Una semana para la conquista por Misa Tsukamoto

A las horas los jóvenes despertaron; el ambiente era algo tranquilo, Zelo seguía molesto por aquello que Himchan le había ofrecido, estaba en juego la relación de amistad tan fuerte que tenía con el líder; por otro lado Youngjae aun no se mejoraba del todo, Daehyun le cuidaba y eso hacía que el corazón de Jongup sintiera algo de celos, pero pronto alejaba esos pensamientos recordando que su hyung estaba enfermo.
Yongguk no entendía por qué todos estaban decaídos, y más ese amigo suyo de su misma edad; si, Himchan, estaba deprimido, las palabras de Zelo le habían pegado fuerte.

Él no quería que aquello tomara tanta seriedad, era un juego, Zelo era un niño, entonces ¿por qué se comportaba así? Se sentía culpable, y más al recordar ese acercamiento, el menor jamás le había movido nada dentro de el, pero esa vez, todo su suelo tembló. Su depresión no pasaba, y aprovechando que todos estaban ocupados en sus cosas, se tiró en el sofá.

Yongguk le observó, sabía reconocer cuando él estaba triste.

-¿Qué pasa Himchan? –Yongguk se sentó al lado del joven, al escuchar la voz de aquel hombre se sintió tan mal que cayó su cabeza sobre las piernas del otro y se acurruco en el sofá, él era la persona que menos deseaba que le preguntara, estaba jugando con sus sentimientos –vamos no te pongas así, no puede ser tan malo. –no sonó comprensivo, sino grosero, no sabía como actuar.

-creí estar enamorado, pero me hicieron darme cuenta de que mi amor no es muy puro –la cara de Yongguk mostraba incomprensión ¿qué había sido eso? ¿Desde cuando su gran amigo estaba enamorado?

-espera ¿cómo que estás enamorado? –lo tomó del cuello y lo sentó frente a el, había hablado tan fuerte que todos habían escuchado pero quedaron callados, pretendiendo no oír nada, Zelo también lo había escuchado, y pegó su oreja a la pared del baño, en el cual se disponía a darse una ducha, para intentar escuchar más ¿Himchan se confesaría?

-yo…lamento no habértelo contado –Himchan tragó saliva, estaba tan cerca de él, los ojos oscuros de Himchan no pudieron evitar desviarse hacia los carnosos labios del mayor, tan tentadores, le apetecía besarle, la mirada profunda clavada en sus ojos tratando de descubrir la verdad de sus sentimientos, le estaba afectando, Himchan era débil ante aquella mirada. Se estaba dejando llevar.

Y mientras la razón de Himchan se desvanecía, la puerta del baño se abrió, y un Zelo algo osado apareció frente a los dos, llevaba sólo una toalla en la cintura, su pelo liso, algo rebelde cayéndole en la cara; su blanca piel al descubierto, recostado en la pared mordiéndose  seductoramente el labio inferior; con una mirada profunda, y provocativa.
Todo aquello, producto de la idea de Jongup, tras la desesperación de creer que Himchan se le estaba adelantando mucho, no tuvo de otra más que emplear aquella idea de seducción.

Pero aquello no podía haber salido más mal.

-hyung creo que la ducha se rompió, no puedo abrirla –los dos jóvenes en el sofá le miraron boquiabiertos; Yongguk rápidamente se levanto del lado de Himchan y caminó hasta Zelo.

-iré a ver, pero ve a abrigarte ¡con el frío que hace y tu andas así! No quiero otro enfermo más, con Youngjae y Himchan deprimido nos alcanza, si recaemos todos luego cuando vayamos a Singapur estaremos más muertos que vivos. –dicho aquellas palabras se alejó yendo al baño; el rostro de Zelo era de un niño que parecía a punto de llorar.

-s-si hyung enseguida –tomó una de las mantas que Youngjae había distribuido por toda la casa el día anterior y se la colocó en los hombros cubriéndose. –Himchan ¡¿te estabas confesando?!

