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Medieval por Yuzuru7

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Notas del capitulo:

Declaracion: Esta historia es mia los personajes en ella NO (por ahora) Cualquier parecido con la irrealidad es meramente intencional.

Advertencias:

Posible OoC Con justificadas razones.

Torturas (No tan explicitas, pero si necesarias)

Menciones de posible Mpreg y Futuro Mpreg (se que en este punto ya perdi a la mitad de los lectores. Lo siento)

Multiparings. Parejas Canon y Posibles Cracks

Guerra y Arte Belico por aqui y por alla.

FRANCIS (Que siempre sera motivo de Advertencia)

Obseciones e historias ocultas.

Ya sin mas disfrutenlo... Cualquier duda o aclaracion... Al final XD

Esta historia, no tiene fines de lucro y utiliza muy pocas o casi ninguna referencia historia (piensen en ello antes de que me agredan por los nombre Medievales aqui usados)

 

 

ESTE CAP ES UN SHOT TURQUIA-EGIPTO LLENO DE ANGS/COMFORT Y ROMANCE.

 

–        Dime, Sion ¿Por qué debería perdonar tu falla?– un hombre de revoltosos cabellos negros ojos amatistas y sonrisa cruel, hablaba al joven que postrado a sus pies se sostenía apenas entre la conciencia y la inconsciencia absoluta. 

–        Respóndeme, pedazo de basura– grito encolerizado y por completo fuera de sí.

–        Porque solo yo sé donde estásu majestad Gupta– respondió haciendo una mueca dolosa pero al mismo tiempo mostrando en sus fieros ojos la veracidad de sus palabras, aquella información era de vitalidad para el hombre frente a él.

–        ¿Por qué habría de creerte?– dijo mostrando una hilera de perfectos dientes que solo le daban un toque más sádico

–        Por que se que esta será la única pista que tendrás de él– el hombre lo pensó seriamente, antes de chasquear sus dedos y  permitir que un grupo de jóvenes entrara a atender el cuerpo del moribundo

–        Que te quede una cosa bien clara Sion, Si no logro encontrar a mi Esposo, hare de tu vida un infierno, y entonces me suplicaras poder morir– dicho aquello salió de aquel lugar y se encamino por los largos pasillos hacia un hermoso balcón al fondo. Al llegar ahí dejo que sus cansados ojos vagaran por las extensiones de su inmenso reino.  Bañado de arena y misterios justo como los ojos de su joven y desaparecido esposo.

–        Gupta– dijo viendo el lejano horizonte.

Sadiq Annan era el emperador cruel y sin remordimientos del poderoso reino de Turk, hacia lo que le traía gratificaciones a él y a su gente sin miramiento alguno. Era un gobernante duro y de frio semblante y aun cuando eso causaba terror, nadie podía dudar que estuviera “idiotamente” enamorado de su esposo.

Gupta Muhammad Hassan el joven príncipe de Mısırel nombrado por sus pobladores hijo de Ra. A diferencia de su siempre iracundo esposo, el joven príncipe era sencillo y hasta cierto punto convaleciente. Se le veía tan distraído y relajado, muy pocas cosas le importaban y entre esas se hallaba ser un buen emperador. Esa era la razón por la cual había sido desposado con el emperador de Turk, el cual se había enamorado perdidamente de la sencillez y el aura casi divina del joven de misteriosos ojos color ámbar.

–        ¿A que dios tuyo debo suplicar para que regreses?– decía mirando su inmenso imperio, no le importaba, ya nada le importaba, solo anhelaba recuperar a su hermosa creatura divina, a su amado esposo. Y si esa bastardo infeliz traidor sabia donde estaba, seria incluso capaz de perdonarle la vida a él y a su familia pero si fallaba… Ni su amado dios Ra lo salvaría de su ira.

