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Sangre caliente por Shim Ji Kyung

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Notas del fanfic:

Jejeje, este fic llevaba mucho tiempo en mi compu, como un libro olvidado, pero ahora el primer capi esta listo, solo seran dos.

Es de vampiros, pero no tragico, simplemente algo inusual XD

Sin decir nada mas, espero que lo disfruten.

***** 

Hoy como actualización, he editado el capítulo, no ha sido un gran cambio del original, pero si una mejora en cuanto a redacción. Espero que para los que ya lo habían leído les guste y a quienes apenas lo hagan por primera vez también.

Notas del capitulo:

Bueno, solo espero que lo disfruten y dejen comentarios, los capitulos (2) no tienen relacion primordial entre ellos, pero si lemon *_*

 

Era una noche sumamente fría y húmeda, la lluvia caía suave y uniformemente, produciendo un sonido rítmico, como una cascada que se escucha desde una distancia muy lejana.


Tres de los cuatros residentes dormían con pijamas de tela gruesa para mantener el calor corporal, acurrucados en la cama descansando sus cabezas en las mullidas almohadas, las acompasadas respiraciones denotaban la tranquilidad de su sueño, sin advertir nada más.


Sin embargo, en el cuarto al fondo del pasillo algo totalmente diferente sucedía, pues Jaejoong, quien era el dueño de aquella habitación, estaba ajeno a la serenidad de la hora nocturna, removiéndose entre las sabanas, inquieto, igual que si una pesadilla le perturbara, obligándolo a respirar con dificultad, bullendo por su cuerpo rápidamente.


¿El por qué?


Su sangre estaba caliente.


Las cobijas afelpadas estaban tiradas a un lado de la cama, pateadas lejos de su cuerpo igual que si le quemaran la piel; respirando irregularmente, mostrando su pecho desnudo, dejando ver su tersa y blanca epidermis, brillante por el sudor que le recorría como una lengua lamiéndolo, provocando gemidos ahogados, incitándole a morderse los labios, los cuales enrojecidos e hinchados le daban una apariencia aún más sensual de la que ya poseía, con sus cabellos negros esparcidos sobre la blanca almohada igual que tinta arrojada sobre un pulcro lienzo y a la vez algunas puntas húmedas se pegaban a su rostro.


Sin poder resistir mas abrió los ojos y lo único que pudo creer distinguir era el techo que estaba envuelto en la oscuridad; limpió el sudor de su frente, sintiendo la garganta seca decidió levantarse a beber un poco de agua.
La frescura del ambiente parecía poder bajar su temperatura, pero no fue así, sentía que su sangre hervía hasta el punto de provocarle un ligero mareo.
Se encontraba bebiendo agua en penumbras, cuando pudo apenas divisar a través de ellas una silueta junto con la voz de Yoochun.


- ¿Jae? ¿Qué sucede? Escuché ruido… - hablaba con voz somnolienta.
No pasa nada, solo estoy un poco afiebrado – respondió el mayor dejando el vaso usado en el fregadero.


- ¿Quieres que te lleve al doctor? ¿Te sientes muy mal? – preguntó con preocupación y alertado, habiendo ya recuperado cierta lucidez.


- No te preocupes, no es grave… ya tomé un poco de medicina – mintió para calmar a su compañero de cuarto.


- Mmm… está bien… pero cualquier cosa por favor llámame – sin creerle mucho, el menor regresó a su habitación.


- Si, no te preocupes – dijo con tono tranquilizador el mayor.


*************

De nuevo ese calor que no lo dejaba conciliar el sueño, sumiéndolo en una frustrante inconsciencia de la cual salía sobresaltado; apenas había podido descansar media hora. Las manecillas del reloj de mesa iluminadas por un pequeño foco presionado por su dueño marcaban penosamente las once, lo cual prometía que esta seria una larga e irritante noche.


