— ¿Un Baby Shower? — preguntó Bruce acomodando unos papeles en su mesa del laboratorio, mientras su novio le veía, estado sentado al revés en una silla giratoria.
—Sí, eso mismo dije, será algo sencillo, y es algo muy común para los nacimientos — asintió Clint, quien tenía su mentón apoyado en el respaldo de la silla.
—¿Y yo no estoy invitado?— siguió, haciendo algunas anotaciones en los documentos.
—No realmente, mira Bruce… es algo en el que generalmente solo asisten las mujeres.
—Ustedes no son mujeres.
—Sí, pero veras Tony pensó…
—Ya empezamos mal— negó Bruce dejando su pluma de lado, viendo a su novio.
—Espera, es algo normal, solo tratamos de que esto no sea tan extraño y bueno, no será algo muy grande, una cena, quizá un ligero entretenimiento…. Quejarnos de ustedes un rato.
Bruce movió su silla hacia atrás ayudándose de la ruedas de esta para quedar frente a Barton, quitándose los lentos para darle un dulce y chasqueante beso.
—¿Tienes quejas de mí? — preguntó con una media sonrisa.
—Sigue y lo hablaremos — respondió con la misma media sonrisa, antes de ser besado nuevamente por el mayor, que tomó entre sus manos su rostro, al tiempo que sentía la experta lengua adentrarse en su boca, enredándose de una manera lenta, perezosa y sensual.
—Yo eh, lamento interrumpir — se escuchó la voz de Alejandra, la secretaria de Bruce. —Pero… necesito su firma en él circular médico que se le hará llegar a la prensa.
—Claro— asintió Bruce, devolviéndose con las mismas ruedas a su escritorio mientras la chica dejaba sus documentos allí.
—Doctor…. Clint, de verdad lamento haberlos interrumpido… otra vez — se excusó la chica ligeramente sonrojada.
—No te preocupes —negó Clint poniéndose en pie. — A decir verdad me alegra que hayas venido Ale — dijo con confianza, ya que la chica se había vuelto como la suplente de Natasha y Pepper en lo que estas no estaban. — Necesito decirte algo.
—Por supuesto ¿De qué se trata? — sonrió la castaña cuyo cabello estaba sujeto en dos largas coletas contrastando con su elegante traje.
—Los chicos… organizaremos un Baby Shower, y a todos nos pareció una gran idea invitarte.
— ¡¿Enserio?! — exclamó feliz la chica.
— ¿Ella si está invitada?— cuestionó Bruce dejando de revisar los documentos que le habían traído.
—Ella es mujer “Brucy”
— ¡Pero ustedes no!— argumentó.
—Creí que tenías que revisar el documento.
—Sí, sí – pronuncio volviendo su atención a su mesa de trabajo.
— ¿Entonces vendrías?
—Estaré encantada. ¿Qué día? ¿A qué hora?
—Hoy en la noche.
—Hoy en la noche…— pronunció con pesar.
—Sí, ¿Algún problema?
—Es que… hoy es el día que organizo todas las anotaciones del Doctor de la semana, y las canalizo de forma electrónica.
—Ah, no te preocupes— negó Barton— Bruce te dará el día.
— ¿De verdad?— dijo feliz.
— ¿De verdad?— repitió Bruce volteándole a ver.
—Si… se lo darás— le dijo mirándole de una manera que al otro no le entraron ganas de debatir.
—Te lo daré—exclamó con una fingida sonrisa.
—Muy bien…— asintió Clint. —Toma— le extendió una tarjeta— es para que puedas acceder al piso de Tony.
—Muchas gracias— dijo mirándola emocionada. — Nos divertiremos mucho.
—Claro que lo haremos— sonrió Clint de una manera tan misteriosa que la chica no pudo comprender.
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Llegada la noche, Tony, Loki y Clint, estaban listos para su “Baby Shower”, despedían con la mano, la limosina en la que sus “esposos” se iban convenciéndolos de ir por unos tragos, y en la que le habían indicado al chofer que no los devolviera antes de las dos de la mañana.
Caminaron de vuelta adentro de la torre Stark donde a lado del elevador se encontraba la chica feliz.
