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(Hay que ser muy cruel)
Tiene dieciséis
Y un gran porvenir
La guapa de clase
Ejemplo a seguir
Pero nadie se lo espera
Su cuerpo perfecto
Cambia por momentos
Belleza por huesos infierno
Que la arrastra hasta morir
No somos perfectos
Ni estamos solos
Venciendo complejos
Que te vendieron
Hay que ser muy cruel
Para hacer creer
Que no hay que comer para ser mujer
Hay que ser muy cruel
Para hacer creer
Que vale la pena dejar de comer
¿Y es que no te ves?
Capítulo 5: necesito ayuda.
Dias después de todo lo sucedido el rubio ya estaba de regreso en su hogar, todo parecía marchar bien, el Uchiha había cambiado, comprometido a hacer feliz a su pareja, y Naruto a su vez volvía a sonreír con ver a su esposo tan atento, como hace años no lo veía.
Ese día partían de viaje, Naruto vería al fin el nacimiento de su sobrinito y probablemente ahijado, Gaara había estado tremendamente feliz con la noticia, pero el pelirrojo jamás espero ver a su amigo en la condición en la que estaba.
Naruto bajo de un avión del brazo de Sasuke, llevaba puesto un abrigo grueso hasta las rodillas cerrado hasta el cuello cubriendo su demacrado cuerpo, se apoyaba en su esposo para no dar de bruces contra el suelo, la debilidad le había afectado, y ahora ese que antes le habría parecido un pequeño viaje se le antoja eterno y terriblemente agotador.
Sasuke había rentado un auto al cual subieron y dejaron las maletas en el porta equipaje de dicho automóvil, Naruto se subió junto a su pelinegro, realmente se sentía agotado y Sasuke miraba con pena a quien estaba a su lado, ahora pagaba con creces todo el daño que le había hecho a su esposo, el azabache le veía sufrir y esa era su peor condena, peor aún saber que él era culpable de todo lo que estaba sucediendo...
-¿Quieres ir a ver a Garra de inmediato? Hace una hora hable con Sai y me dijo que ya estaba en el hospital- Hablo el Uchiha, Naruto nada más trago costosamente, como si la saliva fuese cristal molido pasando por su garganta seca y asintió sin mas dando el camino del auto hasta el hospital.
Luego de 20 largos minutos en el auto al fin llegaron a su destino, Sasuke fue el primero en bajar y luego ayudo a su amor a descender del auto, Naruto lo hizo con dificultad pero lo logro, ambos se tomaron de las manos dándose fuerza y entraron en la lujosa clínica.
-Parece que mi sobrinito será acostumbrado a los lujos desde chiquito- Comento el rubio al fin con alegría, Sasuke nada mas asintió sonriendo y ambos se decidieron a entrar.
Sai estaba al tanto de la salud del rubio sin embargo Gaara no sabía nada, en esos momentos el azabache se encontraba en la sala de espera cuando vio a la pareja entrar tomados de la mano.
-¡Sasuke! ¡Naruto!- Exclamo al verlos, levantándose de su asiento en la sala de espera. El aspecto del rubio dejaba bastante que desear pero no dijo nada, solo los saludo cariñosamente evitando por completo el tema, así había sido desde que salió del hospital todos lo ignoraban, como si simplemente no hubiera sucedido, como si de esa forma hicieran desaparecer la enfermedad, pero no podía ser tan fácil, la huella estaba allí, en el cuerpo del rubio, y aun peor estaba aún en su mente débil y decaida...
-¡Sai!- Exclamo el joven alegre-¿Cómo están Gaara y mi sobrinito? ¿Los has cuidado como debes?-Pregunto el rubio aparentemente bien.
-Todo está muy bien, pronto tendrás a tu sobrinito revoloteando frente a tus ojos- Le dijo el joven sonriendo como clásicamente solía hacerlo.
-¿Puedo pasar a verlo?- Pregunto el joven de ojos azules, Sai temió la reacción de su esposo al ver a su amigo pero asintió dándole paso a la habitación.
