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Hasta mi final por Chris Yagami

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Notas del capitulo:

Espero les guste... la verdad a mi si n.n

Capítulo 6.- En la oscuridad

Caminé con cautela hacia ese hombre que de primera mano me pareció elegante y refinado. Su cabello pelirrojo me atrajo, no puedo negar que es un hombre muy hermoso.

-¿Puedo ayudarle?- pregunté sonriendo. Él me miro de arriba a abajo de manera despectiva, con una mueca de desprecio que me incomodó.

-¿Tu eres Shun Sakeru?

-Así es- una sonrisa mas amplia apareció en sus labios y se llevó las manos al vientre y es entonces que noté debajo de su saco su vientre abultado.

-Quisiera hablar contigo- menciona haciéndose a un lado para que pueda abrir la puerta.

-Cla-claro- inmediatamente accedemos al departamento y le indico que se siente en el sofá a lo que se niega, solo mira cada rincón de mi casa. Ahora comienzo a asustarme- Disculpe- llamo su atención acercándome a él- Pero no me ha dicho su nombre.

-Yo soy Camus Izoku- vuelve a mirarme con esos ojos color sangre que me intimidan.

-Y… ¿En que puedo ayudarle?

-Puedes dejar de comportarte como un perro herido y dejar a Hyoga- me sorprende lo que me ha dicho, un mal presentimiento me invade de inmediato.

-¿Conoce a mi esposo?- esta vez me muestra sus blancos dientes en una radiante sonrisa.

-Lo conozco muy bien- se pasa una mano por el cabello para acomodarlo detrás de su espalda- Hyoga es mi socio y el padre de mi hijo.

Palidezco con sus palabras, lo miro con ojos como platos mientras mis ojos comienzan a arder de rabia y principalmente de dolor. Dirijo mi vista a su vientre que sigue acariciando. Al fin lo conozco, siempre sospeché que Hyoga me engañaba, su ropa olía a otra colonia todo el tiempo, llegaba demasiado tarde y había marcas en su cuerpo que yo no hubiera podido hacer pues siempre me quedaba quieto mientras me violentaba. Pero una cosa es sospechar y otra es confirmarlo.

-Váyase- susurro temblando mientras aprieto mis puños.

-Es en serio lo que te dije, Shun- vuelvo a mirarlo a los ojos, mantiene un porte tan altanero y me mira como basura- Hyoga no se hará cargo de mi hijo mientras se sienta responsable de ti.

-Yo no tengo la culpa de eso- reclamo negando fervientemente, mis lagrimas no tardan, no quiero que mi rival me vea llorar.

-Claro que la tienes, comportándote como un enfermo ante él lo mantienes atado, un aborto no toma tanto tiempo de recuperación, deja de fingir que aun te duele, necesito que el este con mi hijo ¿No lo crees así?- no puedo dejar de mirar sus ojos, no dejo de ver esa sonrisa ¿Lo sabe? ¿Sabe de mi hijo? - ¿Te hubiera gustado que tu hijo creciera sin padre? yo sé que no, por eso vengo a pedírtelo de un futuro padre a… alguien que pudo serlo.

-Ya váyase- repito, sus palabras me lastiman demasiado.

-Sé que harás lo correcto- no entiendo, ya me dijo lo que quiere ¿Por qué se queda?- Hyoga no te ama, solo te tiene por lástima, por que has perdido a su hijo, fuiste tan estúpido que ni siquiera eso pudiste mantener, eres débil, un insecto a su lado- camina hacia adentro revisando todo de nuevo- pero yo le daré ese hijo que tanto deseaba, por que él quería a ese niño, eso sé que lo comprendes.

-Por favor- suplico cuando estas humillantes lágrimas corren por mis mejillas.

-Lo has decepcionado tanto- continúa, su maldita lengua filosa atraviesa mi corazón- sabes que tarde o temprano te dejará, solo te pido que mantengas un gramo de la dignidad que te queda y seas tu quien lo eche de tu vida.

-¡Ya váyase!- grito desesperado, pero el solo se ríe de mi.

-Has lo correcto, Shun, mi bebé debe crecer con su padre, este bebé si va a nacer y Hyoga estará conmigo aunque trates de evitarlo- se va finalmente de mi casa azotando la puerta.

Me dejo caer de rodillas en el suelo cubriendo mi boca pues sé que si dejo salir mi llanto él va a escucharme y no deseo humillarme más. ¿Por qué tenia que venir? Era mejor que Hyoga me dejara así sin más pero ahora sé que su amante le va a dar un hijo, ese bebé que yo no pude darle por mi torpeza. ¿Por qué el universo me hace esto? No he lastimado a nadie ¿Por qué me ha quitado a mi bebé y a él le da una segunda oportunidad para ser padre sin mí? ¿Es que no merezco a Hyoga? ¿Soy tan poca cosa a su lado?