— ¿Y? ¿Qué saben de un Baby Shower?— preguntó a los tres hombres, a lo que estos solo sonrieron, subiendo al elevador.— ¿Solo estaremos nosotros?— cuestionó una vez dentro, al no haber recibido respuesta a su anterior pregunta.
—No realmente— le contestó Loki con esa sonrisa electrizante que hacía sentir dulces escalofríos a cualquiera. — ¿Estás seguro de que no se darán cuenta Edward?— preguntó ahora volviendo su atención al genio.
—No… además para eso está Alejandra.
— ¿Todo está cubierto?— cuestionó Clint.
—Tú te encargaste de la mayoría de la seguridad amigo.
—Cierto, ahora solo queda que Ale nos cubra.
— ¿Están seguros de que puede hacerlo?— dudó Loki.
—Si estoy seguro—afirmó Clint, cómo si se tratara de una misión.
—Disculpen ¿podrían dejar de hablar como si no estuviera presente?— tomó la palabra Alejandra, atrayendo la mirada de los tres.
—Listo… llegamos— Se limitó a decir Stark cuando las puertas se abrieron. Dejando ver todo el lugar con una verdaderamente tenue iluminación en rojo, parecida a la de un centro nocturno. Muchos y en verdad muchos postres ubicados en diferentes meses, y Alejandra al avanzar, en verdad se preguntaba que hacia una especie de escenario con un par de tubos saliendo de ellos y unos sofá de cuero rojo rodeándole.
—Esto no me… no me parece un Baby Shower— dijo parándose frente al escenario.
—Ale— Clint le abrazó de los hombros— solo relájate, disfruta, y luego cuando esto termine nos cuentas exactamente que pudimos hacer en un baby shower para contárselos a ellos.
— ¿Podrás hacerlo querida?—. La voz de Loki sonó engañosa y seductora, sentándose a orillas del escenario enfrente de ella.
—Puede tenerlo por hecho— asintió empezando a formar una sonrisa en su rostro.
—Muy bien— pronunció Stark sentándose en uno de los sillones. — Que el show comience— dijo antes de darle una mordida a un pedazo de exquisito pastel de chocolate con fresas.
En definitiva aquello no era precisamente un Baby Shower, sino más bien una excéntrica despedida de soltero. Alejandra estaba más que fascinado con ello. ¿Por qué? Estaba entre tres hombres maravillosos, viendo a más hombres de físicos perfectos bailando enfrente de ellos, semidesnudos y haciendo otras cosas bastante interesantes, mientras disfrutaba de los más exquisitos postres jamás probados.
Ladeó un poco la cabeza, ante la escena que se presentaba ante sus ojos para intentar hallar el modo de como los apuestos strippers hacían aquello.
— ¿Será mucho esfuerzo?— cuestionó llevándose un cucharada de helado a su boca.
Ante esto Loki palmeó su labio inferior con la cucharilla que usaba para comer su pudin— Lo intento con Thor y luego te digo— fue la respuesta que dio, a lo que la chica afirmó con la cabeza, mordiendo un pedazo de la galleta que tenía su banana Split.
El tiempo pasó, y Ale de verdad podía afirmar que lo había visto todo, además que debido a que los chicos no querían ser “completamente malos con sus novios” casi siempre era elegida para subir al escenario. Excepto por tres veces, cuando un sexy soldado hizo que Tony le despojara de todo su uniforme, cuando un perfecto Doctor en bata había practicado un “chequeo” leve a Clint, o cuando un rubio policía había esposado a Loki, tratándolo como un verdadero chico malo.
Demostrando así que pese a todo, esos tres no podían sacarse a sus chicos de la cabeza.
A la una el lugar era un desastre, y la una y media un equipo discreto contratado por Tony había limpiado todo.
Dejando solo una mesita con lo que parecía una tranquila cena a medio comer, una iluminación normal, otra mesita con cosas de bebé a un lado, y a los tres hombres exhaustos y dormidos en un sillón. Mientras Alejandra cambiaba los canales de manera mecánica en la enorme pantalla del piso.
—Ya regresamos— Anunció Steve al abrirse las puertas del elevador, encontrándose con algo mucho más aburrido de los que los tres habían esperado.
—Ah, hola— saludó Ale poniéndose de pie.
—Alejandra, ¿cómo les fue todo? — Preguntó avanzando a la chica.
