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ACORDE GEMELO por andherezu_rosui

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Notas del capitulo:

Ok aqui estamos con la continuacion... Ya nos falta poco para ver el final gracias a todas las que aun continuan leyendo y aguardando cada capitulo...

Espero que lo difruten...

 

Capítulo 60

 

Fugaku no esperó jamás que las cosas pasaran como lo habían hecho…

Desde el principio parecía que todo había salido mal. Pero aun así siguió adelante, confiado de que había hecho lo mejor que había podido para proteger a su derruida familia, acosta de la felicidad que pudiese tener en su futuro, había tomado decisiones duras y en ocasiones difíciles de olvidar.

Cada decisión amarga le hizo ver y entender que el precio que pagaría por ello, seria extremadamente alto. Sabía desde el principio que estaba solo… Él mismo así lo había decidido…

Si de algo se arrepentía en ese instante, sería el ser incapaz de reparar el daño que había causado en las mentes de sus hijos. La impotencia de ver las marcas en el cuerpo de su hija Shizune al recibir aquella tortura y sobre todo su ineptitud al no saber comprender a Itachi y su deseo de formar parte de un núcleo familiar cálido…

Parecía que desde su nacimiento lo único para lo que era ser bueno, era para hacer sufrir a las personas… Desde su madre biológica hasta la mujer que creyó lo era, para cada una fue el vivo recordatorio de lo que habían perdido, Mikoto, Minato y Kushina también habían aguantado recuerdos horribles por su culpa y su actitud indecisa, sus hermanos ahora por su causa habían sido marcados con la pena de saberse asesinos, lo había visto en los ojos serenos de Kakashi aquella noche después de dispararle a aquel hombre en el suelo, algo había cambiado en sus ojos, en la mirada de Rin la incertidumbre también era visible, por su culpa las manos de ambos se habían manchado de sangre. Su sangre era una maldición, tal como había dicho Danzou una vez hacia mucho cuando aún era un muchacho influenciable e inmaduro, en aquel momento no lo había aceptado como tal, pero ahora veía porque lo decía… Y quizás aquel desgraciado tuviese razón…

Un ser como él, nacido de la más brutal manera, no podía ser diferente. Causo dolor a su madre que le había revelado su origen y su casta, probó de primera mano el sabor amargo de lo que fue llevarlo en el vientre... Para su madre él era como una marca imborrable que había destruido su pureza y su mundo… Y aquella verdad lo había dejado en un estado similar al enajenamiento, un letargo que le hizo insensible a su nueva verdad y le permitió sobrellevar las miradas desdeñosas de sus hijos y los reproches que estos les dedicaron. Quizás solo se había puesto a pensar en esto ahora porque al fin había encontrado un momento para enclaustrarse en sus propios pensamientos… Y hundirse en su propia autocompasión…

Llevaba encerrado en el despacho desde que había regresado de la empresa, no había ido a la habitación de su hija Shizune para saber cómo seguía. Tampoco había anunciado su llegada a Mikoto que parecía trabajar en el jardín arduamente. Se había fijado que Itachi no estaba y lo más probable era que no regresara en un buen rato, y seguramente los gemelos preferirían vomitar bilis antes que verle la cara. Así que se metió en el siempre seguro despacho y se aseguró de cerrar bien la puerta antes de servirse un vaso con brandy y dejar caer su cuerpo repentinamente cansado en su silla de escritorio…

La botella de brandy llevaba más de la mitad consumida a esas alturas desde que había decidido enclaustrarse así mismo, como siempre el licor parecía agua para el negándole el ansiado descanso que buscaba al ingerirlo en proporciones descabelladas. Quería que la bebida le proporcionara un efecto relajante y le impidiese pensar, quería alejar sus pensamientos destructivos y pesimistas sobre un futuro que no estaba aseguro de siquiera tener…

Sirvió el enésimo vaso de brandy y lo contempló con expectación vacía, se preguntó qué estaba haciendo y también que es lo que debía hacer… Incoherencias que le causaron gracia al ni siquiera entenderse así mismo. Levanto el vaso de brandy en un brindis y lo terminó de un solo trago, quería emborracharse y olvidar, quería dormir y soñar con el futuro que no podía tener, el futuro que había perdido al elegir caminar solo…