A diferencia de Yongguk, Himchan no había salido de su asombro, no se dio cuenta cuando Zelo había cambiado ante sus ojos, pero aquella aparición del niño así le había dejado el corazón más que acelerado, la respiración sumamente entrecortada, y ahora estaba más confundido que nunca, ¿cómo es que jamás había notado lo hermoso que lucía Zelo ante sus ojos? Todo fue culpa de aquellos momentos en los que estuvo tan cerca de los labios del menor; algo en él, después de eso, había cambiado.
Le seguía observando, pero al oír la pregunta del menor ya había empezado a salir de su admiración y estado de éxtasis.

-no…

-¡si, te le estabas confesando! Le dijiste que estabas enamorado de alguien, habíamos quedado que las confesiones serían para el final de la semana –acusó con su dedo índice al mayor; Himchan hizo un gesto como si fuera un niño pequeño siendo retado por sus padres, y se desplomó en el sofá dándole la espalda a Zelo.

-no lo hice con esa intención Junhong, Yongguk hyung es mi amigo antes que cualquier otra cosa; y ante todo mi amistad es fiel con el, me siento mal, y necesito a un amigo ¿si? Tan sólo le dije que estaba enamorado, no tenía pensado decirle de quién, era sólo para que me escuchara, entendiera y ayudara –sonaba tan triste su voz que Zelo se sintió mal.

-¿de verdad? –se apenó un poco, Himchan volteó a verlo aun acostado asintiendo –lo, lo siento –nuevamente se mordía el labio inferior avergonzado -¿estas deprimido enserio? –preguntó.

El mayor cerró sus ojos e hizo un puchero, al maknae aquello le dio gracia, a veces actuaba como si fuera menor que él.

-pues… -se agachó para quedar a la altura del rostro de Himchan y separó un poco los cabellos de la frente de éste último –si no haces algo te lo robaré ¿eh? –advirtió, Himchan le miraba –así que yo que tu empezaba a hacer algo ya, levanta ese animo y demuéstrame que eres el indicado para Yongguk hyung –le guiñó un ojo divertido con aquella sonrisa infantil, Himchan correspondió la sonrisa.

-Zelo, la ducha anda bien ¿por qué no pudiste abrirla? –el líder salía confuso del baño.

-oh, lo siento, quizás la abrí mal –rió un poco haciendo reverencia y volvió a entrar al baño.

-¡bien! Es un muy lindo día ¿no crees? –Himchan se levanto con todo el animo del mundo del sofá, palmeó los hombros del mayor con una sonrisa deslumbrante.

-¿eh? Espera, tenemos una charla pendiente… -pero antes de que pudiera terminar de decir aquella frase, Himchan ya se había ido animadamente, dejando a su paso un alegre camino que levantaba el ánimo de aquellos que habitaban ese hogar.

Luego de aquello el domingo fue un día tranquilo pero animado, Youngjae se recuperaba muy bien con la medicina, y entre videojuegos, risas, alguna que otra tonta discusión, televisión, y otros entretenimientos, los miembros de B.A.P terminaron su fin de semana cayendo rendidos en sus respectivas camas.

El Lunes llegó, trayendo consigo sus obligaciones, los más jóvenes debían asistir a sus clases, por ello todos los miembros se levantaron temprano, Himchan preparaba un delicioso desayuno para todos, mientras Youngjae recuperado, ponía los últimos retoques en su uniforme y en el de los dos maknaes, cuidando cada detalle para que estén presentables.

-tengo sueño –se quejó Zelo mientras Youngjae acomodaba el cuello de su camisa.

-pues te tocará resistir, después de las clases almorzaremos y luego nos iremos a ensayar y a trabajar en nuestro próximo álbum. –Yongguk contestó observando la escena, Zelo asintió obediente.

-espero que me de el tiempo para todo, tengo que estudiar un capitulo de un libro, y Daehyun hyung dijo que me ayudaría –Jongup se sonrojó un poco, el maknae le miró un tanto pícaro, y los ojos de Youngjae rápidamente le tuvieron como objetivo.

-¿Daehyun? ¿Por qué él? ¿No quieres que yo te ayude? –dejó de acomodarle el cuello a Zelo y se miró en un espejo ajustando su corbata.

-¿eh? Oh no, Youngjae hyung, muchas gracias, pero ya quede con él, además tu debes descansar más y recuperarte.

Youngjae iba a contestar algo, pero en ese momento felizmente entró Himchan con una gran sonrisa, anunciando el desayuno listo.

