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Será mejor que nos olvidemos de este amor,
Que dejó todo quemado.
Y suelen ser dos los que prometieron
Bajo el sol que dejó todo sellado.
Mil años serán, no digas “lo sé”
Si el tiempo es fatal otra vez.
Y es que es tu recuerdo el que me dice
Que no volverás a mí.
Y fuimos los dos los que convencimos
Al dolor de este adiós desesperado.
Capítulo 19:Conversaciones.
-No puedes ser Verónica ¿De todas las malditas empresas tenían que elegir a Uchiha Corp? ¿Es enserio?- Pregunto casi a punta de grito.
-no sé qué te sucede Naruto, deberías estar alegre por trabajar con la mejor empresa del país en este rubro ¿Qué es lo que tanto te molesta?
-Esto debe ser una maldita broma- Soltó el rubio bajando los brazos, soltando una sonrisa medio deprimida.
-No entiendo que te pasa…- Que la latina confundida, estresándose con la actitud de su amigo.
-El vicepresidente de Uchiha Corp es su ex-marido- Comunico una voz detrás de ellos.
Deidara quien apenas había llegado a casa oía impresionado que su amigo pronto tendría aquel encuentro que tanto habían evitado y lamentablemente en esta oportunidad no podrían hacer nada al respecto.
-Marido, Deidara, legalmente aún estamos casados- Respondió Naruto con total seriedad.
-¡Ese desgraciado! ¿Presidente de Uchiha Corp?- Pregunto exaltada.
-Vicepresidente- Corrigió el rubio- el presidente es su hermano, el novio de Deidara.
-¡Wauh! A ustedes les gustan los problemas- Dijo ella dando un paso atrás.
-Dei no, él tiene más suerte que yo, Itachi es un caballero, tiene mucho respeto y es un romanticón, esos hermanos son como dos gotas de agua de polos completamente opuestos.
-¿Cómo?- Pregunto ella, mas confundida si era posible.
- Son idénticos, la misma cara, la misma altura, los mismos colores, pero en personalidad, vaya que son diferentes- Explico Deidara con calma.
Naruto por su parte daba giros por la sala, parecía estresado, en ese momento no era bueno si quiera respirara cerca del rubio, seguro agarraría una escopeta y mataría todo lo que fuera capaz de moverse, gracias a Dios, existía la ley de armas.
-Naruto, no te queda mucho por hacer, debes ser profesional, esto no estaba planificado en tu contra las cosas se dieron así, de la nada y tanto tu como tu marido o exmarido, ya no sé qué son, tendrán que enfrentarse y saber llevar este proyecto como lo han hecho desde siempre en sus trabajos.
-Lo sé, lo sé- Pronuncio aun sumido en sus pensamientos.
Pronto tuvo sus maletas listas y el viaje de vuelta a su ciudad nunca antes había sido tan horrible, sentías un nudo en la garganta, en algún momento deseo volver con su psicólogo y pedirle algún consejo, en el peor de los casos alguna de esas pastillas milagrosas, que bien sabia eran drogas, pero le hacían olvidar sus problemas, medicamentos que hacía meses le habían quitado del tratamiento.
-Ve el lado positivo- Susurro Deidara quien viajaba con ellos, Dei también tenía invitación a la fiesta, como pareja del presidente de la corporación, por lo que tanto ellos dos como Verónica iban en el mismo anden rumbo a aquella ciudad.
-Lo sé, podre ver a Gaara, mi sobrinito ya debe estar tan grande y apenas si lo he conocido por fotos, soy el peor padrino de la vida- Comento medio apesadumbrado.
- Mal padrino, aun estas a tiempo de redimirte- Le dijo Verónica palmeando su espalda.
-Tu no me digas nada- Lanzo una mirada fingiendo enojo- Pro tu culpa estoy en este embrollo.
-¿No quería trabajo?-Pregunto ella divertida.
-Debería haber evitado esto, cualquier empresa menos ellos.
-Vamos, Naruto, tu nunca me dijiste quien era el muy maldito- Reprocho ella.
-Está bien, está bien, te perdono por meterme en todo esto.
-No te he pedido perdón- Rio ella por la respuesta de su amigo.
-Ya basta ustedes dos, cállense un rato, ese tema me tiene aburrido, dejen de darle vueltas y el día que corresponde enfréntenlo y listo.
-Dei-chan, eres muy insensible- Reprocho el rubio fingiendo pena.
El viaje luego fue tranquilo, realmente tuvieron que cambiar de tema, claro terminaron hablando de cosas mucho menos significativas, pero la verdad es que ya no debían darle más vueltas a lo otro.
Al llegar simplemente agarraron su equipaje y bajaron, Ninguno tenía hogar en esa ciudad, Naruto y Verónica se fueron al hotel, Deidara por su parte fue de allegado a la casa de su amado novio.
-¿Estas bien?- Pregunto la muchacha.
Su amigo está parado en la ventana, observaba melancólico el panorama desde aquel décimo piso.
-Yo vivía allí- Dijo Naruto apuntando un techo de los múltiples que habían en una pequeña población- pero luego me mude son Sasuke, allí nos fuimos a una mansión gigantesca, no se ve desde aquí porque queda al lado sur, por los barrios altos de la ciudad- Comento con voz camal, pero en cada palabra se notaba la pena.
-Calma cariño, sé que esto es difícil para ti, pero algún día debías enfrentarlo- susurro ella, acariciando su espalda- ¿Crees que ya estás listo?- Inquirió.
-No lo sé, pero quiero estar listo.
