer en el suelo completamente desanimado.

- No le hagas caso. Sabes que no es tu culpa. – Dijo mientras se acomodaba junto a Geist rozando levemente su cola – Ronda… - Suspiró con un leve gorgoteo – Es joven y está en la edad de investigar. Seguro regresa cuando vea que está cansada.

- Eso espero.  – Agachó la cabeza hasta dejarla por completo en el suelo, observando el lugar por donde su hermano mayor se había marchado.

Un par de días lejos de allí, una pequeña muchacha de cabellos dorados cual fino oro se levantaba más que alterada. Había pasado toda la noche con pesadillas, pesadillas que ni siquiera parecían suyas. Un poco asustada abrazó su muñeca de felpa y salió de la habitación para buscar a su hermano mayor. Sólo eso le daba tranquilidad. Llamó a la puerta y entró sin esperar respuesta, aunque se quedó ahí mirando a la enorme cama que ahora ocupaba su hermano.

- ¿Qué sucede pequeña? – Respondió una voz medio dormida desde las cobijas - ¿No puedes dormir? – Prosiguió preguntando al no escuchar respuesta.

La muchachita negó con la cabeza y su hermano hizo un hueco en la cama para que ésta entrara y se acomodara. La risa de su hermano le alteró cuando entro en l cama.

- ¿Qué te hace gracia? – Hizo un puchero ante la mirada de su hermano.

- Esmeralda, ya eres una mujercita. – Señalo a la muñeca de felpa – No deberías seguir durmiendo con muñecas. ¡Au! – Se quejó pues había recibido un golpe en el brazo por parte de la joven.

- ¡Cállate idiota! – Se apeno de pronto – Es lo único que conservo de ellos.

Ellos. Así era como los pequeños llamaban a los que aún consideraban padres. Si bien sabían que no era así, si era cierto que habían crecido con sus cariños y riñas. Hyoga se recostó mejor en la cama y atrajo a su hermana a su pecho para besar sus cabellos.

- Yo también los extraño Esme pero no puedes venir siempre a mi habitación. No ahora que hemos retomado el lugar que nos corresponde. ¿Qué crees que diría el pueblo si se enteraran que su princesa duerme con su hermano en cuanto está nostálgica.

- ¡No es eso tonto! – Contestó prematuramente la mujercita – No estoy nostálgica. Es solo que no he podido dormir…. Me siento… - Decía mientas se acomodaba en el pecho de su hermano – No sé. Extraña… Esta noche he tenido una pesadilla – Se corrigió negando con la cabeza – No es una pesadilla… Siento cómo si fuera real.

Hyoga suspiró y besó los cabellos de su hermana menor.

- A veces nuestros sueños nos hacen creer que son verdad.

- ¡No Hyoga! ¡Sé que es verdad! ¡Lo sé! He visto a unos hombres cargando una especie de caja. Reconocí los lugares por donde pasaban. Iban en dirección al reino vecino… Donde papá nos dice que no debemos ir.

- ¿Y que llevaban en la caja? – Preguntaba Hyoga tratando de entender los sueños de su hermana. Miró su cara y pudo ver como la pequeña princesa se ruborizaba. - ¿Qué transportaban en ella?

-  No me creerás si te lo digo. Pensarás que estoy loca… – Se encogió abrazando de mejor manera a su muñeca – Era…. – Descendió la voz hasta hacerla un susurro, cosa que al mayor de los príncipes le pareció gracioso, hasta que escuchó lo último que dijo su hermana – Un dragón.

- ¿Qué? – Preguntó ahora realmente intrigado. - ¿Cómo sabes que era un dragón?

- Ella me lo dijo. Me hablaba en el sueño. Está asustada. No puede liberarse y teme que le hagan daño. – Esmeralda se limpió unas pequeñas lágrimas que comenzaban a salir de sus ojos cristalinos – Noté su angustia y me asusté. Quiero ayudarla pero no sé cómo. Dice que sus familiares la estarán buscando.

- ¿Te dijo cómo podías ayudarla? – La pequeña Esmeralda respondió afirmativamente mientras se acomodaba para quedar frente a su hermano sentada en la cama - ¿Cómo? ¿Cuál es la forma?

- Me dijo que hablara con Ikki. – Afirmó jugando con los brazos afelpados – Pero me impone su presencia.

