Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No mires atrás por Sawako_chan

[Reviews - 32]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Pues primero que nada muchísimas gracias por sus comentarios, tal parece que la introducción les ha gustado :3. Solo me queda decirles que aquí está la continuación y dependiendo los RW será de larga la historia (conste que no es soborno jaja). Las notas finales serán importantes :).

     

 

 

 

     -¿¡Qué diablos te pasa maldito Usuratonkachi!? – llevó la mano derecha a su mejilla lastimada, ahora le punzaba y sentía un poco de sangre salir de su labio. Maldito Naruto y su estupidez. Pensaba que los años lo habían echo madurar, pero no se acordaba que hay personas que jamás crecen cerebralmente, Naruto era un buen ejemplo. Lo había sorprendido, era cierto, pero hasta cierto punto la idiotez era suya al no haber ido con la guardia arriba, el chico rubio era impredecible. Sabía que se merecía un regaño por el abandono, ¿pero un golpe?

 

     -¡Eso mismo pregunto yo ‘ttebayo! ¿¡Quién diablos te crees que eres como para venir a estas horas!? ¡Trataba de dormir, joder!  - el silencio se prolongó durante varios minutos, en los que Naruto regularizaba su acelerada respiración y Sasuke comprendía la situación. Relacionó todo lo que sabia de su amigo y el ávido momento en que se encontraban. Entonces su ceja izquierda le tembló un poco antes de preguntar:

 

     -¿¡Me has golpeado por haber interrumpido tu sueño!? – si la respuesta era correcta,significaría que Naruto era un simple idiota.

 

     -¿¡Por qué más tendría que haberlo echo, teme!? – Sasuke suspiró con resignación y pasó la mano por última vez sobre su mejilla antes de tomar sus maletas y adentrarse a la vivienda, tumbando al rubio hacia un lado en su paso. Naruto se sobresaltó - ¿¡Qué crees que haces, maldito bastardo!? – Siseó de mala manera – ¡Después de venir hasta mi casa y despertarme, te atreves a pasar con tus maletas como si nada y…! – sus palabras murieron abruptamente en su boca y se atragantó con la saliva. ¿Qué estaba sucediendo allí? Sasuke por su parte, solamente dirigió una mirada fría a su alrededor.

 

     -¿Ahora lo comprendes? – pregunto de mala manera ante el mutismo de Naruto. Era lento, y muy tonto. Justo como siempre lo fue. Como lo seguía siendo, al parecer.

 

     -¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en Londres ‘ttebayo? – cerró la puerta y luego tomó asiento en una silla del comedor. Estaba confuso - ¿Cuándo llegaste? ¿Cómo supiste donde vivía?... – lo miró durante algunos instantes y luego pareció atar cabos sueltos – ¿acaso tú…? ¿¡Me has estado espiando!? ¡Ja! ¡Ya lo decía yo ‘ttebayo!–

 

     -¿Por qué razón haría algo como eso? – su ceño se frunció. Él no era un acosador – Acabo de llegar, ¿es que acaso tus débiles pupilas solo captan idioteces? –Naruto rugió en respuesta y revolvió su cabello en gesto cansado. ¿Entonces si no había sido él, quién lo había estado siguiendo?... Ahora que lo veía bien, Sasuke llevaba puesto algo cómodo, seguramente por el viaje largo; y las maletas a su lado verificaban que se había presentado en su casa directamente del aeropuerto.

 

     -Quédate esta noche – sugirió con una enorme sonrisa cálida. En cierta manera, le hacia feliz que su amigo pasara a su casa antes de buscar otro lugar. Es decir, que seguía siendo importante parael teme de Sasuke, después de todos esos años transcurridos.

 

     -¿Acaso crees que estoy aquí porque quería verte? – mencionó de mala manera, aventando su chaqueta a un lado y tumbándose sobre el sofá rojo donde minutos antes había descansado una cabeza rubia. Por otro lado, para Naruto todo signo se felicidad se desplumó. Pero al final de cuentas, era Sasuke, su amigo. Un bastardo.

 

     -Tú siempre tan honesto – caminó hasta situarse delante de las dos maletas pequeñas que traía consigo su huésped - ¿Has traído solo esto? ¿Cuándo tiempo vas a quedarte? Necesitas más ropa, teme. ¡Esto apenas y te va a alcanzar unos cuantos días! – eufórico volvió a la sala, donde Sasuke se tapaba con el antebrazo sus ojos. Eso le recordó de dónde había adoptado esa postura al tratar de relajarse. De tanto observar a Sasuke toda su vida, había ciertas cosas que se le traspasaban.

