Cuando un exorsista y el mundo de la magia chocan.
La tormenta de esa noche era aterradora, con viertos huracanados y truenos ensondecedores, a pesar de que en el techo del gran comedor daba la vista de una noche estrellada y pacifica, se podía escuchar el silbido del cruel viento y los ensordeceres truenos tan fuerte que mas de uno juraría que hacia vibrar las paredes del antiquísimo castillo, bonita noche para comenzar el inicio de curso.
Los alumnos de primer años miraban sorprendidos y temerosos el gran comedor, mientras que los de los demás años esperaban a al típico discurso del director Dumbledor, y que empezaran con la ceremonia de selección de casas para dar pie a la cena de esa noche, y como siempre, en el puesto de profesor de defensa contra las artes oscuras había un nuevo personaje que bien podía competir con la cara de amargado del profesor de pociones, no parecía muy contento de estar ahí esa noche, aunque era mejor parecido de todos los profesores, otra cosa que resaltaba del sujeto era que no llevara túnica de gala para esa noche, solo un traje negro y una corbata del mismo color, que bien hacia resaltar esa aura de misterio que lo rodeaba.
El director se paro y comenzó su ensallado discurso, la mayoría no ponía atención, era lo mismo todos los años, solo cambio un poco cuando empezó a mensionar los cambios que sufriría la escuela ese año…
-Y ya terminada la selección de las casas, déjenme presentar al nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras, un… renombrado investigador de esta área y proveniente de America, John Constantine- hiso una pausa esperando que diera algunas o un simple saludo, este solo inclino un poco la cabeza y guardo silencio, se notaba que no era muy hablador –ejem… y tambien Hagrid tendrá un ayudante, aunque al parecer esta noche se ha mostrado indispuesto, el tambien es proveniente de E.U. y su nombre es Chas Kramer…- antes de poder continuar el de traje negro se levanto de su asiento y miro al techo.
-Chas, baja del techo- dijo con voz seria y suave, quizás solo los que estaban en la mesa de profesores asi como algunos pocos estudiantes que se encontraban cerca lo escucharon.
Bajo la atónita mirada de todos los presentes el cuerpo de un hombre callo a total velocidad, de ropas blancas y… ¿dos alas en sus espaldas?, ¡¿unas alas?!, pero al tocar el suelo estas habían desaparecido. ¿Quién era ese?
-Es asombroso, es mejor que la pantalla de una tele de plasma- se expreso maravillado al profesor Constantine que probaba en esos momentos lo que había en su copa para esa noche.
-Si, si, asombroso… ¿de casualidad no tendrán algo más fuerte que este jugo?-
-Hee… al parecer el profesor Kramer si se encuentra esta noche, ejem, prosigamos-
Mientras el director seguía con su discurso, una profesora reprendía a uno de sus nuevos compañeros.
-Profesor Kramer espero que no vuelva a dar esta clase de… espectáculo-
-Jejeje lo siento señora McGonagall, me emocione un poco y me distraje un poco-
-Por favor, use profesora cuando estemos en la esuela…-
-No sera que no quiere que no le digan señora por que aun no le… auch-
-¡John!-
-¿Qué dijo profesor Constantine?-
-Nada, no dijo nada jajaja se ve rica la cena, aunque yo ya comi mucho antes de venir-
-Una lastima, la comida del colegio es deliciosa-
-Si, eso se ve-
Harry y sus amigos, como así la mayoría de estudiantes veía curiosos a los nuevos profesores, algunos desconfiados, otros más curiosos que otra cosa, y otros preferían hacer más caso a la noticia que ese año se llevaría el torneo de los tres magos en el colegio.
Después de la cena, cada quien se fue a sus dormitorios, bueno, no todos.
En el despacho del director.
-Director, creo que no es muy… recomendable que hubiera traído a esos dos-
-Severus, ya lo habíamos discutido, además un poco de ayuda extra en estos tiempos no es mala, de acuerdo a lo que tu nos has informado “él” esta tramando algo con “esos” tipos de conocimiento, y Constantine es la persona adecuada para este tipo de asuntos-
-¿Y por qué los puso como maestros?- pregunto algo exasperado el maestro de pociones.
-Si por mí fuera terminaríamos con este problema de una vez, pero este viejo come dulces quiere seguir con este estúpido teatrito- dijo el nuevo profesor de defensa entrando con el profesor más joven detrás de él.
-No es tan malo Jhon, no todos los días estas en un colegio de magia, podríamos intercambiar mucha información-
La mirada oscura de John se enfoco en su compañero, sus palabras no ayudaron en mucho.
