Capítulo 26: La revelación y una emotiva despedida.
-Sasuke- Susurro con aire retenido en los pulmones, sintió todo su cuerpo tenso en un instante, mientras que el rostro calmo y poco expresivo del pelinegro le observaba con escrutinio.
Gaara tenía a su hijo durmiente entre sus brazos y sabía que Sai le esperaba en el estacionamiento del edificio, por tanto estaba obligado a irse, aun cuando su mente le decía a gritos que no podía dejar a Naruto solo con ese canalla, al cual aún tenía por esposo.
Deidara por su parte estaba molesto, observaba al hermano de su pareja con odio infinito, su instinto estuvo a punto de correrlo a patadas del umbral de la puerta, sin embargo sus músculos fueron más sensatos, se tensaron dejándole inmóvil detrás del rubio menor.
Victoria simplemente lanzo una mirada tanto al pelirrojo como al rubio mayor, para luego negar con la cabeza, como diciendo que esa era una decisión que solo Naruto podía tomar.
-Me tengo que ir Naru, Sai me está esperando abajo- Gaara se acercó a su querido amigo y beso su mejilla tensionado- Cuídate- Susurro en su oído antes de añejarse de su rostro, Naruto simplemente asintió y observo entristecido como su amigo se marchaba por el pasillo sin siquiera haber mirado a Sasuke.
-Yo también me retiro Naruto, no quiero acriminarme antes de tiempo- Expreso el joven de ojos celestes y largos cabellos dorados- Nos hablamos luego- Verónica, cuida de el- Advirtió mirando a la castaña antes de retirarse, dio tan solo cinco pasos y se detuvo sin mirar a sus espaldas- No tengo la mas mínima intensión de hablar contigo Uchiha, pero Itachi está tratando de ubicarte desde hace dias, dígnate por lo menos a contestar el teléfono.-
-Hable con el hoy por la tarde, ya tiene mis razón de porque no respondía sus llamadas- Resonó la voz grave del pelinegro en medio del pasillo. El rubio se limitó a encogerse de hombros y continuar caminado, tan solo ver la cara del Uchicha menor le provocaba una furia casi incontenible.
Cuando el último de los invitados desaparición tras la intersección de las escaleras, obligado a no tomar el ascensor, pues este estaba ocupado, seguro por Gaara que había bajado unos minutos antes, todo se volvió a un silencio incómodo.
El aire se cortaba con cuchillas, y parecía tan pesado que Naruto apenas sentía que podía respirarlo. Verónica que era la única interferencia entre la pareja se acercó a Naruto y susurro en su oído.
-¿Quieres que los deje solos?- De inmediato los ojos azules se posaron nervioso sobre su persona, Naruto no sabía así asentir o negarse a esa incógnita, y para ser sincero, ambas le parecían malas ideas.
- ¿Qué haces aquí Sasuke?- Pregunto antes de responderle a su amiga.
-Quiero hablar sobre algunos problemas que hemos tenido con respecto a tu diseño, y por supuesto también me interesa saber sobre tu estado ¿Puedes hablar ahora o prefieres que acordemos otro día?- Su voz parecía calma y completamente seria, como si de alguna manera se burlara de su nerviosismo.
El rubio se limitó a asentirle a su amiga, Verónica rápidamente capto el mensaje y cogió de inmediato un abrigo largo colgado tras la puerta de su habitación.
-Yo los dejo conversar tranquilos entonces, pero vuelvo en breve, más le vale señor Uchiha que se comporte y cuide de Naruto en mi ausencia- Pocas veces había oído un tono tan condescendiente salir de los labios de su amiga, esa mirada seria y con una pizca de amenazante advertencia se dejaba revelar en sus hermosas irises, Finalmente la muchacha se retiró, haciendo eco con sus tacones alto por el largo pasillo de aquella estancia, perdiéndose también entre las escaleras.
-Pasa, por favor- Indico el rubio abriendo su puerta y dejándole el camino abierto a su habitación- Toma asiento en lo que retiro las tasas- Tan solo quedaban las tasas de él y Verónica pues Gaara y Dei, habían hecho su propio trabajo- ¿Quieres beber algo?- Consulto el rubio antes de tomar asiento.
