Capítulo 30: ¡De verdad no lo quiero!
-¡No lo puedo creer!- Exclamo luego de sobrepasar el intenso ataque de risa que le había dado hace tan solo unos minutos- ¡Son mas de los que me mostraste en la foto!
-¡Claro en la foto solo pude los más bonitos!- Indico el pelinegro levantando los brazos- Corría el riesgo de que me dijeras exagerado si te enviaba una foto de todas las ropas- Añadió luego, Naruto por supuesto se largó a reír con mayor intensidad, limpiando a ratos las lágrimas en sus ojos, por supuesto apenas lograba respirar de tanto carcajearse.
-¡Por supuesto, es mejor que te diga exagerado en tu cara!- Exclamo Naruto sin dejar de reír- ¿Es enserio? Los bebes crecen rápido, ni siquiera alcanzara a usar todo esto cuando ya le estará quedando pequeña la ropa- Añadió luego.
Aquel día Sasuke se había presentado en el hotel, le acompañaría a su cita de los dos meses, la verdad ya era un poco más, puesto que durante la semana pasado no había poseído tiempo para agendar la cita, de hecho ya tenía nueve semanas de embarazo.
Por supuesto Naruto no había sido capaz de ignorar el hecho de que el pelinegro llegase con una maleta junto a él, de momento pensó que el Uchiha pretendía instalarse en su habitación, sin embargo no pregunto nada, Sasuke había pasado directo a la cama, abrió la maleta y disipo de inmediato sus dudas, pues dentro de esta no había nada más y nada menos que unos cuarenta atuendos diferentes de bebé, todos ellos de diferentes colores, ninguno de ellos azul o rosado.
¿Era enserio? Por un momento pensó que era una broma, pero la emoción de Sasuke al mostrarle ansioso los pequeños atuendos no hacia más que asegurar sus sospechas… En definitiva el exagerado y excéntrico Sasuke Uchiha había gastado un octavo de su fortuna en atuendos de bebé.
-¡Deja de reírte y vámonos!- Exclamo avergonzado, esperaba ver a Naruto sonrojado y ansioso, feliz de haber recibido tal regalo para su bebé, por supuesto en lugar de eso solo había recibido carcajadas y un ahogado agradecimiento.
-¡Si, si! Ya me reiré de ti en el camino- El rubio agarro sus cosas que no eran muchas y comenzó a caminar hacia la puerta.
Bajaron hasta el subterráneo donde estaba el último modelo de Sasuke.
-¿También te compraste otro auto?- Consulto sorprendido, el nuevo auto no era para nada el estilo Uchiha.
-Sí, lo compre hace poco- Anuncio calmado, mientras habría el auto- este es más seguro y tiene mas accesibilidad, además es más grande- Aclaro.
-¿De qué te sirve todo eso?-
-No es obvio, voy a tener un hijo, más espacio para poner su silla de auto y necesito seguridad, no quiero que le pase nada, es mí… Mi tesoro- anuncio con voz baja y algo avergonzada.
-¿Tesoro?- Los ojos de Naruto estaban bien abiertos, miraba a Sasuke de frente, mientras este no despegaba la vista del espejo retrovisor, puesta intentaba sacar el automóvil de ese estrecho estacionamiento- ¿Con el bebé de Karin hiciste lo mismo?- Pregunto con la voz ahogada el rubio.
La espalda de Sasuke se irguió, de lejos podía notar como retenía el aire en sus pulmones, el aura a su alrededor se volvió de pronto oscura y nostálgica.
-No…- Respondió- Quería hacerlo, pero no tuve tiempo, además- Un suspiro escapo de sus labios- Supongo que siempre supe que ese niño no era mío- Detuve el auto en una calle cercana al hotel, ya había sacado el auto del estacionamiento- Pero “el” no- una sonrisa se formuló tierna en sus labios, la mano derecha de Sasuke había quedado a escasos cinco centímetros del vientre de Naruto, Sasuke le miraba como pidiendo permiso, el rubio solo asintió nervioso- Este bebé es mío, yo lo sé- sonreía encantado.
Naruto no pudo responder nada, solo sentía que el corazón se escaparía de su pecho en cualquier momento, mientras el pelinegro daba las últimas caricias al refugio de su hijo y luego retiraba su mano, dispuesto a poner en marcha nuevamente el motor.
De eso forma llegaron a la clínica, llevaban un mutismo incomodo, pero ninguno era capaz de romperlo, Sasuke se preguntaba si había sido bueno confesar eso con Naruto, mientras el antes nombrado no dejaba de sentir la calidez y el amor de Sasuke… Pero no hacia él, sino hacia su hijo.
-¿ya tienes un obstetra determinado?- Pregunto el pelinegro con interés.
-Si ya tengo una, fue recomendación de Iruka, mi psicólogo- Explico.
-Me alegro ¿Es bueno?
