Capítulo 28: Necesito contarte algo.
-¿Qué sucede?- La voz adormilada al otro lado de la línea parecía comprender apenas siquiera con quien estaba hablando.
Por otro lado Naruto se mordía las uñas nervioso, comenzaba a perder la valentía y junto con eso crecían los pensamientos sobre el hecho de que era mala idea llamarlo a esas hora, para decirle tal noticia, pero ya lo hecho esta hecho, tendría que asumir sobre sus actos y contarle la verdad.
-Ya… me hice los exámenes- Susurro temeroso, aun sabiendo que el pelinegro estaba a varias calles de distancia y de hecho el mismo había reconocido que sería muy feliz siendo padre, quizás estaba nervioso porque el simple hecho de darle esa noticia a Sasuke, era reconocer de una vez por todas que si estaba embarazado.
-¿Qué?- La voz del otro lado parecía sorprendida, pero te todos modos aún no se oía nerviosa, como si no procesara todo lo que le había dicho.
-Que estoy esperando un bebé…- El silencio se hizo casi insoportable, en un momento se consoló a si mismo pensando que Sasuke se tomaba su tiempo para digerir la noticia, pero luego el tono de marcado le indico que realmente el otro padre de su hijo le había cortado.
¿Sería así? ¿De verdad se quedaría solo? Sasuke le había dicho que estaría con el, que le apoyaría, sin embargo ahora se sentía solo, desvalido, abandonado, pero sobre todo se sentía un idiota, era casi irreal pensar que nuevamente había caído en la trampa de Sasuke, que nuevamente le había traicionado, era un estúpido, por haber creído en el, por volver a pensar que tal vez podrían tener un hijo juntos, y que su bebé disfrutaría la vida con sus dos padres a su lado, aun si estos no estuviese juntos como pareja, pero no, ahora estaba allí él solo, con su palma extendida sobre su vientre y el teléfono descolgado sobre el colchón, sin saber a qué aferrarse para no caer en el abismo.
De la nada se vio sobresaltado por el golpeteo de su puerta, apresurado por supuesto se levantó, restregando sus ojos para no dejar salir aquellas lagrimas ya contenidas, tomo una buena bocanada de aire para tranquilizarse y abrió la puerta esperando encontrarse alguna mucama o algún botones del hotel.
-¡Sasuke!- Su cuerpo se estremeció, seguro si no hubiera estado aferrado al borde de la puerta, habría dado directo contra el piso.
Y allí estaba el, parecía agitado, de hecho llevaba una de sus manos a su pecho y respiraba con dificultad, su mirada se notaba nerviosa y de alguna manera Naruto logro reconocer aquel arrepentimiento en las ónices de su exmarido, como si en ese momento llegara a pensar que fue mala idea correr hasta el hotel en lugar de responder por teléfono…
Vio a Sasuke tomar una bocanada de aire y luego de eso soltó todo de una sola vez, hasta casi quedarse sin palabras.
-¿Estas bien? ¿No necesitas nada? ¿Has tenido mareos? ¿Vómitos? ¿Antojos? Naruto yo…- Un fuerte carcajada de dejo oír en el pasillo, cálidas y estridente risas que brotaban de aquellos labios rosados y carnosos.
Sasuke estaba tan mal como se veía, desde el tiempo de la secundaria que no veía a su expareja con ropa deportiva, aun peor su cabello siempre bien peinado, ahora estaba revuelto, y parecían tener la marca de la almohada, delatando que ya se había acostado cuando el le llamo y si quizás antes le había visto en ese mismo estado, sin embargo nunca había gozado la dicha de ver al “Gran Sasuke Uchiha” esforzándose por ordenar sus propios pensamientos.
-¿Qué es tan gracioso?- Consulto el pelinegro avergonzado.
-Tú…- Respondió el blondo, limpiando aquellas lágrimas traicioneras que habían escapado por tanta risa- Sabes no era necesario que vinieras- Calmo su risa y abrió un poco la puerta para dejarle pasar.