- ¡Un momento! ¿Ikki? ¿Te habló de Ikki? – No sabía si ponerse a gritar a su hermana por insensata o marchar a la habitación de invitador para afrontar a ese individuo que había conseguido colarse en los sueños de su hermana menor.

- No solo de él. – Se limpió las lágrimas y centró la mirada en su gemela mayor – Me dijo que si no podía hacerme con Ikki o con Shun, que hablara contigo. Que sabrías qué debíais hacer para ayudarla.

- ¿Shun? ¿También de él? – Preguntó más para él que para su hermana. ¿Acaso ellos también? ¡Eso no podía ser! Se negaba a entender lo escuchado. – ¡Espera! ¿Dices que yo sabré que hacer?

- Eso me dijo ella.

- ¿Dónde dices que se dirigían? ¿Quién se la llevo?

- Vestían capuchas oscuras y no les pude distinguir pero estaba muy asustada. – Abrazó a su hermano mientras continuaba – Tenía miedo de que me mataran.

- Vamos a dormir pequeña. Verás cómo mañana es otro día. - Hyoga abrazó a su hermana y besó de nuevo sus cabellos. – Pero mañana a primera hora deberás regresar a tu habitación o nos castigarán a los dos.

Esmeralda asintió con una sonrisa y ambos se acomodaron para descansar. A los pocos minutos la princesa ya dormía aferrada a su muñeca. Hyoga, en cambio, mantenía sus ojos abiertos, fijos en un punto concreto del balcón de su habitación. Se aseguró de que su hermana estuviera dormida y salió a ese pequeño espacio abierto pensando en su dragona. Hacía mucho que no hablaba con Zarin pero estaba más que convencido que debía hacerlo tras escuchar a su hermana.

Cerró la puerta de cristal tras de sí y se recargo en la pared lateral cerrando los ojos. A los pocos segundos, la leve luz de la luna se ocultó ante sus ojos.

- ¡Rápido!

Se mostró una sonrisa en su cara y de un solo salto se ubicó tras la cabeza de la criatura rosada. Al notar el leve peso sobre su cabeza, alzó el vuelo impidiendo así ser vista por nadie. En cuanto tomaron la altura suficiente para aminorar la velocidad, Zarin comenzó a hablar aprovechando la conexión con su portador.

- ¿Qué sucede? Te noté alterada.

- Te vi hablando con tu hermana. ¿Te ha dicho algo? – Si tenía alguna duda de que le pasara algo a su dragona, se le despejó por completo al escuchar el tono más que preocupado de su voz.

- ¿Quién os persigue? ¿Por qué? ¿Qué podrían querer de vosotros?

La dragona no contesto sino que entró en la mente de su portador para buscar la conversación que acababa de tener con su hermana. Si Ronda se encontraba sola y en peligro, la primera en saberlo sería su portadora. Observó detenidamente cada gesto de la pequeña a través del recuerdo de Hyoga. Centró la dirección a un pequeño campo de trigo cercano. En cuanto estuvo suficientemente lejos de la casa que guardaba el pasto, bajó en picado para aterrizar con gracia en medio de los trigales.

- Quédate quieto.

Aún no había acabado de decir la frase cuando desde el lado izquierdo y derecho las plantas se movían dando paso a unos animales un tanto más grande que ella. Hyoga trago la saliva que tenía enganchada en la garganta y vio como dos dragones avanzaban cara a ellos pero sin embargo su dragona estaba tranquila. Se dejó tranquilizar por ella.

- ¿Tienes a la portadora?

Las palabras le llegaron claras a la cabeza. La voz ronca erizo su piel y le provocó un escalofrío. Algo le decía que le estaban juzgando los dragones presentes. El que habló se mostró ante ellos provocando un respingo en Hyoga. Negro, de tamaño mucho mayor a su dragona, con una enorme cicatriz en el final de la cola y una pequeña en la frente. Ojos intensamente negros que no se apartaban de él. De pronto otra presencia en el lado derecho le hizo voltear el rostro. Un dragón de un tamaño más parecido al de su Zarin pero de un azul oscuro intenso cual mar en la noche pero de mirada pacífica y presencia majestuosa.

- ¡Es Hyoga! – Dijo en tono cariñoso ese dragón. ¿De qué le conocía? ¿Cómo sabía su nombre? Cómo si hubiera adivinado sus preguntas siguió hablando mientras acercaba su hocico hasta él, cómo queriendo acariciarlo – Shun me habla mucho de ti. Soy Geist y soy su portador.

