-¡Ah! ¡El inglés es realmente difícil!
-No, lo es. Tú eres el inútil, Misaki.
-Eso no ayuda mucho, Shinobu.
Shinobu miró el reloj detrás de Misaki. Marcaban más de las 10.
-Tengo que irme –dijo levantándose. Cerró la libreta y la guardó en la mochila.
-¡No! –Chilló Misaki – ¡Mi examen es mañana!
-Lo siento –repuso Shinobu – le dije a Miyagi que llegaría temprano.
-¡Shinobu!
Suspiró y volvió a sentarse. Era la tercera noche que estudiaban y de una u otra manera ya estaba cansado. Tomó el libro de Misaki y le indicó con el dedo.
-Estudia, esta, esta y esta. Ah, y esta. Listo me voy. Mañana vendré por mis clases.
-Sí…
Dijo y salió. Misaki lo vio salir, y cuando la puerta estuvo cerrada volvió los ojos al libro... Qué bueno que existen los amigos.
-Ah –tomó una bocanada de aire y miró el libro una vez más. Jodido inglés. Habían pasado ya tres meses desde aquel suceso. Nowaki había vuelto al trabajo un tiempo después y Misaki había trasladado a la universidad de Tokio. El examen de inglés sería mañana y continuaba sin entender el inglés. Ah, pero que viva el amor....–(// No puedo decepcionar a Nowaki, aunque… –apartó los ojos del libro para mirar la puerta y el recibidor, por un momento olvidó el examen y todo lo demás –hoy tampoco llegará//).
Y, de hecho así sería, la tercera noche de la semana en que Nowaki no llegaría a casa.
Meneaba el lápiz de arriba hacia abajo, sin golpearlo con la mesa.
Mirando hacia otros lados, veía a chicos igual, o más, desesperados que él. Ese silencio sofocante durante un examen, en el que puedes escuchar la respiración del tipo de a un lado. Le hubiera gustado ser un ninja y copiar las respuestas de inglés. Pero, tan sólo era un estudiante de Universidad.
Suspiró cansado. Inglés…
-¡Bien! ¡Se acabó el tiempo! –anunció la maestra parada enfrente.
Varios abucheos se escucharon, pero la docente no cambió de parecer. Recogió las hojas y con ellas el examen casi vacío de Misaki.
Salió del salón completamente bajo en ánimos. No poder responder correctamente casi veintitrés preguntas sería un problema.
-¿Cómo te fue? –preguntó Shinobu apareciendo de repente. Misaki negó con la cabeza. –Ya veo. Descuida, pasarás –Misaki volvió a negar. –Ven, te invitó un helado.
-Sí...
Suspiró por novena vez en el día.
Abrió la puerta del departamento. Nowaki lo esperaba sentado en la mesa.
-Misa-chan – le sonrió mientras se ponía de pie. Misaki quiso devolver el gesto, pero sólo le salió una mueca de lado – ¿Estás bien?
-S-si –mintió apartando la mirada, dejó los zapatos y entró –estoy bien. Tan sólo no me fue muy bien. –se dejó caer sobre el sofá cerrando los ojos, puso un antebrazo sobre su rostro tratando de tranquilizarse. Nowaki para animarlo no tardó en sentarse a un lado suyo y comenzar a hacerle cariños en el cabello. Antes de darse cuenta, Misaki ya estaba sonriendo. Pero, olía distinto. Había algo más en su extraña mezcla de lavanda y coco... - medicinas… –susurró sin querer.
-¿Dijiste algo? –preguntó Nowaki. Misaki pensó que sonaba muy dulce cuando hablaba en susurro.
-N-no –se incorporó y estiró – ¿Quieres algo de comer? –le sonrió. Nowaki le cubrió con una mano la suya.
-No –respondió – sólo quiero estar contigo.
Lo tomó por el mentón y acercó su rostro para besarle. Misaki cerró los ojos con delicadeza.
-Nowaki... –susurró.
Las manos unidas se dieron un apretón mientras los labios se juntaban.
Misaki quedó debajo cuando cayeron sobre el sofá. Besándose y soltándose las manos. Nowaki le acarició la mejilla y Misaki el cabello. Las caderas de Nowaki simularon penetrarlo, Misaki gimió por debajo de los otros labios mientras sentía una mano intrusa se abriéndose espacio por debajo de su camisa.
Entonces un celular sonó. Por el sonido, Nowaki lo reconoció, se levantó con cuidado de no lastimar al de abajo.
-Lo siento Misaki. –Corrió a contestar, Misaki no tuvo la fuerza para mirarlo alejarse– Tsumori-sempai... –contestó.
Misaki se paró del sillón arreglándose la ropa y limpiándose con el ante brazo el resto de saliva en sus labios, caminó a la cocina y puso una sartén al fuego.
-Ya veo –dijo Nowaki y guardó silencio por un momento, escuchando lo que Tsumori tenía que decirle –Aplíquele lo que le dije a Misuri-san, la estabilizará –guardó otro largo silencio – ¿Eh? ¿Yo? Pero... –algo dijo Tsumori que lo hizo cambiar de parecer, miró a Misaki que estaba de espaldas– Voy para allá. –Colgó – Misaki...
-Descuida –dijo sin mirarlo – tienes que ir, ¿Verdad? Es tu trabajo...
-Volveré pronto –su tono de voz era tan seguro, que Misaki se preguntó que si en verdad lo haría.
-Sí, descuida.
-Misaki –Nowaki lo miró un poco más. No corrió a abrazarlo ni a darle un beso, sabía que si lo hacía no iría al hospital. Se mordió un labio en desquite a su enojo.
Salió sin decir nada más.
Misaki quedó inmóvil por un momento, las manos eran lo único que se movían. Temblaban.
-No entiendo... –dijo – porque tengo tanto miedo... él no es Usagi-san, él no me haría lo mismo.... (// Nowaki no me mentiría //)
Tampoco entendió la razón de sus lágrimas.