-Estaba preocupado por ti- susurro un poco avergonzado ingresando a paso lento en la pequeña estancia- ¿Tu compañera ya se fue?- pregunto al ver la otra cama bien tendía, y solo las pertenencias de Naruto, en un lugar que antes era compartido por verónica.
-Sí, se fue esta tarde- Contesto mientras se preparaba un té- ¿quieres algo?
-Café por favor- Respondió el pelinegro- Bien cargado, siento que estoy que muero de sueño.
-Lamento haberte llamado tan tarde.
-No hay problema, era una noticia importante- Una sonrisa afloro en los delgados labios del pelinegro, Naruto le observo solo de soslayo pues se encontraba concentrado en servir el agua caliente, aunque debía reconocer que algo dentro de su se removió al ver aquella sonrisa.
-Aquí está tu café- Dejo la bebida sobre la pequeña mesita y se sentó junto a Sasuke.
-¡Que rápido!- Exclamo impresionado, recibiendo la cálida tasa entre sus manos, abrigándose de paso, pues la noche estaba helando y él había salido tan temprano que apenas tuvo tiempo de ponerse aquellos pantalones, ni pensar en un abrigo.
-Sí, es que había hervido agua poco antes de que tu llegaras, entonces estaba muy caliente…- tras esta tonta explicación un silencio incomodo se expandió entre ellos, ambos llevaron las bebidas a su boca en el mismo momento y se miraron nerviosos al dejar las tasas de vuelta en la mesa, ambos sin decir absolutamente nada.
-Naruto tu…. ¿Te has sentido bien?- consulto el pelinegro, siendo el primero en coger la valentía suficiente como para hablar.
-Yo…Si, un poco mareado de vez en cuando, pero me he sentido bien, aunque tengo poco tiempo, dijo una enfermera que los síntomas podían durar hasta los tres meses incluso un poco más, aunque hay mujeres y donceles que nunca sufren ninguno- comento esperanzado de ser uno de esos donceles.
-Es un alivio- soltó el pelinegro, luego de haber bebido también un sorbo de café durante la explicación de Naruto- ¿No necesitas nada por el momento? ¿Vitaminas, suplementos?- Consulto casi al instante siguiente.
-Bueno yo, la verdad solo me hice el examen, así que no recibí ninguna indicación, supongo que pronto iré a sacar una hora con algún medico obstetra- Informo con voz tranquila.
-Vaya, que bueno, ¿Yo podría… uhmmm acompañarte?- Debía reconocer que tuvo que juntar mucho valor para soltar esa pregunta y que de hecho tenia los dedos cruzados debajo de la mesa.
-¡¿Enserio quieres ir?!- Soltó sorprendido el rubio- Digo será una consulta aburrida, no es necesario que…-
-Quiero estar contigo- Interrumpió- Y con mi hijo, de verdad yo deseo acompañarlos.
-Sasuke- Hizo una pausa- Claro, yo te llamare cuando tenga la cita con el doctor- completo.
De alguna forma se sentía liviano, como aquel peso que llevaba encima desde que había oído el tono de llamado hubiese desaparecido con la sola presencia del azabache en su habitación, era tan difícil tenerlo cerca nuevamente, después de todas las cosas que habían sucedido, pero estaba feliz, tenía a su hijo, tenía a Sasuke y a sus amigos, ya jamás podría sentirse solo.
Pasaron varias horas charlando hasta que finalmente Sasuke decidió marcharse, aun cuando su corazón le rogaba quedarse con Naruto el resto de la noche, el resto de sus dias, se vio en obligación de rechazar sus propios caprichos y darle su espacio al blondo, que ya parecía cansado y adormecido.