-Lo es, aunque solo será temporal, tú sabes que Tsunade es obstetra, quiero que ella me atienda cuando regrese del extranjero.
-¿está en el extranjero?- Pregunto bajando del vehículo.
-Sí, se fue a Francia hace poco, creo que estará allá por tres meses, no le he dicho nada, seguro que se devuelve si sabe que estoy embarazado y esperándole, por eso, estaremos con el hasta que llegue Tsunade.
-¿Cómo se llama?
-Es Nagato, creo que ese era su nombre, no recuerdo su apellido- Expreso mientras ingresaba en el establecimiento.
Dentro del lugar buscaron la sala que les correspondía, no tardaron mucho en hallarla, de hecho quedaba casi a la entrada de la clínica.
-Debes ser Naruto-kun- Apunto el médico- No tenía citas hoy, pero Iruka hablo conmigo para que les recibiera, pasen por favor- El joven tenía una sonrisa afable, de hecho poseía la edad de Iruka, tal vez un poco más.
-Gracias por recibirnos, la verdad no pude hacer un tiempo la semana pasada.
-Claro, no te preocupes, de hecho no es problema para mi hacer un espacio, hoy estaba haciendo un poco de papeleo, por eso le pedí a mi secretaria que no agendara citas hoy, por supuesto exceptuando la tuya. Tomen asiento- Indico con la mano.
-Bueno…
-Cuéntame Uzumaki-kun ¿Cómo crees que va tu embarazo?- Consulto el medico, tenía una agenda entre sus manos y un lápiz preparado para hacer un par de anotaciones.
-Yo creo que está bien, tengo nauseas de vez en cuando, y mareos, a veces me duele un poco la cabeza, busque en internet y creo que también es producto del embarazo.
-Aja- soltó distraído mientras anotaba lo dicho por su paciente.
-¿No utiliza computador?-Pregunto Sasuke, el medico tenía una laptop junto a él, sin embargo escribía todo rápidamente en la pequeña agenda.
-Antes lo hacía, pero un día la computadora se averió y no tuvo reparos, perdí en ella toda las información de mis pacientes, es por eso que ahora ocupo la agenda, se la doy a Konan, mi secretaria, ella traspasa todo a la computadora y luego lo imprime- Era impresionante como el medico daba tal explicación sin dejar de escribir concentradamente- ¿Eso es todo?
-Sí, eso creo.
-Bien, quiero hacerte una ecografía, para ver cómo van las cosas, luego te recetare algo- anuncio con voz calma- síganme por favor.
Pasaron a una zona contigua, Naruto tuvo que bajar un poco sus pantalones y subir la camiseta azul marino que llevaba puesta, el medico como comúnmente se ve, esparció un gel sobre la piel del paciente y luego preparo un pequeño aparato y el monitor conectado a este, la imagen difusa se presentó en el monitor, varias líneas en blanco y negro, en el medio de esto una pequeña masita blanca de extraña forma.
-¡Ese es!- Sasuke que había aprendido algo durante el embarazo de Karin identifico rápidamente al bebé.
-Eres bueno con esto- Apunto el medico.
Naruto se encontraba sumido en sus pensamientos, observaba con insistencia la pequeña masita que crecía dentro de él.
-¿Está bien?- Pregunto nervioso, la vita del médico se posó sobre él, Naruto mordía su labio y apretaba las manos, miraba al bebé, temiendo no estar haciendo las cosas bien.
-Veamos- Trazo una línea en vertical, luego horizontal, estas daban de a poco una talla aproximada del feto- ¡Esta excelente! Es incluso un poquito más grande que la mayoría, por supuesto es comparando las medidas con un bebé de ocho semanas y no de nueve, es probable que eso haga la diferencia- Apunto.
-¿Qué son esos?- pregunto Sasuke emocionado.
-Allí deben estar los brazos, aun no se desarrollan muy bien, pero es cosa de tiempo.
-¿Y esos?
-Bueno esta de aquí arriba es lógico que es la cabeza y si lo de aquí son los brazos, por conclusión esto que queda aquí con las piernas- Explico el medico como si fuese muy obvio, y realmente lo era.
-Disculpe- Soltó el Uchiha, el medico pronto lanzo una carcajada.
-¡Vaya! No tienes que disculparte, es agradable de vez en cuando encontrarse con un padre pregunte y emocionado.
Sasuke sonrió avergonzado, Naruto alzo la mirada sorprendido, en algún momento el pelinegro le había cogido la mano y ahora la agarraba con fuerza desmedida.
Sin dar grandes detalles el medico había recetado unas vitaminas y suplementos para Naruto, por supuesto lo había hecho a petición de Iruka, y sin mencionar una sola palabra sobre sus alimentos y la dieta balanceada.
Finalmente se marcharon, Sasuke dejo a Naruto en la puerta de su habitación, pero un segundo antes de irse susurro en el oído de Naruto.
“Nuestro bebé es tan prefecto como tú, buenas noches…”