La noche cubría el cielo como si los dioses quisieran darle paz a su atormentada alma, como si ellos supieran que quería escapar de Ra y le permitieran dormir bajo la protección de la noche. Se removió con pereza y se acomodo en posición fetal, entre las pieles que había conseguido, el desierto era frio por las noches pero él sentía que estaba bien, ya no merecía el calor de un cuerpo a su lado, ya no merecía la sonrisa de un alma junto a la suya. Y aun sabiendo eso la anhelaba

–        Sadiq– dijo apretándose más en el mismo y dejando que las traidoras lágrimas escaparan de su siempre impávido ser. Lo extrañaba, extrañaba y amaba a su esposo con una demencia y una locura que no cabían en su cuerpo. Amaba sus risas sardónicas, sus quejas obscenas, su tacto duro a causa de sus ásperas y callosas manos, amaba su aliento en las mañanas y esos ojos que lo devoraban cada que el bailaba, amaba sus caricias en el lecho y sus besos dulces y cautivadores, amaba verse dueño de esos ojos que velaban sus noches y sus sueños. Y por amar tanto a ese hombre es que se odiaba tanto a sí mismo.

–        SADIQ– siguió sollozando en la fría noche, ya poco le importaba si alguno chacal le escuchaba, si una cobra se acercaba pensando que era un animal herido, que más daba vivir si no era junto a su amado Sadiq.

–        Perdóname– lloraba a grito abierto, no quería ser odiado, no por Sadiq, no por su amado esposo, y con esos constantes sollozos, logro al fin quedarse dormido después de días enteros sin hacerlo, de días comiendo los fríos y duros bollos que había robado en el ultimo pueblo en el que estuvo hace ya 3 semanas. La inconciencia lo arrastro, sumado a su mala alimentación y a su dolor y como cada noche lo vivió en sus sueños.

–        “¿Qué ha pasado?”– escuchaba aquel ajetreo, todo era sombras y dolor y un calor endemoniado le corroía el cuerpo, no podía moverse pero escuchaba la voz de su amado.

–        “Un  alacrán mi señor”– dijo la aterrada voz de una de las servos

–        “Imposible jamás le habían hecho daño”– escuchaba la alterada voz de su amado

–        “Por su condición sus defensas son muy débiles… hemos suministrado un antídoto pero…”–

–        “¿Pero que?”–

–        “La fiebre… No pudimos detener el efecto a tiempo…”–

–        “¿Que esta diciéndome?”–

–        “El pequeño no lo logro”– sintió el silencio lacerante en su piel, en su mente, en su alma.

Basto un instante para notar la triste realidad, el pequeño, el bebe… el hermoso hijo de su esposo, ya no crecía en su ser… no lo podía soportar, el miedo al odio de Sadiq, el temor a no ser perdonado…todo eso que cabalgaba en su mente sumado a la culpa… Solo encontró una solución. Esa noche escapo.

El sol le acaricio ligeramente y el cerro sus ojos hundiéndose en las cómodas sedas que le cubrían. La calidez de las mantas y ese aroma que amaba inundaban su cuerpo con una calidez que creyó olvidada. Todo era perfecto un hermoso sueño, una mano acaricio su mejilla conocía ese tacto, lo recordaba con el cariño vago y significativo que se le tienen a algunas cosas, el mismo cariño que él le tiene a cosas tan vagas como: ver el sol cuando apenas se des espereza en el horizonte, o ver la luna cuando se acuna entre los últimos rayos del día para imponerse en la noche.

–        Despierta mi amor– oye su voz, como cada día desde que se ha escapado, y se hunde mas en las cálidas sabanas para seguir oyéndola… ¿Sabanas? Su mente hace conexiones rápidas y sus ámbares se abren presas de la incertidumbre y el miedo, y ahí frente a él acostado como el sultán que espera a su odalisca esta él.

–        Sadiq– su voz sale ronca, agotada, descompuesta y sobre todo atormentada, ¿Cómo?¿Cuándo?¿Y de qué forma debe pagar el  lo que le ha hecho? El hombre frente a él sigue acunando su mejilla, Gupta ve sus ojos, y se ve reflejado en ellos, y como hace años solo percibe Amor, amor incondicional y absoluto y eso le aterra, prefiere su ira, su rencor, un golpe o dos, lo que sea… menos aquella tortura que le consume con parsimonia lenta y certera, y no lo soporta. Y  aparta su mano y se remueve entre las mantas ocultando su rostro y grita, grita como el niño que sigue siendo, como el cobarde que sigue huyendo de sus miedos.

