Por más que Yugi toco la puerta de la casa de Joey, nada mas no abría nadie, pero ahí estaba la bicicleta del rubio y el auto viejo de su padre, lo único que no había vendido en sus épocas de borracho mantenido por su hijo, Yugi y Tris suspiraron por enésima vez, pero no se dieron por vencidos, siguieron tocando y gritando un rato mas
-ya vámonos cariño- decía el millonario tricolor dejando ver su fastidio sentado en la banqueta –no está y si está no quiere recibirnos-
-si quieres vete Yami, yo sigo aquí hasta que Joey abra- anuncio con seriedad –tengo un mal presentimiento-
-yo te apoyo Yugi- expresó el castaño –algo pasa, Joey al menos abre para decir que todo está bien, y ahora ni eso, ¡algo está muy mal!- y luego volvió a gritarle a la puerta -¡Joey ábreme hermano! ¡No me voy de aquí hasta que abras!-
-¡no va a abrir!- expresó Yami exasperado –ya vámonos, tengo cosas que hacer-
-pues si quieres vete, nadie te obliga a estar aquí- contesto Yugi con molestia, si algo le afectaba al enano eran sus amigos
Mientras ellos discutían Tristán pateaba y le gritaba a la puerta exigiendo ver al rubio, el padre de Joey abrió, sobrio y arreglado –¿qué es lo que quieren?- dijo el hombre casi idéntico a Joey pero en maduro –mi hijo no quiere recibir a nadie-
Yami agacho la cabeza con fastidio, ya sentía una leve migraña y tenía una junta a las cinco, nadie le negaba nada y ahora un alcohólico en recuperación no iba a venir a causarle dolor de cabeza a su koibito –¡eso lo decidiré yo!- dijo empujando al hombre que fácil le doblaba la estatura –¡voy a pasar!-
-¡¿A dónde?!- respondió el mayor cortándole el paso y jalándolo de la camisa –¡dije que no!-
-me importa un rábano lo que diga…- grito Yami forcejeando y preocupado por su camisa fina -¡veré a Joey le guste o no!-
-¿Cómo se te ocurre mocoso presumido…?- dijo el hombre tomándolo de las solapas
-basta…- grito Yugi tratando de evitar la pelea –sí Joey no quiere vernos vámonos de una vez- reprendió un desconfiado Yugi
-ni hablar… te pedí es hace un rato y me obligaste a estar aquí – gritó el Yami –ahora vez porque vez al perro-
En su cuarto Joey dormía, pero los gritos de la entrada le impidieron seguir haciéndolo, así que se levanto a ver qué rayos pasaba, grande fue su sorpresa al ver a Yami peleando con su padre, Yugi en un ataque de histeria y Tris gritando barbaridades exigiendo verlo
-¿Qué pasa?- Pregunto el rubio medio molesto pero con un dejo de tristeza y bostezando
Fue Yugi quien, en un gesto exagerado se lanzo a abrazar a su mejor amigo -¡Joey! ¿Por qué no fuiste a la escuela? ¿Estás bien? ¿Qué te pasó? ¿Tu padre te hizo algo? - preguntó jalándolo las solapas del pijama sacudiéndolo insistentemente -Te eche de menos amigo-
-¡ya basta Yugi!-dijo lanzando a su amigo –ya basta todos, yo solo… estaba cansado… solo váyanse por favor- dicho esto se giro de vuelta a su cuarto
Pero Yami era observador, y noto el cambio de Joey, el nunca reaccionaba de ese modo esa mescla de rabia y dolor y el brillo ausente en sus ojos, ni una sonrisa que tranquilizará a su novio, no, había aquí algo más
-hermano estas raro- intervino Tristán no es que fuese tan observador como Yami pero conocía a su amigo y no le cuadraban las cosas –¿estás bien?-
-sí- respondió secamente el rubio –ahora váyanse, me siento de veras mal y solo quiero estar solo-
-¿estás enfermo?- pregunto en tono inocente Yugi pero Joey no respondió solo lo miro un segundo con tristeza y se giro de nuevo rumbo a su cuarto
Los focos rojos de Yami se encendieron, algo muy extraño había pasado ahí, Joey NUNCA admitía sentirse mal, si bien, cuando tenía problemas decía que quería estar solo y se alejaba a resolverlos, siempre decía “estoy bien, solo voy a terminar mi tarea” o cosas así de inverosímiles
-Joey, ven, yo te pasaré los apuntes- dijo Yami adelantándose al cuarto que, sabía pertenecía al rubio –vamos hombre, que tengo poco tiempo-
-no quiero, no tengo ganas de hacer tarea- decía Joey con una mescla de fastidio y miedo –vete, yo los veré después-
-Yami, no creo que Joey este para hacer tareas, creo que deberíamos dejarlo solo- intervino Yugi con ojotes de preocupación –vamos, dejémoslo descansar-
-nada de eso, el profesor dijo que si Joey no tenía los apuntes completos reprobaría ¿no recuerdas?- contesto Yami sin mirar a su pareja, si lo hacía adivinaría que estaba mintiendo –vete amor, yo ayudare a Joey, a demás ya habíamos quedado de estudiar ¿no es así Joey?-
-por favor…- dijo Joey pero no importo pues Yami ya lo había empujado a su cuarto y cerrado la puerta sin darle oportunidad a los otros de despedirse siquiera
-¿tú crees que todo esté bien?- le pregunto el enano al castaño
-la verdad Yugi, no lo creo, pero capaz Yami se hace cargo de todo como siempre ¿no?- respondió Tris con resignación. Yugi solo asintió y salió del lugar seguido por Taylor
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-Muy bien, ahora si me dices que rayos está pasando, y si me dices que nada yo…- dijo Yami empujando al rubio en tono de absoluta seriedad
-que te importa solo déjame en paz- respondió Joey avanzando por efecto del empujón hacia su cama tropezando con ella –¿qué es lo que pretendes? ¿Burlarte de mí para decirle a tus amigos lo que encuentras?-
-¿de qué rayos hablas? ¿Qué se supone que encuentro?- pregunto un desconcertado Yami –haber, explícame todo más lento para poder entenderte bien, que estoy perdido- sugirió sentándose en un costado de la cama al fin un poco más calmado
-¿de verdad no sabes nada?- pregunto el cachorro asustado y con ganas de derrumbarse por una vez en su vida –solo ustedes me llaman perro, pero solo ellos me dicen “cachorro” para burlarse-
Yami arqueo la ceja expectante de lo que Joey le fuese a decir…
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En Kaiba Corp. Seto no podía concentrarse bien, las palabras de Gardner lo habían dejado en jaque, no estaba seguro de creer, pero todo coincidía, y si era cierto, entonces ¿qué pasaba con Wheeler? Tea no había sido clara pero dejaba entrever que ese “novio” no era una cosa normal, casi, casi lo había tachado de prostituto ¿habría inventado todo para que dejaran de pretenderlo? Pero vamos, la inteligencia de la chica no da para eso ¿o sí? A demás si así fuera habría sido más fácil inventarle una novia a Wheeler, golpeaba su pluma con su labio una y otra vez molesto de haber escuchado a la chica, pero seguro el rubio se presentaría en la escuela mañana y de alguna forma tendría ocasión de aclarar todo.