El día había comenzado.

-¡hey! Tenemos algo que hablar –Yongguk tomó del brazo a Himchan apenas los menores se habían ido.

-recién se acaban de ir los niños, dame un respiro ¿si? –hizo un puchero sabiendo el tema del cual el mayor quería hablar.

-déjate de idioteces –le enfrentó con su mirada, el menor desvió su rostro, y pronto una idea se introdujo en su mente haciendo que en sus labios se reflejara una sonrisa.

-Daehyun –llamó cariñosamente al joven que estaba sentado en el sofá viendo tele. – ¿te importaría quedarte sólo hoy en casa? –el líder el miró confundido, Himchan volteó a verle. –Extraño los paseos que antes dábamos –Yongguk sonrió, el comandante resplandecía.

Daehyun no le molestó aquello, así que tomando sus abrigos y cubriéndose bien para que las fans no les reconocieran, mientras salían a escondidas del edificio, los dos mayores del grupo escaparon, el líder tenía en claro que quería saber de quién estaba enamorado su amigo, y Himchan, pues él tenía en claro que hoy le conquistaría.

Habían pasado las horas y ellos no regresaban, cuando Zelo entró nuevamente en el apartamento, cansado de sus estudios, el corazón recibió el vuelco más grande hasta ahora, su rival, y su amor estaban juntos, solos, nadie sabía dónde, sus celos hicieron decaer sus ánimos, estaba enojado, molesto y triste. Y aunque Jongup estaba pendiente de él, debía estudiar, así que mucha atención no podía prestarle al menor.

A todos esto, los mayores vagando de lugar en lugar, conversando del pasado, del presente, y del futuro, de su fama, de sus sueños, de B.A.P, habían terminado por encarar la noche en un bar, demasiado tranquilo, en donde sus fans no les vieran.
Himchan estaba cometiendo un pecado, mentir, estaba fingiendo estar ebrio, aquel supuesto estado le permitía acercarse al mayor sin que éste le odie, sin que lo aleje de el de forma grosera, sin que se resista, y si era posible marear un poco al mayor eso sería un logro, un Yongguk más suelto, más libre, sería presa fácil.

-hyung ¿por qué tan serio? –se encimaba hasta el otro, deslizando las palabras en sus labios con un curioso acento, haciendo tan ligero su cuerpo para que pareciera en desequilibrio.

-Himchan, para de tomar ya –le quitaba el vaso de las manos, y le miraba atento, como aquel ser se encaminaba hacía él, y lentamente quedaba sentado justo a su lado, pegado a él, y como la cabeza del comandante estaba inclinada, podía sentir la respiración ajena chocar contra su cuello, Yongguk suspiró, por más que esa sensación era extrañamente exquisita, el olor a alcohol tan fuerte llegaba a marearle más a él, quien también ya se había tomado algunas copas de más.

-hyung… -susurraba el comandante jugando con su nariz en el mentón ajeno, Yongguk estaba seguro de que si hubiera estado en sus cinco sentidos le hubiera golpeado, pero ¿quién lo culpaba? Himchan estaba ebrio, se le perdonaba aquello.

-¿me dirás de quién estás enamorado? –era vil lo que intentaba hacer, pero aprovechando aquel estado del otro, deseaba sacarle información ya que sobrio en ningún momento se lo había dicho, había sabido escapar bien.

-de ¿quién estoy… -las palabras le costaban, no, fingía que le costaban, elevó su rostro un poco junto con su mirada, aquellos ojos oscuros chocaron contra los suyos. El líder sintió un escalofrío recorrerle, ¿acaso el alcohol le afectaba tanto? –estoy enamorado?  

Le siguió mirando por un momento, y luego aguó sus ojos con lágrimas, estaba vez no era mentira, si bien no estaba borracho, sí había bebido, y al parecer le había afectado un poco, recordó aquel enfrentamiento con el menor, ¿acaso no merecía a Yongguk? Nuevamente aquellas dudas le llenaban el corazón, y débilmente terminó llorando, separándose del mayor quien le miró completamente desconcertado, ¿tan fuerte era ese amor como para llevarlo a tal depresión?

Mientras tanto en el apartamento de los jóvenes, Youngjae estaba en la habitación, intentado descansar, Zelo se encontraba jugando con una pelotita de goma en el sofá, alejado de los demás.