Quería dormir y simplemente soñar…

¿Acaso era demasiado difícil pedir eso? ¿Qué tenía que hacer, para que al menos en sus sueños todos fueran felices? ¿Era mucho pedir? ¿No había una forma de arreglar las cosas? Si alguien sabia la respuesta, estaba seguro de que no se la daría tan fácilmente…

Se recostó sobre el respaldo de su silla y mientras giraba pudo divisar el estuche negro de Ébano, con sorpresa se preguntó qué hacía arrinconada en su despacho. Aquella funda la reconocería donde fuera, así que con lentitud se levantó para alcanzarla, constato con reticencia que a pesar de que su mente aún estaba lucida su cuerpo parecía haberse embriagado con el brandy y sus pasos fueron titubeantes y torpes hasta llegar a su objetivo…

Saco a Ébano de su estuché, admirado la contemplo brillar reluciente en sus manos a pesar de ser un instrumento de edad seguía luciendo como si estuviera recién hecha. Sus dedos delinearon la lisa cobertura del muelle y el sonido de las cuerdas rasgadas accidentalmente le detuvo de su inspección…

-Es nostálgico… - Susurro a nadie en particular descubriendo su voz ronca por el alcohol… Se dirigió con tranquilidad de vuelta a su sillón, sentándose con las piernas cruzadas reposó a su vieja amiga en sus piernas antes de averiguar que era lo que hacía.

Sus manos parecían inquietas con ébano lista para comenzar algo que no estaba seguro lo que era… En su corazón sabía que deseaba, pero su mente aturdida y atormentada le detenía. Observó el brandy en su vaso y sin desear pensar más hizo aquello que sus manos parecían no haber olvidado aun…

El primer acorde salió desentonado casi letárgico desde sus dedos, una vieja melodía comenzó a tomar forma conforme su tristeza se abría paso entre sus dedos entumidos… Sin darse cuenta se dejó llevar por los acordes y obtuvo el alivio que el brandy no consiguió darle… De pronto fue como si hubiera encontrado todas las respuestas que buscaba y ante él la tristeza iba convirtiéndose en nostalgia, estaba tan sumido en aquella sensación que no se dio cuenta de que la puerta que había estado cerrada apartándole del mundo había sido abierta por un par de manos que miraban con incredulidad lo que hacía.

Siguió tocando ignorante de lo que pasaba a su alrededor, mientras su perdida voz tarareaba las letras que había escrito para aquella melodía en los tiempos en los que pensaba que su futuro aun podía ser diferente… Los tiempos en los que su mundo aun podía ser salvado…

Finalizó su actuación con un melancólico suspiro, sin soltar la guitarra que en otros tiempos había sido su compañera y que ahora parecía haberle recibido como una vieja amiga…  Sostuvo a ébano y la observó solemne, justo antes de escuchar y percatarse de las dos presencias en su despacho que con desconcierto indagaron.

- ¿Esa canción es suya?

- ¡Sasuke! ¡Sakura! – Les llamó asombrado de verlos ahí, levantándose de la misma impresión los observó sin atreverse a decir más. Pues hasta hacia unas horas había estado seguro que ninguno de los dos quería verlo de ninguna manera.  

*

Sasuke no lo habría creído de no haberlo visto por sí mismo. Pero la evidencia de haber visto lo imposible seguía firmemente sujeta en las manos de su progenitor, estaba seguro de que su hermana estaba igual de desconcertada que él. Cuando decidieron ir ahí lo habían hecho porque la casa parecía que iba a consumirlos de seguir en aquella miseria que les rodeaba desde que su hermana había vuelto en los brazos de su padre.

Lo había pensado tras cansarse de llorar y auto compadecerse, su mente había entrado en un extraño lapso de descontrol con todo lo que había pasado, no lo había podido tolerar y al final había lastimado a la persona que más quería… Había hecho lo imperdonable a la criatura que menos se merecía su crueldad. Había sido un cobarde escondiéndose en sí mismo y finalmente lo había aceptado.

