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Preguntas al aire… por minima

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Notas del capitulo:

Creo que no muy original, pero bueno, algo así se me escapo de la cabeza cuando se me ocurrió...

Los altos mandos de Konoha desconfían del clan Uchiha después del ataque del Kyuubi, desconfianza y rencor de décadas amenaza con explotar a menos que el tercer Hokage piense pronto en un modo de hacer una tregua entre el clan Uchiha y Honoka por la paz de todos… la clave esta en la misma razón de su desconfianza.

El tercero decide poner al Kyuubi bajo custodia del jefe del clan Uchiha, como muestra de confianza y prueba de fé, ellos protegerían y entrenarían al biju, asi como llegado el momento lo detendrían llegado el momento si fuera necesario.


-¿Qué significa esto cariño?- miraba a su esposo sorprendida de lo que tenia este en brazos.

-Una orden de Hokage-sama-

-¿Una orden?-

-Si, de ahora en adelante nos haremos cargo de esto- su mirada era seria, fría para el pequeño bulto que cargaba inmóvil en el portal de su casa.

-Un bebé… es adorable- 

Entre la manta en forma de bulto pudo ver a un pequeño bebé, carita redondeada y mejillas sonrojadas, curiosamente en estas pudo notar tres marquitas en cada una de ellas, también podía ver unos pequeños cabellos rubios asomando debajo de la manta, piel ligeramente morena a pesar de que se notaba que era un recién nacido, no pudo evitar extender las manos pidiendo con ese acto que le pasara el niño en brazos, su instinto de madre afloraba con la imagen de la inocente creatura.

Fugaku le entrego el bebé a su mujer, aun dudando de la decisión del Hokage, dudando de que pudiera cumplir la misión que se le había encomendado, para él, como mucho de los otros shinobis de Konoha, ese infante no era un inocente bebé, era el mismísimo Kyuubi, y ahora lo tendría que tenerlo bajo su mismo techo.

-¿Y como se llama este pequeño?-

-Naruto, Uzumaki Naruto- 

-Es adorable-

Quizás era mejor que su mujer no lo supiera aun, confiaba en ella, una buena mujer, una buena esposa, una buena madre, y sabía que le ayudaría en esta nueva misión, ya que a pesar que ya era padre de dos niños, sabia perfectamente aunque jamás lo admitiera que el no seria capaza de criar al contenedor de Kyuubi el solo, siendo que estaba atrapado en el cuerpo de un bebé, esas cosas eran para mujeres.

-Se quedara con nosotros a partir de ahora… sus padres murieron en el ataque de Kyuubi, sé que tal vez sea mucho pedir pero…-

-Lo cuidare, pobre creatura, esta solo en este mundo- 

-Si… ahora lo primero será adaptarle una habitación para que sea la suya, quizás un futon le sirva de cama esta noche-

-¡Fugaku!, ¿Cómo se te ocurre eso?, un bebe no puede dormir en uno de esos, es peligroso… creo que ya se donde dormirás esta noche- dijo esto ultimo al pequeño infante que ahora se chupaba su dedo mientras dormía, era tan adorable.

-¿Mikoto?-

Pero su mujer no respondió, en lugar de eso empezó a adentrarse a su hogar mientras era seguido de cerca por su esposo, solo se detuvieron cuando estuvieron frente a una puerta con un letrero pequeño de madera con el nombre de su hijo menor.

-¿Mikoto?-

Esta abrió la puerta del cuarto de su segundo hijo dejando ver el cuarto de un bebe adornado con accesorios de color azul cielo, se acercó a la cuna blanca de madera y bajo la atenta mirada del jefe del clan Uchiha deposito a Kyuubi, o el bebé, según los ojos que miraban la escena, en la cuna, al lado del pequeño bebé de pequeños cabellos negros que dormía pacíficamente en su lecho en esos momentos, el pequeño Sasuke.

-Aquí es un mejor lugar, ¿verdad Naru-chan, Sasu-chan?- si, ese era un lugar adecuado para que un bebé descansara, además la cuna era lo suficientemente grande para esos dos.

Ver esa sonrisa tierna en el rostro de su mujer lo tranquilizaba un poco de sus dudas de tener a ese contenedor en su casa, peor aun, en la misma cuna de su hijo menor.

-Que tierno, al parecer a Sasu-chan le agrada la compañía-

-¿Mmm?-

Se acercó al borde de la cuna y miro en su interior, Sasuke se había removido en su sueño al reaccionar por el calor del otro infante en su cuna para dar una media vuelta y abrazar al bebé más pequeño.

Algo se movió ligeramente, casi imperceptiblemente en su interior, quizás, solo quizás, esto no fuera tan malo.

