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Hasta mi final por Chris Yagami

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Notas del capitulo:

Aqui estamos de nuevo LOL

Capitulo 7.- La otra cara de la moneda.

Hace mucho que los malestares de mi estado me dejaron de atacar, ahora, como bien dicen muchos, me toca disfrutar de la mejor etapa de este, y así fuera de no ser por que realmente no deseo a este niño que se forma en mi vientre, lamentablemente tuvo que darse así si lo que quería era que Hyoga se quedara a mi lado y dejara a su insípido esposo. Me veo cada mañana en el espejo y me frustra el ver mi vientre ya con cinco meses de embarazo y que puedo ocultarlo cada vez menos con mis sacos. En la oficina nadie me ha preguntado sobre el padre  pues saben muy bien quien es el principal sospechoso y tampoco me han felicitado por la misma razón, no me importa eso, no tengo que agradarles, soy su jefe y me basta con que me den el capital necesario.

El único que parece interesarle mi salud y muestra un poco despreocupación es Shura, pero sé que se debe a que se siente atraído por mi, lo se desde hace tiempo, desde los años escolares de hecho, pero él no es mi tipo, me gustan un poco fríos, indiferentes o que aparenten serlo y que al final resultan ser por dentro todo un torrente de emociones, tal como lo es Hyoga… así como lo soy yo.

Puedo verme como una persona sin escrúpulos, calculadora y fría, pero también soy un ser humano, tengo la capacidad de amar y también necesito sentirme amado. Nunca pensé que necesitara sentirme así de Hyoga, de un hombre casado cuando tengo cierta aversión por esto, pero al parecer no me fue suficiente saber que soy el hijo bastardo del jefe de mi madre, no me importó saber como se siente ser un hijo no deseado por ninguno de tus padres pues a pesar de eso me embaracé solo para mantener a mi amante a mi lado, tal como lo hizo mi madre. De manera consciente o inconsciente estoy siguiendo sus pasos.

Esta mañana debo ir a mi revisión semanal, una a la que Hyoga me acompaña con regularidad aunque sé que prefiere no hacerlo, pero siempre encuentro palabras para convencerlo, me satisface mucho saber que de verdad desea a este niño, el que su esposo abortara al suyo ayudó demasiado a mis propósitos, más aun de lo que esperé pues al principio estaba asustado, sabia que ya estaba embarazado cuando me dijo que su esposo esperaba un hijo suyo, pensé que el plan que tramaba desde hace tiempo se vendría abajo, que de nada valdrían los miles gastados en tratamientos de fertilidad y que terminaría como mi madre, pero afortunadamente todo va demasiado bien.

Esta vez Hyoga no viene conmigo, está ocupado o esa es la patética excusa que me dio. El médico me dijo que todo iba muy bien pero no me sorprende, no debe ser de otra manera si mi estilo de vida es por demás sano y estricto. En le oficina, como siempre escucho murmullos al caminar hacia  mi oficina, pero no me importan, tal vez al principio por eso trataba de mantener la relación con Hyoga en secreto, pero él no quería hacerlo, parecía que quería que todo esto llegara a oídos de su marido tarde o temprano para vengarse de él, según sé, pues el desgraciado lo engaña con varios. Si es así no se porque Hyoga sigue a su lado, me dice que es muy hermoso y que no quiere darle el placer del divorcio quedándose con la mitad de sus bienes, primero quiere demostrar que le es infiel para divorciarse y casarse conmigo. No le creo esto último pero dentro de mi espero que al menos el divorcio si lo planee. Ahora, después de varios meses de relación ha dejado de importarme también, tengo muestras de afecto públicas con él, lo beso, lo acaricio y lo visito en su oficina más de lo que debería.

Ese día que me dijo que su esposo estaba encinta pensé seriamente en practicarme un aborto, pero no lo hice, decidí esperar un poco, si las cosas no cambiaban entonces si abortaría. Ya pensaba en hacer una cita cuando la noticia del aborto de su esposo llego a mis oídos lo que venia perfecto para mis propósitos. Solo esperé unos días antes de darle la noticia de mi estado, al principio lo tomó un poco mal, pero en poco tiempo me hizo saber que se haría cargo de mi hijo y aunque aun no me decía que se casaría conmigo, al menos eso es un paso.

Ahora he escuchado hablar a Hyoga con Shura, ellos no sabían que escuchaba detrás de la puerta con el corazón en la mano, pero pude saber que Hyoga quiere intentarlo de nuevo con Shun.

-Han pasado ya mas de tres meses desde nuestro ultimo encuentro, pero quiero volverlo a intentar con él, deseo un hijo suyo- susurraba en la oficina de Shura, yo iba a entregar algunas cuentas y papeles importantes pero me detuve al escuchar sus murmullos.

-¿Crees que sea buena idea?- interrogó Shura, por el sonido de teclado sé que de nuevo Hyoga solo acudió a él para hablar a una pared, no espera un consejo, solo decírselo a alguien.

-Creo que si, el médico dijo que después de tres meses podemos hacerlo y eso fue hace dos semanas.

