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ACORDE GEMELO por andherezu_rosui

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Notas del capitulo:

Hola aqui de nuevo con un capitulo mas!!!

Ya estamos cerca del final!! 

Me da un poco de tristeza pero muchas gracias a todas por seguir aqui conmigo!!

Visiten la pagina de face me ayudarian mucho con los likes para que no me la cierren XD 

Lean y disfruten!!

Capítulo 61 Sin mirar atrás…

 

- ¿Qué son esas caras? – Les preguntó casi burlón. Los gemelos desde aquella tarde que le habían descubierto tocando, habían adquirido la curiosa costumbre de ir a su despacho en cuanto él llegaba de la oficina y se encerraba. No es que le desagradara su compañía o algo, al contrario, sentía cierta expectativa llenarlo al verlos cruzar la puerta sin mediar palabra para instalarse después en los sillones de la sala con actitud altiva como si no necesitaran permiso para estar ahí... Las caras más saludables ya sin rastros de su anterior depresión, le hacían pensar que iban por buen camino y su estado mejorado le daban la esperanza de que tal vez está haciendo bien algo finalmente.

Le daba cierto regocijo verlos ahí como a la espera de que la historia que había comenzado aquella tarde continuara. Era consciente de que aquella muda petición de los menores era solo en post de poder conocerle mejor, quizás entenderle. Pero no estaba seguro de hasta qué punto era bueno decirles sobre él mismo… O sobre cualquier cosa que tuviera que haber hecho en el pasado.  

Hasta ahora solo había contado retazos de su pasado, su breve sueño de ser guitarrista, la forma aplastante en la que ese sueño fue destruido. De la insidiosa mirada de su propio padre a la espera de verle cometer errores para recriminárselos en la cara, la aventura y rebeldía que lo llevo a irse de casa y conocer a su madre. Les había dicho como estúpidamente fracasó en su intento por ser feliz, y como la felicidad no quedo empañada únicamente porque su madre había gestado a Shizune en su vientre, a pesar de que eso tampoco duro.

Les había contado sobre las amistades que habían logrado perdurar a través del tiempo y lo importantes que habían sido para que él no cayera en el abismo de locura al que pretendían sumirle su padre y Danzou Shimura.

Les había contado lo mal que se sentía después de haber condenado a Mikoto al mismo infierno que el llevaba soportando tanto tiempo y también les había dado a entender que quizás no era merecedor del amor que Mikoto le había dado al llevarlos a ellos en su vientre… Le había alegrado ver que incluso ellos habían mostrado cierto cambio en su actitud antes indispuesta con ella gracias a lo que él les había dicho.  

Pero no les había dicho una sola palabra sobre su verdadera madre, aquel doncel cuyo único pecado fue confiar demasiado en su propio hermano gemelo que terminó por romperlo de maneras que nunca espero averiguar. No les dijo que realmente era un monstruo de nacimiento. No quiso que ellos supieran lo horrible de su estirpe, ya era suficientemente malo que Rin y sus amigos lo supieran.

Le sorprendió que sus preguntas se centraran más en confirmar cosas que tal vez Shizune les había contado de niños. Que si era verdad que solía jugar con ella por la mansión, que si llegaba temprano solo para cenar con ella, que si era cierto que le contaba cuentos para hacerla dormir… Que si Danzou no hubiera existido… Ellos también podrían haber tenido los mismos recuerdos que su hermana…

Y mientras preguntaban todo eso… Le habían aguijonado con sus caritas lastimeras y vulnerables, le habían hecho más daño que nunca al recordarle su negligencia. Le recordaron por qué le odiaban y también que el que estuvieran ahí con él cada tarde, no cambia el hecho de que ellos estaban total e irremediablemente fuera de su alcance… Para ellos el solo era un desconocido, que vivía de casualidad en la misma casa y del cual no podían desprenderse por más que lo intentaran… Bien habido se lo tenía y buen castigo también era tenerles de compañía… El elocuente recordatorio de que les había fallado a pesar de todo…

Sin embargo, el verlos nuevamente ahí sentados a la espera de que él les diera indicios de querer hablar, lo hacían estúpidamente feliz…

-Es raro verlo aquí tan temprano… -Comentó Sasuke esquivo, era evidente que no quería responderle su pregunta inicial.

