Tú, yo y él
El hermoso brillo del atardecer se colaba por una de las ventanas de la habitación causando una atmosfera sensual y provocativa. Sobre la cama, dos hombres gozándose. Cualquier sonido que no fuera el de esos dos hombres saliendo de sus bocas en el acto, era mucho más agradable para alguien. No soportaba tal descaro de tan apasionados y desenfrenados amantes.
Pero, mientras ellos se disfrutaban como si no existiera un mañana, alguien muy lejano y cercano a la vez lloraba en silencio.
Sus manos temblaban a medida que iba limpiando cada una de las lágrimas que, imparables salían de su rostro. Mantenía en su cabeza la esperanza de estar soñando, pero no, y por más que quería hacerse la idea sabía muy bien que todo era real. No era la primera o ultima vez que escuchaba o escucharía esos gemidos, gritos y palabras de amor que eran mentiras por el sólo hecho de fingir sentirlas; ninguno de los dos se amaba realmente.
Quizá no recuerda el día en que todo dio inicio pero sí en el que comenzó a ser parte de su vida. La frustración de querer salir de su prisión y detener lo que desde hace meses lo está matando en vida lo han llevado en este momento a derrumbarse sobre el frio suelo deseando porque nunca hubiera sucedido lo de aquella noche.
Ni siquiera puede entender cómo es que en su mente, el recuerdo de su rostro sigue tan intacto… ninguna facción se ha quedado en el olvido. Aun recuerda que detrás de esa mirada fría y retadora se encuentran un par de ojos chocolate con un brillo característico e imposible de descifrar. La fina, tersa y delicada piel de su cuerpo. Su sonrisa y temperamento egocéntrico que le robaron el aliento la primera vez…
Es imposible olvidar a alguien como Cho KyuHyun.
Sin embargo, KyuHyun en ese momento era ajeno a cualquier cosa que no fuera al hombre que se encontraba gimiendo debajo de él.
El menor se movía imparable dentro del cuerpo de su amante mientras que, con una de sus manos recorría toda la piel expuesta que se encontrara a su alcance. Pero había algo, y era ese insignificante pensamiento en su cabeza que lo hacía sentir incompleto cada vez que tenía sexo con su novio. No sabía qué era exactamente y de todos modos lo ponía a pensar.
Su novio percatando su repentino cambio lo atrajo hasta su boca para besarlo y robarle el aliento, muy en el fondo tenía la sospecha de cuál era la razón de porqué KyuHyun se comportaba así cada vez que se encontraban en esa situación. Se maldijo por lo bajo y tal como las otras veces se dispuso a borrar las caricias que hace un tiempo recorrieron el cuerpo de su amante. KyuHyun era de él, nadie podía quitárselo, nadie, ni siquiera…
- ¿Qué es ese ruido, DongHae? – El menor se quedó inmóvil sobre su interior, la expresión de su rostro reflejaba el pánico de ser descubiertos.
DongHae al notarlo acarició la espalda desnuda del menor intentando relajar los músculos de su cuerpo, los cuales se habían tensado. Atacó nuevamente su boca y con esa mirada lasciva convenció a KyuHyun de que ignorara el exterior, que no pasaba nada.
- Sabes que estamos solos. No tienes por qué preocuparte, ellos nunca regresan tan temprano. –
Pero KyuHyun no era tonto y sabía muy bien que esos ruidos provenían de una puerta tal como si alguien la estuviera tocando…
Y, no estaba del todo equivocado, ese alguien quería hacerse escuchar, para demostrar que entre ellos existía alguien más.
Fin.