Y lo lamenta, lamenta ser tan débil, tan patético. Lamenta lastimar al hombre que ahora lo abraza protectoramente y acuna su llanto entre sus propias manos.

–        No llores mi amor, estoy aquí, estoy contigo, Gupta… mi Gupta– y su voz sale suave calmada, intentando no pensar en todas las preguntas que lo azotan y que no le han abandonado desde hace meses.

–        ¡No!, ¡suéltame!, ¡NO!,¡déjame!, ¡mátame!, ¡mátame como yo he matado a tu hijo!– grita en la desesperación y en dolor que lo consume y siente el cuerpo a su lado tensarse, y siente las manos temblar un instante antes de aferrarse a él con más fuerza, antes que dejar libre su rostro y voltearle con fuerza, dejándole bajo el cuerpo mayor, bajo el hombre que con embelesos, y melodiosas palabras le ha hecho  volar hasta el cielo mientras le  hace el amor.

–        No Gupta, ¡cálmate!– le dice y le besa los parpados, la frente, las mejillas y roza sin prisa sus labios. Pero el joven bajo su toque se retuerza tratando de librarse de aquellas caricias que le queman, porque las siente todas en el alma, en su atormentada alma que lo único que anhela es huir. Y algo en su interior explota...No quiere hacerlo, no desea dejar de ver a Sadiq, pero teme, si Sadiq no lo perdona… Si no lo hace… se muere,y entonces no lo vera mas su alma ya no estará en el mismo lugar que la de su amado esposo y eso… eso él no lo soportaría ni lo quiere. Y llora de nuevo y balbucea cosas que no entiende, todo mientras siente las ásperas y cálidas manos de Sadiq en su rostro, limpiando sus lágrimas secando su frente.

–        No me dejes– Abre los ojos y mira los marrones acuosos, y su cuerpo reacciona, su mano temblorosa se alza y roza aquella piel que creyójamás volver a ver.

–        Sadiq…–lo llama y siente entonces un beso, un beso apasionado salvaje, anhelado. Responde con una intensidad que creyó olvidada, y siente entonces una mano en su cadera, en su piel, arrebatando las telas que la cubren…

–        Necesitas un baño– dice Sadiq sonriéndole y dejando suaves besos en su cuello. A la par que lo alza sin esfuerzos, debe estar mas delgado, él se siente mas delgado, mas acabado, pero los besos no cesan y el enrosca sus temblantes piernas alrededor de las caderas de Sadiq, mientras este sin dejar de atender su cuello le desnuda.  Mientras le guía con calma a la habitación de fondo, al inmenso baño que han compartido durante tantas veces. Los labios de Sadiq sellando los suyos en un beso esperado y necesitado. Sintió su cuerpo siendo depositado sobre el agua mas Sadiq no corto el beso se sintió hundir en esa fragancia de azahares y aceites mas el beso no ceso. Podía sentir el agua tratando de filtrarse en sus bocas, escuchaba sus manos chapotear contra la misma mientras él se aferraba a los brazos de su amado. Sadiq rompió el beso y les alzo a ambos hacia el aire que ya les esperaba y que tanto necesitaban, jadeaba y su  cabeza flotaba ligeramente sin comprender mucho ni importarle. Se sintió de nuevo arrastrado esta vez al pecho ya desnudo de su esposo. Las caricias devotas comenzaron haciendo malla en su memoria, retumbando en sus miedos y en sus más tristes anhelos. Los recuerdos fluyen como el agua entre ellos.

–        “¿Como le llamaremos?”– preguntaba aquella lejana voz en la mente del joven emperador. Mientras en su mente se arremolinaba la tierna imagen de su esposo haciéndole mimos a su ligeramente abultado vientre.

–        “No lo se, Algo que sea único y eterno”–aun  cuando el gallardo emperador se tumba a su lado una mano seguía su recorrido en el lugar que por ahora ocupaba el pequeño.

