Una semana para la conquista por Misa Tsukamoto

Sus labios estaban unidos, ya había puesto todas las cartas sobre la mesa, estaba jugado, si Youngjae le empujaba y/o golpeaba, se lo merecía, le había robado un beso; en el fondo de su corazón deseaba con todas sus fuerzas que el menor le correspondiera, no quería abrir sus ojos, no quería ver el terror en los ajenos, tan sólo deseaba pensar que aquello era mutuo, que esos labios ajenos en algún momento responderían de forma grata.

Y aunque lo creyera un sueño, aquello estaba pasando, Youngjae correspondía al beso cerrando sus ojos, su respuesta había sido positiva, esos labios se movían en sintonía junto a los suyos, el corazón de Daehyun comenzaba a latir más rápido ¡Youngjae le correspondía! No podía evitar la felicidad que le albergaba, tanto que el ímpetu que puso en el beso hizo estremecer al menor, realmente aquello debía, pero no podía, ser un sueño; sus lenguas danzando juntas, las manos del menor sosteniendo el cuello del otro, los brazos de Daehyun rodeándole la cintura, apegándolo más a su cuerpo, realmente estaba en el cielo.

Poco a poco, lentamente el beso fue finalizando, pero sus cuerpos no se alejaron, seguían abrazados, y sus ojos compartiendo una mirada fija el uno al otro.

-eres un idiota –exclamó en un susurro Youngjae. -¡¿por qué te demoraste tanto?! –le golpeó suavemente en la cabeza, Daehyun sonrió extrañado.

-¿qué? Acaso tú… ¿tú estabas esperando que hiciera esto? –Youngjae sonrió y negó con la cabeza.

-jamás lo imagine, pero, lo deseaba con todas mis fuerzas –se acercó a sus labios y deposito un suave beso en ellos, Daehyun aun no podía creer lo que escuchaba, ¿Youngjae estaba enamorado de él? Se sentía un estúpido por el tiempo que habían perdido escondiendo sentimientos mutuamente.

-entonces ¿era por eso que estabas tan molesto por mis bromas? –Youngjae le soltó y comenzó a empujarlo suavemente.

-donde me vuelvas a llamar niña con complejos de Edipo juro que no te hablaré nunca más en toda mi vida –Daehyun comenzó a reír –pero creo que no sólo es eso, siento un poco de envidia de tu popularidad.

-no son envidia, son celos –Youngjae le asesinó con la mirada, Daehyun volvía a reír -¡¿qué?! Yo también los siento, no quiero que seas tan popular con las fans –bajó la mirada para luego subirla mirando al menor fijamente. –porque tú me perteneces. –dijo con una seductora sonrisa. Youngjae abrió su boca sorprendido y rápidamente un sonrojo se extendió por todo su rostro.

-¡oye tú! ¿te crees que por un beso ya soy tuyo? –se cruzó de brazos enojado.

-se mi novio Youngjae-ah –Daehyun estaba serio, no bromeaba en eso, Youngjae descruzó sus brazos y le miró fijamente. –yo te quiero, y… -la voz le estaba costando, esto era más difícil que cantar –y tú me quieres ¿no? ¿Por qué perder más tiempo?

Los ojos de Daehyun brillaban con intensidad, Youngjae sabía que no podía decirle que no, pues su corazón también latía velozmente cuando Daehyun estaba cerca, también sentía esos nervios creados por la emoción de estar juntos, también sentía la adrenalina y el deseo de saltar a sus labios cuando le veía.

-yo…yo… -estaba nervioso, jugaba con sus manos, y miraba a los costados, no era bueno para ese tipo de cosas, y las palabras no le salían. –yo no puedo creer que me lo pidas en un baño a las 3 de la mañana, encima medio desnudo –Daehyun comenzó a reír, por todo aquello no se había dado cuenta de que no se había puesto siquiera una remera, y tan sólo se encontraba allí con pantalón.