Lo que tanto se había estado negando así mismo, la pequeña pero factible posibilidad de que todos a su alrededor tuvieran razón con respecto al hombre que los miraba con culpa en los ojos. Fugaku Uchiha no era el monstruo que habían creado sus mentes y su distancia… Y sí ese simple hecho era cierto ¿Qué otra cosa podía estar mal cuando pensaba en su padre?

*

Sakura lo sabía. Al fin era consciente de lo equivocada que había estado al huir como lo había hecho. La forma en la que había pasado todo la había rebasado, y le habían orillado a cometer error tras error, sumida en la desesperación que su dependencia había creado. Quizás de todo lo que había pasado lo único bueno que había podido sacar era el hecho de haber aprendido a valerse por sí misma.

La falta de Sasuke le había enseñado a aguantar el dolor por sí misma, y ahora podía volver a su lado y ser un ancla para él, así como muchas veces Sasuke lo fue para ella. Ahora lo sabía y lo había aceptado, el hombre frente a ella la había obligado a crecer y había ido ahí para decírselo. Ahora que estaba más tranquila y que lo peor había pasado era capaz por primera vez de decidir qué era lo que quería hacer.

Y junto a su hermano había ido ahí decidida a enfrentarse a las dudas que aun la asolaban y les causaban dolor a sus seres queridos. Estaba dispuesta a poner en tela de juicio todo aquello que había estado mal desde el principio. Tal como Ino le había pedido antes de ser herida por su culpa, habían ido ahí para conocer al hombre que en realidad era su padre… Pero…

*

¿Qué se supone que debía hacer? Los gemelos lo observaban críticos quizás a la espera de la respuesta que no les había dado. Pero sentía que su cuerpo se había agarrotado con solo verles ahí de repente.

La sombra de la desesperación que les había embargado unas noches antes no parecía empañar sus ojos, al contrario, parecían serenos y dispuestos a escucharle. Los nervios estaban haciendo de las suyas, sentía que sus manos comenzaban a temblar ante la mirada de sus hijos menores ¿Siempre habían tenido esa mirada penetrante? Se preguntó inquieto ¿Qué es lo que pensaban mientras le sometían a tal escrutinio? Ya no estaba seguro de querer averiguarlo… Pero algo le decía que quizás esa era la única oportunidad que tendría para dar el primer paso…

- ¿Qué hacen los dos aquí? – Preguntó sin querer en tono severo, así que tuvo que aclararse la garganta para explicarse- Es decir… Creí que no querían verme si podían evitarlo…

-No queríamos…- Dijeron al unísono interrumpiéndolo abruptamente. Aquella declaración había sido un golpe al estómago y le había impedido respirar por algunos segundos lleno de decepción… ¿Qué era lo que esperaba escuchar? Era evidente que eso le dirían…

-Pero escuchamos música… Nos atrajo aquí…- Dijo Sakura agachando la mirada insegura. Observó con fascinación a su pequeña hija, las marcas del llanto y la falta de sueño aun ensombrecían su rostro, sus mejillas pálidas delataban los rastros del estrés al que estuvo sometida todos esos días y las ropas que usaba delataba la pérdida de peso en su cuerpo. Sasuke mostraba los mismos indicios, las evidencias de lo torturados que ambos estuvieron seguían aun es sus cuerpos…

-Ya habíamos escuchado que solía tocar en una banda…- Le contó Sasuke inquieto igual que su hermana. Notó que con esfuerzo buscaba una forma de hablar con él. – Nii-san nos mostró un viejo video y algunas fotos…

-No tenía idea de que algo de eso existiera aún…- Comentó curioso.

-O… Otto-sama…- Le llamó con dificultad la menor de sus hijos. – ¿Podrías…?