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Duke desde su despacho tenía otro problema, su junta de las 3:00 pm había sido cancelada, Tea Gardner había venido a “visitarlo” so pretexto de estar muy triste y no saber a quién recurrir
-en serio no se qué hacer, Joey está muy mal- dijo echándose a los brazos del chico con zarcillo de dado –el hombre con el que andaba era una buena persona a pesar que sabía que Joey solo lo quería por su dinero, pero que tal que ahora se topa con alguien menos paciente-
-haber…- respondió Duke, es decir, no que fuese a echar en saco roto aquellas palabras que estaban bien fundadas en hechos, pero tampoco que creyera así de fácil en la preocupación de la chica –para empezar, relájate y cuéntame cómo fue que te enteraste de todo eso-
Tea se separo del chico y se sentó en un taburete que estaba a un costado del despacho –la verdad no es que él confíe en mi, más bien fue por un accidente, te contaré- espero a que el chico se sentara junto a ella y comenzó el relato –en la vacaciones invite Joey a mis clases de ballet, me pedían que invitara a un amigo y Yugi estaba de viaje con Yami- Duke asintió recordando que también le había pedido a él que la acompañara, Joey había sido la última opción, la chica continuo –sensei estaba impresionado con Joey, hicieron amistad rápidamente y Joey le pidió que le dijera como es que hacíamos todo eso, dijo que había quedado impresionado, sensei le enseño un par de pasos y Joey trato de imitarlos pero se cayo la primera vez pero a la segunda logro ejecutar de una forma extraordinaria el paso que es uno de los mas difíciles-
-ok…- interrumpió Duke –eso prueba que Joey es talentoso, no que se venda al mejor postor que es lo que me estas insinuando-
-por Dios Duke, ¡nadie puede hacer ese paso sin tomar clases! ahí es donde yo comencé a sospechar, pero no tenía pruebas entonces…- respondió la chica como diciendo lo más lógico
-¿y que fue lo que averiguaste muñeca? La verdad tu historia no dice nada hasta ahora- respondió el chico que se levanto a tomar una bebida del frigobar
-pues te decía- continuo la castaña –estuve investigando y supe que sensei lo siguió contactando, al principio me dijo que era para tomar clases de ballet, pero todo mundo sabe que sensei es un poco pervertido y que le gustan los muchachos, ya sabes… él es… bueno, ya sabes, como Kaiba- en esta última frase uso un tono despectivo y volteo la palma de la mano
-si Seto te escuchara decir eso, no sé qué te pasaría pero te lo mereces- aseguro el muchacho –le acabas de declarar tu amor ¿y ahora hablas así de él?, a demás no te olvides que yo también soy “como Kaiba”- haciendo énfasis en esa última frase imito los movimientos de la chica
-no, tu eres distinto- dijo acercándose y acariciando su pecho –tu no dejarías pasar un buen rato con una chica, tu eres más…- se acerco y acaricio su labio entrecerrando los ojos de manera “seductora” -…abierto, sensual- luego de esto se alejo de pronto y prosiguió –pero no estamos hablando de eso, te decía…- retomo su relato referente a Joey –los puse en contacto y Joey siguió viéndose con mi instructor y así iniciaron su, no sé cómo llamarla, “relación” y bueno, el profesor es, no rico como tú o tus amigos, pero si es digamos “acomodado” él le daba todo a Joey, pero ya sabes, con lo del secuestro y eso y que ya mi sensei no confía en él, pues se termino la relación-
Después de contar la historia Tea se puso de pie, Duke arqueo la ceja y se rio para sus adentros, no era tonto, las cosas eran más simples de lo que parecían, la chica quería hacer quedar mal a su cachorro con Kaiba, si lo había buscado para aliarse no había logrado su cometido, pero bien, ahora sabia como hacer caer a la chica
-que suerte tienen el perro de tener una amiga como tú, y yo, ahora se lo “sucio” que ese callejero puede llegar a ser- dijo tomándole el mentón a la muchacha que más rápido de lo que Duke pudiera esperar rodeo el cuello con sus brazos y beso apasionadamente al chico dado, acción que el moreno no desaprovecho, si no podía ganarse la confianza de la chica, algo podría obtener…