El mayor sabía que a pesar de que aquella respuesta no fuera un sí o un no, claro, aquello había sido afirmativo, Youngjae y él desde hoy eran novios, sólo él podía entender aquellas palabras, se acercó, tomó el rostro del menor entre sus manos y le beso, como lo supuso, el beso había sido correspondido nuevamente, realmente ambos estaban felices.

-vamos a dormir, debes descansar aunque sea un poco para ir a clases mañana. –Daehyun tomó la mano del menor, y sin ganas de separarse de él se alejó, arrastrando así a un Youngjae completamente sonrojado, hasta la habitación que todos compartían.

La noche para ellos había sido buena, pero para Jongup no, había llorado tanto que sus ojos ardían, se maldecía por ser tan idiota de no haberse confesado antes, pero ahora ya todo estaba claro, Daehyun amaba a Youngjae, y por como les vio volver del baño, Youngjae le correspondía, no podía evitar sentirse triste, aun así si eso es lo que Daehyun decidía, lo respetaría.
El amanecer del viernes llegó, dejando ver a un abatido Jongup aun acostado, sin ganas de levantarse, cuando ya todos lo habían hecho.

-Jongup llegarás tarde al colegio –Himchan se subió a su cama, el menor se tapo hasta la cabeza.

-déjalo ¿no ves que se siente mal? –el menor de todos apareció subiéndose a la cama de su compañero también. –Jongup ¿estás bien? –Zelo se acostó sobre el joven acurrucándose, sabía lo que le pasaba, había visto a Youngjae y Daehyun en la mañana, aquellos no parecían querer esconder nada.

-tonto, me acabas de decir que está mal ¿por qué le preguntas entonces? –Zelo miró cortante a Himchan.

-cállate

-cállate tú.

-tú

Jongup se destapó lentamente al escuchar aquello, les miró extrañado, parecían unos niños.

-estoy bien. –no quería que esos dos, ni nadie de allí se preocupara por él, deseaba esconder todo lo que su corazón gritaba, no era capaz de afrontar a aquellos dos aun, no le sería fácil el tener que verlos todos los días.

-no, no lo estás, tiene razón Junhong, pero eso no es lo importante, lo importante acá es que debes levantarte, debes seguir adelante, eres un chico muy valiente, has logrado ser un idol, tienes muchas fans ahí afuera que desean ver tu hermosa sonrisa, si has conseguido estás cosas, créeme que lo que te propongas lo conseguirás, y debes proponerte seguir, no decaer, si algo te lastima, vuelve a empezar, acomoda tu vida para que ya no haya dolor.

Las palabras de Himchan habían captado la atención de los menores, el corazón de Zelo latía fuertemente, acaso ¿Himchan era quien provocaba aquello?

-si alguien no se fijo en ti, es porque no era para ti, déjalo, él se lo pierde. –Himchan sonrió –ahora siéntate, te traeré un rico desayuno a la cama, tienes que centrarte en tu trabajo y estudio, eso hará que lo malo desaparezca. –se acercó al menor e intentó darle un beso en la mejilla, pero Zelo se interpuso abrazándole.

-Himchan hyung tiene razón –Zelo sonrió, Jongup le devolvió la sonrisa, ambos se sentaron para esperar el desayuno del mayor.

Himchan salió del cuarto encontrándose con un Yongguk en la puerta, al parecer el líder estaba preocupado por el pequeño Jongup también, el comandante le sonrió y asintió dándole a entender que estaría bien, ambos retomaron su rumbo a la cocina.
Pasaron por el pasillo que daba hacía el baño, y se frenaron en seco al escuchar gemidos desde el interior de éste.

-¡¿pero qué…. –el líder casi se le cae la mandíbula, Himchan comenzó a reír en silencio con suma tentación, jamás se hubiera imaginado algo así.

-Yongguk son personas adultas y bueno –comenzó a reír con más fuerza –están enamorados -la cara del líder era tan indescifrable, nada buena, pero muy cómica según Himchan. –yah yah sigue caminando –comenzó a empujarle rápidamente hacia la cocina, mientras el otro seguía estupefacto.