 

     -Hazme un favor y muérdete la lengua. Quiero silencio – eso ofendió a Naruto. ¿Es que ni en su casa podía darse el lujo de gritar? Mira que todo lo ponía de los nervios. Además, Sasuke ya se creía con derechos, si recién acababa de llegar. Quien debería estar reprochando cosas sería el con toda razón.

 

     -Dejemos claro que estás en mi casa, maldito engreído. Además yo grito cuanto quiera y por donde quiera ¿¡me oyes!? – al no recibir respuesta de Sasuke, se enfureció - ¡Y nadie dijo que podías acostarte ahí con tanta naturalidad! ¡Levántate y ve hasta la cocina, que es ahí donde vas a dormir por ser un baka! – Sasuke, por primera vez, quitó la mano de su frente y se sentó en el sofá. Mirándolo detenidamente sonrió. Claro que Naruto no había cambiado.

 

     -Sólo di que me extrañaste – tratando de hacer oídos sordos a las blasfemias que Naruto comenzó a soltar en su contra, cargó sus livianas maletas y se dirigió hasta el pasillo; seguramente encontraría la habitación. Abrió la puerta más grande y ¡bingo! Ahí estaba la recámara. Y como si de su propia alcoba se tratase, tumbó las maletas sobre la cama y abrió una de ellas. Sacó un pantalón de tela delgada color negro y lo dejó sobre la cama al igual que unosbóxer a juego. Buscó por la habitación y encontró otra puerta. Era el baño. Pero antes de poder ir hacia allí, Naruto entró a la habitación hecho una furia.

 

     -¡Acabas de llegar y lo primero que haces es ofenderme! ¡Me dejaste hablando solo maldito bastardo engreído! – Sasuke, sin prestarle atención, se movió a paso tranquilo y sagaz por la habitación - ¿¡A dónde crees que vas!? ¡No hemos terminado de hablar! ¡Mueve tu asqueroso trasero hasta aquí ahora mismo! – sin embargo, era consciente de que Sasuke acababa de azotar la puerta del baño en su cara. Solo le quedó suspirar. Ese era Sasuke, seguía siendo Sasuke. En cierta parte estaba enojado porque ese hombre no había cambiado en nada, seguía siendo un inusual tipo imposible de tratar; aunque en el fondo, se sintió feliz y con un peso encima de menos al saber que ni los años habían cambiado la esencia de Sasuke. Y seguía siendo igual que siempre. El autentico, el patán, el bastardo de su mejor amigo. Si, claro que lo había extrañado.

 

Del otro lado de la puerta, Sasuke se alegró que Naruto no siguiera gritándole y tampoco intentara tumbar la puerta del baño. No solo había conseguido escapar del Uzumaki, sino que también se tomaría una buena ducha. Olía a sudor por el extenso viaje en avión, y más aparte el del taxi hasta la casa del dobe. Se estiró un poco del cuerpo y comenzó a desvestirse. Abrió el grifo del agua caliente y la niveló a modo que quedara tibia. La temperatura perfecta, lo que le gustaba. Ni frio ni caliente.

 

Se metió de un solo movimiento y dejó que el agua empapara su cuerpo desnudo. Sus cabellos negros se estamparon en su nuca y frente. Cerró los ojos y sonrió un poco. Había tenido mucho miedo de que Naruto lo echara apenas verlo. ¿Por qué? Pues porque si él fuera Naruto, claro que lo haría. Después de todo lo había abandonado en el auge de su amistad, cuando los años comenzaban a forjarlos y consolidarlos como buenos compinches. Ahora sencillamente ya no sabia nada del rubio, ¿Qué hacia ahora? Tal vez era maestro, tal vez bombero. Simplemente se había molestado en averiguar donde vivía para poder pasar la noche en su casa. Odiaba los hoteles.

 

Al principio pensó que el golpe recibido en la mejilla había sido por el pasado. Por nunca haberle dicho de su partida, por huir del país prácticamente a escondidas, por desaparecerse del mapa y por nunca contestar llamadas ni correos. Aceptaba que había sido un bastardo cruel y despreciable, pero las circunstancias lo orillaron. ¿Acaso alguna vez comprendería Naruto que él jamás quiso irse? Luchó contra todo por quedarse ahí, a su lado, pero nada funcionó. No cuando los verdaderos motivos de su padre por partir a Londres surgieron a la luz. No cuando el bienestar de Itachi y Fugaku dependían de él. Y se fue sin decir nada porque no podía ver a Naruto nuevamente. Porque no quería decirle adiós. Porque si lo veía, todo se iba a ir por la coladera. Pero jamás lo admitiría en la cara de su amigo. Que él se diera cuenta… si es que lo hacía. Naruto era bastante imbécil a veces.

