Estaban sentados en una mesa bastante apartada de aquella tranquila y acogedora cafetería, uno frente al otro, tras algunos minutos de conversar amenamente mientras esperaban la llegada de sus bebidas, y cuando el mesero se las había entregado por fin, el solista, recargado de lleno en su silla, y bebiendo un poco de su café negro, se dedicó por un momento a observar detenidamente al pelinegro que tenía frente suyo y bebía infantilmente una malteada de chocolate, la favorita de él, de la misma manera que él lo hacía y con la misma expresión que caracterizaba a su amigo, angelical pero con ese toque encantador y seductor, digno de un demonio…y de esa forma llegaron tantas preguntas a su mente, porque eran demasiadas coincidencias para tratarse de una simple casualidad, ese físico tan parecido, con la misma personalidad y gestos, lo hacían ser el gemelo casi exacto de Hyde, y la mayor diferencia radicaba en el mayor distintivo del vocalista de L’Arc~en~Ciel: su melodiosa pero potente e irrepetible voz…
─Oye Sora ¿te puedo hacer una pregunta?
─Pues…realmente me acabas de hacer una ¿no?
─Muy gracioso según tú verdad “y de nuevo otra coincidencia, Hyde también me ha dicho eso tantas veces, y son exactamente las mismas palabras” es en serio ¿puedo?
─Claro que sí dime.
─Quizá suene un poco tonto de mi parte pero, cómo es que eres tan parecido a Hyde, y si sabes quién soy yo he de suponer que con más razón sabes quién es él.
─Por supuesto que lo sé, y creo que si hasta tú me confundiste con él, significa que en verdad conseguí lo que quería ─dijo con una ligera risa jugueteando con el popote de su vaso.
─¿Ah? De qué hablas.
─Bueno es que la verdad ya me habían dicho que tengo cierto parecido a Hyde, pero sí se me notaban bastantes diferencias así que un día decidí cambiar mi look por uno igual al suyo; después cuando recién salí a la calle tuve una multitud de fans detrás de mí…y ahora entiendo perfectamente lo que ustedes sienten ─la expresión llena de pánico fingido en aquel rostro de niño no pudieron conseguir otra cosa más que una risa bastante sonora de parte del alto cantante, quien recibió de inmediato las miradas desconcertadas de todos los presentes.
─Pues sí, obviamente sí es bastante difícil vivir así, pero ya que te acostumbras hasta llegas a extrañar a tus fans.
─¿Los extrañas ahora?
─¿Ahora? No, yo realmente estoy disfrutando mucho la paz que encuentro aquí, ya lo necesitaba.
─¿Y no extrañas a nadie?
─Pues…sí…pero en estos momentos y en mis circunstancias puedo decir que extraño a una sola persona, pero no es sólo un simple fan.
─Entiendo… ¿y se puede saber quién es?
─Sólo digamos que es la persona más especial del mundo para mí, y a quien más aprecio…
Aunque el rubio solista no dijera ningún nombre, esa descripción tan escasa fue más que suficiente para que su acompañante supiera de inmediato de quién hablaba, y esa sonrisa maliciosa amenazara de nuevo con hacerse presente en sus labios, cuando pudo notar que había logrado despertar un profundo interés en el mayor, justo como lo había planeado, y dado el primer paso, lo único que debía hacer era seguir procurando verlo continuamente, para conseguir su objetivo principal…y así lo hizo, después de aquella noche, su encuentro se repitió casi cada día, a veces para cenar, otras para comer, al cine, a bailar, y en otras ocasiones simplemente a dar un paseo, hasta que hubo pasado casi el mes que tenía para regresar, lo cual frustraba bastante a Sora, porque sin importar lo que hiciera, cuánto se le insinuara y lo mucho que actuaba igual que el vocalista que tanto adoraba, él siempre encontraba la manera de rechazar el llegar más lejos con él…aunque claro que en ningún momento se dio por vencido, hasta que lograra dar ese gran paso…
─Por cierto Sora, no te había preguntado, tú qué haces en Francia tan lejos de tu hogar ─dijo un muy intrigado Gackt dándole una muy profunda calada a su cigarrillo mientras se recargaba de lleno el frondoso árbol bajo el que descansaban, con la vista fijada en aquel tranquilo lago artificial.
─¿Eh? Pues…
─Oye si no quieres contarme lo entiendo.
─No es eso, es que…mmm bueno te contaré pero es un gran secreto.
─Pues…claro, dime qué pasó.