-esto no es un motel –dijo provocando que la risa de Himchan se hiciera más notoria.

Ya todos habían desayunado, los menores estaban aseados y preparados para irse a sus estudios, Yongguk no estaba bien, andaba como alma en pena por toda la casa, aun no podía quitarse de la cabeza el beso de Zelo y el de Himchan, aunque de cierta forma, lo de Himchan sabía que algún día sucedería, pues él ya tenía muy claro desde hace tiempo que Himchan estaba enamorado de él, pero todo aquello había sucedido tan rápido, que le había tomado por sorpresa, ahora se encontraba decaído, deambulando por la casa y extrañamente cariñoso.

-eres hermoso –se acercó a Youngjae y besó su frente, Daehyun iba a protestar, pues los jóvenes estaban juntos conversando cuando el mayor había llegado de la nada con aquella frase; pero en el momento que fue a protestar, la misma frase fue dicha para Daehyun, mientras apretó su mejilla en forma de caricia. –hacen linda pareja. –los jóvenes estaban tan anonadados que no pudieron decir si quiera una palabra, la sonrisa de Yongguk adornaba su rostro.

El líder continuó su recorrido por la casa, Jongup estaba terminando de aprontar sus cosas para irse.

-eres hermoso –nuevamente la frase había salido de sus labios, el menor le miró sorprendido –no estés mal por esa estúpida persona que no te quiso, tienes mucho que brindarle a alguien que sepa amarte como mereces. –en aquellos momentos Zelo seguido por Himchan entraron al cuarto, Jongup seguía tan atónito que no podía asimilar aquello.

-Junhong tu corbata no está bien –Himchan se acercó al menor y le comenzó a  acomodar la corbata, sin darse cuenta estaba teniendo más atenciones para con él, Zelo lo notaba y aquello le intrigaba, era extraño, ¿lo odiaba no?

-eres hermoso –Jongup, Himchan y Zelo quedaron estáticos –muy alto…pero hermoso –Zelo se sonrojo ¿acaso Yongguk no lo había rechazado como creía?

-¿sólo él? Jongup también es hermoso –Himchan miró de reojo a Yongguk.

-se lo he dicho a todos hoy, a Jongup ya se lo dije –se tiró en la cama con un largo suspiro.

Los menores se miraron mutuamente incómodos.

-¿ah si? A mi no me lo has dicho, ¿desde cuando tan cordial?

-… -Yongguk quedó en silencio un momento –tú…tú no eres hermoso. –ante esto Zelo no pudo ahogar una pequeña risa que escapo de sus labios, momentos antes de sentir como la corbata del uniforme le ahorcaba por manos de Himchan.

-¡yah! ¿te crees gracioso? –Yongguk carcajeó, los menores acompañaron la risa, y un almohadón voló desde Himchan hasta el mayor quien lo atajó con sus manos.

-Zelo, Jongup, ¿vamos? –Youngjae se asomó a la puerta del dormitorio. –la camioneta está abajo esperándonos.

Los menores asintieron, y tras despedirse de los mayores se fueron.

-extráñame –pidió Daehyun, Youngjae sonrió avergonzado.

-tu me extrañarás a mi. –dijo con altanería antes de subirse a la camioneta, ambos se despidieron con una sonrisa.

Aquella era una situación difícil para Himchan, aunque había logrado reír y bromear en la mañana, la verdad era que tener a aquellos dos enamorados en la casa no le hacía bien, ver tantas demostraciones de afecto, sabiendo que Yongguk estaba deprimido por su culpa, recordar que él sabía lo que sentía y aun así no había dicho nada nunca, y saber que Zelo se comportaba tan peleador y distante con él porque le había dicho que le odiaba aunque aquello no fuera así; todo eso le dolía, y cada vez que veía a Daehyun y Youngjae, recordaba esa semana.