Me levanto furioso para ir a la cocina y tomar un cuchillo con el que camino al cuarto del bebé. Abro la puerta de golpe y voy directamente a la caja donde he guardado su ropita. Con el cuchillo lo hago todo tiras, hago lo mismo con las cortinas. Cuando llego a la cuna desgarro la colchoneta y las sábanas blancas, lo mismo con el cojín de la mecedora. Desarmo la cuna y sus pedazos los lanzo por la ventana que da al callejón. Cuando ya no veo nada más que hacer pedazos hago rasguños en el tapis blanco de las paredes mientras lloro desesperado.

No se cuanto tiempo permanecí ahí, pero no fue demasiado, Hyoga llega a las ocho de la noche así que con el poco tiempo que tengo empaco una pequeña maleta. Camus tiene razón, Hyoga no puede estar conmigo, lo he sabido desde hace tiempo, que no lo merezco por lo que pasó con Luka, pero me quería aferrar a él con un rayo de la moribunda esperanza que aun podía sentir, pero esto que acaba de pasar me ha confirmado que no podemos estar juntos, que  aunque yo lo ame él no a mi y que debe estar con ese bebé. Ese bebé no tiene la culpa de nada y merece un padre, merece todo lo que el mio pudo haber tenido.

-Shun- escucho su voz a mi espalda y me giro asustado. Hyoga esta en el marco de la puerta, su entrecejo está fruncido- ¿Qué se supone que haces?

-Me voy- contesto en automático volviendo a mi empresa.

-¿A dónde vas?

-A casa de mi hermano, de Seiya… no lo se, solo me voy- de repente me da la vuelta, sus ojos furioso me hacen temblar, sé que me arriesgo a otra golpiza pero esto es lo correcto.

-¿Por qué?- me quedo callado unos segundos, tengo miedo de lo que puede pasar.

-Por que… ya… no te amo- digo con un tono de voz tan bajo que apenas yo pude escucharme. Decirlo mientras lo miraba a los ojos fue doloroso.

Aprieta mis hombros logrando que un quejido se escapara de mis labios. Me empuja hasta la pared donde mi cabeza se estrella. Abro los ojos temblando, dándome cuenta que aprieta los dientes. Tengo miedo de lo que pueda hacerme.

-Hay otro ¿verdad?- lo miro sorprendido, era de esperarse que eso sea lo primero que pensara.

-Si- respondo casi de inmediato sorprendiéndome a mi mismo- hay alguien mas- el agarre se intensifico, esta vez el quejido se vuelve una suplica encogiéndome como siempre pero debo mantenerme firme.

-¿Cómo se llama? ¿Quién es?

-¡Se llama Shaka!- grito a causa del dolor que me infringe, no puedo pensar estoy muy asustado.

Hyoga me suelta mirándome pálido y aprovecho eso para correr a la cama y cerrar la maleta para alejarme casi corriendo. Cuando estoy a punto de llegar a la puerta me detiene de nuevo tomándome por los hombros. Me doy la vuelta y el corazón se me encoje cuando veo las lágrimas en sus ojos.

-No me dejes- me suplica arrodillándose- por favor, Shun, no te vayas.

-Basta Hyoga- tomo cada último residuo de valor en mi cuerpo para poder hablar- no te humilles así, debo irme.

-Por favor, puedo cambiar, me estoy esforzando, yo te amo- sus palabras provocan un brinco en mi corazón, uno que se aplaca de inmediato al recordar al pelirrojo que me visitó hacía menos de una hora.

-No, Hyoga, yo sé que no puedes cambiar- su llanto se intensifica y no suelta mis piernas- no cambiaste cuando me mandaste al hospital, no cambiaste cuando me violaste por primera vez y ahora que he perdido a nuestro hijo sé que todo volverá a ser como antes.

-No es así, por favor, yo te amo.

-¡¿Y las veces que me llamaste una ramera?!- gritó moviéndome para apartarme lo cual logro con poco esfuerzo- ¡¿Las veces que me violabas diciéndome que era una prostituta?! ¿Lo recuerdas, Hyoga? ¿Recuerdas nuestra luna de miel?- niega con la cabeza escuchando mis palabras sin dejar de llorar- ¡A ti no te importó que te repitiera que te amaba, nunca importó cuantas veces suplicara, siempre terminaba humillado en cualquier parte, destrozado por dentro y por fuera! ¿Cómo puedes decir que me amas?

-Por favor- se levanta y camina hacia mí abrazándome.

-Suéltame- susurro conteniendo las ganas de abrazarlo también- suéltame, Hyoga, tengo que irme.

