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Aunque Seamos Enemigos por Midoriko Sama

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Notas del capitulo:

Sigamos con el segundo capi. Es uno de mis bebés favoritos así que disfrutenlo...

se vale comentar...

Capítulo 2: Encuentro.

 

Los pasos eran tranquilos. No había prisa así que era mejor caminar con precaución. Un chico de cabellos azulinos lo esperaba en compañía de otro joven pelilila. Se impresionó un poco al ver al primer hombre, pero lo disimuló con una expresión de indiferencia, como si no lo conociera. Ambos contenían equipajes discretos y lentes oscuros puestos. Se acercó poco a poco hasta que se dio cuenta de que no recibiría un saludo por parte de ellos. Se les quedó mirando fríamente para decir:

--El vuelo será placentero, ¿No, caballeros?

--Es correcto, Death Mask… será tranquilo si alguien no nos intercepta…

--No sabía que Shion arriesgara a su propia familia… Mu…

--Tú sabes, un líder tiene que conocer los gajes del oficio para triunfar…

 

Calló. El hijo de Shion era muy astuto. Lo escribió mentalmente para recordarlo en cualquier otro momento. Caminó a la salida. Los otros dos imitaron a Death Mask y pronto abordaron el avión privado rumbo a Japón. En cuanto entraron se sentaron, Aphrodite al lado de Mu y Death enfrente de ellos. El piloto anunció su despegue y todos se abrocharon sus cinturones. No dejaban de verse, como si temieran una emboscada. Pero sólo encontraban las frías miradas de ellos mismos. Era una situación bastante molesta para todos.

 

Para romper el silencio y después de un par de horas, Mu opinó:

--¿Desean algo de tomar, caballeros?

--Sí, yo quiero una copa de vino. –contestó Aphrodite para decir algo.

--Una lata de cerveza… -- respondió escuetamente ante la incredulidad del otro. Mu asintió con la cabeza y se dirigió al pequeño bar, no sin antes mofarse del maleante italiano:

--¿En serio deseas una lata de cerveza?

--No me hagas repetírtelo, Mu…

--Pero, es que hay más bebidas… o ¿Es que sólo estás acostumbrado a néctares de bárbaros?

 

Perdió la paciencia. Tomo su arma rápidamente y la dirigió al hijo del jefe contrario. Aphrodite también sacó su revólver y apuntó a Death Mask sin pensarlo. Su voz era firme y sin temor su dedo se colocaba en el gatillo:

--Si hieres a mi superior, ten por seguro, Death Mask, que acabarás como coladera cuando termine contigo…

--¿Me crees tan lento, Niña bonita?

--¿Piensas ofenderme con eso? No sabía que fueras tan educado, Death Mask…

--Bajen las armas, por favor… --dijo Mu sin inmutarse.

 

Era cierto que ya había sobrevivido infinidad de veces en tiroteos, pero nadie le aseguraba que saliera ileso de uno de ellos. Aphrodite y Death Mask bajaron lentamente sus armas y se sentaron para después mirarse con odio desmedido. Mu seguía sirviendo en el pequeño bar las bebidas solicitadas y, en cuanto terminó, las colocó en una bandeja que se hallaba fija en medio de los asientos. Death entonces abrió la boca sin dejar de ver a Aphrodite a los ojos para comentar:

--Tómalo tú primero, Mu… no quiero que me dañe el estómago…

--Bien. –sorbió un trago y la dejó en la mesa. Después, le brindó la copa de vino a Aphrodite y tomó de la bandeja su Brandy brindando: A su salud…

--Salud… --exclamaron los dos sin dejar de mirarse.

***

--No quiero que esto salga mal, Shion… debemos acabar con esa golfa que se está metiendo en nuestro territorio…

--¿Quién te crees que eres para designar tu lugar como “territorio”? ¿Un perro, Saga?

 

Saga rió estrepitosamente mientras que Shion levantaba una ceja en son de burla. Se habían reunido para hablar sobre asuntos de la Mafia. Unidos por una solo causa: exterminar a la Mafia de Oriente.

 

La solvencia económica era similar entre ellos, podría incluso decirse que poseían gustos similares, pero la gran diferencia se notaba en la mirada hacia Mu. Uno lo poseía con su vista, mientras que el otro, el padre, lo observaba con sobreprotección. Dos reyes no pueden gobernar un país, así como tampoco ellos dos podían conservar a Mu al mismo tiempo. Alguien, fuese quien fuese, debía asumir el control sobre Mu. Cualquiera que fuera el camino de los dos, Mu era el fin, la esperanza, el placer y la solución a todos sus problemas.

 

Shion tomó su pipa para llevársela a la boca e inhalar su humo producido. Saga, a diferencia del otro líder, bebía un vino de Toscana, al mismo tiempo que se turnaba para fumar su puro. Saga se lamió los labios y meditó las palabras de Shion. Dio su respuesta antes de reír lascivamente:

--Podría serlo si se me ocurriera violar a esa bastarda de Saori… pero con una basura como ésa, me conformaría con escupirle en la cara…

--Te recomiendo que vayas a un Psiquiátrico… estás alucinando…

--¿No me digas que me lo recomiendas por el trabajo que hicieron contigo? Si es así, entonces liquídalos… --volvió a reír socarronamente. Shion de nuevo alzó la ceja en modo de desaprobación y le objetó:

--¡Qué gracioso te has vuelto, Saga!

--Y, por cierto, mi estimado Shion, he oído que la bruja de Saori tiene a más gente a su cargo… ¿Será prudente matarla así?

