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Espejismo perfecto por niky-cham

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Notas del capitulo:

Bueno mi gente, prometi publicar el domingo, y aunque aqui en chile ya es lunes 2:36 am, yo aun no me he acostado, asi que para mi cuenta como domingo xD

Mis gracias a todos mos que me dejan un comentario, se que dije que hice una apuesta arriesgada, y tal como esperaba a mucha gente le gusto, pero a otros no tanto :/ en fin, a mi me gusta como va xD, espero que sigan leyendo a ver como termina esto :3

Gracias!:

Zanzamaru ,havi, terry kisa kouSaya x369yaoi-lovers ,  GatitaKukaku, Anónimo, misakixusagi-san,  girlutena, Kiki, gotentruncks55, atashii_miiyu, mariangel chan, ATANIH.  

Capítulo 22: Si no fuera así, cuan feliz seria…

-Rayos, tengo que salir de aquí- Se quitó de encima las delgadas sábanas blancas que cubrían su cuerpo, observo poco sorprendido que estaba desnudo y sobre su antes pulcra piel, ahora se encontraban pequeñas manchas violáceas, adornando su cuerpo.

Cogió todo lo que pudo encontrar de sus pertenencias en el suelo, ya le diría a Sasuke que le entregara algo si lo encontraba luego tendido por allí, en ese momento su prioridad era escapar.

Se vistió como pudo y salió sin hacer ruidos de la habitación, habían dormido en uno de los cuartos del hotel, probablemente se lo habían prestado a Sasuke, eso le facilitaba un poco las cosas, pues ahora podía correr libremente a esconderse bajo la cama de su propia habitación.

Abrió la puerta de su cuarto, cada pequeño detalle permanecía en el mismo lugar donde le había dejado la noche anterior, entonces Veronica no había hablado de mas, ella realmente no llego a dormir, sin embargo quien si había hecho conjeturas erradas era el, prometió despedirse de todos y regresar al cuarto, pero aquello distaba mucho de lo que realmente había hecho.

-¿Qué haría ahora?- Se agarró la cabeza, apesadumbrado.

Se veía a sí mismo en el baño, dejándose llevar por las suaves caricias del mayor, recordaba que en algún punto de la noche deseo detenerse y hacer lo correcto, sin embargo su cuerpo reclamaba esa noche de pasión, su cuerpo deseaba ese ardiente encuentro, y entre su razón y su instinto, ya quedaba claro quien había salido victorioso.

En el camino a la habitación había recordado cada detalle de aquella noche, su cuerpo tampoco le podría negar aquel intenso encuentro, peor aún, esa sensación húmeda y pegajosa aun permanecía en su dolorida entrada.

Observo el reloj de su velador desesperado, 11:00 am, titilaban unas pequeñas luces color rojo, sobre un fondo negro.

Corrió a la ducha, quito de su anatomía cada rastro de sudor y fluidos que pudo encontrar, limpio tanto como le fue posible, sin ser capaz de borrar la realidad de los hechos con una esponja y un poco de jabón.

Apresurado, salió con una toalla a la cintura y otra sobre sus hombros, como pudo seco sus cabellos, dejándolos más alborotados de lo que originalmente eran, luego de eso, agarro unos jeans y una playera a manga larga.

-Deidara, sé que esto puede ser inoportuno, pero necesito hablar contigo- Aquellas fueron sus palabras cuando el tono de llamada detrás de su auricular.

Verónica era su amiga, la adoraba con todo su corazón y sinceramente reconocía que era mucho más fácil llamarla a ella y pedirle que fuera hasta su habitación, sin embargo la muchacha era diversión, carisma y algo de ternura, Deidara no, su querido amigo era la voz de la razón, el único capaz de pensar con la mente fría cuando era necesario y por supuesto quien le daría el peor regaño de su vida por hacer aquello.

-Estoy en la casa de Itachi, sabes dónde queda, te estaré esperando- Esa fue la escueta respuesta del rubio mayor, Naruto tampoco necesito escuchar más, corto la llamada al instante, agarro un poco de dinero y las llaves de la habitación, luego corrió desesperado hasta la casa de su amigo.

Sus revoluciones se calmaron al verse frente a la casa de Itachi uchiha, un lugar donde tantas veces se había reunido la familia de su  esposo, donde habían vivido tantos diversos momentos juntos.