—Bien…— asintió está parándose lentamente hasta ponerse enfrente del sillón donde los otros dormían, y que daba la espalda a los recién llegados. Allí se fijó en Tony que abrazaba un bóxer con estampado militar y fingiendo agacharse a acariciarle el cabello lo jaló, escondiéndoselo en la parte trasera de la falda— Todo completamente bien, solo que quedaron exhaustos…
—¿Qué tanto hicieron?— Inquirió Thor comenzando a caminar hacia donde la chica para ver a los tres dormidos y luego ser imitado por sus compañeros.
—Nada muy… energético…— respondió, feliz de que los hombres estuvieran poniendo más atención embobados viendo a sus parejas dormir acurrucados cual gatitos, que a sus palabras y nerviosismo.
—Entiendo ¿Se divirtieron?— de nuevo interrogó Steve, sin quitar sus orbes azules de su amado Tony que estaba en medio de los dos.
—Mucho… — dijo con un enorme entusiasmo, que al atraer la mirada de los otros, enseguida calmo— al menos yo si… es que tenía mucho sin ir a uno… y adoro a los bebes.
—Muy bien, puedes dejárnoslo a nosotros e irte— le dijo el capitán.
—Ya encargamos que un carro y chofer de la empresa te lleve a tu casa— informó Banner.
— Gracias, gracias y no dejen de decirle a los chicos que gracias por… el baby shower— hablaba caminando hacia el elevador.
—Gracias por cuidarles— le dijo Thor con una sonrisa que casi la hace sentirse culpable… casi pero no.
—No fue nada— respondió con un ademán de mano abordando de una vez del elevador.
—Y tú que temías que hicieran algo malo Bruce— acusó el Capitán.
—Sí, creo que exagere— asintió.
—En su estado… ¿Cómo suponer algo malo de ellos?— sonrió Thor.
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Unos días después de la dichosa fiesta, Tony y Steve se encontraban en la casa que el millonario había elegido y que desde ese día, había estado en constante remodelación para que fuera habitable, el interior ya casi estaba completo, la casa tomó en el exterior un color blanco inmaculado, con techos de color azul oscuro, las piscinas habían sido habilitadas de nuevo, al igual que la fuente y lago artificial.
—No creí que esto pudiera verse así— comentó Steve, apoyándose en uno de los tantos balcones altos que tenía la casa— Creí que querías algo menos… grande— finalizó volviendo a su novio que no quitaba su atención de uno de sus dispositivos móviles.
—Si… bueno cambie de opinión, además como dije este lugar tenía mucho potencial.
— ¿Y la seguridad de los niños? – preguntó Steve saliendo junto con Tony de la habitación en la que se encontraban en esos momentos y que sería la principal.
—Tengo eso cubierto, contrate a Dina Tyler.
—Ah…— murmuró Rogers— ¿Quién es Dina Tyler?— cuestionó mientras bajaban las escaleras hacia el centro del recibidor principal, donde había una mesa con una gran cantidad de arquitectos con planos.
—Es la encargada de la seguridad de los bebés de Hollywood, se encarga de hacer las casas y mansiones de los famosos seguras para cuando llegan sus bebés, incluso jueces la han buscado para revisar las casas de los millonarios en divorcios para que de su veredicto acerca de qué lugar es el mejor para él niño— explicó, guardándose por fin aquel aparatito en el chaleco.
— Suena, supongo, a alguien competente, pero… ¿en serio necesitamos tanto espacio Tony?— emitió la pregunta mientras miraba a su alrededor.
—No solo es para nosotros Rogers— le negó Tony.
—Claro, también para nuestros bebés.
—En parte.
— ¿En parte?
—Los chicos vivirán con nosotros, un tiempo al menos.
— ¿Qué?— preguntó Steve— ¿Cuándo pensabas decírmelo?
—Mmm…—torció un poco la boca el castaño— ahora— respondió causando un suspiro en el rubio.
—Me parece raro que no hayan mencionado nada…
—Ah, es que aún no lo saben— dijo simplemente encogiéndose de hombros.
—Aún no lo…. ¡Stark! ¿Cómo decides eso?
—Yo no lo decidí, fue Fury— se defendió.
— ¿Fury?