- ¿Por qué termino todo así? – Intervino Sasuke tomando la mano de su hermana en mudo apoyo. Sin embargo, Fugaku no sabía que decir ante esa pregunta… ¿Qué tan difícil podría resultar explicar sus motivos? La otra noche lo había intentado, aunque no lo había conseguido y al final había renunciado a salvar las distancias con sus hijos y aceptar su desprecio era más fácil que buscar responder aquellas preguntas que resultaban dolorosas aun ahora…

Sabía que debía responder, era su oportunidad de enfrentar su pasado y liberar su alma del peso que había cargado solo. Pero no se atrevía a hacerlo… En su corazón seguía plantada la culpa que le indagaba ufana ¿Qué derecho tenia para hacerlo? Él no podía simplemente tomar aquella oportunidad tan tranquilamente y desahogarse. No podía engañarse a sí mismo y debía preparase para lo peor… ¿Aunque que más podía ir mal ahora? Se dijo consiente de que quizás lo peor ya había pasado…

- Esta bien… Hablemos… Yo ya estoy cansado de estar solo…- Les dijo dándoles la espalda y colocando a ébano en el escritorio. Al contemplarla, aquella guitarra parecía darle ánimos para seguir con aquello… Se giró a sus hijos y los miro tomados de las manos y entonces les sonrió con ternura, al recordar la primera vez que los había visto hace ya mucho tiempo…

La incomodidad en ambos menores fue instantánea, era evidente que no sabían que era lo que pasaba con él. No los culpaba, era natural que reaccionaran así a una muestra de afecto de su parte. Desde que los conoció solo habían recibido migajas de su atención y toneladas de desdeños… Cosas que no podía evitar al tener la necesidad de controlar sus acciones y no cometer errores que le mostraran a Danzou su debilidad… Había conseguido protegerles del verdadero monstruo, pero en cambio había moldeado esa imagen de sí mismo en sus mentes y eso era difícil para ellos.

-Sentémonos a hablar. – Les invito mostrándoles el camino hasta la mini sala en su despacho.

Esperaba que algo bueno saliera de aquella platica. Realmente deseaba que ambos pudieran darle la oportunidad de convertirse en el padre que ellos siempre necesitaron. Ya no eran tan pequeños como para arroparlos o para canciones de cuna… Ya no había manera de poder hacer eso para ellos, solo podía hablar… Y contarles los porque, los cómo y los tuve, que marcaron su relación…

La noche estaba por caer y el día desaparecería para nunca más volver, y sin embargo algo parecido a la gratitud se formó en su ser al contemplar el ocaso cayendo atreves de la ventana…

*

Finalmente, su hermana había vuelto, Naruto sintió alivio al verlo cruzar la puerta principal y pedirles disculpas a sus abuelos, todos habían estado preocupados por su repentina actitud. El y Ino no podían hacer nada para explicarse. No tenían manera de hacerlo. Ni siquiera él era capaz de comprender como había pasado todo…

Le dolía más que el brazo… Su corazón estaba herido y no había manera de sanarlo… Su piano le había sido arrebatado, su corazón había sido destruido por la persona a la que amaba y sus esperanzas de verle feliz habían arruinado todo… Contemplando la luna desde el balcón en su habitación se preguntó que estaría haciendo Sasuke… ¿Estaría todavía solo en aquella destruida habitación? Ojalá que no…

Quería pensar que ya no estaba solo. Que al fin había decidido escuchar y empezar de nuevo… Quería haber sido parte de ese nuevo comienzo. Una sonrisa amarga se plasmó en su cara y se dijo con pesar que los sueños solían serlo porque la mayoría no se hacía realidad…

Giró su cabeza al sentir a alguien tras él, descubrió a su hermana vestida ya con un pijama sencillo extendiéndole la mano para ir a dormir. Tomo la mano que le ofrecía con la mano herida o por lo menos lo intento, inútilmente, su brazo se estiro en dirección a su melliza, pero su muñeca no giro y sus dedos no se movieron… Más parecía haber colocado su mano sobre la que Ino le ofrecía que tomarla entre la suya.