-No, no puedes dejarme.

-¡Ya basta!-me apartó de él y corro a la puerta antes de que me atrape de nuevo y me alejo escuchando sus gritos, pero no me detengo.

Salgo del edificio y afuera ya está oscuro. Me siento como una basura, no sé que pretendía al negar a ese amante, si siempre supe de su existencia no se porque me atreví a creer que Hyoga podía amarme de nuevo si hacia las cosas de manera correcta. No sé que era en la vida de Hyoga, solo un cuerpo que podía tomar cuando quisiera, un perro al que le tenía lástima o su esclavo, aquel que hacia lo que pedía cuando lo quería. De seguro era los tres juntos, pero nunca fui su esposo. Dos años de matrimonio perdidos, cuatro años de mi vida al lado de quien me veía como un objeto. No se como sentirme ¿Qué he hecho mal?

Maldigo el momento en el que entró en mi vida, ese día cuando Ikki me presentó a él. Jamás había sido tan infeliz, nunca creí poder sentirme tan mal y lo peor es que creo que es mi culpa, fui yo quien no cuidó de ese bebé, murió por mi culpa, soy un hombre torpe, iluso, sin gracia, sin cualidades, no lo merezco. Nunca fui suficiente para Hyoga.

El sonido de los neumáticos friccionando contra el concreto me distrajo de mis pensamientos. Contuve el aliento al dirigir la vista a una luz que se acercaba a mí a toda velocidad. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y sentí como si mi corazón se detuviera por segundos. Pero el golpe nunca llegó a mi, para mi buena fortuna el conductor pudo frenar a tiempo y solo tuve que llevarme una mano al pecho para calmar el bombeo de mi corazón que ahora taladraba mis oídos.

-Santo cielo- escucho un timbre de voz suave que se acerca a mi- ¿Pero estás loco?- ante mi se presenta un hermoso hombre rubio, se ve asustado pero yo solo lo miro sin expresión. Su ánimo se enfría al ver mis mejillas húmedas- ¿Estás bien? ¿Puedo llevarte a algún lado?

-Quisiera ir con mi hermano- contesto en automático volviendo a llorar- ¿Podrías llamarlo?

-Claro- me toma de una mano y me hace caminar a su auto para sentarme en el asiento del copiloto, pero no entro del todo, mis piernas quedan fuera del vehículo y me acomodé en el respaldo del copiloto, quedando de lado, sin dejar de llorar- ¿Cuál es su nombre?- sin demora se lo digo y ahora solo escucho como trata de explicar lo que ocurrió, pero no digo nada, no estoy sollozando, no hago nada mas, solo sigo derramando lágrimas- Shun- me llama y contesto mirándolo a los ojos, mi hermano debió decirle mi nombre- te llevaré a casa de tu hermano ¿Está bien?

-Gracias- él joven rubio rodea el auto y sube al asiento del piloto para comenzar a conducir.

En menos de diez minutos ya estoy en brazos de mi hermano que se dirige al interior de su casa, me acurruco en su pecho aspirando su aroma, me siento protegido a su lado. Escucho como el buen hombre que me ha traído platica con mi hermano. Afrodita, así se llama. Cuando esta por marcharse me mira preocupado, agradezco que me haya traído pero solo puedo mirarlo  y tratar de sonreír. Creo que ha sido suficiente pues el asiente y finalmente se va.

Me quedo solo con mi hermano, me hace preguntas que no respondo, no quiero ni hablar, solo me quedo recostado en el sofá con mi cabeza apoyada en su regazo para recibiendo sus caricias en mi cabeza. Poco a poco me quedo dormido en la seguridad de su abrazo.

Mi corazón duele recordando el vientre de Camus, revienta cuando el reflejo de los ojos derritiéndose de mi esposo me golpea. Mis lágrimas se cansaron de salir cuando el sueño me cae encima. Pero cada latido es una pena más. Me siento tan pesado, a pesar de este vacío, cada una de mis extremidades pesa demasiado.

Hyoga puede hacer su vida, tendrá ese bebé que yo no pude darle, mi bebé solo quedará ahora en mi muerto corazón. Los dos hemos muerto por culpa de Hyoga.

Pero aun lo amo, por eso me duele.

Notas finales:

Pobre Shun, no puedo evitarlo TT^TT

Aun nos falta lo que piensa Shaka, Camus, e Hyoga (no precisamente en ese orden y tal vez no slo un capítulo para cada uno)

He cambiado el desarrollo (el final es el mismo desde el principio dad la cancion enla que me basé, pero... creo que como van las cosas, el songfic no va con la cancion xD... soy patetica tratando de llevar un fic tranquilo y feliz ._.)

Bueno, gracias por leer, Saludos.


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