—Bueno no propiamente lo decidió, dijo que sería bueno un lugar donde estuviéramos todos para localizarnos rápidamente…pero le echare la culpa de todos modos.
— ¡Tony!
— ¿Qué? El me dio la idea… alguna culpa debe de tener ¿No?
—No…— contradijo — ¿Cuándo terminaran las remodelaciones?— decidió cambiar el tema, viendo a los arquitectos que estaban muy centrados trabajando.
—Si hacen bien su trabajo, nos podremos mudar en una semana.
—Entiendo, entonces, será mejor que empaquemos las maletas y…— se interrumpió al sentir un golpe contra su espalda.
—Oh, disculpe Capitán—se sonrojó una chica, la cual era una de las arquitectas a cargo del proyecto.
—No, descuida— le sonrió este agachándose a recoger el plano que se le había caído a esta.
—Están haciendo un gran trabajo con la casa— halagó el rubio.
—Eso se debe a que es una casa con mucho potencial– correspondió con una tímida sonrisa recordándole a Steve que Tony había dicho lo mismo.
—Es lo mismo que…— de nuevo sus palabras se vieron interrumpidas pero esta vez por un golpe bastante fuerte de Tony en la cabeza, extrañado Steve volteó a verle.
—Eres un idiota Rogers— le reprendió poniéndose los lentes y saliendo de la mansión ante la mirada extrañada de los presentes, el Capitán tardo un par de segundos en reaccionar, y cuando lo hizo corrió tras del castaño persiguiéndolo hasta el pie del comienzo del jardín, donde alcanzó a detenerlo de un brazo.
— ¿Tony, que pasó haya adentro? ¿A dónde vas?
—Lejos de ti, estúpido Capi paleta— le respondió, volteando su rostro de la mirada del otro.
—Pero ¿Qué hice ahora?
— ¿Qué hiciste? ¿Y aún lo preguntas? –. Espetó ¿indignado?— Coquetear con esa pseudo arquitecta.
— ¡¿Qué?! Tony, no claro que no.
—Y en mi cara… eso es por demás Rogers.
—Yo no hice eso.
—No niegues lo que vi con mis propios ojos, eres capaz de tener muchas amiguitas más por allí.
— ¿De que estas hablando Tony?— interrogaba el pobre Capitán.
—Sabes que… no importa sé por qué está pasando esto.
—Qué bueno porque yo no.
—Es porque estoy gordo— se quejó desasiéndose del agarre del mayor.
—¡Ay Stark!— suspiró el rubio, para tomar con una mano la cara del castaño y quitarle los lentes, a lo que este huyó de los dóciles ojos azules— Tony, no estas gordo, estas embarazado… ¿Cómo puedes pensar que yo si quiera considere en ver a alguien más si voy a formar una familia contigo?— tomo su rostro con ambas manos.
—Pero yo ya no me siento… no me siento ya sabes… el genio playboy filántropo.
—Bueno… serás algo mejor que eso Tony… serás el padre de mis hijos— declaró antes de besarle dulcemente— Y para mí siempre serás la persona más deseable del planeta…Stark— se interrumpió un poco— ¿Estas llorando?— preguntó al ver un par de pequeñas y cristalinas lagrimas que intentaban abandonar los ojos del genio.
—No es que se me metió una basurita— dijo sarcástico— Claro que estoy llorando Rogers… es culpa de las hormonas… y tuya también— se quejó quitándose aquellos deje de agua cristalina – Amo a nuestros hijos… lo juro, pero odio lo que me hacen pasar— manifestó sacándole una ligera risa al súper soldado.
—Y aún no nacen Tony— dijo poniendo la mano sobre su vientre suavemente, para luego atraerlo por la cintura y besarlo. Sintiendo unos pequeños movimientos contra su abdomen, haciendo que se separaran.
—Se están moviendo otra vez— sonrió Stark, viendo su vientre.
—Si supongo que demandan mucha atención, como tú…
—Sí creo que te celaran igual que yo— había cierta dulzura en su voz, al imaginar a sus pequeños hijos.
—No me suena tan mal— sonrió Steve, entrelazando sus manos con las de Tony, viéndole a la cara.
Steve sabía que era el amor de su vida, con altos y bajos, estaba seguro que siempre estarían juntos.