Naruto trago duro y entro lentamente.
-Ya te habías tardado Sai ¿Dónde está...- No alcanzo a terminar la pregunta cuando desvió la vista a la puerta y noto que no era su esposo quien entraba si no nada más y nada menos que su mejor amigo, a quien hace meses no veía, y ahora le costaba trabajo mantener la vista encima de él.
Naruto venia envuelto en un grueso abrigo que francamente no era su talla, si no tres veces más grande, por entre las mangas se lograban ver las puntas de unos delgados y pálidos dedos, su piel era igual de mortecina en el rostro, que apenas atisbaba un gota de rubor, la cara además de pálida apenas parecía ser piel pegada a los huesos bajo ella, no dudaba que el resto de cuerpo enfundado en telas estuviera de la misma forma.
-¿Que paso contigo?- Pregunto Gaara intentando sentarse en la camilla a pesar de que su enorme vientre se lo impedía, Naruto bajo su vista, no tenía la fuerza para confesarle a su amigo lo que le había sucedido.
-Cometí un gran error, eso es lo que me sucedió- Comento el rubio con la vista baja- Pero quiero enmendarlo, estoy dispuesto a todo de verdad- Dijo tomando una larga pausa, Gaara intento tomar los delgados dedos pero Naruto los alejo casi agresivamente y los pego a su pecho.
-Naruto...- Susurro el joven atemorizado con la reacción de su amigo.
-Lo...Lo siento- Dijo mirando hacia otro lado-¿Cómo está mi sobrinito?- Pregunto intentando cambiar el tema.
-El está muy bien, es un niño sano y ya pronto lo tendré en mis manos eso dijo el doctor- Comento Gaara con total tranquilidad siguiéndole la corriente a su amigo, en una extraña y tensa conversación.
-¿A qué hora esta propuesta la cesárea?- Pregunto el rubio de nueva cuenta.
-En dos horas más- Respondió el otro, escueto y simple.
La tensión se sentía en el ambiente ninguno estaba cómodo con el otro, para su suerte justo en ese momento ambos azabaches entraron en la habitación, Sai se puso junto a su esposo y tomo sus manos, mientras que Sasuke se puso tras de Naruto en la silla y lo tomo por los hombros.
-Ya es tarde amor ¿Vamos a comer?- Dijo el Uchiha, a Naruto se le erizaron los pelos con la última pregunta apenas logro disimular su descontento, cuando se levantó de la silla y asintió.
-Nos vemos más tarde Gaara- Corto y preciso el rubio- Adios Sai- Luego de esas escuetas palabras salió de la habitación como en un trance, Sasuke se despidió de ambos deseándoles suerte y bendiciones con el parto, luego de eso salió corriendo tras de Naruto.
La pareja se quedó sola en el consultorio.
-Habla ahora, sé que tu estas enterado de lo que tiene Naruto, así que quiero que me lo digas en este momento- Gaara miraba fijamente los oscuros ojos de su esposo quien solo sonreía nervioso ante tal penetrante mirada.
-Sucede que...- No sabía por dónde comenzar se detuvo largo rato a pensar como le explicaba lo que tenía su amigo, finalmente decidió hacerlo por lo fácil y crudo así de simple le dijo-Naruto tiene anorexia-comento como si fuese algo normal, como una gripe o un corte en el dedo.
Gaara quedo en shock largo rato para luego entrar en algo parecido a un ataque de histeria, Si le abrazo y si se quedaron durante un tiempo indefinido , mientras el azabache le contaba toda la historia y el pelirrojo juraba que una vez estuviera él bebe afuera mataría a Sasuke Uchiha.
-¡NARUTO!- Llamaba Sasuke corriendo tras su esposo quien le había dejado solo con la pareja-Naruto ¿Qué te pasa?- Pregunto notablemente preocupado.
