Y el tren se alejó. Nowaki lo miraba irse aun con la respiración agitada y el corazón… es verdad ¿Cómo estaba su corazón? Cansado por haber corrido tanto, pero a la vez adolorido… ¿Y el de quién no lo estaría? Si se ve a la persona querida irse frente a sus ojos, el saber que no pudo decirle que lo quería, que lo amaba. Que se fue pensando que lo odiaba, que no pudo solucionar las cosas, tan solo el pensarlo, dolía… lagrimas amenazaban con salir.
Pero… ¿Llorar? ¿Ahora? No, no tenía tiempo… recobró fuerzas y caminó tranquilamente a comprar un boleto.
-Disculpe…
-¿Sí?
-¿El próximo tren hacia Osaka?
-A-ah… –La chica miró en unos papeles –Es en una hora… ¿Quiere un boleto?
-Sí, por favor.
No tenía tiempo para llorar ahora, tenía cosas más importantes que hacer, quizás lo hiciese luego. En un teléfono de moneditas trató de llamarlo, el celular seguía apagado. Se pasó una mano por el cabello y llamó hacia el hospital. Tsumori respondió. ¡Perfecto! Le contó sobre lo que sucedía y que… posiblemente no estaría en el trabajo por algún tiempo, no llamó exactamente para avisar su ausencia, sino más bien para pedir un favor:
-Cuide bien de Sakura-chan, por favor…
Tsumori aceptó, no prometió nada acerca de salvar su trabajo por irse tan de pronto, pero sí sobre cuidar a la pequeña niña. Colgó aliviado. Esperaría el tren…
-¿Kusama-san? –Preguntó Shinobu frunciendo – ¿Qué piensa hacer?
-No lo sé… –miró al menor con una sonrisa –solo sé que iré a Osaka.
Shinobu esbozó una sonrisa y preguntó tranquilamente:
-¿Puedo acompañarlo?
=.=
-¡Hasta luego Misaki! –Gritó la editora pelirroja, con una mano hacia arriba moviéndola de un lado a otro.
El tren comenzaba alejarse. Los dos mayores sonreían. El tren se perdió de vista, las lagrimas de Usami amenazaban con salir, bajó la mirada y entreabrió la boca… ¿Por qué detenerse si quería llorar? Nunca la había importado lo que la gente dijese, pero, algo más llamó su atención:
-(// ¿Nowaki? –Giró al ver el rostro aturdido del doctor – ¿Qué está haciendo “ÉL” aquí? Y porque… –Al principio no le encontró importancia pero, el doctor se encontraba parado frente al tren, respiraba muy hondamente: parecía como si hubiese corrido. Miraba al tren, la misma ventanilla, y lo peor de todo: con la misma expresión que él, acaso… – ¿Hiroki? No, lo dudo… entonces… ¿Misaki? No, es decir… no se conocen así que no-… –comenzó a recordar:
¿Cuál era el nombre de Nowaki? Después de tanto esfuerzo recordó: Kusama Nowaki; y también recordó:
Cierto reproche hacia Hiroki:
“-¡USTED SALE CON KUSAMA-SAN! Entonces… ¿Por qué? ¿Por qué esta con alguien tan estúpido como usted? ¿Por qué quiere a alguien tan estúpido como usted? No lo mereces, no mereces a Kusama-san… Por eso…”
La llamada:
“-… sí, fue muy divertido, hagámoslo una vez más este próximo martes… bueno… sí… nos vemos después… ah, por cierto Kusama-san… Te quiero…”
¿Acaso?...
-(// No, no puede…
“La que me hizo olvidar que te quería”
-…¿Se refería a él? –No lo admitía, no quería, pero a la vez explicaba tantas cosas y a la vez la razón del porque Hiroki no lo había vuelto a llamar. No se lo negó más. –Tiene que ser, si no ¿Por qué le reprocharía a Hiroki? A parte de que es el único “Kusama” que conozco… Sí, tiene que ser él ¿Si no por qué estaría aquí? –Vio al de cabellos azules alejarse, la curiosidad lo llamó y fue tras él//).
