Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un día más en la vida de Johnny Test por minima

[Reviews - 48]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Ni el contacto directo con ese hielo contra su piel podía calmar esa sofocante necesidad que embargaba todo su cuerpo, escalar ese enorme montículo de hielo no era más difícil que escalar uno de esos muros que se encontraban en los centros de juegos extremos, cosa en la que era muy bueno.

Podía escuchar la voz de Johnny al otro lado, provocando una vibración por cada fibra de su ser, y pronto nuevamente podría sentir ese calor entre sus brazos y perderse en él.

No se detendría por nada ni nadie.

Cuando vio esos ojos oscurecidos de ese que era su vecino, supo que nada saldría bien, algo que le hiso temblar mucho peor que las veces que hubiera sentido ser castigado por sus padres o cualquier aventura que amenazaba en terminar en desastre.

-Johnny… ¡Corre!-

Johnny no era el único en tener ese mal presentimiento, si él lo sentía, lógico que un animal con instintos lo sentiría igual o peor.

No fue necesario que Duke se lo dijera dos veces, ya que en menos de un segundo ya se encontraba corriendo al lado de su mejor amigo, mientras evitaba poner atención al sonido del hielo siendo rosado y desquebrajándose rápidamente.

Al ver como el chico cabello de llama se empezaba a alejar nuevamente se puso en movimiento al instante al igual que él, sabiendo que escalar hacia abajo le llevaría mucho tiempo, tiempo que no estaba dispuesto a perder, decidió utilizar un método más rápido derrapando prácticamente por aquella pared tan vertical, sus tenis rosaban con el hielo sacándole astillas y escombros.

En el ultimo tramo de casi un metro y medio dio un salto y por fin toco el suelo, y se puso nuevamente a correr tras las llamas que tanto necesitaba.

Mientras tanto, en el segundo piso.

-Bueno Susan, ya sabes lo que dicen-

-No dejes a inútiles hacer tu trabajo-

-Y hazlo mejor tú misma- 

-Aunque no creo ser capas de hacer algo agresivo contra él…-

-Solo es cuestión de atraparlo y neutralizarlo hasta que encontremos una forma de remediar esto… aunque tampoco creo poder hacer algo agresivo-

Miraron hacia donde se estaba perdiendo la imagen de Gil persiguiendo a su hermano menor, decir que estaban recuperadas del shock del incidente seria mentira, pero no podían quedarse quietas así como así mientras ocurría todo aquello.

Pensamiento tras pensamiento pasaba por sus mentes a una velocidad increíble, ser listas y tener una mente tan genial, desde el punto de vista de ellas, les estaba pasando factura, pensar en la infinidad de consecuencias y en lo que tal vez el instinto primitivo y concentrado de un adolecente podría hacer al alcanzar a su presa les daba un sabor amargo de boca, esto iría sin lugar a dudas a los clasificados como FRACASOS en su laboratorio.

Entre esos pensamientos tortuosos, coherentes e incoherentes, repasaban con casi sincronización lo que para ellas se supone debió haber pasado.

Rociarían su reciente creación, el las miraría y quedaría prendado de ellas, no esto, absolutamente nada de esto, ni siquiera que la reacción fuera tan violenta o que el objetivo de los instintos de Gil fuera precisamente Johnny.

Se supone que los efectos irían de un cariñoso enamoramiento, no un… maniático sexual, por que habían notado que las intenciones de Gil al querer alcanzar a Johnny no eran nada inocentes.

Si aun conservaban un poco de cordura después de esto tendrían que revisar de nuevo esas formulas hechas, pero eso seria para después, la prioridad ahora era capturar a su rubia perdición que, irónicamente, él también estaba persiguiendo otra rubia perdición.

