N/a: quiero hacer algunas aclaraciones acerca de las notas del anterior drabble. No estoy triste/deprimida/lloriqueando por más reviews. La cantidad de comentarios me la sopla; quiero lecturas y críticas. Es lo normal, creo. Por algo se publica.
Lupus in fabula, esta serie la actualizaré cada dos días. Se irá rápido. Es por liberarme de ideas y centrarme en los demás escritos que tengo pendientes~
II. Remember me
-Canción: Special needs, por Placebo.
-Sentido: oído.
-Número de palabras: 450.
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Remember me when you're the one who's silver screened
Remember me when you're the one you'd always dreamed
Hibari Kyouya cumplía diecinueve cuando escuchó cantar a Dino por primera vez. Se acuerda sólo porque las sábanas eran demasiado finas y despertó de madrugada con frío, molesto y sorprendido a partes desiguales, indignándose de que su descanso fuera perturbado por el hecho de que el otro lo dejara solo en la cama.
Al llegar al apartamento, Dino le había acariciado la mejilla lentamente y murmurado al oído, con una mirada insondable, que había tenido que matar a un hombre para estar con él allí esa noche. Kyouya le creyó (a él y a los restos de sangre mal lavada bajo sus uñas), pero maldito fuera si le importaba. Al fin y al cabo, él no le había pedido nada.
Encontró a Dino sentado en uno de los taburetes de la cocina, con las piernas cruzadas y la guitarra sobre los muslos. Su voz sonaba tenue, baja, deliberadamente susurrada; encaminándose ya al tono algo ronco que su contraparte del futuro ostentaba y en el cual el tabaco había influenciado a todas luces.
Tal vez por la modorra que aún le cosía los párpados, Kyouya recargó un hombro contra el marco de la puerta y cayó en que siempre le había escuchado sin oírle realmente. Era la única explicación lógica que encontraba para no haber advertido antes el leve acento tiñendo sus consonantes, los débiles estallidos que conformaban sus "t", el suave siseo.
Kyouya no entendía nada de música y hablaba inglés lo justo, pero al prestar oído a su dicción pudo rescatar algunas de las palabras que flotaban sobre el rasgueo rítmico de la steel string. "Diecinueve" era una de ellas; "sueño" y "necesidad", otras.
Cuando las notas se apagaron y Dino alargó una mano para tomar el cigarrillo que se consumía en el cenicero, reparó en su presencia y le dedicó, flequillo a través, una mirada que a Kyouya le pareció triste. El guardián dio media vuelta; un par de segundos después apreció el golpeteo de la acústica siendo posada sobre la mesa y los pasos lentos de Dino tras él.
Lo siguiente fueron sus labios en un hombro. En el cuello. Sus manos en la cintura, entre las piernas; besos anémicos a lo largo de la curva de su espalda y la sensación de que el capo estaba, si bien por motivos diferentes, tan cansado como él. Y correrse entre sus dedos entonando vibratos en sordina y escuchar un "feliz cumpleaños, Kyouya" en lengua foránea.
Dino canturreó una melodía diferente, pero igual de melancólica, mientras reseguía con los dedos las líneas de su rostro y Kyouya trataba de dormir.
Solo en la cama, Kyouya se estremece a su pesar y piensa que las sábanas son demasiado finas.
N/a: pero mira que soy cursi. Venga, repetid conmigo: cuuuuuuursi.
E.