-están juntos, están juntos, están juntos… -repetía en susurros una y otra vez cual si fuese robot enserio, mientras lanzaba la pelotita a la pared  y luego la volvía  a agarrar cuando ésta rebotaba. Realmente estaba dolido.

Por otra parte, Daehyun leía un libro, mientras que Jongup debía tratar de retener sus palabras y sacar lo más importante de ellas demostrando lo que había entendido; pero aquella tarea se le hacía difícil, la voz de Daehyun leyendo era tan melodiosa como escucharle cantar, sus labios tan gruesos se relamían de vez en cuanto en busca de humedecerlos ya que al leer parecían secarse.; el menor tragaba saliva nervioso cada que aquello pasaba.

-bien, ahora dime lo que entendiste –Daehyun volteó a ver al joven quien pestañó varias veces desconcertado, se había desconcentrado hacía mucho y ahora volvía a la realidad.

-yo…-bajó la vista totalmente apenado. –realmente no preste mucha atención. –confesó, y Daehyun suspiró pensando que había leído aquello en vano.

-está bien –dejó el libro abierto sobre la mesa, y volvió a mirarle levantando el mentón del menor para que éste le viera a los ojos. Las miradas se cruzaron, tan intensamente que Daehyun parpadeo algo incomodo. –no tienes porqué sentirte mal, llevamos un buen rato en esto, supongo que has de estar cansado, relajemos la mente un poco –sonrió algo sonrojado desviando la mirada.

Jongup correspondió a la sonrisa sin saber siquiera como sentirse, por un lado sentía pena, el mayor se esforzaba mientras él se distraía, por otro lado los sentimientos que sentía para con aquel joven le hacían perder la poca concentración que le quedaba, tan sólo deseaba verle en silencio, quizás abrazarle y besarle, pero su corazón se oprimía al saber que no era capaz. Tenía muchas emociones encontradas, y al parecer aquello podía percibirlo el mayor, le miraba tímidamente de reojo, quizás con algo de picardía.

Nuevamente volviendo a donde los mayores olvidaban sus penas en alcohol:

Yongguk estaba preocupado, quizás el hablar de aquella misteriosa persona en ese estado no había sido el correcto. Se le acercó y le abrazó no quería verle llorar, y cuando menos los espero, el menor había levantado su cabeza, y sus labios ahora se encontraban pegados a los suyos.

Intentó zafarse pero la desesperación de Himchan fue algo que no pudo derrotar, el comandante insistía en un beso, tomándole con sus dos manos el rostro desconcertado del mayor, sus labios jugaban sobre los ajenos, realmente quería que le correspondiera, y no sabía si había sido telepatía o qué pero, el líder comenzaba a ceder, cerrando sus ojos y dejándose llevar. ¡Gracias alcohol! Gritó Himchan para sus adentros.

El mayor le tomó fuertemente de la cintura, apretándole contra sí, sus labios se abrían y recibía la lengua ajena, para que junto con la suya danzaran en aquel beso que había comenzado sorpresivamente, pero ahora era tan desenfrenado como podría llegar a serlo. Habían perdido la razón, se estaban comiendo mutuamente.

-¡¿por qué no logras amarme?! ¿Por qué no me amas? –Himchan rompió el beso con aquellas palabras, se arrepentía de haber bebido alcohol, ya le había hecho efecto y su depresión era real, se alejó del mayor tambaleándose un poco.

Yongguk llevó sus dedos apretando sus ojos, intentando calmar la aceleración de su corazón y su fuerte respiración, sus pensamientos le dolían en la cabeza, y el corazón ajeno, estaba alegre, porque sí, a pesar de estar deprimido, lo había logrado, Yongguk le había correspondido al beso, pero debido a que Yongguk estaba a su lado, no podía demostrar esa alegría que ahora sentía al darse cuenta de aquello.

-es hora de que nos vayamos, estas haciendo idioteces, te estas comportando como un niño irresponsable, irrazonable, rebelde y caprichoso. –se levantó y jaló del brazo del menor.

Tenía razón, era tarde, y era hora de volver a casa, ni siquiera habían ido a la empresa a ensayar, el día se les había pasado demasiado rápido.