-¿No crees que lo estás presionando demasiado? No sé como esté Shun emocionalmente, pero creo que es muy poco tiempo- ¿Qué demonios tiene ese niño todos se preocupan por él? Hasta Shura ha mostrado interés, el teclado ya no suena. ¡Demonios!

-Lo veo mas recuperado, ya sale de nuevo con Seiya y su hermano entonces creo que debe estar mejor.

-Pero ¿Lo sabes o lo crees? ¿Es que no has ido a las terapias grupales?

-No necesito hacerlo si lo veo todos los días en casa, está bien, yo lo sé-hay un largo silencio seguido de eso, parece que se enfrentan a  la mirada, ya no escucho ni los pasos de Hyoga ni el teclado, me gustaría poder ingresar a ese salón.

-No creo que sea el momento, pero es tu decisión, no me voy a entrometer en tu matrimonio ahora, hagas lo que hagas no puedes arruinar mas las cosas- Hyoga no ha contestado, es cierto que arruino su matrimonio pero eso me viene bien, al menos para mi.

No le entrego la documentación a Shura, eso es mejor hacerlo después. Si Hyoga esta planeando tener otro bebé con su esposo eso seria contraproducente para mi ¿Qué iba a pasar con mi bebé entonces? ¿Acaso me va a dejar así nada más? Definitivamente eso no podía ocurrir, no iba a ser un padre soltero, no cometería el error de mi madre, voy a actuar antes de que algo mas suceda. Camino a mi oficina y salgo de inmediato solo dando las instrucciones pertinentes a mi secretario.

Mi teléfono celular suena mientras aun estoy en el ascensor, al ver el identificador de llamadas sonrió de lado, quien diría que aquel joven al que rechacé en una ocasión mientras estudiamos en la universidad me ayudaría tanto, pero el desgraciado aun no entiende que ya no quiero verlo, hace meses que le dije que no quería nada con él y sigue empecinado, si sigue asi puede arruinar mis planes.

-Dime- saludo un poco cansado, a veces este hombre puede ser muy pesado.

-Solo quería escucharte, te extraño- demonios, es tan cursi- quiero verte, Camus, necesitamos  hablar.

-No creo necesitarlo, te dije que la diversión se había acabado- corte la llamada de inmediato, ya sé que es lo que sigue, sus patéticas suplicas, ya las tengo memorizadas así que solo le estoy ahorrando aliento.

Mi destino es la casa de Hyoga, se muy bien cual es, a veces lo he traído en el auto cuando esta demasiado ebrio para caminar. Faltan al menos dos horas para que el turno en la oficina termine y en ese tiempo deseo ver a mi rival, no puedo creer que sea tan hermoso como dicen, o una persona tan amable como para que todos deseen su bienestar. Desgraciadamente no hay nadie en casa, pero decido esperar unos minutos, al menos espero que vuelva pronto.

-¿Puedo ayudarle?- pregunta una voz detrás de mi, me giro encontrándome con un joven de facciones finas y grandes ojos verdes, de verdad es muy lindo y eso me hizo odiarle mas, tal vez su belleza es la verdadera razón por la que Hyoga no lo deja, pero yo también soy atractivo.

-¿Tu eres Shun Sakeru?

-Así es- una idea me viene a la cabeza, por lo que llevó las manos a mi vientre para acariciarlo logrando mi objetivo: que se diera cuenta de mi estado.

-Quisiera hablar contigo- me hice a un lado para darle acceso a la puerta.

-Cla-claro- él abre la puerta y me da el paso, niego ante su ofrecimiento para tomar asiento y en lugar de eso miro el lugar. Hyoga no lo tiene en tan mal estado, no entiendo porque lo engaña si es atractivo y además de eso le da una buena vida- Disculpe, pero no me ha dicho su nombre.

-Yo soy Camus Izoku- sonrío de lado mirándolo de manera despectiva.

-Y… ¿En que puedo ayudarle?- sus ojos claros me dicen que no es una mala persona, por un momento dudo de lo que Hyoga me dice, pero en un relampagueo recuerdo mi estado.

-Puedes dejar de comportarte como un perro herido y dejar a Hyoga- aunque me vaya al peor de los infiernos por esto, al menos ahora es lo que considero mejor.

-¿Conoce a mi esposo?

-Lo conozco muy bien- sonrío divirtiéndome con su expresión, acomodó mi cabello para burlarme de él, demostrándole mi desprecio- Hyoga es mi socio y el padre de mi hijo.

Su expresión es digan de un retrato. Hay dos cosas que se amontonan en mi corazón, luchan para ver quien gana. El deseo de estar con Hyoga y formar una familia con él y el arrepentimiento por hacerle esto a este chico, no veo malicia en sus ojos, es una buena persona pero aun así es mi rival. Acaricio mi vientre para darle énfasis a mis palabras, si trata de luchar me defenderé, estaré encinta, pero puedo pelear.

-Váyase- frunzo el entrecejo por sus palabras, solo aprieta sus puños ¿Eso es todo?

-Es en serio lo que te dije, Shun-no esperaba esta reacción en él ¿Es que en realidad no lo ama? Pero sus ojos parecen decir que le ha dolido lo que le dije- Hyoga no se hará cargo de mi hijo mientras se sienta responsable de ti.