Su mano temblorosa avanzó hasta tocar la puerta, primero fue un golpeteo suave y temeroso, finalmente recordó la razón de estar allí y comenzó a golpear la puerta con desespero y fervor.

Su amigo apareció de pronto, se veía agitado, su cabello rubio y largo estaba suelto, se veía como una larga cascada dorada cayendo por el borde de su cuello.

-Entra- Le indico rápidamente su amigo.

Naruto no dijo nada, solo siguió la indicación de Deidara, paso hasta la sala y allí tomo asiento en un cómodo sofá de cuero negro.

-¿Qué paso?- Inquirió rápidamente su amigo, Deidara deseaba tanto saber lo que había sucedido, como Naruto deseaba contarlo, para quitarse por lo menos un peso de encima.

De alguna forma, suponía de que se trataba, había visto a su amigo la noche anterior, incluso se había acercado disimuladamente a la mesa donde ambos estaban conversando, para su alivio descubrió que solo eran cosas de trabajo, por eso se había retirado, los había dejado solos.

-Yo… Dei-chan, no sé qué…- La lengua se le trababa cada vez que su mente intentaba forma una nueva oración para expresar claramente lo que había sucedido.

-No divagues Naruto- Reprocho su amigo.

-Dei-chan… Es horrible- soltó de pronto con aire compungido, luego se lanzó a los brazos de su amigo a llorar, pensaba que tal vez ese sería el último abrazo que recibiría de Deidara, antes de que se enterara del espantoso error que había cometido la noche anterior, seguro Deidara se enojaría irremediablemente con él.

El blondo recibió a su amigo entre sus brazos, dejo que se apoyara sobre su pecho a soltar dolorosas lágrimas de un tormento que el aun desconocía.

-Estoy contigo Naruto- Susurro, al tiempo que acariciaba la espalda del más pequeño- Puedes confiar en mi ¿Qué sucedió?- Inquirió con voz calma, intentaba al menos de esa forma relajar un poco a su querido amigo.

-Yo, con Sasuke…- Su voz se cortó por el llanto, el cuerpo de Deidara se tensó al instante, su peor temor se hacía presente en aquella declaración, los tormentos de Naruto seguían teniendo Nombre y apellido “Sasuke Uchiha”.

Pero no le demostró, de mantuvo tranquilo, su cuerpo quieto, espero a que Naruto terminara de relatar los temibles sucesos.

-Yo, anoche… Me deje llevar por el Dei-chan, es horrible- Repitió.

Los ojos de Deidara se abrieron al instante, por supuesto el esperaba cualquier tipo de confesión, pero confiaba en el buen juicio de su amigo, confiaba en que Naruto había cambiado, que ya no se dejaría engatusar por los encantos falsos del Uchiha menor ¿entonces por que? ¿Por qué Naruto le decepcionaba de esa forma.

-¿Tu… Te acostaste con él?- Pregunto con aire seco, Naruto apenas se movió, no dijo una sola palabra, solo mantuvo su cabeza gacha, y con su silencio concedió a Deidara una respuesta más que clara sobre lo que había pasado- ¡¿Cómo es posible eso?! Yo no lo entiendo Naruto, no sé cómo entenderlo.

-Yo, no se Deidara, bebí mucho ¡Bebimos mucho! apenas me acuerdo de lo que paso, estábamos hablando de negocios, luego hablamos de nuestras vida, fue al baño y el agarro allí, me dio un beso y luego… Fue la noche más fantástica y la más fatídica de mi vida…

-Espera ¿Qué? ¿Fantástica?- Deidara estaba confundido- Naruto ¿Estas arrepentido o estas feliz con lo que paso?

-¡No se Deidara!

-¡Explícate entonces! ¡¿Cómo pudo ser una noche fantástica?!- Exclamo exasperado.

-Tu no lo entiendes- Se defendió el blondo, dolido con la incomprensión de su amigo.

-¡Es claro que no lo entiendo! ¡Has pasado por toda esta mierda! ¿No has aprendido nada?- La pregunta salió de sus labios con brusquedad- ¡Naruto tu aun no terminas con todo tu tratamiento!... ¡TU TRATAMIENTO!- Exclamo cayendo en cuenta sobre un importante detalle, Naruto también lo comprendió- dime que no…- Susurro Deidara atemorizado.

