--¿Qué hacen?¡Déjenme—dijo el muchacho preocupado y furioso.
--No te preocupes.No van a hacerte daño. Como dije es hora de que todo cambie. No puedo permitir que te sigas comportando estúpidamente—dijo el padre de Joey y luego sus hombres se lo llevaron.
Habían pasado 5 años desde aquel día y el joven millonario Seto Kaiba llegaba no por primera vez a Alemania junto con un par mas de inversores japoneses que arribaban en comitiva junto con el embajador de su país de origen.
El encuentro con los miembros de los principales bancos del país anfitrión se había fijado en un antiguo pero muy de moda hostal en medio de la campiña cercana a Dohma.Era muy lujoso pero al estilo normando con mucha madera y poco vidrio. El millonario japonés se sentía disgustado y lo expuso diciendo—De verdad deberíamos habernos reunido en algun hotel de Berlín, no entiendo este interés turístico que de pronto demuestran estos banqueros germanos--.
--Lo siento señor Kaiba—se disculpó el asistente del embajador.
--Después de todo pensabamos que los japoneses admiraban las cosas tradicionales que les agradaban este tipo de lugares—dijo uno de los banqueros alemanes evidentemente disgustado por el comportamiento del visitante. Es que creía que los japoneses eran tipos mas corteses.
--Nos agradan para pasear, no para hacer negocios. Necesitamos un lugar mas moderno para llevar a cabo nuestras negociaciones—dijo el castaño algo molesto.
--¿Y la hermosa fraulein que le acompaña Herr Kaiba, quien es?¿Se puede preguntar?—preguntó un banquero mayor que el otro.
Seto la miro y dijo al hombre escuetamente—Es mi prometida la señorita Katsuya--.
--Un placer fraulein Katsuya—dijo el hombre y beso la mano como blanca paloma de la muchacha.—¿Pero.. estará bien traer a su prometida a una cena como esta?¿No se aburrira?—preguntó algo desconcertado.
--No se preocupe. A parte de ser mi prometida ella es mi asistente personal—argumentó Seto.
--¡Que conveniente!—alego con sarcasmo el banquero mas joven.—Le ahorra el tiempo tener a su asistente y a su prometida en la misma persona—añadio luego.
--No tanto. Que su esposa sepa de sus cuentas bancarias puede ser contraproducente a la hora del divorcio—dijo el mayor.
--¿Pueden decirme por lo menos a quien esperamos ahora?Hemos pasado la última media hora esperando a no se quien y eso también me mantiene irritado—expresó el castaño.
--Pues a la cabeza del Goldenhoff Trading Bank—dijo uno de los banqueros ahí presentes.
--Ya veo. Entonces esperamos a Johan Wheeler—dijo otro de los empresarios japoneses que acompañaban a Kaiba, este ya había oído de ese banquero en particular y aunque habían hecho financiamientos en otros lados de Europa a su corporación no le conocía.
Debe ser un mal chiste—dijo al recordar a otra persona de apellido igual que no se parecía para nada a un banquero.
--¿Perdón?—preguntó uno de los alemanes.
--Es que pense que el Goldenhoff era un banco suizo—dijo Kaiba para salir del aprieto.
--No, es alemán. Tiene filiales en Suiza como es de esperar pero es alemán—dijo el alemán mas joven con evidente orgullo nacionalista.
--Contestándole Herr Toshida—dijo el alemán mayor al que antes mencionara el nombre del banquero esperado—Me temo que Herr Johan Wheeler no podrá venir. Ha tenido un percance medico y lo sustituirá su hijo que ahora esta a la cabeza de su banco--.
--¿Un infarto?—preguntó el japones.
--Me temo que si—respondió el alemán.
--He sabido que ha tenido varios—exclamo Toshida.
--Este es el quinto—contesto el alemán.—Los negocios son así—añadió luego y todos asintieron. Eso era comun en el mundo de los negocios.El Stress.