–        “Pensare en algo”– le respondió aquella voz que apenas enterarse de su condición se había vuelto tan cálida, tan llena de afecto… Tan propia de su amado Sadiq.

–        No– jadeo cuando las manos de Sadiq se izaron en sus caderas y este comenzó con una dulce caricia en el. Se alejó ligeramente y entonces Sadiq beso su vientre, como muchas otras veces, como cuando…su bebé estaba ahí.

–        ¡NO!– grito empujándose lejos del mayor y comenzó a temblar a llorar y a odiarse por ser débil y por no poder resistirse al hombre que ama.

–        Gupta…– no contesto no podía… temía ver reproche u odio en aquellos ojos.

–        Perdoname– y eso lo desarmo, el tono herido que su siempre amado había usado. Ese tono que nunca le había oído a Sadiq. Lo miro aun temblando por las sensaciones. Y lo vio en sus ojos siempre fríos, calmos, socarrones y hasta crueles, vio dolor, pena, tristeza y una culpa que se taladro en su mente y en su alma. Y comprendió, comprendió que no solo había perdido al hijo de Sadiq, también a su hijo y que no conforme con ese dolor, había lastimado a Sadiq al escapar, al alejarse de él, al dejarlo y hundirse en la idea que solo él sufrió aquella horrible pérdida. Se arrojo a aquellos fuertes brazos y lloro… pero esta vez no es por un sentimiento al que pueda ponerle nombre.

–        Perdoname– oye a Sadiq y se oye a si mismo y escucha la promese de superarlo juntos.

Porque ambos reinos supieron la tristeza qua albergo a ambos emperadores, tristeza provocada por la perdida del unigénito no nato. Aquel accidente que causo la perdida del pequeño de 5 meses de gestación y que casi arrastra a su “papi” con el. Aquel accidente del que el poderoso emperador de Turk se sintió culpable aun cuando no fue culpa de nadie.

–        No vuelvas a irte– oye los susurros en su silencioso lecho y siente las caricias sobre sus cabellos se siente arropado por el calor del cuerpo que lo envuelve a su lado y cierra los ojos siendo presa de un cansancio diferente, del cansancio que trae consigo el haberse entregado al hombre que tanto ama. Siente una mano pasar ligera sobresu vientre hasta detenerse en sus caderas. Y sonríe con calma.

–        ¿Me llevarías a su tumba?– la mano en sus caderas tiembla pero el suspiro que roza en sus delicados oídos se lo confirma

–        Si, mi amor, mañana cuando te sientas mejor te llevare con el– se acurrucan el uno con el otro, soñando con la felicidad que hace poco recuperaron y que hace 3 meses que ya no encontraban.

El día se presto para aquella visita, aun cuando es el ultimo lecho, Gupta lo miro Hermoso, situado en el mas bello paramo de ambos reinos. Rodeada de flores y bañada por el roció de varios ríos. Con sus rocas labradas en ambos idiomas y con varios pictogramas que significan solo una cosa

–        ¡Khalid!*– su voz fue solo un murmullo pero una mano se aferro a su hombro

–        No se si fue el correcto pero…–

–        Es perfecto– dijo Gupta derramando ligeras lagrimas. Y abrazando a su amado esposo.

–        Gupta–

–        Nada podrá remplazarle pero…– un suave beso se poso en sus labios

–        No es cuestión de remplazos… pero hemos de seguir adelante, Juntos– se abrazaron tiernamente compartiendo en silencio un nuevo comienzo. Venerando en sus mentes el que convertirían en un precioso momento, soñando el día en que aquellas palabras resonasen de nuevo.

Notas finales:

*Khalid es un nombre Egipcio que significa Inmortal y Eterno. En USA la pronunciacion es Khaled.

Creo que el nombre es el mas indicado para esta Situación. Espero haya sido de su agrado.

Y tratare de no Hacer sufrir mucho a los personajes :D

No me pueden negar que estos dos son como un centro Gravitacional del ANGS y el DRAMA.

 

Nos Leemos PRONTO.

 

Yuzuru-out


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