- ¡Geist! ¡No está aquí para hacer presentación alguna! – El dragón negro se le acercó con andar altanero y le miró intensamente con el enorme ojo derecho provocando un respingo en el muchacho - ¿Qué sabes de Ronda? ¡Habla!

De nuevo y por la presencia de ese oscuro dragón tuvo que tragar duro la saliva que estaba en su garganta.

- Yo… - Quedó pensando por un segundo pues no sabía por quien le estaba preguntando. De nuevo Zarin salió a su encuentro.

- ¡Droy! ¡Estás asustando a Hyoga!

Un leve rugido salió de la garganta del dragón negro y se alejó para acomodarse en el pasto sin quitarle ojo. Salió de su ensoñación cuando notó que su dragona le instaba a bajar cariñosamente. Supo entonces que tenía que hacer

- Esmeralda se levantó alterada. Me dijo que… - Hablaba sin quitar ojo del dragón azulado. Le daba una sensación pacífica e inocente hasta el punto de parecer que se conocieran de toda la vida. Pasó levemente la mirada por el dragón negro que alzo la cabeza al escucharle – Unos hombres se la llevaron.

- ¿Se la llevaron dices? – El tono del dragón negra le llegó a la cabeza de forma autoritaria rozando lo agresivo. Dio un respingo pero Zarin le acarició levemente con el hocico.

- Continúa pequeño. Necesitamos escuchar todo lo que te haya contado Esmeralda.

Por esas horas la pequeña carga había llegado a su destino. Ronda notó los primeros rayos de luz a través de la tela que tapaba su habitáculo. Trató de incorporarse para desperezarse cuando recordó que estaba atrapada y atada. De nuevo la desesperación la invadió y comenzó a zarandearse para escapar de esas ataduras. Ese movimiento hizo que los hombres al otro lado de la jaula se apartaran un poco de esta, a excepción del hombre rubio sentado en el trono. Comenzó a reír mirando a su reina, cada vez más pálida y se levantó para acercarse a la jaula.

- Mostradme a la bestia.

Su cara pasó a una de asombro cuando vio a la hermosa criatura frente a él. Era un ejemplar pequeño pero sin duda vistoso y elegante. Deslumbraba su color plateado hasta el punto de parecer tener brillo propio. Con una sonrisa macabra se acercó al ejemplar.

- Quedarás perfecto en mi colección privada de animales disecados. – Volteó para hablarse a su reina – Así podrás disfrutar de tu querida raza para siempre, mi amada. – Se acercó hasta ella y tiró de ella hasta pegarla a su cuerpo por completo – Merezco una satisfacción por esto.

Iba a imponerle un beso cuando un sonido brusco se escuchó en la jaula. La pequeña había reaccionado ante las palabras de ese hombre y había comenzado a soltar alaridos cargados de gas. Aun no había conseguido producir fuego pero la rabia y el miedo contenido en ese instante le hacía probar con todo su ser. Preparaba la garganta y aflojaba el tubo, como siempre le habían enseñado sus hermanos. Al tercer intento una enorme llama salió de su garganta, dando de pleno a dos de los hombres cercanos que pronto se arrastraban por el suelo con la intención de apagar inútilmente el fuego. Por un leve instante Ronda se sintió mal por esos seres pero recordó su situación cuando el maldito desgraciado soltó a la reina y comenzó a aplaudir.

- ¡Bravo! ¡Magnifico! – Seguía aplaudiendo para sentarse de nuevo en el trono – Además de hermoso eres fiero. Me gusta. – Decía aún entre risas – Quizás te conserve para uso personal.

Lo que no sabía el rey es que lejos de allí, en el reino vecino, los dragones habían comenzado a movilizarse con un solo objetivo: Recuperar con vida a su pequeña hermana.

Notas finales:

Bueno, bueno... Esto está que arde!! 

¿Qué os ha parecido la nueva dragona? ¿Os ha gustado? ¿Y que Esmeralda sea la portadora? ¿Os lo esperabais?

¿Conseguirán rescatar los dragones a Ronda? ¿Intervendrán los portadores en esa "misión"? ¿Cómo reaccionará Shun al descubrir que Hades es su padre? ¿Se encontraran los portadores todos juntos? 

Muajajajajaja. Todo se andará y espero en breve lo descubráis. 

Cuídaros mucho, mucho y gracias por leerme y tenerme paciencia. De verdad os estoy muy agradecida. 

Un besazo enorme para todos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).