Por eso, se encerró en el cuarto, con la luz apagada, quería estar solo en la oscuridad.
Sintió varios golpes en la puerta, Yongguk estaba del otro lado; luego de tanto insistir el mayor, a Himchan no le quedó más que abrirle, inmediatamente tirándose en la cama de nuevo.

-tenemos que hablar - Yongguk se sentó en la orilla de la cama.

-¿no podemos hacer como que nada pasó? –sonrío, pero el mayor no le pudo ver en la oscuridad, el silenció reinó. -¿desde cuando lo sabías? –el comandante cortó aquel ambiente, Yongguk bajó su rostro.

-eso no importa ¿no crees? –para él si importaba ¿Por cuánto tiempo había ignorado sus sentimientos haciéndose el idiota?

-¿por qué no me lo dijiste? ¿Por qué seguías preguntándome quién era esa persona? –Himchan comenzaba a alterarse sentándose en la cama, ya no estaba sonriendo. -¡mírame! –exigió y el mayor le miró. -¡¿por qué lo negabas?!

-tan sólo quería que tuvieras el valor de decírmelo de frente, además podía equivocarme ¿no? –se excusaba moviendo las manos. –seguía insistiéndote para que me lo confirmaras.

-¿y el beso? ¡¿Necesitabas que te confirmara algo con palabras cuando ya lo había hecho con actos?! –Yongguk suspiró, había sido un error intentar charlar, su cabeza era una madeja de hilos, no podía pensar con claridad.

-digamos que… -se frenó al notar entre la poca luz de la ventana, como las lágrimas comenzaban a escapar de los ojos del otro; la desesperación le estaba carcomiendo, Yongguk no terminaba la frase, el silencio se volvía presente hasta el que seco sonido de una bofetada se oyó.

Himchan había cacheteado a Yongguk, el mayor casi le devuelve el golpe, pero al recordar sus lágrimas tan sólo bajó su rostro resignado.

 –lo sabía desde antes de que debutáramos como B.A.P

El corazón del comandante parecía quebrarse; el nudo que ahogaba su garganta le lastimaba.

-entonces –su voz flaqueo. -¿no fue Junhong que te lo dijo?

-¿qué tiene que ver él en esto? –le miró intrigado. ¿Había algo que Himchan no le contaba? Al parecer si, pues la mirada del comandante se desvió evitando el contacto con sus ojos.

-nada, sólo…. ¿qué paso entre él y tu cuando se quedaron a ver la película? –Yongguk sonrió irónicamente.

-¿cómo sabes que paso algo? Cuando te vi llegar después de mi, ¿me estabas siguiendo? –Himchan se mordió el labio inferior, esa no había sido la mejor forma de averiguar aquello, ahora se había dejado en evidencia. –Zelo me beso y luego huyó. –el menor elevó la cabeza rápidamente la cual antes había bajado avergonzado.

-¡eso es algo nuevo! –dijo con una sonrisa sarcástica señalando al mayor con su dedo índice mientras se acostaba en la cama.

Yongguk se acercó más hasta el comandante, acercó su rostro hasta el ajeno para verlo de frente, subió su mano hasta la mejilla de aquel y le acarició, Himchan se estremeció.

-déjate de celos. –al contrario de la caricia su voz había sonado bruta, se separó de él. -¿me perdonas por no decírtelo antes?

Himchan asintió con expresión de tristeza, no, no estaba celoso, bueno quizás un poco sí, pero realmente estaba molesto, él había sido el primer beso del menor, ¿y que el pequeño de verdad se atreviera a besar otros labios? Eso le molestaba, y para completar, eran los labios de Yongguk.

Y como si lo llamara con la mente, Zelo abrió la puerta. Al parecer las horas habían volado, y los menores ya se encontraban en el apartamento nuevamente.