No se levantó, quería entrar en la somnolencia de los brazos de Morfeo y eso haría, era lo suficiente necio como para no ceder ante el ardiente calor que subía por su piel.


Apenas pudo distinguir cuándo cerró los ojos, pues la calmada noche, con su luna nueva y carente de nubes dejaba que las tinieblas consumieran todo con su hambrienta boca, encerrando celosamente todo objeto a la vista de cualquier ser viviente convirtiéndolo en parte de su oscura existencia, homogénea y difícil de descifrar.


Fue en esa precisa noche: cuando el silencio mismo contuvo el aliento, mientras que el viento se detenía expectante e incluso los animales de esas horas no se atrevieron a emitir sonido alguno que delatara su existencia cuando Jae sintió una presencia extraña y ajena a su habitación.


Continuaba con los ojos cerrados, con la sofocante temperatura. Alguien se acercaba al lugar donde reposaba, apenas delatándose con el sonido de sus pisadas; sintió como la cama se hundía ante el peso de una segunda persona mientras esta se sentaba en la orilla, uniéndosele casi enseguida un aliento que parecía frió, próximo al lóbulo de la oreja izquierda, subiendo lentamente, hasta que unos labios le susurraron unas palabras de forma casi tan silenciosas que llegó a creer que nunca habían sido pronunciadas.


Se mío fue lo que escuchó.


Tardó en darse cuenta que ya tenía los ojos abiertos y lo que veía eran las indescifrables dimensiones de su cuarto, pronto pudo sentir de nuevo esa boca junto a su oído, repitiendo las mismas palabras, pero esta vez la sintió posarse en su cuello, junto con una húmeda lengua que lo recorrió desde la barbilla hasta la clavícula, mordiéndolo ligeramente y al mismo tiempo unos dedos alargados exploraban la piel de su torso bajo la camisa de su pijama, apresando uno de sus pezones.


Un ligero gemido escapó de la garganta de Jae, sin embargo y alejándose del intruso, en un acto de completa lucidez con un rápido movimiento logró prender la lámpara de la pequeña mesa de noche, la que, si bien no iluminaba con mucha fuerza si con la suficiente como para ver toda la habitación con una luz dorada.


En pocos segundos pudo acostumbrarse a un lugar que reconocía como propio debido a la poca intensidad luminosa; escudriñó con cuidado el lugar y no pudo encontrar nada, ya incorporado se levantó y dio uno pasos, cuando al girar se encontró de frente con aquel intruso.


Se sobresaltó ante la repentina aparición, pero no sintió miedo.


- ¿Quién eres tú? ¿Qué haces aquí?- preguntó Jae suavemente, susurrando para no ser escuchado por sus compañeros quienes dormían.


- Shim Changmin – una ligera sonrisa petulante hizo curvar sus delgados labios sonrosados - ¿Cómo te llamas? -


- Kim Jaejoong – respondió secamente.


Aquel extraño era más alto que Kim, portaba unas botas negras junto con unos pantalones del mismo color ajustados que dejaban notar su proporcionada figura, con una chaqueta color azul oscuro que había subido hasta la parte de arriba del codo, mostrando parte de lo que parecían ser unos fuertes brazos; su piel ligeramente bronceada le daba un aspecto muy atractivo; poseía unos ojos castaño oscuro al igual que su cabello el cual llevaba corto y peinado de forma desordenada, su aspecto era tanto maduro como juvenil; sus cejas masculinas y una nariz perfecta; además de los labios delgados y provocadores.


Changmin se acercó al de cabellos negros, tomándolo por la cintura posesivamente, mirándolo a los ojos con deseo, lujuria y ansiedad; Jae pudo sentir que sus mejillas ardían adquiriendo un tono rojizo.


- Tu sangre… puedo sentir su calor, el ardor que recorre tus venas… quema… - susurraba seductoramente sin dejar de mirar sus negros ojos.