-Eso para mí es suficiente- Dijo ella- Querer es poder, arriba el ánimo cariño, todo va a estar bien, yo estoy contigo, echare a ese maldito a patadas si es necesario, y mira que tengo zapatos de punta fina, una patada en el culo con estos y…¡Uy, te juro que el trasero no se lo arregla no el mejor urólogo!-
Las carcajadas del rubio aligeraron el ambiente, amaba el buen sentido del humor de su amigo y además de eso se sentía dichoso por esa comprensión que ella poseía, sin dudas Verónica era una buena persona, lástima que su amistad pronto se viera afectada…
-¿para cuándo tienes los pasajes?-Pregunto nuevamente un poco nostálgico, esta vez la muchacha compartió el sentimiento.
-Dentro de unos tres meses- dijo ella un poco desanimada.
La empresa hotelera para la cual trabajaban era de carácter mundial, Verónica esta vez se había encargado de los arreglos de ese país, sin embargo pronto debería ir a realizar trabajos en el extranjero, Naruto no, su trabajo terminaría allí, en ese último hotel, la casa principal de todos en el país.
-Pero será por poco y vendré casa vez que pueda, te hare video llamadas, para saber cómo vas, ya verás cómo nos las arreglamos de bien- Dijo ella positivamente.
-Claro, pero no podemos beber tequila por video llamada ¿Dónde estará mi compañera de copas?-Pregunto divertido- Deidara no se lanzaría conmigo al mar borracho ni aunque le pagara- Reprocho.
-Bueno, la playa será un problema, pero si tú tienes tu botella aquí, yo mi botella allá, bien podríamos hacer una salud a la distancia.
-Te voy a extrañar…- Susurro el rubio.
-Y yo a ti, pero quita esa cara que aún falta para mi partida, primero debo supervisar que este hotel te quede de lujo.
-Ya sabes que así será- Respondió el rubio.
-¡Así se habla!- Exclamo- Oye y si me pido un par de copas, podríamos tomarnos alguito relajado, ahora que tenemos tiempo- Prepuso.
-Lo siento, yo paso, iré a visitar a Gaara y llegare por la noche.
-Vaya eres aburrido, está bien, vete, me daré un baño y saldré a conquistar varones- Dijo ella levantándose de la cama divertida.
Naruto se había ido a casa de su amigo, iba caminado relajado, observaba las casas con un toque de nostalgia y melancolía, pero por otro lado estaba feliz, hacía tiempo que no viajaba, y aquel lugar traía tantos buenos recuerdos.
-¡Naruto!- Exclamo su amigo pelirrojo.
-Gaa-chan ¿Cómo has estado?- Pregunto sonriente- Traje unos dulces para que tomemos te.-
Gaara abrazo a su amigo, aquel deprimido muchacho esquelético y sufrido era apenas una sombra del muchacho guapo y alegre que se había presentado ese día en su casa.
Naruto irradiaba un brillo propio, se vería absolutamente feliz, llevaba una sonrisa de oreja a oreja, había recuperado peso, su pelo brillaba y estaba más largo de lo que recordaba, su piel rosada gozaba de salud y belleza, aquella era una miren digna de admirar.
-Vamos Gaa-chan, suéltame, quiero saludar a ese pequeño revoltoso.
El nene de Gaara, daba vueltas en el andador, ya estaba tan grande, pronto cumpliría un año, ya tan solo le faltaban unos dos meses cuanto mucho.
-Mírate, Estas tan grande, y yo que te vi, así pequeñito como un granito de mostaza- El rubio extendía sus manos al bebe, quien de pronto le observo con seriedad.
-No te sientas ofendido- comunico el pelirrojo- tiene mi carácter.
-Vaya, el pequeño tuvo mala suerte- Comento Naruto.
-¿Prefieres que heredara el mal enfocado humor de Sai?-Pregunto.
-Al menos Sai sonríe.
-Su sonrisa en tenebrosa- Argumento Gaara.
-Pero es una sonrisa.
Los amigos se miraron y luego largaron a carcajadas, hacía tiempo que no se veían, Gaara gozaba de ver a su amigo tan alegre y vivaz, Naruto, el simplemente gozaba ese momento.
Luego de un rato se fueron a comer, Gaara Había servido él te, tenía unos ricos Sandwich de verduras, y los dulces de Naruto, además de estos había galletas, dulces y saladas para degustar una variedad de salsas preparadas por el pelirrojo.
Habían discutido tantos temas, incluso recordando cosas del pasado en la academia, se largaban a reír muy de vez en cuando y seguían comiendo con alegría de estar uno en contacto con el otro, hasta que…
-Oh, vaya, eso es una sorpresa ¿Y estas preparado?-Pregunto Gaara.
-En lo más mínimo, sé que es estúpido, hasta absurdo, pero su nombre aun remueve cada fibra de mi ser.
-¿Enserio aun lo quieres? – Pregunto sorprendido.
-No lo pude olvidar, nunca, nunca…- Susurro.
-Supongo que él está en la misma posición que tú.
-¿Cómo yo? ¿Qué dices Gaara? Sasuke no es así, él es un hombre, no se derrumba por este tipo de cosas- Comento el rubio.
-Bueno él también ha tenido sus problemas personales- dijo este.
-¿Problemas? ¿Qué problemas?
-¿No lo has oído Naruto?-Pregunto Gaara.
-¿Qué cosa?-
-El hijo, el supuesto hijo de Sasuke, resulto que no era suyo…
Si el tiempo es fatal a tus pies.
Y es que es tu recuerdo el que me dice
Que no volverás a mí, a mí.
Y es que es tu recuerdo el que me dice
Que no volverás a mí.
Y es que es tu recuerdo el que me dice
Que no volverás a mí, a mí.
Y es que es tu recuerdo el que me dice
Que tú no volverás a mí.
Será mejor que nos olvidemos de este amor.