 

Al terminar su ducha y aseo personal, encontró una toalla en un cajón del mueble blanco que adornaba una de las paredes. Se secó el cuerpo y envolvió su cintura. Por suerte había cogido su cepillo de dientes antes de huir –literalmente– hacia el baño. Lavo y cepilló su blanca dentadura y luego volvió a la recámara. Naruto estaba acostado en un extremo mirando la TV, cambiando constantemente los canales.

 

     -Estaba a punto de festejar que todo fuera un sueño y no estuvieras aquí – el tono venenoso que usó le informó a Sasuke que nada había cambiado, y que el rubio estaba enojado. Sin responder si quiera a algo que anunciaba una pelea prometida, tiró de la toalla hasta sacársela y subió los bóxer por sus piernas hasta acomodar la cintilla elástica sobre su cadera. Tomó el pantalón y se lo puso. Naruto en ningún momento despegó la vista de su electrodoméstico. Tumbó las maletas en una esquina del cuarto y volvió a la cama. Se metió tranquilo y antes de acostarse meneo sus cabellos azabaches con sus manos para quitarse los restos excesivos de agua.

 

     -Apaga eso y déjame dormir – Naruto interpretó aquella fea oración a algo más propio como un:<<Buenas noches>> y se encogió de hombros. Dejo pasar algunos minutos sin prestar real interés en la película. Por la respiración pausada y los nulos movimientos de Sasuke, dedujo que aun no estaba dormido. Por algo habían pasado muchos años dormidos así, como ahora. Conocía sus movimientos, cada uno de sus gestos, cada mirada y cada sonrisa. Conocía mejor a Sasuke que él mismo.

 

     -¿Sabes? Jamás pensé en volver a verte – susurró. Sasuke hizo un leve movimiento de piernas acomodándose mejor. Naruto sabia que esa era la señal que hacia para darle a entender que estaba escuchando –. Pero supongo que el destino es impredecible ¿no? –

 

     -Al igual que tus golpes – gruñó volteado hacia el lado contrario, ofreciéndole la vista de su espalda al rubio. Naruto rio con bastantes ganas, sonriendo a pesar del cansancio que tenía.

 

     -Eso fue por la impresión. Y no planeo disculparme por lo que hice. Te lo merecías por ser un cabrón que se marchó sin importarle nada. – Suspiró y enterró los nudillos sobre las suaves cobijas – Pero supongo que no podía negarte el que te quedaras, teme. No tengo corazón de piedra para cerrarte la puerta en las narices por más que te lo hayas buscado. – reprochó con cierto enojo. Y después se sintió mal por eso, pero era la verdad. Así se había sentido durante muchos años, como un amigo desplazado. – Éramos hermanos – susurró quedamente para él mismo, aunque Sasuke logró escucharlo.

 

     -No seas cursi – gruñó. No le gustaba cuando Naruto comenzaba con estos temas, eran incomodos. Cerró los ojos e intentó dormir, pero la respiración pesada de Naruto lo hizoprever más preguntas de ese tipo. El tema no estaba cerrado.

 

     -¿Por qué te fuiste sin decir nada? ¡Éramos amigos, ‘ttebayo! – Golpeó con sus puños cerrados las cobijas y luego las apretó con frustración - ¡Eres un verdadero teme! ¡Desgraciado! –

 

     -Tengo mis motivos personales – cortó con amargura.

 

     -¿¡Personales!? ¡Y una mierda! – gritó sobresaltando a Sasuke. Este era el verdadero Naruto. El idiota bipolar que podría estar riendo y contándote un chiste, y al minuto tenerte acorralado contra una pared impidiéndote respirar - ¿¡Por qué diablos no contestaste mis mensajes, ni mis llamadas!?¡Eres un desconsiderado! –

 

     -Cambié mi número – dijo firme. No podía permitirse el ser blanco de las preguntas del Uzumaki. Tenia sueño, el viaje había sido pesado, y no quería responder cosas de más si Naruto seguía con el interrogatorio.

 

     -¡Tenias mi numero! ¡Pudiste haberme si quiera avisado! ¡O mandarme tu maldita dirección! – la frustración estaba presente, y el torrente de emociones que lo amenazaban, estaban comenzando a nublarle el juicio. No solo era Sasuke, era todo lo que había guardado en su interior por diez años - ¡Ni si quiera te imaginas todas las cosas que pasé en Londres cuando fui a buscarte y…! –

 

     -¿Fuiste a Londres? – le cortó las palabras con sorpresa. ¿Había ido a buscarle hasta Londres, después de como acabaron las cosas entre ellos? Giró poco a poco hacia la dirección del rubio hasta que sus miradas chocaron en casi total oscuridad, ya que la TV seguía encendida.