-oh, perdonen no quería interrumpir… ¿por qué está tan oscuro aquí? –prendió la luz asesinándole los ojos a los dos que estaban allí adentro, pero enseguida, la mirada del maknae se situó en el que estaba acostado. ¡¿Himchan lloraba?!
Abrió su boca para preguntar que le pasaba, pero al recordar aquel “te odio” se quedo callado.

-¿qué sucede Zelo? –preguntó Yongguk.

-te debo una charla, y quería saber si tienes tiempo –bajó la mirada, de vez en cuando sus ojos veían al comandante, quien no despegaba la vista de él, se ponía nervioso y su corazón latía algo acelerado al sentir aquellos ojos observándole, el calor en su rostro le advertía su sonrojo.

-si, vamos. –Yongguk se levantó cabizbajo, no salía de una cuando se metía en otra, aquello realmente terminaría con su salud mental.

El maknae salió primero, el líder le siguió dándole una ultima mirada a Himchan y luego apagando la luz nuevamente. Al salir el ruido de algo chocando estrepitosamente contra la puerta les hizo alarmarse, Zelo iba a volver a entrar pero Yongguk no le dejó, se lo llevó hasta la cocina donde podrían conversar, el líder sabía que aquello, había sido algo que Himchan seguramente arrojó molesto.

-hyung yo, primero que nada quería pedirte disculpas –Yongguk asintió, no era hombre de muchas palabras; siempre eso le metía en problemas, justamente como en aquella semana. –y también quiero decir que, no, no lo volveré a hacer. –Zelo hizo una reverencia y se mantuvo cabizbajo todo el momento, Yongguk se sorprendió.

-¿por qué lo hiciste? –las manos del maknae jugaban inquietas estrujándose los dedos mutuamente.

-yo, estaba confundido y tan sólo cometí un error. –aquello para Zelo era mejor que asumir la consecuencia de decir “te quiero” y ser rechazado cruelmente; quería salvar aunque fuese un poco la amistad que tenía con el líder, aquella la cual él creía haber destruido, aunque todo era suposiciones suyas, ya que Yongguk no había tenido tiempo de hablar.

-lo que hiciste mal fue huir, las personas siempre deben enfrentarse a los acontecimientos, y más si son cosas que ellos provocan; el escapar nunca es una solución. –Zelo asentía cabizbajo. –debes empezar a aprender cosas de la vida; una de ellas es tener valor.

-lección aprendida hyung. –Yongguk se acercó al menor, apoyó la palma de su mano el rostro del menor, lo elevó un poco para verle a los ojos.

Se miraron mutuamente a muy corta distancia, e instintivamente Zelo apoyó más su cara en la palma ajena, quería acentuar esa caricia, sentir aquello, saber que era real, Yongguk sonrió, y los labios del menor temblaron formándosele un nudo en la garganta que comenzaba a nublar sus ojos con lágrimas, aquello se sentía tan lindo, pero los ojos llenos de lágrimas de Himchan seguían en su mente ¡¿por qué no podía olvidarlo?!

Antes de irse a la empresa, Jongup lavó los platos, como siempre aquella era su tarea, a veces Yongguk lo hacía por él, pero hoy lo haría él, conectó sus auriculares y comenzó a lavar las cosas de la cocina que Himchan había ensuciado, bailaba al ritmo de las canciones; su corazón estaba aun dolido, pero recordaba las palabras de Himchan, y las de Yongguk “eres hermoso” sonrió apenado recordando aquello en el momento que una canción alegre le levantaba el animo. Él era hermoso era verdad, no tenía porque sufrir por Daehyun, ante todo eran amigos, y él era joven aun, si con Daehyun nada funcionó, podría volver a enamorarse en el futuro, cuando su corazón sanara, pero no se quedaría en una cama llorando, deseaba estar bien, y una sonrisa se dibujó en sus labios al pensar aquello; él deseaba ser feliz, y lo sería, concentraría todas sus expectativas en sus sueños, daría todo por B.A.P y el Comeback, pondría todo de sí en sus estudios, y en sus compañeros, quieres ya eran una familia.