Observó de lejos, había comprado un boleto y… se apresuraba a ¿Una cabina de teléfono? Fue a averiguar:
-¿Disculpe?
-Dígame.
-¿Me puede decir hacia donde compró el boleto aquella persona? –señaló a Nowaki hablando por teléfono.
-Ah… –La chica dudo un poco y con voz temblorosa respondió –Claro, era para Osaka…
-Ya veo –respondió sonriente – (// Osaka, ¿Pensará ir por Misaki? Quizás me equivoque… pero Hiroki no me ha llamado desde entonces, conociéndolo: insistiría. Entonces ¿Él también discutió con “él”?//) –Frunció el ceño y apretó fuertemente su puño, mientras seguía observando aquella persona en el teléfono –Véndame un boleto hacia Osaka. (// Sí es así, Misaki, NO dejaré que esté contigo, definitivamente tu eres mío… no importan los demás //)
=:=
-¿Ah? ¿Usami-san? –La editora giró la cabeza miro hacia todos lados – ¿Usami-san? –Frunció el ceño y apretó el puño con furia –¡¡¡¡¡¡¡¡Usami-san!!!!!! ¡Como se atreve a dejarme sola!
=:=
Akihiko Usami quedó mirando hacia aquella persona, sus ojos amatistas reflejaban odio. Un odio que es imposible describir, si las miradas realmente fueran espadas, Nowaki ya hubiese muerto. Y ahí estaba el de cabellos azulados: sentado y conversando con otro chico castaño. De pronto el chico desconocido se alejó, dejando solo al doctor.
-Kusama-san –dijo Shinobu –Enseguida vuelvo, tengo que ir por el boleto y llamar a Miyagi, me disculpa.
Nowaki asintió. Shinobu se alejó corriendo del lugar, Nowaki se acomodó mejor en su asiento, bajando la cabeza mirando hacia el piso ¿Qué otra cosa podría hacer? Hasta que…
-Nowaki –una voz amenazadora lo llamo, alzó al rostro y ahí estaba: el gran novelista Usami Akihiko de pie frente a él, con los brazos cruzados y una mirada atemorizante.
-Usa-… –Nowaki de igual manera lo miro, el tono de voz era parecido, se corrigió y respondió –Akihiko.
-¿Qué haces aquí? –preguntó desafiante el novelista.
-¿Cómo porque tengo que decirle? –Respondió sonriente mientras se levantaba de su asiento. De pie, Kusama era por centímetros más alto que Usami.
-¿Es por Misaki?
-¿Le molesta? – no se molestó en negarlo. El odio de Akihiko creció más, se vio reflejado en su mirada.
-Así es.
-Lamento informarle, que no me importa en lo más mínimo, Akihiko.
-Debería… Kusama, no sabes con quien te metes.
-Oh, se equivoca, sí que lo sé: Usami Akihiko. Tan solo eso.
Ambos quedaron observándose por largo tiempo, se miraban con odio: frunciendo el ceño y sin sonrisas; rencor, apretando la tela de sus ropas, con la intención de controlarse a sí mismos. Aunque, al mismo tiempo, sentían un miedo inmenso… ¿De qué? De que el otro ganara.
=:=
Por otra parte, Misaki viajaba en el tren, mirando el ventanal, con una mano sobre su rostro y el antebrazoapoyado en el marco del ventanal.