-Odio tratar con mocosos-
-Le puedo asegurar que la mayoría de nuestros estudiantes no le causaran problemas-
-Claro, con algunas ecepciones como el chico Potter-
-Severus, tú sabes que las mayorías de las veces no es su culpa-
-Potter… ¿no es ese el niño de las noticias?-
-Si, y al que tenemos que ayudar a cuidar prácticamente como niñeros- se quejo el de traje negro, sino fuera que eso dependía de la seguridad del mundo y con mucha insistencia lo habían convencido, especialmente Chas que siendo tan buena persona pensó que deberían ayudar al niño “indefenso” de nombre Harry, estaría ahora en su ciudad haciendo sus cosas que en ese lugar haciendo de niñera.
-Bien, ciertamente tendrán que estar al pendiente de él pero le aseguro que este no será un gran problema-
Intercambiaron miradas, se notaba que Constantine aun no confiaba por completo en esos dos, en realidad no confiaba en nadie de ese lugar, a excepción de Chas, quien sugirió retirarse y descansar, había sido un viaje movido y aun no se acostumbraban al nuevo horario.
-Ha, y les sugiero que dejen de intentar meterse en mi mente con sus truquitos, podrían encontrar cosas no muy agradables- dijo antes de salir, los otros dos se quedaron impactados, había notado perfectamente sus intentos de oclumancia con él
-Director, algo me dice que su nuevo aliado nos dará más problemas que ayuda-
-No lo creo… tal vez no tanto-
Un mes después, las demás escuelas habían llegado al colegio, y para sorpresa de todos, los tres magos ahoran eran cuatro, siendo el niño que vivio el ultimo de los magos, y el que pensaban que lo había hecho para llamar su atención, a parte de eso, los nuevos profesores ya se habían hecho de su fama, siendo Constantine uno de los más odiados por los estudiantes compitiendo con Snape, muchos decían que este era un mago tenebroso, y Kraner uno de los mas queridos, incluso tenía un club de fans de tanto chicos y chicas, los cuales no se podían acercar mucho a este cuando quisieran ya que casi siempre estaba con el profesor Constantine, alguien completamente repelente y temido por todos.
Harry estaba muy deprimido, Ron no le hablaba, casi todo el colegio lo creía un tramposo y un niño con tendencia llamar la atención con métodos que ponían en peligro a su vida, y ni siquiera el director tenia tiempo para darle consejo, si de por si lo habían prácticamente abandonado durante todo el verano ahora sentía que estaba mucho mas solo que aquel entonces, la vida era tan injusta.
-Hola Harry, ¿Qué haces en este lugar?- la voz suave y amble del profesor Kraner lo saco de sus pensamientos, lo había visto lejos en el lago, se veía muy solitario y hasta casi triste, recordándole mucho a cierta persona.
-Nada profesor Kraner-
-Puedes decirme Chas, ahora no estamos en clases- le dijo tratando de sonar lo mas amable posible y que entrara en confianza, le caía bien el muchacho –este lugar es muy bonito, es mejor a la escuela a la que fui-
-¿Dónde estudio profesor?-
-Chas… pues estudie en una escuela publica de New York, a lo que se refiere a la magia y esas cosas es difícil entrar a los colegios especializados sino tienes muy desarrollado el “don” y no cuentas con recursos económicos, así que tuve estudios independientes con respecto a la materia… además de ser diestro con las creaturas mágicas puedo presumir que soy tan diestro como John en lo que artes oscuras se refiere, aunque me falta practica-
-¿En serio?, no parece de ese tipo… además me parece sorprendente que usted y el profesor Constantine se lleven tan bien-
-Bueno, es buena persona a pesar de lo que aparenta, además… me salvo una vez y… jejeje-
-¿Profesor?-
-Lo siento recordé algo del pasado-
-Por cierto, ¿Cómo hiso ese hechizo el primer día de clase para tener alas y volar?-
-Ya se me hacia curioso que nadie me hubiera preguntado antes-
Harry estaba tentado en decirle que nadie lo había hecho porque o estaba ocupado con las bestias de este semestre en la clase de cuidado de creaturas mágicas, o estaba siempre al lado del segundo profesor mas intimidante de la escuela.
-Bueno, te diré un secreto… no fue ningún hechizo-
Eso dejo más confundido al de ojos verdes, ¿Qué quiso decir con eso?
-Bien Harry, es hora de ir al castillo-
En los invernaderos cierto profesor tomaba un descanso y fumaba un cigarrillo, sabia que si lo veía Chas lo reprendería, era el único a quien le preocupaba que lo viera fumar, ya que le había prometido tratar de dejarlo después de “ese” incidente, y que estaba demasiado estresado con los patéticos estudiantes que se ponían a temblar con un par de palabras suyas, o se creían demasiado como esa castañita que creía tener todas las respuestas y ponía adelante la moral a oponerse a aprender hechizos imperdonables y torturas, ¿Cómo aprenderían a defenderse sino aprendían esas simples cosas?