-Vete a acostar, te hace falta un poco de descanso- comento Sasuke en el umbral de la puerta- Si te sientes mal, o necesita algo no dudes en llamarme ¿Esta bien?- Naruto simplemente asintió- Hasta luego- Sasuke paso sus manos pálidas sobre la tersa mejilla del menor, soltó una tierna sonrisa y luego se marchó, estaba esperando el elevador, pensó que Naruto cerraría la puerta y antes de eso…
-¡Sasuke!- Se oyó la exclamación- Gracias por venir…
Una sonrisa afloro en sus labios, camino a paso lento hasta llegar nuevamente junto a Naruto, dejo un tierno beso en su frente y volvió a sonreír.
-No hay de que, sabes que puedes contar conmigo- Esa fue su última despedida, corrió para que no se le fuera el elevador, y agito su mano en dirección a Naruto antes de subirse, el blondo se quedó allí en el umbral de la puerta con el corazón agitado y una ilusa sonrisa en el rostro, sin dudas se encontraba emocionado.
Tardo unos minutos en volver a la habitación y de una vez por todas en ese largo e intenso día, echarse a dormir, aun si no quería comer por dos, estaba dispuesto a dormir por dos.
El palpitar de su corazón no le daba tregua, y aun sabiendo que ya le había dicho todo a Sasuke no se lo podía creer ¿De verdad había algo creciendo allí dentro en ese mismo instante? Aun no podría sentir sus movimientos, su vientre estaba tan plano como el día en que fue concebido y hasta el momento no le había dado mayores problemas… claro que al día siguiente.
-Blergg…- Casi había olvidado lo mal que se sentía vomitar, llegaba a sudar de alguna vez hacerlo por gusto, ahora con el sabor amargo en la boca y un calambre que recorría desde su vientre bajo hasta el estómago, comprendía que jamás nunca deseaba volver a vomitar.
Se levantó apenas con fuerza, lavo su boca como pudo para quitarse el mal sabor y volvió a la cama encendiendo el televisor para ver el programa matutino.
-¿Esperaste a que supiera de tu existencia para hacerte notar?- Pregunto con voz cansada, dando un par de palmadas a su vientre- Tal vez tuve que esperar unos meses más para hacerme ese examen…
.:*Sasuke Uchiha*:.
Nuevamente fue despertado por el sonido estridente y escandaloso de su teléfono celular, contesto igual que el día anterior, pero esta vez no fu la cálida voz de Naruto la que escucho por el auricular.
-Sasuke, tengo algunas cosas que discutir contigo por el documento que debemos entregar al juzgado.
-¿el de todos los años?- Pregunto Uchiha menor.
-Si ya sabes, debemos renovar la patente de la empresa y otras cosas, además quiero discutir otra cosa más, pero me gustaría que fuera en persona ¿Puedes salir a almorzar hoy?- pregunto.
-Claro, nos vemos a la hora de siempre, en el mismo lugar ¿Te parece?
-Sí, eso está bien, hasta la tarde, nos vemos.
-Adios…
Ya tenía el celular en las manos, y le habían despertado de todos modos, así que no puedo evitar hacer “esa” llamada.
-¿Hola?- Escucho la voz aterciopelada al otro lado.
-¡Hola! ¿Te desperté?- Pregunto temeroso.
-No, no, ya estaba despierto, tu hijo me saco de la cama muy temprano- Comento medio riéndose.
-¿enserio, que sucedió?- Externo preocupado.
-Nada importante, supongo que se quiso hacer notar, ahora que ya sé que está allí adentro- Soltó con naturalidad.
-¡Pero ¿Estas bien?! ¿No quieres que te lleve al hospital?- Exclamo nervioso. Una nueva carcajada se dejó escuchar al otro lado de la línea.
-¡Ya Sasuke! deja esa faceta de “papá gallina”, estamos bien, solo fueron unas nauseas, nada fuera de lo común, trabajare desde aquí hoy, así que no saldré a ningún lado, ¿sí? deja de ponerte tan nervioso por todo.
-Lo siento.
-También deja de disculparte…