-Café por favor- Solicito Sasuke, abriendo un folder sobre la pequeña y modesta mesa.
¿Lo traía desde un inicio? Tan nervioso estaba Naruto que apenas había notado la carpeta negra de tapa gruesa que traía Sasuke bajo el brazo, y de la cual en ese momento sacaba una serie de papeles ordenándolos, casi compulsivamente, sobre la mesa de te.
-Aquí tienes- Sus manos temblorosas dejaron la taza blanca y pequeña sobre la mesa, el aroma amargo de aquel café inundo las fosa nasales del contrario, quien extendió su mano y agarro rápidamente el recipiente, volvió a acercarse lo al rostro y antes de sorberlo, se deleitó nuevamente con el embriagador aroma de la bebida, acerco a sus labios el líquido oscuro y bebió de este por lo menos tres sorbos al hilo.
-Delicioso- Expreso al instante, debía ser sincero al declarar que de hecho no deseaba nada de beber, sin embargo la tentación de volver a probar una buena tasa de café hecha por las hábiles manos de su amado Naruto- Nunca perderás el toque- comento sonriente.
-Lo tengo desde la secundaria- Dijo Naruto con aires de Nostalgia.
-Cuando hacías café en grandes cantidades para que no me quedara dormido mientras te enseñaba química la noche antes del examen, te costaba mucho ese ramo.
-Era complicado…- Se excusó.
-No tanto- Rebatió el pelinegro dando paso a un nuevo momento de silencio.
-¿Qué problemas has tenido con el diseño?- Consulto al fin el rubio, dispuesto a dejar a un lado los comentarios del pasado.
-No es con el diseño sino con los elementos, principalmente tenemos problemas con esta cerámica- dijo indicando un modelo de baldosa elegido especialmente por el rubio para los baños.
-¿Qué sucede con ella?-
-no la tenemos.
-¿Cómo que no la tienen? Tu empresa durante años ha importado ese tipo de cerámica- Rezongo molesto el rubio, no le gustaban ese tipo de problemas.
-Sí, resulta que la empresa que las fabrica ha decidido hacer una pausa en el stock, y no producirán algunas cosas hasta el año próximo, esta es una de las cerámicas que han entrado en esta lista, se venden poco debido a su elevado valor, yo me comunique la semana pasada con ellos, y tuvimos una larga charla, el dueño de la empresa me dijo que poseían aun algunas baldosas, pero según la cuenta que hicimos, solo lograríamos arreglar un poco más de la mitad de los baños.
-¿Y los otros baños?- Consulto Naruto.
-con una cerámica diferente- Expreso a sabiendas de que era una mala idea.
-¡Eso es horrible Sasuke! estamos haciendo esta remodelación para que las cosas queden bien, no quiero la mitad de los baños con una cerámica y la otra mitad con “¿Quién sabe qué cosa?”- Exclamo exasperado- ¿enserio pensaste que iba aceptar esa opción?
-No- Respondió al instante- Pero valía la pena intentarlo- Dejo salir un poco más relajado.
-Eres un idiota- soltó molesto el menor.
-Me lo han dicho con frecuencia últimamente- Admitió relajado- Mira esta- indico una nueva fotografía- Esa es nuestra segunda opción, es de una empresa alemana, es bonita, solo hay un detalle- La mirada seria de Naruto se posó sobre el indicándole que procediera- Está un poquito más elevado en el presupuesto.
-¿Qué tan elevado?- Consulto el rubio elevando una ceja. Sasuke no respondió, solo índico con su índice un número en el final de la hoja- ¡¿En qué estás pensando Sasuke!? Es demasiado más elevado que el presupuesto original ¿De qué están hechas esas baldosas? ¿De oro?- Murmuro enrabiado mientras que el mismo buscaba entre sus cosas un pequeño folder color amarillo- Usaremos estas- soltó con frustración, las iba a utilizar en otro trabajo pero cambie de opinión y en este momento es lo mejor que puedo pensar.
-Pero nosotros no…-
-No importan esa marca- Completo Naruto- Lo sé, y no me importa, este es tu problema Sasuke no el mío, tú me dijiste que tendría mis baldosas y yo quiero mis baldosas- Apunto con seriedad- Ya me has hecho pasar muchas rabias en menos de una hora- Refunfuño enojado.