-Mamá, padre… ¿Qué ocurre?- en el marco de la puerta se podía ver a un pequeño que no sobrepasaba los cinco años, miraba curioso a su padre y madre dentro del cuarto de su nuevo hermanito, ¿y si algo le había pasado?

-Oh, Ita-chan, ven cariño, vamos a presentarte a un nuevo inquilino en la casa-

El pequeño pelinegro miro extrañado a su madre, ¿Qué quería decir con eso?, el ya conocía a Sasu-chan, aun así se acercó a su madre y padre y parándose de puntitas y miro dentro de la cuna mirando algo sorprendido la escena en ella.

-Es… ¿un nuevo hermanito?- no sabia que los hermanitos podían tenerse así de rápido, con Sasu-chan fue más tardado.

-Jajaja no cariño, aunque si lo quieres llamar así esta bien, de ahora en adelante Naru-chan se quedara con nosotros-

-Es una linda niña-

-No cariño, es un niño-le corrigió haciéndole gracia la observación de su hijo, aunque si fuera una niña Naru-chan seguro llegaría a ser muy linda.

-Mmm… entonces es lindo- 

-Si, así es, muy lindo como Sasu-chan-

-Itachi, ya es momento de que regreses a tu cama-

-De acuerdo padre-

-Ven cariño, te arropare- Mikoto le ofreció su mano a su hijo y lo condujo a su cuarto.

-Yo… me quedare un rato más-

Volvió la escena en la cuna, tal vez, solo tal vez no fuera tan malo ser los custodios del Kyuubi, tal vez, las cosas mejorarían para el clan Uchiha.

16 años después…

Las calles del barrio Uchiha estaban vacías, ni un alma a la vista, dando un aire aun pueblo fantasma, algo muy contrario a lo que ocurría en el centro de Konoha.

La gente animada tanto como en un festival, y no era para menos, celebraban a los grandes héroes de Konoha, Naruto Uzumaki, una vez repudiados por todos los aldeanos por siempre relacionados por el monstruo Kyuubi, ahora reconocido como un gran shinobi junto a su equipo y amigos, reconocido por todos incluso por sus propios custodios, o familia, según se viera.

-Increíble pensar que alguna vez fue un niño llorón y torpe… aunque aun tiene mucho de ello- decía un hombre mayor, algunos mechones blancos pasaban por sus cabellos de ébano y algunas vendas cubrían su cuerpo, miraba con orgullo al pequeño que alguna vez trajo a su casa y contra cualquier predicción logro ganarse el corazón de su familia a su manera, dándole un rayo de luz a su familia, no, a todo su clan.

-Naru-chan ya todo es un hombre, también Sasuke- a su lado estaba su mujer, mirando con total cariño como siempre a sus tres hijos.

Porque desde que ese bebé llego a su casa esa noche sintió a ese nene rubio como suyo propio, aun sabiendo después que era el contenedor del Kyuubi, verlo junto a su Sasu-chan le daba mucha alegría, y ahora más que nunca estaba contenta de que estos dos hayan regresado juntos después de esa amenaza de guerra.

Fueron tiempos dolorosos en que se pasó noches en vela esperando en que sus tres hijos regresaran con vida, recordando cada momento vivido en familia con cariño y dolor, sin las risas de sus hijos la casa se sentía más bacía, más triste que nunca.

Pero ellos habían vuelto, sus hijos ahora todos unos héroes, y podía notar con su ojo de madre, que esos dos por fin habían aclarado muchas cosas en su aventura.

-¿Me pregunto si lo harán pronto público?-

-¿He?, ¿de que hablas mujer?-

-Cariño, podrás tener un sheringan pero aun así se te escapan muchas cosas a tu vista-

-¿He?-

-Más tarde te lo contare llegando a la casa-

Los dos volvieron a ver a sus hijos, Itachi atrás de Sasuke y Naruto, estos dos intercambiando miradas de profundo afecto y cariño, más que fraternal, ella bien lo podía notar, así como que Itachi se había dado cuenta, o que ese otro chico de nombre Sai no paraba de mirarle, bien, tendría que preparar a su esposo con la noticia, si con la noticia de que los dos pequeños de su casa ya no eran solo hermanos, amigos, sino algo más, seguro le daba un ataque, enterarse que su primogénito no estaba tan lejos de decir su ejemplo, le daba doble ataque.

Bien, al menos no tendría que soportar a las fastidiosas acosadoras que muchas veces había causado miles de dolores de cabeza a sus hijos y familia, incluso no podrían desechar la idea de tener nietos, la hokage le había dicho una teoría muy interesante de Kyuubi, su portador y bebés, seguro que con esa noticia le daría otro ataque a su esposo.


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