 

     -¡Pues sí! No podía creer que te habías marchado, me rehusaba a dejarte ir tranquilo sin darte una paliza por idiota, pero no te encontré. ¡Parecía que la tierra te había tragado ‘ttebayo! Pregunté en todos los hoteles, pero en ninguno estabas registrado – Sasuke le lanzó una mirada agria – ¡Ya sé que no te gustan los hoteles, joder! Pero si quería encontrarte no tenia opción. Aunque todo fue un fracaso y regresé tres semanas después, derrotado – suspiró –…Yun día cualquiera vienes y te apareces de la nada en mi casa, como si diez años hubieran sido algunos días para ti. Como si en vez de dejar nuestra amistad, hubiéramos tenido una simple pelea... Pero, ¿sabes? Me alegro que estés aquí maldito teme infeliz – se pasó una mano por la nuca, rascándola –. Después de todo, somos como hermanos, ¿no? –

 

Sasuke descubrió que todo había sido perfecto, y casi conmovedor, hasta el término “hermanos” que había empleado el rubio. Pero era cierto, y muy en el fondo lo sabía. Y se negaba a aceptar que todo esto estaba ocurriendo. ¿En que momento había decidido regresar? Ya eran adultos y en poco tiempo Naruto encontraría alguien con quien compartir sus días. Y él sería desplazado. Y no tendría derecho a juzgar al Uzumaki.

 

     -Estoy cansado – murmuró a media voz. No podía seguir hablando, escuchando. Solo quería tener una noche en paz, como en los viejos tiempos. Como siempre fue. Como siempre debió haber sido.

 

     -Yo también. Pero mañana hablaremos, teme. No creas que este tema se me va a olvidar – apagó la televisión y se acomodó en su lugar para dormir, Sasuke volvió a darle la espalda. Se quedó un rato mirando el techo, estaba cansado, sí; pero no podría dormir. No después de tener a Sasuke a su lado. Estaba esperando a que amaneciera pronto para preguntarle al teme miles de cosas que quería saber. Pero primero tenía que esperar. No importaba si el trabajo le aguardaba, despejaría dudas a primera hora de la mañana.

 

Volvió su vista hacia la espalda desnuda de Sasuke, y sonrió. Ya no se sentía solo, ahora ese sentimiento había sido opacado por la felicidad de saber que su amigo estaba otra vez ahí con él, haciéndose compañía el uno al otro. Recordaba todos aquellos momentos en que se les iban las noches en hablar, en contarse cosas, secretos y temores. Cosas idiotas, cosas de niños. Incluso se contaron la primera experiencia sexual de sus vidas. Eran cercanos, era más que amigos. Eran inseparables. Y parecía que con poco tiempo volverían a serlo. Su amistad se había guardado por años, y aunque Sasuke lo negara, sabía que tenía curiosidad por saber de él. De su vida en este tiempo. Así que con una sonrisa tomó los cabellos de Sasuke entre su mano izquierda y los revolvió con cariño, cuidando de no despertarlo.

 

     -Por un momento llegué a pensar que el motivo de tu huida había sido yo, teme – murmuró con miedo. Ahora lo decía libremente, porque Sasuke no escuchaba. Se dio la media vuelta, y espalda con espalda, cerró los ojos suspirando feliz. Mañana sería un nuevo día.

 

Unos ojos color carbón se abrieron paso entre la oscuridad. Sasuke no estaba dormido, no podía dormir. Su ceño se frunció en un descontento, pero consigo mismo. ¿Cómo le había echo tanto daño a Naruto? Aunque sus motivos fueran personales. Esta vez, alagaba el que Naruto fuera un tanto idiota, pues de otra manera se habría dado cuenta que su principal motivo para salir corriendo de Sapporo, más que su familia, había sido él. Habían sido un surgimiento de nuevos sentimientos que lo estaban orillando a rumbos desconocidos. No quería salir herido, y tampoco herir a Naruto. Y antes de traer problemas a su amistad con el rubio, prefirió cortar los lazos y salir cuanto antes de su vida. Finalmente sonrió de medio lado y volvió a perderse en la oscuridad de la noche.

 

Porque sabía que Naruto no le correspondería jamás. Porque sabía que el amor que sentía por el rubio nunca sería correspondido.

 

 

 

¿Entonces, a que había vuelto?

 

 

Notas finales:

¿Qué tal? ¿Les ha gustado? Después se verán a fondo los motivos de Sasuke, ya que no solamente ha regresado porque sí, tiene más de un motivo ;). La actualización estará pronto al igual que la de tengo ganas de tí, solo que en esa son más hojas y no puedo escribir el capítulo entero en un solo día, pero en esta semana ya estará actualizado. Gracias por leer :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).