-Decidí descansar hoy. Los preparativos para el anuncio ya están listos… -Le dijo poniendo el libro que tenía en sus manos y que tenía pensado leer, justo antes de que ellos decidieran irrumpir en su despacho devuelta en el librero. - Solo queda esperar a que tu hermana este más recuperada, para que esto por fin me dé un suspiro…

- ¿Enserio van a seguir con eso? - Indagó con escepticismo Sakura hundiéndose más si podía en el sillón. Él la observó con una ceja arqueada, detalles como ese le hacían pensar que sus divagaciones por ser odiado quizás podían ser vanas y alimentaban su esperanza, ver a su hija retozar sobre el sofá tan cómoda y sin tensión en su presencia era casi alentador. Y que Sasuke siguiera el mismo ejemplo prácticamente acostado sobre el otro sofá lo hacían casi saltar de alegría. Era como si ya hubiese cruzado el portal que la desconfianza hacia su persona había labrado en ellos.

- ¡No puedo creer que Shizu-Nee quiera hacerlo! – Comentó Sasuke con aires de recelo. - ¡Es el plan más estúpido que he escuchado! ¡Yo no lo creería!

-No sean tan severos. No es como si no fuera totalmente razonable y también es el deseo de Shizune… ¿Todavía puedo contar con ustedes para esto?

Ninguno respondió inmediatamente sopesando las circunstancias de aquella platica hasta que unos segundos después un asentimiento de cabeza fue lo único que recibió como respuesta. No es que no comprendiera del todo su reticencia, pero su hija mayor quería volver como miembro legítimo de su familia, deseaba volver a portar su nombre por derecho propio y había decidido renunciar al nombre que había adoptado para mantenerse oculta de sus ojos. Quería volver a ser su primogénita y darle a Itachi la libertar de ser quien el quisiera ser sin atarlo al puesto de heredero de la corporación. El mismo Itachi había estado de acuerdo con la decisión de su hija mayor, y se atrevía a pensar que quizás el mismo la había alentado.

Le hacía feliz poder hacerlo de todos modos. Pero, lograr que la hija que estaba muerta fuera de pronto revivida requería de ciertas artimañas que gracias a sus amigos había logrado sondear y afinar detalles. Era fácil, su hija en efecto habría sufrido un accidente, en efecto había estado al borde de la muerte y naturalmente como heredera principal de sus empresas tal efecto era una calamidad irremediable. Lo que distaba de la realidad para los gemelos ahora, era el hecho de que muy probablemente nadie se tragara su historia de que en realidad su hija solo había estado en un sueño profundo debido a sus heridas, y que en su momento le habían orillado a tomar la decisión de declarar su prematura muerte, era una apuesta arriesgada y casi parecía salido de un mal drama de telenovela pero era la mejor solución que Shikaku, Hiashi, Hisashi, Orochimaru y Rin habían logrado idear en post de ayudarle a recuperar a su primogénita como tal y evitar salir mal parados como empresa en el camino. Muchas familias dependían de él y no permitiría que sus empleados sufrieran a causa de sus problemas.

Sasuke y Sakura al igual que el resto de los implicados con los Uchiha habían sido informados de la decisión de hacer público el regreso de la primogénita de Fugaku Uchiha y como tal de su posición como heredera principal de sus consorcios, pero evidentemente aquel próximo suceso no era lo que tenía a ambos menores pensativos. Sin temor a equivocarse estaba seguro de que los mellizos Namikaze eran el motivo, había escuchado de Itachi y Shizune que se marchaban ese día a Londres con sus abuelos y que los gemelos aún no habían arreglado las cosas con ellos, pero conociéndolos, bueno, suponiendo como eran ambos basándose en sí mismo a su edad, estaba seguro de que sacar el tema primero, sería contra producente.