--Claro, antes de que forme otra alianza con los rusos y los Yakuza (1)… si todos ellos nos ganan el terreno, estaríamos muertos…

--Pero, por otro lado, se desencadenaría una guerra sin tregua alguna…

--¡Ay, Saga! Te lo voy a explicar más despacio… --sonríe a pesar de que al otro no le ha dado gracia su comentario. –Si le quitas la cabeza al dragón, por más que quiera defenderse, no podrá… así tiene que pasar… el dragón se moverá, pero no hará nada atinado si no tiene órdenes que obedecer y la policía se encargará de limpiar su desastre y toda la Mafia desaparecería…

--Eso espero, Shion… sino, tú lo pagarás caro…

 

Shion rió antes de llevarse la pipa a la boca y Saga se pasó la lengua por los labios, esperando el momento en que fallaran los enviados…

 

***

La noche cayó rápidamente debido al clima y la ubicación de ese frío país. Delicados copos de nieve eran manipulados por el viento cruel de la temporada. Afuera, los niños jugaban con la nieve mientras que las madres cuchicheaban con otras mujeres. Los rostros de todos denotabas manchas rojizas debido a que el frío castigaba sus rostros. Adentro, la vista de la Plaza Roja de Moscú se apreciaba en el contorno los grandes palacios del antiguo imperio Ruso. La calefacción estaba prendida y las ropas gruesas no faltaban en los cuerpos de las Cabezas Narcotraficantes.

 

Saori Kido, sentada en un cómodo sillón, observaba a los niños jugar. Le dio nostalgia, pero se despojó de esos pensamientos al notar que uno de sus muchachos le tocaba el hombro y le informaba:

--Señora, ella está aquí…

--Gracias, Shiryu… --dijo tranquilamente mientras era custodiada por dos de sus escoltas mujeres: Marín y Shaina.

 

Entraron  a la habitación dos chicos de aproximadamente 15 años. Uno de ellos, rubio, y el otro de cabello verde se colocaron a los costados de otro sillón. A continuación ingresaron La líder de Rusia y otros dos jóvenes más maduros. En uno de ellos, su cabello aguamarina caía sobre sus hombros, mientras que el otro chico poseía una larga cabellera azul rey. La chica rubia con piel morena se sentó del otro lado algo molesta y de su boca, salió una voz dura:

--Espero que no te tardes mucho, como la otra ocasión, Saori…

--Así que estás ocupada, mi querida Katya Nicolaievna Tokarev… --le respondió de una manera sarcástica, pero se tornó seria, colocando sus manos sobre la mesa de cedro –Te he citado aquí porque necesito informarte de los movimientos de Europa del Este…

--¿Lo de Shion y Saga? –preguntó la nombrada Katya depositando su espalda en el respaldo de su asiento. Con una mueca de desprecio señaló: sí, ya me enteré… y, bueno, ¿Qué deseas de mí?

--Tu alianza conmigo, por supuesto… Sabes que ya se están moviendo y a ti eso no te conviene…

--Lo sé, pero, ¿Qué me darás a cambio, Saori?

--Te propongo algo, la mitad de lo que ganemos en esta guerra, te lo brindaré… a lo que deseo llegar –intercambió miradas con los “rusos” y continuó –es que debemos tronar  a Shion y a Saga de su organización… planean asesinarme, es lo que entendí, pero no se les va a cumplir…

--Por mí estoy bien de los dos lados. Lo más probable es que, después de tu muerte, me busquen… --tomó de su chaqueta una cajetilla de cigarros. Tomó uno y le dijo a un subordinado: fuego…

 

El chico de cabello aguamarina sacó del bolsillo de su pantalón un encendedor y se lo prendió a su superior. Ésta dio una fuerte bocanada y continuó:

--Lo que menos me importa es tu muerte, Saori. De todos modos, no me cuesta quitarte tu parte… incluso, -sacó su arma y le apuntó a Saori –no me importa quitarte la vida aquí mismo.

 

Todos tocaron su arma como posibilidad de algún atentado a la Líder de la Organización de Oriente. Katya rió a carcajadas y guardó su arma en la chaqueta. Se enderezó y pronunció en su acento áspero:

--Déjame pensarlo un poco. Si no veo algún resultado por tu parte, entonces me uniré… todo depende de que tanto se muevan ellos… por mi parte, es todo lo que tengo que decirte… --se levanta de su sillón y camina a la puerta. Los demás guardaespaldas la siguieron y Katya se volteó a donde estaba Saori –Que disfrutes tu estadía en Moscú… te mereces unas vacaciones…

 

Salió de la habitación dejando a una Saori totalmente sorprendida. Ésta se apoyó en el respaldo dejando caer su cuerpo y pidió su opinión a sus subordinados:

--¿Creen que será posible que coopere?

--No lo sé –contestó un chico de cabello azulino oscuro, Ikki –debe haber una razón poderosa para que se nos una, mi señora…

--Yo pienso que lo más probable sea que esperemos a que la pierdan… --contestó un Shiryu sereno –por lo pronto, dejemos que Midoriko se encargue de todo…

-Creo que es lo mejor, muchachos…

Continuará...

Notas finales:

***

(1) Yakuza: es la mafia de Japón. Los Yakuza al entrar en la mafia, tienen que tatuar su cuerpo totalmente y matar a alguien. A pesar de que son muy peligrosos, la gente le tiene respeto, Irónico, ¿No?

 


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