- Ahora que estoy cerca de ti, parece como si hirviera aun mas… – dijo a modo de respuesta y en ese mismo tono erótico.


Casi ceremoniosamente fueron acercando sus rostros hasta unir sus bocas, y ese primer contacto desató todo los demás; los abultados labios de Jae se sentían como el pecado mismo, transmitían la esencia de la lujuria.


La sensaciónes que se provocaban hacían un mar de confusión en la cabeza del mayor, pues aquel contacto lo único que hacía era incrementar su temperatura, desesperación, deseo y confusión.


- ¿Cómo entraste aquí? – preguntó en un jadeo el chico de menor estatura cuando se separaron y mientras era aprisionado entre uno de los muebles y el cuerpo de el castaño.


Tú me dejaste entrar, me llamas con el dulce olor de tu sangre – sin darle tiempo de decir más comenzó a besarlo de nuevo, como queriendo arrebatarle todo el aliento hasta que dejarlo inconsciente.


Se separaron, Min sentó a Jae en el mueble y este último lo rodeo con sus piernas sintiendo su erección a través de la ropa, dejando que el más alto lo fuera desnudando sin dejar de acariciar la piel expuesta, besando y lamiendo lascivamente, excitando a su inesperado amante.


Changmin aprisionó entre sus labios uno botón rosado del mayor, lamiéndolo con la punta de la lengua, suave y de forma torturante, mientras hacía lo mismo con el otro pero con su mano derecha irguiéndolos, mostrando una sonrisa de satisfacción al ver como el moreno mantenía los ojos fuertemente cerrados ante las acciones del menor, mientras que este dejaba marcas rojas en su pecho.


Jae pudo sentir como las manos de aquel extraño se dirigían a su masculinidad, colándolas debajo de su pantalón y la ropa interior masajeando su ya hinchado miembro, para después despojarlo de cualquier prenda que cubría su cuerpo, dejándolo completamente desnudo y acariciar el interior de sus muslos.


Shim engulló la excitación de Hero, era pausado, lentamente doloroso, lo hacía gemir con ese ritmo por el cual creyó enloquecer por completo, intentó no gemir tan alto como para ser escuchado por sus compañeros de hogar; continuó aquella tortura hasta que terminó en la boca del castaño, sintiéndose avergonzado, cubrió su rostro con una de sus manos viendo como el menor tragaba su esencia hasta la última gota, saboreándolo.


- No te preocupes, esto apenas comienza. – dijo Changmin sonriéndole, lo besó de nuevo acariciando sus muslos.


El mayor bajó del mueble sin despegarse cuerpo del de su amante ni sus labios, para dirigirse ambos a la cama, que ya de por si estaba revuelta.


Jae acarició la erección de Min por encima del pantalón, enseguida lo desabrochó, quedando el otro también desnudo, pudieron sentirse mutuamente de manera plena, sin restricciones, tapujos y con la ardiente sensación de su sangre recorrer cada parte de su ser, haciéndoles aun más sensibles a cada roce tanto inesperado como esperado, todo gemido que era captado por sus oídos, excitándolos, erizando su piel e el aire que respiraban resultaba demasiado frío y escaso; rogaban por más, recibiendo y deseando, volviéndose codiciosos del otro, en una entrega total, igual que si fundiesen sus cuerpos hasta jamás poder separarse.


Aquel amante nocturno dio sus dedos al de cabellos negros, quien con su lengua los humedeció, hasta que el otro los retiró dirigiéndolos a la entrada del chico cuyos labios eran igual que fresas maduras, introduciendo el primer digito, recibiendo como respuesta un quejido ahogado, después de que sintió que se había acostumbrado, introdujo el segundo, preparándolo hasta que sintió que estaba listo para recibirlo.