Finalmente el rubio se levantó de su asiento y dejo el folder en el mismo lugar, la hoja donde estaban las nuevas baldosas fue extendida hacia el pelinegro.
-Estas muy explosivo hoy…- susurro el pelinegro medio riendo.
-Y Tú de muy buen humor, eso me molesta mucho mas- soltó Naruto ¿Es que acaso Sasuke pretendía seguir burlándose de él?
-Está bien, está bien, te conseguiré las baldosas- Dijo resignado, aunque ese no era su trabajo específicamente… Un nuevo silencio se interpuso en la habitación, Sasuke miraba con nerviosismo la figura del rubio.
-¿Qué sucede?- Pregunto Naruto.
-¿Cómo te fue con tu psicólogo?- Soltó el pelinegro, una pregunta que deseo hacer desde el momento en que había visto a Naruto abrirle la puerta.
-No tan mal…- Respondió escueto y un poco desanimado.
-No tan mal, significa no tan bien- Expreso con preocupación- ¿Sucedió algo especial?- la expresión compungida del pelinegro estaba en todo su esplendor.
-Nada, solo me regañaron un poco, Iruka está preocupado por mí, yo también lo comprendo, esto es algo… Arriesgado- Susurro sin saber bien si esa era la palabra correcta- Pero además me dio ánimos, es un excelente psicólogo y amigo, de alguna manera hasta me hace creer que puedo con esto…
-No estás solo Naruto- Externo el pelinegro con decisión.
-Lo sé pero… A veces siento como si lo estuviera, como si esta fuera una pela en la que me encuentro solo, peleando contra mí mismo- Su voz cargada de miedo cruzo los tímpanos de Sasuke con pesar.
El blondo se vio de pronto rodeo por los fuertes brazos de su acompañante, el aroma de ese perfume caro que el utilizaba desde hacía años inundo sus sentidos, quiso alejarse en algún momento, pero estaba embriagado con el acelerado palpitar del corazón contrario, Sasuke estaba nervioso, no lo demostraba pero el también sentía tanto miedo de todo esto como el mismo Naruto.
-Yo… Yo quisiera ayudarte con todo esto, con todo lo que estás pasando, a veces me siento inútil, aun cuando todo es mi culpa no tengo forma de remediarlo, no encuentro manera de compensarte, de estar junto a ti…
-Sasuke- Interrumpió con su tono de voz bajo y tierno.
-Déjame terminar Naruto- Dijo rápidamente el pelinegro- Yo sé que es difícil, por todo lo que hemos pasado, pero quiero que tu sepas que cuentas conmigo, que yo quiero estar para ti tanto como sea posible, quiero que sepas que si nadie es capaz de ayudarte, yo moveré el cielo y la tierra para que seas feliz, así que por favor… no te sientas solo- Una dulce caricia fue alojada en su mejilla, tersa y suave, cargada de sentimientos.
Aquella noche Sasuke prometió que la próxima vez que lo viera iba a tener exactamente las baldosas que el rubio había pedido, dejo su número de teléfono en caso de que Naruto necesitara algo y se despidió con un dulce beso en la frente del más bajo.
Desde ese momento ya había trascurrido un mes, mes y medio desde su encuentro pasional con Sasuke en el hotel, lugar en donde los arreglos habían ido de maravillas, además de esas baldosas Sasuke y su empresa se habían encargado de conseguir cada una de las peticiones que Naruto hacía. Esa era la razón de su marcha, las cosas estaban tan bien en el hotel que ya no habían excusas para quedarse, el boleto de avión estaba listo desde hacía semanas, y las maletas preparadas desde poco más de unas horas.
-No puedo creer que ya tengas que irte-Susurro el rubio medio nostálgico.
-Yo tampoco puedo creerlo, de hecho no tengo ganas de irme, quisiera quedarme contigo, seguir acompañándote con todo esto, pero es hora de marcharme, tendré que conformarme con un mensaje tuyo para que me cuentes si estas o no embarazado- Susurro ella entristecida.
-Es verdad, a mí también me gustaría que estuvieras aquí para cuando vea los exámenes- Externo pensativo.