Alguien entro y apago el cigarrillo con la suela de su zapato, tal vez fuera esa profesora regordeta de herbologia, pero no era ella, si no mal recordaba era uno de los estudiantes que mas miedo parecía tenerle y al notar su presencia prácticamente se quedo congelado.
-Hey tú…- ¿Cómo se llamaba?, ¿N… M…?, recordar nombres de docenas de estudiantes no era su fuerte, eso se lo dejaba a Chas.
-Neville Longbottom, señor…-
-Si, si… ¿has visto al profesor Chas, o Kraner para que quede más claro?-
-No profesor…-
Rodo los ojos, a ese muchacho le temblaba la voz y notaba perfectamente su temblor, ¿Qué era lo que le había dicho Chas?, “se mas amable con tus estudiantes” o algo por el estilo, bien, tal vez si lo ponía en practica podría dejar de regañarlo y hasta quizás “recompensarlo”.
-mmm… y ¿te gustan las plantas?-
-Un poco profesor Constantine, aunque no soy muy bueno, en realidad no soy muy bueno en muchas cosas-
-Si piensas eso jamas seras bueno el algo muchacho, debes de tener un poco más de autoconfianza… toma, te daré unos libros para que leas, tal vez te puedan interesar-
-Gr… gracias profesor- tomo el pequeño libro de herbologia que había sacado del bolsillo de su chaqueta, al parecer el profesor no era tan malo después de todo.
Los días seguían transcurriendo en el colegio de magia y hechicería, aparte de que Harry hubiera sido aceptado como un nuevo participante, cosa que a mas de uno molesto e indigno, las cosas seguían tomando un curso relativamente calmado, a excepción de la clase de la clase de defensa, al parecer a los estudiantes no les había gustado mucho la ultima clase que tuvieron.
-Es un psicópata te digo, ¿Cómo se le ocurre hacernos esto?- se quejaba una castaña quien no paraba de ir y venir de un lado a otro en la sala de los leones.
-Calma Herm, al menos nadie salió herido-
-¡Ah Ron casi le explota esa cosa en la cara!- grito exasperada viendo fulminantemente a su amigo que no sabia si huir o no, en esos momentos era en que extrañaba llevarse con Ron, al menos si estuvieran bien llevarían los dos la carga del enfado de su amiga y no solos, por que sabia a la perfección que después de desahogarse con él iría con su amigo pelirrojo y volver a quejarse.
La última clase tampoco fue de sus favoritas, aunque ¿Quién diría que el profesor Constantine pudiera ser tan dinámico?, había sido una lección combinada con el juego de “papa caliente” y objetos normales y entre ellos uno maldito, tenían que pasárselos rápido e identificar cual era el peligroso, sin barita o posiciones, cosa que le pareció absurda a Hermione, y se negó a participar causando una baja de 50 puntos a su casa.
El resultado había sido un caos en el salón con la casa de las serpientes y leones cuando Ron dejo caer el objeto maldito dejando salir una extraña creatura pequeña con cuernos y alitas de murciélago, que causo estragos por un buen rato hasta que el profesor intervino diciendo que todos tenían tan poca habilidad con algo tan “sencillo”, dejando como tarea hacer un ensayo de diez paginas de la historia de creaturas oscuras, específicamente de aquellos conocidos por los humanos corrientes como demonios, cosa que provocó una nueva objeción de Herm diciendo que esas cosas no existían y una mirada burlona del profesor.
-Cambiando de tema, ¿Qué vas a hacer en la primera prueba?-
-Ni idea… tomare un paseo para pensar, adiós- dijo mientras se escabullía por la puerta pensando en otro de sus problemas, la primera prueba del torneo de los tres magos, “DRAGONES”, ¿Cómo rayos se enfrentaría a eso?
En los jardines llenos de profesores y alumnos, se encontraban el adorado profesor Kraner, el temido profesor Constantine, y para sorpresa de muchos en compañía del primero más temido, el profesor Snape.
-Tal vez te pasaste un poco con tus estudiantes esta vez Constantine- le reprendió suavemente Chas llamándolo por su apellido, signo de que no estaba muy feliz por su comportamiento.