Min besó tranquilizadoramente a Jae antes de penetrarlo para después introducirse lentamente a través de aquel estrecho, húmedo y caliente pasaje, disfrutándolo, esperando a que el mayor se acostumbrara para poder moverse; cuando lo hizo comenzó un ritmo suave y provocativo, hasta que el otro, con su cuerpo le pidió que se moviera más rápido, pues no era capaz de razonar lo suficiente como para poder emitir palabra alguna.


Hero sentía el erguido y duro miembro en su interior, las caderas del otro chocando contra las propias, haciendo cada vez el ritmo más violento y contundente, mientras rodeaba con sus piernas a Max para tener un contacto aun mayor si es que eso era posible; su respiración era tan irregular que no creía que realmente lo estuviese haciendo, le resultaba placentero de un modo perverso el hecho de sentir que se ahogaba, incapaz de siquiera emitir algo más que sonidos que morían apenas salían de su garganta.


De nuevo sentía que llegaba al final, pero esta vez Changmin parecía también estar en ese punto; justo en los instantes del momento culminante para ambos.


Jaejoong sintió dos dientes afilados contra su cuello, abriéndose paso a través de su piel, perforándola hasta llegar al punto donde el pulso era más fuerte y después como su amante succionaba la sangre que corría por esa parte de su cuerpo sin dejar de moverse en su interior.


La morbosa, placentera y delirante sensación fue capaz de llevarlo al orgasmo ensuciando sus abdómenes; mientras que el más joven seguía moviéndose, con un ritmo fuerte y contundente; teniendo una pierna del castaño sobre su hombro para llegar hasta lo más profundo; ya había dejado su cuello y ahora lo miraba directamente a los ojos con ardor, transmitiendo el placer próximo al éxtasis.


Kim se acerco al ver que de la comisura de sus labios un delgado hilo rojo se dibujaba, lo lamió, conociendo el sabor de su propia sangre, acalló con su boca el gemido característico de la culminación, a la vez la esencia caliente de su amante llenaba su interior.


Changmin espero a recuperar el aliento, poco después salió del interior de Jae y ambos quedaron recostados experimentando la relajación de sus respiraciones y cuerpos, arrastrados por la somnolencia hasta que lo último que vieron antes de rendirse al sueño fue el rostro del otro.


*************


Despertó porque, extrañamente y por primera vez en mucho tiempo, experimentó frío; quiso buscar la calidez del cuerpo que lo acompañó en la ardiente noche que compartieron, pero se encontró solo en la amplitud de su cama matrimonial.


Se incorporó quedando sentado en su aposento, había descansado bastante bien, aunque eso se veía mermado por la tristeza causada por la ausencia de aquel amante fugaz; por un momento pensó que había sido un simple sueño erótico, pero no solo se encontró totalmente desnudo, también sintió ente sus muslos la esencia ajena que salía de su interior.


Alguien llamó a la puerta y Yunho se asomó cautelosamente.


- Hyung, ya es tarde… si te sientes mal está bien que descanses, pero ya llegó el nuevo compañero de apartamento. – Lo excusó mientras le sonreía sin entrar totalmente a la habitación esperando una respuesta.


- ¡Ah! Si, ya voy, dame 15 minutos – Se había olvidado completamente de ese asunto y esperó a que Jung se fuera, pues aunque parecía que durmió en ropa interior, en realidad estaba completamente desnudo.


Y en el tiempo establecido se arregló lo mejor que pudo y fue a la sala de estar donde sabia que estaban; cuando llegó no pudo ver al nuevo inquilino pues estaba sentado en el sillón que le daba la espalda, dándose cuenta los chicos se levantaron para presentarle al extraño quien hizo los mismo que los demás.


Al verlo no supo que pensar o hacer, su piel se puso más blanca de lo que ya era y entre más se acercaba el otro, menos podía creerlo.


- Hola, mucho gusto, soy Shim Changmin.

 

Continuará...

Notas finales:

Muchas gracias por leerlo, sus comentarios me ayudaran en cómo voy en mi estilo de redaccion.


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