El blondo solo sintió con la cabeza, una mueca de arrepentimiento se vislumbró en su rostro.

-Es horrible…- La voz quebrada de su amigo  le sorprendió, Deidara cubría su rostro horrorizado, su voz ya no era la potente entidad, sino más bien un espectro apenas perceptible de aquellos gritos enardecidos- ¿Qué harás?

-Esperar- Respondió el otro.

Aún no había nada seguro, pero muchas probabilidades se exponían ante su rostro. Los primeros meses comenzado su tratamiento le habían recetado unos potentes comprimidos antidepresivos, a decir verdad habían dado un buen resultado, pero no se habían llevado bien con sus anticonceptivos, ambas medicaciones diarias, hacían una mala combinación, el primer tiempo había sufrido de diarreas espantosas, dolores de cabezas y vómitos, un hecho contraproducente, considerando que lo que más necesitaban era elevar el peso del rubio.

No había sido una decisión muy difícil, acababa de terminar toda relación con su marido y no pensaba volver a comprometerse con nadie hasta estar mucho mejor el mismo, por otro lado necesitaba esos antidepresivos, nunca había sentido que dependía tanto de algo, como de esas pequeñas capsulas. De ese modo los anticonceptivos se fueron a la basura. De ese momento ya hacían unos más de 6 meses.

Esperar esa era la única decisión sabia a la cual había llegado, dejar que el tiempo pasara, para saber si realmente su fogoso encuentro había llevado consigo consecuencias.

-¿Y si es así?-consulto Deidara.

-No lo sé- el rostro de Naruto se apoyó sobre sus manos- yo siempre quise tener un hijo, pero ahora- El sufrido llanto poco a poco comenzó a inundar la habitación, Deidara deseo haberle dado un fuerte golpe por irresponsable, sin embargo allí se encontrar con el corazón roto, extendiendo sus cálidos brazos al cuerpo pequeño de su querido amigo, que se refugió desesperado entre esas extremidades como único soporte, para su horrible pesar.

Lo tendría, por supuesto, si estaba embarazado lo tendría, ese bebe no tenía ninguna culpa de todos los errores que cometieran ellos como padres, no sería capaz de hacer pagar a un indefensa criatura por sus propias falencias.

Pero… ¿Se hubiera tenido cuidado?

La pregunta no dejaba de albergarse en su mente, si hubiera tenido cuidado ¿Realmente estaría arrepentido? No, si sus acciones no involucraran a un tercero, si su “error” no llevaba consigo la carga de su probable hijo en su vientre, entonces seguro que no estaría arrepentido, esa habría sido la noche más romántica y apasionada de su vida.

Sin dudas habría sido eso, una loca y apasionada noche de placer en su vida, la mejor de todas ellas, pero solo eso y nada mas… el peso de una criatura creciendo en su vientre, por supuesto que cambiaba de forma radical aquella situación…

-No estoy listo para tener un bebe Deidara- Gimió entre lágrimas…

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-¡INFELIZ!- A penas había intentado entrar en su casa, cuando su hermano mayor planto un fuerte y rabioso puñetazo, la mejilla le escocia, pero con la bruma de la resaca, apenas comprendía lo que estaba sucediendo.

-¿Qué haces?- Pregunto agarrando la zona dolorida medio aletargado.

-¡¿Qué ganas con hacer la vida de Naruto miserable?!- Exclamo su hermano enfurecido.

Jamás en la vida Itachi Uchiha había sentido tanta rabia en contra de su hermano, pero ya no lo podría soportar, su hermano era un desgraciado que gozaba de hacer la vida de ese dulce rubio un infierno y ya no lo aguantaría más.

Había oído detrás de la puerta gran parte de la conversación entre Deidara y Naruto, sabía muy bien que eso no era correcto y se juraba a si mismo que habría abandonado el umbral de la puerta, de no ser porque el nombre de su hermano estaba grabado en toda la conversación…

Notas finales:

¿Ahora como se excusara Sauke? La paciencia de Itachi llego a su limite D:

Espero sus comentarios, me los merezco, escribi por ustedes aun en medio de todo mis estres hasta las 2:30 de la mañana, mientras estudiaba bioquimica D:

Nos leemos, yo ya me voy a repasar, y luego a dormir si Dios quiere y el yaoi me lo permite jajajajajaj >.<


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