Y la carrera daba inicio nuevamente, Johnny y Duke en la cabeza, seguidos muy de cerca de Gil que parecía tener unas renovadas energías a pesar de haber escalado y bajado esa pared de hielo, y en el segundo piso, tratando de darles alcance, las gemelas Test, que entre lo que se estaban replanteando en esos momentos pensaban en la posibilidad de hacer un poco más de ejercicio, sin lugar a dudas su condición física no era comparable con el atlético de Gil y un joven con muchas energías y su perro.

Y en algún lugar, específicamente al otro lado del muro de hielo, se encontraba un inconsciente villano con un buen golpe en la cara, y al parecer olvidado por todos los demás presentes en el centro comercial.

Se estaba volviendo muy agotador correr y correr, pero era eso o ser atrapado por Gil, era cierto que muchas veces en su vida se había encontrado huyendo de villanos, desastres, maestros e incluso sus padres y hermanas, de todas las personas de las que tubo que huir alguna vez, jamás se imagino en una situación similar con Gil, y mira que Gil tenia una excelente condición física, si esto seguía de esta forma no podría continuar manteniendo la distancia, y mirando por su rabillo del ojo podía que Duke también se encontraba cansado.

Solo debían encontrar una salida, o romper una ventana, lo que sea para salir del centro comercial, solo debían salir y tendrían más oportunidades de esconderse de Gil, solo debían salir…

Pero debía saber que desde el momento en que sus hermanas se posaron delante de él en la sala mientras trataba de ver las caricaturas, que ese día, definitivamente no era uno de sus mejores días.

No solo el baño apestoso de la mañana, no solo el descontrol en el medio casco, ni la caída mortal que había sufrido, con eso no se terminaba su mala suerte, es más, tenía un humor negro que aparecía en los momentos menos oportunos, 

Como en ese preciso momento.

A pesar de la propagandas de reciclaje, que hubiera botes de basura en diversos puntos del centro comercial, y que incluso los guardias de dicho centro te pudieran multar por no tirar la basura en su sitio correspondiente, aun había personas descuidadas que tiraban su basura en el suelo o en lugares inadecuados, como en setos y plantas que adornaban los pasillos o en medio de este.

Fue por algún descuidado y despreocupado señor, que después de comer unos nachos, soltó el plato de papel de estos con la menor importancia y siguió su rumbo, el plato había caído al suelo boca abajo, donde aun queso derretido se escurría a los azulejos ahora no tan limpios, y a pesar de que gente vio este acto, no le dio importancia, nadie lo recogió, ese no era su trabajo.

Tal vez si al menos hubiera ido un moralista o ambientalista ese mismo día que ese señor, hubiera recogido el plato y depositado en un bote de basura evitando que alguien lo pisara y probablemente se resbalara, el queso para los nachos a pesar de delicioso, también era viscoso e incluso resbaloso bajo la suela de un zapato o un tenis, razón por la que cuando en ese preciso instante en que Johnny se encontraba más concentrado que nunca en alejarse de su vecino, no vio el platito de papel y lo piso.

Lo siguiente que supo Johnny es que de repente el suelo dejaba de estar estático, una sensación muy parecida como en la del medio casco le embargo y sintió como todo perdía su equilibrio.

Y el suelo, por segunda vez en el día, estaba demasiado cerca para su gusto, esta vez no cayo de frente, sino de espaldas, viendo de repente el cielo rasó del centro comercial en vez de la pared enfrente de él o a su amigo perruno.

Caer de espaldas nunca es bonito, uno se siente mucho más desorientado que en vez de caer de frente y no tiene la posibilidad de poner las manos para que sea menos dolorosa la caída, incluso esta la posibilidad de que la parte de atrás de la cabeza choque dolorosamente contra el suelo y rebotar hasta sentir como se movía el cerebro y las ideas.

¡Auch!

Ese tipo de caídas siempre duelen.

Mientras miraba el techo, un vagó pensamiento de que “esto no podría ser peor” viajo por su inconsciente.

-¡Johnny!-

Hasta que recordó que estaba huyendo de su vecino bajo la pócima de amor de sus hermanas y que se encontraba para su desgracia muy cerca. 