─Lo que pasó es que yo…me enamoré de quien no debía…─semi susurró el pelinegro agachando la mirada atrayendo la absoluta atención del mayor, quien lo observó con la expresión más atónita que pudiera mostrar─ es un hombre casado cuyo esposo me odia y muere de celos cada vez que me le acerco, con eso de que me parezco mucho a Hyde…así que ellos empezaron a tener problemas por mi culpa, en una ocasión discutieron muy fuertemente de hecho, y fue cuando decidí irme lejos por un buen tiempo para que las cosas se puedan enfriar entre su esposo y yo, sé que será muy difícil olvidar el amor que siento por él, pero quiero por lo menos poder verlo y saber contener mis sentimientos…
Había viajado por exactamente sus mismas razones, lo atormentaban exactamente sus mismos sentimientos, lo invadían exactamente sus mismos pensamientos, incluso era tan parecido a aquel amor que intentaba olvidar…tantas casualidades, tantas, que más que casualidades, parecía obra del destino, el cual a su parecer, actuaba en el momento perfecto, y fue cuando otro pensamiento cruzó por su mente…ya en una ocasión había mencionado en un programa de televisión que él no solía contenerse cuando alguien le gustaba…con una sola excepción…pero en esta ocasión no había necesidad de contenerse…así que no lo pensó más y su siguiente movimiento fue el de inclinarse sobre su acompañante casi hasta posicionarse encima de él, posando sus labios sobre los suyos, apoderándose de ellos con necesidad, sorprendiendo al menor ante aquella espontaneidad, pero no por eso no correspondió con la misma intensidad, después de todo, eso era lo que esperaba lograr…y tras aquel beso, lo siguiente de lo que fueron conscientes, fue de sus cuerpos completamente desnudos, enredados bajo las sábanas de la suite de Gackt, mientras el solista entraba y salía de su cuerpo en un vaivén acompasado con el del menor, y las voces de ambos se unían en sus placenteros jadeos, ni una sola palabra, todo quedaba dicho entre sus miradas. Y aunque el rubio mirara en ese bello rostro a Hyde y no a Sora, era la primera vez que todas las sensaciones que experimentaba con un amante lo llenaba más, porque era como tener en sus brazos al hombre que verdaderamente amaba…mientras el más bajo se le entregaba por completo, disfrutando todas esas sensaciones, aferrando las uñas a la espalda del más alto, gimiendo justo en su oído con los ojos cerrados y la cabeza echada hacia atrás mientras el rubio lo embestía rápida y fuertemente; porque si bien en cierta forma seducir al cantante era un trabajo, aquel debía ser el trabajo más placentero que le pudieron haber encomendado.
Y tras algunas embestidas más, el mayor terminó corriéndose en el interior de su, en ese momento, amante, disminuyendo poco a poco sus movimientos hasta hacerlo por completo mientras éste lo hacía entre sus vientres, rasguñándole la espalda por última vez, relajando todo su cuerpo en seguida mientras sonreía completamente complacido y se dejaba caer por completo en la cama sin dejar de abrazarse al cuerpo sobre él, dejando escapar ambos un ligero gemido en el momento que el más alto retiró su miembro del cuerpo del menor y se desplomaba completamente encima de éste, su respiración estaba bastante agitada y su rostro lleno de sudor; su cabeza se acomodó justo en la curva del cuello del pelinegro quedándose bastante meditabundo, dejando a su mente invadirse por todos aquellos confusos pensamientos acerca de lo que lo había orillado a hacer lo que acababa de hacer, y de si había sido lo correcto…dejarse llevar de esa manera…porque según su filosofía, hacer eso estaba bien cuando sentía esas intenciones desde el principio, en sus salidas nocturnas a bares, donde su primer objetivo era encontrar una conquista, pero su relación con Sora se basaba en una bonita amistad llena de confianza y respeto, pero el hecho de que fuera igual a Hyde volvía peligroso cualquier contacto que tuvieran, y era obvio que terminarían justo donde estaban ahora, aunque sólo lo hubiera hecho como un escape de la dolorosa realidad en la que el bello y angelical cantante que tanto amaba no le pertenecía y sólo podía conformarse con hacerle el amor a su doble, pero realmente ¿era su salida? ¿En verdad el destino los había unido para estar juntos y así ambos encontrar alivio a sus penas en brazos del otro?
─¿En qué piensas? ¿No te gustó? ¿O es que te arrepientes? ─Habló con voz dulce el más bajo acariciando suavemente la mata de cabello rubio de la cabeza oculta en su cuello, y tuvieron que pasar algunos segundos para recibir respuesta del callado rubio.
─Pues no…no es eso, yo no me arrepiento… ¿tú sí? “Quizás no sea arrepentimiento pero siento culpa, porque en cada momento lo veía a él reflejado en su rostro…”
─¿Yo? Para nada, si soy honesto contigo, llevaba esperando esto mucho tiempo…
─¿Qué…? ─Obviamente aquellas palabras habían tomado por sorpresa al mayor, sin embargo no se atrevió a buscar su mirada, y se quedó en la posición en la que estaba, buscando las palabras adecuadas para ese momento, siendo el maestro verbal que era, poseedor de un don de la palabra irrepetible─ entonces he de suponer que lo que sientes por mí…ha cambiado…
─Sí…no sé desde cuándo ni cómo, pero he empezado a verte de otra forma…
─Ahora…extrañamente y muy a mi pesar debo admitir que no sé qué decirte…
─Gackt Gackt, no necesitas decirme nada ahora, yo sé que te tomo por sorpresa, pero sólo piénsalo, y después me dices si quieres que nuestra amistad avance en algo más, si te decides, nos daremos una oportunidad para estar juntos y sanar nuestras heridas, pero si no…
─Por ahora dejémoslo así, y dime que aceptas volver conmigo mañana a Tokio.