-Nada, solo es que estaba incomodo allí- Dijo el rubio con la voz quebrada, Sasuke beso sus labios y le dio apoyo.
-Mi amor, estoy contigo, sé que no querías que él te viera así, pero no es posible cambiar de la noche a la mañana lo que ya tienes- Le dijo el azabache.
Naruto asintió y ambos se fueron hasta el auto, la nueva dieta de Naruto era complicada, las raciones eran mínimas y la comida aun no era sólida, sin embargo Sasuke aun tenía que luchar para que abriera su boca por un par de bocados...
Comieron si eso se le pueden llamar a tres cucharadas y las típicas vitaminas y bla, bla bla que le habían sugerido, cuando decidieron volver al hospital la cesárea ya había comenzado.
Ellos esperaron largo rato sentados en silencio cuando salió una mujer con un bebe en sus manos, ambos siguieron al niñito hasta los cuneros, tenía el pelo color caoba la piel blanca como la leche y los pequeños ojos cerrados, la boca rosadita y unas hermosas mejillas coloradas.
-Mi amor vengo de inmediato- Dijo Naruto tocando la mano de Sauke y caminando hasta los baños ya no lo podía aguantar mas...
pasaron unos segundos llorando en silencio se sentía culpable por lo que haría, pero de todos modos ya no pensaba en desistir, junto sus dedos temblorosos y los llevo a su gran ganta hasta inducir el vómito tras largas arcadas nada más un poco de pasta y bilis fueron expulsadas de su cuerpo, Naruto tiritaba notablemente, estaba cubierto en sudor y sus ojos desprendían gruesas lágrimas.
-Se está tardando demasiado- Comento el mayor para sí mismo miro su reloj ya había pasado al menos media hora desde que el rubio de había ido de su lado, de pronto se sintió muy ansioso, preocupado, palpo su pecho y noto que tenía el pulso acelerado, comenzó a correr por los pasillos en busca de su rubio, al ingresar al baño escucho un pequeño lamento que provenía de uno de los cubículos, con el corazón en la garganta avanzo hasta el, y golpeteo un par de veces, conocía ese llanto, ese timbre de voz era único, ese era su Naruto.
-Naruto, cariño estas allí ¿Que te sucede?- Naruto guardo silencio aterrorizado, Sasuke se molestaría, con él, lo golpearía, comenzó a temblar con más fervor, mantenía sus ojos puestos en la puerta y la respiración se le agitada, se levantó lentamente en el cubículo, detuvo su mano a punto de abrir la puerta.
El golpeteo volvió a oírse.
-Naruto, por favor déjame ayudarte, te lo ruego- La voz lastimera de sus esposo le hizo entrar en razón, sin pensarlo dos veces abrió la puerta siendo recibido por los fornidos brazos de sus esposo, Naruto estaba mal, temblaba, sus piernas a duras penas le sostenían, lloraba casi a convulsiones, tenía la vista gacha y la respiración agitada, levanto la mirada y la cruzo con los profundos ojos de su marido.
-Sasuke necesito ayuda- Susurro antes de caer desmayado en los brazos de su amante.
La vida nos da momentos duros y debemos supéralos, para ello el primer paso es reconocer que..." Necesitamos ayuda"
A los dieciséis comenzó a mentir
Salió de sus planes luchar por vivir
Y llego la primavera que sirva de ejemplo
Su corta carrera, las flores más bellas se secan
Si se empeñan en partir
No somos perfectos
Ni estamos solos
Venciendo complejos
Que te vendieron
Hay que ser muy cruel
Para hacer creer
Que no hay que comer para ser mujer
Hay que ser muy cruel
Para hacer creer
Que vale la pena dejar de comer
¿Es que no te ves?
(¿Es que no te ves?)
Oh, ¿es que no te ves?
(¿Es que no te ves?)
Oh, ¿es que no te ves?
(¿Es que no te ves?)
No, ¿es que no te ves?
(¿Es que no te ves?)
¿Es que no te ves?