El grito de Duke y Gil pareció ser de una sincronización perfecta, así como fuerte, el nombre de Johnny pareció resonar por cada recoveco del centro comercial y volver haciendo eco hasta hacer vibrar los vidrios de los aparadores, ambos preocupados por el niño del de cabellos de flamas.

Duke estaba unos treinta y tres metros delante de su amiga, no se había fijado que su amigo había resbalado hasta que escucho el sonido sordo de la caída, del cuerpo del preadolescente contra el suelo, mientras que Gil se encontraba cada vez más cerca de Johnny, era inevitable que llegara antes que él.

Unos brazos lo alzaron del suelo tan rápido que no pudo identificar quien era quien lo alzaba hasta que vio el color de la camisa verde azulosa que siempre utilizaba su vecino, no vio su rostro ya que inmediatamente estaba su rostro contra el pecho del mayor en un abrazo fuerte, literalmente asfixiante.

De nuevo sentía esos brazos de hierro rodearle y atraparle sin posibilidades de escapar con su propia fuerza.

Por fin, por fin tenía ese calor entre sus brazos y percibía el aroma del muchacho entre ellos, aparte del sudor, tierra o incluso un ligero aroma picante a nachos, también estaba ese aroma que se mesclaba y resaltaba entre los demás, a Johnny, aroma a Johnny.

Su Johnny.

El sentido de posesividad como el deseo se hacían presente en su ser con la misma intensidad, una sensación jamás sentida hasta ahora, guiada solo por el instinto y dejando a segundo plano la razón.

Y se sentía bien.

Hundió su nariz en esas hebras semejantes al fuego, en realidad el joven entre sus brazos era como una llama rebelde, y ahora sentía como ahora él se quemaba con solo sentirlo entre sus brazos.

La opresión que apareció en su pecho que sintió al verlo resbalar desaparecía al saber que ya lo tenia entre sus brazos, brazos que si por el fuera nunca lo soltarían, sabia que ese era su lugar.

Las manos no se pudieron permanecer quietas por más tiempo y comenzaron a viajar, buscando la fuente del calor que desprendía el muchacho entre sus brazos a través de la ropa, quería tocar esa piel y saborear esa boca, una de sus manos fue al rostro del más joven y lo alzo hasta que quedara a la altura suficiente para besar sus labios.

Johnny no se movió, ni grito o trato de hacer algo, estaba petrificado, como si no pudiera ordenarle a su cuerpo que hacer, nuevamente estaba bajo a merced de Gil.

Johnny y placer se volvían sinónimos en su cerebro, y eran lo único que existía.

-¡Ahora Susan!-

Del segundo piso dos pelirrojas saltaban del segundo piso con una red roja como sus cabellos sobre los dos rubios, Duke se acercaba con rapidez a ellos también, la red había dado en el blanco, pero la problemática se dio cuando se dieron cuenta que a pesar de la red, Johnny seguía en los brazos de su rubia perdición y la red no parecía molestarlo en su nuevo beso.

-¡¿Qué hacen paradas ahí?!, ¡saquen a Johnny de ahí!-

Miraron a Duke y este resoplo comprendiendo el mensaje silencioso, tenían unas caras de sufrimiento mesclado con confusión, al parecer no superaban que Gil besara a su hermano menor de esa forma.

Levanto un poco la red y trato de jalar de los pies a su amigo, pero por más intentos que hacia ese Gil no lo soltaba.

Resoplo más fuerte, tendría que usar “ese” método.

-Arg- nuevamente ese dolor, no, no, no, eso no estaba bien, la ultima vez… -Johnny- nuevamente ya no lo sentía, nuevamente se lo habían arrebatado, y cuando intento alcanzarlo de nuevo, una cosa roja se lo impedía, en realidad, esa cosa roja no lo dejaba moverse.

-Bueno Mary… ya lo tenemos-

-Si ya lo tenemos-


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).