-Déjame adivinar, los estudiantes fueron con el chisme con su nuevo profesor favorito-
-No fue necesario, es una escuela y los chismes corren rápido como en cualquier lugar lleno de adolecentes-
-No opino lo mismo, estos muchachos de ahora son muy pobres a lo que se refiere a lo que se refiere a defensa de las artes ocultas, de hecho aunque poco ortodoxo ese ejercicio, les debió de dar una lección a los muchachos de lo poco preparados que están-
-Vez Chas, no fue tan malo-
-Aun sigo pensando que exageraste n poco, un “daimon” de nivel inferior puede ser muy peligroso a pesar de que los estudiantes puedan usar magia-
La platica seguía, al parecer el profesor de pociones simpatizaba con el de defensas, debido a que al parecer tenían un carácter parecido y una afección por las artes oscuras, mientras que Chas, era imposible que te callera mal, de eso se había dado cuenta Snape, tenia ese algo que te hacia sentir confianza sincera por el más joven.
Los meses siguieron pasando, a duras penas Harry había pasado la prueba de los dragones, usar su escoba había sido de gran ayuda, suerte que le ayudo otra platica que tubo con el profesor Kraner mientras paseaba, ahora se enfrentaba a la siguiente prueba, ¿Cómo rayos haría para poder respirar bajo el agua durante tanto tiempo?, ¿y si iba con el profesor Kraner?, siempre era de ayuda hablar con él.
-No creo que sea recomendable, si es amigo del profesor Constantine debe de ser tan malo como él, quizás una trampa para que confíes en ellos y te lleven con quien ya sabes- dijo Ron, ya se habían reconciliado y de nuevo eran un trio.
-Opino lo mismo que Ron, ya encontraremos una forma nosotros mismos- secundo Herm mientras leía un libro.
Harry suspiro, no creía que sus amigos tuvieran razón pero era mejor estar precavidos.
Salió de la sala y fue a caminar, tal vez ir a la biblioteca lo ayudaría, pero en su pequeño recorrido se topo con Malfoy y una lucha de palabras e insultos comenzaba nuevamente, cuando estaban a punto de lanzarse conjuros una voz amable apareció sonando mas fuerte que sus gritos.
-Jajaja se ve que son muy amigos-
Ambos profesores miraron con incredulidad al profesor Kraner que sonreía divertido por su riña, ¿acaso estaba loco?, claramente ellos no eran amigos.
-Con todo respeto profesor, Potter y yo no somos amigos- su enojo curiosamente había desaparecido con la presencia del profesor por lo que no lo corrigió más agresivamente.
-Jajaja así alguna vez me lleve con John y ahora somos muy unidos, por lo que no veo malo que dos muchachos discutan pero por favor no lleguen a amenazarse con maldiciones- dijo apuntando sus varitas –sino ahí si tendría que intervenir de manera más seria, podría ser muy tolerante pero a veces también se me pasa la mano-
-De acuerdo profesor- dijeron a coro, sorprendentemente ese profesor con unas cuantas palabras y ya los había calmado, raro, muy raro.
-Ahora vallan al comedor chicos-
La cena de ese día fue tranquila, a pesar de que caminaron el uno al lado del otro Malfoy no lo volvió a insultar o retar, fue casi agradable compartir el silencio con el rubio, todo gracias a la sorprendente capacidad de tranquilizar a adolecentes cabreados del profesor Chas.
La ultima prueba, el laberinto, sorprendentemente todos los participantes habían llegado hasta ese punto, muchos estaban emocionados, otros preocupados, especialmente ciertos profesores que tenían un mal presentimiento, y no se habían equivocado, en medio de la prueba el enemigo se mostro, pero no dejarían las cosas las manejaran ellos, por eso se habían aparecido en ese cementerio, donde al parecer mas de un curioso se había aventurado, los amigos del chico Potter y algunos estudiantes de las casas de las serpientes habían venido.
-Bien, solo es un bastardo más al que eliminar… Chas cuida a los mocosos, esto se pondrá feo- dijo Constantine poniéndose enfrente del grupo de estudiantes y colega.
-Constantine, no te dejare ir solo, esa magia es muy oscura y sabes que me necesitas-
-Necesito que cuides a estos imprudentes mocosos-
Ya no tuvieron tiempo que discutir, aquel ser recién resucitado, el maligno mago oscuro Lord Voldemort empezó a contratacar directo a donde se encontraba su némesis, antes de que su hechizo si quiera rosara a los muchachos unas enormes alas surgieron rodeando a los estudiantes, milagrosamente el hechizo reboto cumpliendo su objetivo como escudo.
-Con que quieres jugar rudo…-
-¿Qué hará un simple mago sin varita contra mí?-
-Quizás enviarte al infierno donde te esperan…-
La batalla demostraba ser difícil… ¿Quién ganaría?
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español