-(//¿Acaso era Kusama-san?... es imposible, él… me odia –se decía así mismo con un par de auriculares puestos, escuchando “Love & Truth” –Kusama-san… ¿Qué estará haciendo? ¿Se habrá enterado de que me fui? Y sí lo hizo… ¿Qué hará? No creo que haga gran cosa… Aun no sé porque me doy esperanzas, el ama a Hiroki-san, –se entristeció de solo recordarlo –Y siempre lo hará… –se encorvó en su asiento mirando hacia el suelo, cubriéndose los ojos con el cabello –Aunque lo que más me duele es no haber podido aclarar las cosas, aunque claro; yo tuve la culpa, pero… es mejor así. Si le decía que lo quería ¿Qué hubiera logrado? Y aunque él me lo digiera, sé que no sería verdad… Aunque me pregunto, ¿Que estará haciendo Usagi-san? no, ya no debo pensar en él… ¿Por qué? Si pienso en él, volveré a caer… Pero, recuerdo los momentos con Usagi-san, y me duele pensar en que jamás volverán, sí, me lastimó y me humilló… pero… lo hizo por qué no quería lastimarme, trató de recuperarme, ¿Me estoy arrepintiendo? y sí lo-…//)–sus pensamientos fueron interrumpidos, cierta canción comenzó a sonar a través de sus aparatos, sorprendiéndolo y olvidando al novelista.
“Buenas noches, mucho gusto, eras una chica más…
Misaki abrió los entrecerrados ojos, al igual que sus labios. Recordó como flashes aquellas citas, aquel baile… aquel beso… lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas y sin poder evitarlo susurró:
–Kusama-san…
=:=
-El tren hacia Osaka, Osaka, estará listo para partir, todos los pasajeros con ese destino favor abordarlo.
Ambos mayores se quedaban mirando, el novelista y el doctor seguían tratando se matarse con la mirada, el sonido en los altavoces los hizo reaccionar:
-Cuida tus palabras, no permitiré que toques a Misaki.
-¿Y qué piensa hacer? –Preguntó molesto –Eso lo decide Misaki.
-Oh, –Akihiko dejó caer los brazos y alzó la barbilla, esbozando una sarcástica sonrisa – ¿Me tienes miedo?
-Se equi-…
-No, –interrumpió sin dejar de sonreír –Temes que suceda lo mismo que pasó con Hiroki –Nowaki se sorprendió al escucharlo, dilatando los ojos, contrayendo las pupilas – él siguió enamorado de mí –continuó Akihiko –a pesar del tiempo que pasó –Nowaki bajó la mirada, la ocultó con sus flequillos. Akihiko sonrió con más intensidad – a ti solo te usó para olvidarme, jamás te amo. Y tú lo sabes muy bien… ¿No es verdad?
Nowaki quedó sin habla. No respondió ni alzó la vista. Akihiko estaba a punto de darse la vuelta e irse completamente satisfecho hasta que…
-Tiene razón. –Hasta que Nowaki habló –Así es Hiroki-san –alzó la vista y lo miró –Pero así no es Misaki. Quizás no se equivoque con Hiroki-san –continuó –, quizás jamás me quiso, quizás tan solo me utilizó… pero, yo sé que me Misaki realmente me amó. Me quiso más que usted, tanto que lo olvidó y comenzó buscarme en su lugar. Lo mismo pasó conmigo. Lo quise tanto, que se me olvido el cariño que tenía hacia Hiroki-san. Jamás juntamos nuestros cuerpos, pero sé que eso no fue necesario para que se diera cuenta que me quería como yo a él. Y, usted lo sabe muy bien… ¿No es verdad?
El silencio se hizo presente. Shinobu llegó corriendo hasta el lugar donde se encontraban los dos hombres. Su expresión cambió al ver aquel habiente tan pesado.
-¿Kusama-san? –Preguntó preocupado.
-Descuida, Takatsuki-kun –respondió con una sonrisa Kusama, aun sin apartarle la vista al novelista –Ya nos vamos, tenemos que ir con Misaki después de todo.
-Ni se te ocurra, Kusama –Desafió Akihiko.
-Oblígame… –respondió.
Shinobu intervino y jaló el brazo del doctor, encaminándose al tren.
Mientras se apartaban Akihiko y Nowaki seguían observándose, con las miradas se decían todo: era la guerra, la guerra por amor. Y ambos habían decidido no perder.