El silencioso semblante triste de Ino le dejo ver su propia melancolía… Eran conscientes de que quizás las cosas no fueran lo mismo después de irse de Japón, pero no podían saberlo aún. Sus abuelos habían sido rotundos después de que su hermano había regresado. El tiempo estaba en cuenta regresiva y ellos se irían de Japón para quizás no volver jamás…

-Una semana es mucho tiempo…- Le dijo a Ino que simplemente asintió para acercarse y abrazarlo. –Ojalá podamos verlos por última vez…- Pidió taciturno sintiendo que el abrazo de su hermana se aferraba más a él…

*

Unos días después… Itachi aún se sorprendía de los cambios que veía en sus hermanos menores, seguían reclusos en la casa sin dignarse a volver a la escuela, aprovechando que los preparativos para el festival seguían en su apogeo y que las clases como tal no se estaban dando. Por Hinata mantenían sus tareas y trabajos al corriente y con ayuda de Shikamaru había conseguido justificar las faltas de ambos sin mayores problemas.

Lo que aún no acababa de comprender era como fue que ambos menores habían decidido por cuenta propia ir donde su padre para al fin dignarse a escuchar lo que tenía que decir. Era un cambio mínimo, pero al menos ambos estaban comiendo de nuevo y sus habitaciones destruidas habían comenzado a tomar forma de nuevo.

Yue no había podido salvar mucho de ambas habitaciones, pero como bien había dicho la doncella no había nada roto en esa habitación que no pudiera ser remplazado. Incluso visitaban a Shizune que aún convaleciente era mantenida en contra de su voluntad en su propia habitación. Ella también parecía cambiada de alguna manera, agradecía que el secuestro y torturas que sufrió, solo hubiesen dejado marcas físicas y no emocionales como había pasado con Shikamaru según se había enterado después por una visita de Hinata.

Le parecía gracioso que la Hyuga se pusiera a la defensiva con él, cuando hablaba de Shikamaru, él podía decir con certeza que el joven Nara era especial y que lo amaba… Pero estaba seguro también que el afecto que le profesaba era diferente ahora. Por eso, no dudo de dejarle claro a la Hyuga que no perdonaría de ninguna manera que ella lo llegara a lastimar, regresándole las mismas palabras que unos años atrás ella le había dedicado cuando recién comenzaba a salir con el castaño. Lo hacía feliz que Shikamaru la tuviera a su lado, sabía que ella era lo que el necesitaba en esos momentos de fragilidad a los que se enfrentaba, y de cierta forma resultaba decepcionante perder parte del vínculo que los unía para darle paso al nuevo amor… 

Pero, el cambio en la actitud de los gemelos no era del todo satisfactorio, había algo que aún se negaban a tratar y cada vez que lo mencionaba las miradas esquivas de ambos eran la pared invisible que evitaba el confrontamiento. No sabia que hacer y tenía miedo de que el tiempo se les acabara.

Deidara le había dicho que se irían en menos de tres días… Y la pregunta era ¿Cómo lograría que sus hermanos recapacitaran y fueran con Naruto y Ino antes de que fuera tarde? Había pensado en sus opciones y obligarlos parecía lo más lógico, aunque sabía que su lógica distaba mucho de la realidad.

- ¡No sé qué hacer Nee-san! ¡Esos mocosos siguen en negación! - Se quejó a su última opción si Shizune no podía pensar en nada estaba seguro de que nadie podría.

-No te preocupes, ya se nos ocurrirá algo… Ellos solo están confundidos, dales algo de tiempo…- Dijo la mayor en tono conciliador.

- ¡No lo entiendes Nee-san! ¡Ese es el problema ya no les queda tiempo! ¡Sé que si dejan que esto pase se arrepentirán mucho!

Shizune pareció pensar profundamente lo que diría, pero al final su mudo entendimiento fue suficiente para comprender que ella tampoco tenía una respuesta. Al final todo se reducía a la voluntad de los gemelos, si ellos no se decidían no había poder humano que pudiera hacer algo al respecto… Y eso no podía entristecerlo más… Con anhelo pidió a los cielos que alguien quien fuera les diera el empujón que necesitaban… Antes de que el tiempo se termine...

Continuará…

 

 

Notas finales:

Por cierto tengo una pagina de face si les parece busquenla con el nick de mi usario ahi encontraran la pista que fugaku toca en el fic es de un anime raro de detectives...

Me gusto la cancion es bastante acertada a los sentimeinto de fugaku...

Nos vemos


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