-Yo no tengo la culpa de eso- sus ojos se humedecen, sus acciones me confunden, puedo escuchar el dolor en sus palabras, pero no lo se, lo que me ha dicho Hyoga de él es distinto.

-Claro que la tienes, comportándote como un enfermo ante él lo mantienes atado, un aborto no toma tanto tiempo de recuperación, deja de fingir que aun te duele, necesito que el este con mi hijo ¿No lo crees así?- cada vez estoy menos convencido de esta visita, pero no paro de agredirlo, primero esta el instinto de supervivencia, los celos que siento al saber que él puede disfrutar de Hyoga día y noche- ¿Te hubiera gustado que tu hijo creciera sin padre? yo sé que no, por eso vengo a pedírtelo de un futuro padre a… alguien que pudo serlo.

-Ya váyase

-Sé que harás lo correcto, Hyoga no te ama, solo te tiene por lástima, por que has perdido a su hijo, fuiste tan estúpido que ni siquiera eso pudiste mantener, eres débil, un insecto a su lado- suspiro caminando a la puerta, ver las lagrimas en sus ojos me hace mal, de verdad esperaba a alguien altanero, despectivo y orgulloso, pero esta persona parece sumisa, herida, como un cachorro bajo la lluvia esperando que alguien se apiade de él- pero yo le daré ese hijo que tanto deseaba, por que él quería a ese niño, eso sé que lo comprendes.

-Por favor- sus lágrimas comienzan a correr por sus mejillas y yo me extraño. No comprendo a este muchacho.

-Lo has decepcionado tanto- pero no me voy a dejar convencer, al menos quiero creer que lo que me dijo Hyoga de él es verdad, así no me sentiré tan mal por lo que estoy haciendo- sabes que tarde o temprano te dejará, solo te pido que mantengas un gramo de la dignidad que te queda y seas tu quien lo eche de tu vida.

-¡Ya váyase!- me rio, no se porque, tal vez porque sé que conseguí mi objetivo, pero aun así me siento muy mal.

-Has lo correcto, Shun, mi bebé debe crecer con su padre, este bebé si va a nacer y Hyoga estará conmigo aunque trates de evitarlo- salgo de su casa finalmente, escucho su llanto detrás de la puerta y yo llevo una de mis manos al pecho ¿Hice bien? Quiero que sea así, no me voy a regresar para disculparme, quiero que mi hijo nazca en el núcleo de una familia y él es un obstáculo, uno suave, pero a fin de cuentas tengo que brincarlo.

Con el eco de su llanto aun en mis oídos regreso a casa pensando en sus ojos verdes, sus cristalinas lágrimas. No me atacó, le dije a la cara que yo soy el amante de su esposo y no me dijo nada, ni una maldición ¿Qué le pasa a  ese muchacho? Al ingresar en mi departamento una sombra me asusta, rápidamente enciendo la luz encontrándome con aquel a quien corte la llamada.

-¿Qué haces aquí?- pregunté molesto suspirando para caminar  a la cocina.

-Te dije que necesitábamos hablar- me siguió, me tomó de las manos y me hizo girar. Menos mal que mi abrigo cubre mi vientre.

-Sal de mi casa antes de que llame a la policía por invasión de propiedad ajena- gruño librándome de su agarre.

-Tu mismo me diste las llaves ¿Lo recuerdas?

-Si, lo recuerdo, así como también el hecho de que lo nuestro había terminado- mi voz es fría, se fingir muy bien, pero esta vez no finjo, no me interesa nada con él.

-¡Pero no comprendo por qué!- se toma el cabello y camina en la sala mirando el suelo y yo niego con mi cabeza, no tengo ánimos de discutir- ¿Qué fue lo que hice mal?

-Nada, es solo que me aburrí- entro de inmediato en la cocina para esconderme detrás de la barra, no deseo que en un descuido mire mi estado- solo fue diversión, Milo, nada mas que eso, nunca te amé pero eres bueno en la cama, solo eso.

-No lo puedo creer

-Pues créelo- suspiro mirando sus ojos- ahora vete de mi casa, estoy cansado y quiero dormir.

-Pero tus palabras, cuando te hacia el amor.

-Era solo sexo, Milo, entiéndelo- miro fastidiado sus ojos azules- solo atracción, lo mismo que en años universitarios, pero nada mas que eso, eres demasiado pesado y empalagoso, no deseo a alguien así a mi lado- solo espero que con eso termine de entenderlo y me deje en paz, pero su mirada me dice lo contrario.

-Esto no se queda así, Camus- enfrentamos nuestras miradas por un par de minutos, pero al final fue el quien perdió y salió de mi departamento.

Yo suspiro sentándome en un banquillo, no quiero que por su maldita obsesión se arruinen mis planes, debe entender que no lo amo. Yo quiero estar con Hyoga y nada más. Temo que tarde o temprano todo se descubra.

Notas finales:

-o- necesito que me recuerden que esto es un Hyoga x Shun xD... que les parecio Camus? villano? estupido? egoista?

Espero les haya gustado.


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