─Gacchan… ¿es en serio? ─Voltea un poco su rostro tratando de mirar al cantante.
─Sí, muy en serio, pero sólo quiero pedirte una cosa.
─¿Qué cosa?
─Por favor no vuelvas a llamarme Gacchan.
─¿Eh? Pero y eso por qué…
─Sólo no lo hagas por favor…sólo hay una persona en todo el mundo a quien permito llamarme así, y eso es por el lazo tan especial que nos une…
─Hablas de Hyde-san verdad.
─¡¿QUÉ?! ─En ese momento definitivamente debía ver los ojos de su acompañante, porque esa no había sido una pregunta, sino una afirmación─ por qué dices eso, qué es lo que sabes…
─Los j-rockers creen que pueden mantener su vida oculta siempre, pero la verdad es que los fans siempre terminamos enterándonos de todo, y ya todos saben el rumor de que Hyde Takarai es el único a quien le permites llamarte Gacchan…
─No puedo creer que eso se sepa…
─Todo se sabe de ti cuando eres un ídolo musical…pero ese no es el punto, yo lo que quisiera saber es, por qué…
─Tampoco preguntes eso, confórmate con saber que no me gusta para nada escuchar esa palabra de labios de alguien más que no sea Hyde.
─Pero… ¿entonces lo amas? ¿Estás secretamente enamorado de Hyde?
─Sabes qué, tengo sueño…─estira uno de sus brazos para bajar el interruptor de la luz que estaba sobre la cabecera de la cama─ buenas noches, descansa…
Tras aquellas palabras volvió a acomodarse a un lado del más bajo, mientras éste se abrazaba al rubio, sonriendo con malicia ante la reacción tan obvia que había tenido el más alto, eso sólo confirmaba las sospechas que Kyo le había comentado que tenía, y como el “profesional” que era con su trabajo, lo primero que hizo en cuanto estuvo seguro de que el solista se hubo dormido profundamente, fue enviarle un mensaje de texto al vocalista de Dir en grey:
“Kyo acabo de confirmar tus sospechas, está más que enamorado de él”.
Fueron las palabras que el intérprete de “Vinushka” leyó en la pantalla de su móvil al abrirlo muy discretamente para no despertar a su esposo, lo cual fue bastante difícil al momento de tratar de contener un grito completamente furioso que pretendía salir de sus labios al confirmar aquello.
─Pero primero te mato antes de que siquiera pienses en arrebatarme a mi esposo…
Susurró el rubio gruñendo leve bastante molesto aún mientras volvía a dejar el móvil en su lugar acomodándose de nuevo con el pelinegro, abrazándolo muy suavemente, recibiendo una amplia sonrisa y un abrazo igual como respuesta de su amado, con lo que su expresión recuperó la tranquilidad y la ternura que apenas un momento atrás había perdido, con sólo sentir cerca a su esposo, siempre se transformaba en un ser sumiso y completamente dulce, pero de igual forma podía convertirse en alguien duro y sumamente agresivo cuando notaba la más mínima amenaza sobre los seres que más amaba en la vida. Más tarde, la mañana de esa misma noche, un muy animado vocalista entró a su sala de ensayos canturreando, llevando a su pequeña y risueña bebé en brazos…pero sin su esposo.
─Hola chicos, MUY buenos días tengan todos.
─Oye oye, a qué se debe tanto ánimo hoy ─dijo un muy divertido guitarrista al ver a su compañero dar saltitos.
─Ay Ken, acaso no puedo venir así de buenas a ensayar.
─Bueno querido Hyde, teniendo en cuenta el humor que has tenido estos días, es todo un suceso verte así…y ahora que lo pienso, dónde dejaste a don “acompañaré a mi esposo hasta la puerta para que nadie más lo mire”.
─Hoy tenía que llegar temprano a una junta…pero ese no es el punto chicos, acaso no recuerdan qué día es mañana.
─¿Viernes? ─Corearon los tres músicos tras dudar su respuesta un momento.
─No tontos… ¡mañana regresa Gacchan!
─¿Y por eso la euforia?
─Oh gracias eh, qué lindos y amables por compartir mi alegría, amigos ingratos.
─Bueno Hyde, es que es nuestro amigo pero es TU mejor amigo.
─Además el hecho de que él vuelva significa que la gira ya empezará y trabajaremos mucho.
─¿Entonces no les da gusto al saber que volverán a verlo?
─Bueno sí, pero no tanto como a ti…aunque Tetsu…
─¡BUENO! ─Interrumpió gritando el aludido bajista propinándole un discreto golpe en el estómago al guitarrista─ ¿planeas algo Doiha?
─Claro, y ustedes me ayudarán…
Tras aquellas palabras el guitarrista y el baterista intercambiaron miradas confundidas, pero aunque no hubieran dicho nada, no podían oponerse, ya que el vocalista ya los había comprometido, y como gracias a Kyo la voluntad de su amado Hyde era como un sinónimo de ley, no les quedaba más que obedecer lo que les dijera sin replicar nada en absoluto, y todo ese lío sólo porque Gackt, ya venía en camino de regreso…