- Estaré contigo, no físicamente, tal vez no pueda abrazarte y acariciar tus cabellos en ese momento, pero estaré contigo a la distancia, sabes que puedes contar conmigo para lo que sea- Susurro la castaña.
-Te extrañare tanto- Dijo el rubio con pena.
-Lo se…- continuaría hablando, pero su teléfono celular vibro en el bolsillo, era su jefe, seguro querría asegurarse de que todo estaba listo para el viaje, aún faltaban 24 hrs para partir, de hecho quería discutir con ella unos pequeños detalles pasa su llegada a Australia, el cual era su nuevo punto de llegada- Perdón Naruto, el jefe me ha llamado, dice que está en la recepción, hablare con el vuelvo de inmediato cariño- Beso la frente de su amigo y bajo corriendo, eso era lo bueno de andar con zapatillas.
Mientras el rubio permanecía sumido en sus propias divagaciones. Encendió el televisor, sin prestar real atención en lo que estaba pasando, se quedó tendido en la cama, cambiando canales pensando en una serie de cosas.
De un momento a otro irguió su cuerpo, miro con decisión el teléfono celular.
-Dei, llama a Gaara nos vemos en el hospital en treinta minutos- Aviso Naruto con voz decidida antes de arrepentirse- Creo que ya no puedo seguir escapando de esto.
La conversación de Verónica había sido realmente corta, para cuando llego a la habitación, vio a su amigo arreglado, listo para salir, a quien sabe dónde.
-Pensé que te quedarías aquí todo el día- Soltó ella de inmediato al verle tan arreglado.
-Que nos quedaríamos aquí todo el día- Corrigió Naruto- Pero quiero que estás conmigo cuando reciba la noticia.
-¡¿Qué?!Espera Naruto ¡¿A dónde vamos?!- Exclamo.
-Toma las llaves del auto, vamos al hospital- Indico apresurado el rubio- Ya nos atrasamos, le dije a los muchacho que en media hora.
-¿Ellos también van?-
-¿No puedes hacerme las preguntas en el auto?- Soltó exasperado.
-¡Ah, está bien, vamos!- Agarro sus cosas y siguió al rubio quien ya estaba tomando el ascensor, si no se apresuraba le haría bajar por las escaleras.
El camino hacia el hospital fue rápido, Naruto entro solo a una de las habitaciones, Hinata la enfermera que le tomaría el exámenes era amiga suya desde hace años, y prometió tener el examen lo antes posible, pues por la hora, sus resultados debían salir para el día siguiente, sin embargo haría una petición especial para su primo Neji, quien era el tecnólogo médico, y no se negaría a hacerle ese favor.
Verónica y los muchachos por su parte se quedaron nervioso parados fuera de la sala donde a su amigo le tomaban las pruebas de sangre, cuando vieron salir a Naruto quisieron llenarle de preguntas, sin embargo se quedaron callados, observando el parchecito blando en la zona de donde había sido extraída la sangre, ya faltaba poco para descubrir la terrible o aliviadora verdad.
Esperaron en silencio, sentados en el pasillo, el hospital siguió su normal funcionamiento el resto de las horas, observaron cómo varios médicos se retiraban, quedando solo la sala de urgencias en funcionamiento, algunas enfermeras cambiaron de turno, instalándose en el mesón de recepción, otras por su parte pasaron de inmediato a revisión de paciente internados.
Hasta que finalmente el rostro pálido de la muchacha se asomó por la puerta.
-no le cuentes a nadie de este arreglito ¿Esta bien?- Susurro con su voz bajita y tímida.
-Claro que no, gracias por todo Hinata- Respondió el rubio muy agradecido- Me has hecho un tremendo favor- el deposito un abrazo en su amiga, quien para esos momentos ya conocía el contenido de aquel sobre blanco.
Todo ellos salieron, sin embargo no fueron capaces de aguantar la curiosidad hasta el hotel, por lo que Naruto se vio obligado a abrir el sobre en el estacionamiento del hospital, sus manos temblorosas cogieron el papel y lo deslizaron hasta que quedara frente a sus ojos.
Varios números indicaban el recuento de sus glóbulos rojos, las plaquetas y los leucocitos, cosas que realmente evadió, centrándose en un solo punto de aquel papel…
-Positivo…