Muchas veces se tentó a picarlos un poco con algún comentario mordaz, que finalmente dejaba morir antes de llegar a ningún lado. Sabía que los gemelos eran orgullosos y que aceptaran ayuda de la razón por la que todo había terminado mal para ellos ese día no era la mejor opción… Al contrario, probablemente le encontraran impertinente o incluso indiscreto… Y sin embargo cada vez que veía aquellas miradas distantes y escuchaba los suspiros agotados que ambos dejaban salir sin notarlo le hacían preguntarse ¿Cómo podría ayudarlos?

- ¿Papá? – Le llamó de repente Sakura, ganando su atención al instante. - ¿Cómo es que conoces a Ino?

¿Había escuchado bien? Se preguntó así mismo Fugaku ante tan repentina pregunta. Su hija no había cambiado el semblante casi aburrido en su cara y Sasuke a su lado solo atino a levantar la cabeza para girarse sobre su costado en una nueva pose sobre el sofá.

- ¿Eh? – Balbuceo atónito sin saber muy bien que decir.

- ¿Va a decirme o no?

-Eh… Si… Es decir… - Soltó un suspiro contrariado y se cubrió la cara con la palma de su mano para frotarse la cien en post de calmarse. – Ha sido muy repentina la pregunta…

-Sabemos que la estabas esperando…- Intervino Sasuke irónico. –No tienes que fingir sorpresa.

- No, la verdad me ha tomado con la guardia baja…- Le aclaró. - Pero, respondiendo a la pregunta… Si, la conozco, a ambos… - Les dijo acercándose a ellos para sentarse en el sillón de una plaza que quedaba disponible. - Lo cierto es que Kakashi su padre adoptivo es uno de mis hermanos menores… Pero, la realidad es que la conocí en persona por primera vez aquella vez en el hospital cuando resultaron heridos por culpa del subordinado de Danzou… Fue justo antes de ir a verte a tu habitación Sakura…

Fugaku se quedó a la expectativa de que siguiera el interrogatorio que había iniciado la menor, pero parecía nuevamente sumida en su mundo de pensamientos, diseccionando su respuesta.

-Pero eso no explica que ellos…- Habló Sasuke divagando en voz alta sus pensamientos sin finalizar la frase. Aunque no era difícil imaginar de qué hablaba su hijo. Ellos mantenían en su mente el trato que él había tenido con los mellizos, abrazándolos y consolándoles cuando se habían peleado con ellos.

Le recordaban tanto a sí mismo a su edad que resultaba casi doloroso ver como la historia se repetía con sus hijos… En su caso la duda y el egoísmo de sus propios sentimientos había terminado por herir a las dos personas que amaba en ese entonces… Alejando a una con crueldad y manteniendo atada a la otra por su egoísmo, no quería ver a sus hijos hacer lo mismo que él había hecho. Deseaba ayudarlos a decidir y que ambos dejaran de dudar del amor que ambos guardaban en su pecho… La diferencia entre su pasado y el presente de sus hijos era que en su caso su amor no era correspondido de la misma manera y con sus hijos estaba seguro de que los mellizos los amaban tanto como ellos lo hacían…

Quizás si les dejaba en claro eso podría ayudarles a decidir, su experiencia podría hacerles ver lo que tendrían que pasar si seguían neciamente negándose sus deseos más profundos.

-Cuando yo era joven conocí a un chico… Casi después de haber conocido a su madre…- Dijo de pronto, trayendo de vuelta a sus hijos de sus pensamientos. – En cuanto mis ojos chocaron con los suyos el aliento se escapó de mi… Me quede con la boca abierta contemplando a el Ángel que acababa de tocar la puerta del departamento donde vivía con su madre… No estoy muy seguro de que fue lo que le dije en ese momento, pero la sonrisa que me regaló fue tal que supe instantáneamente que deseaba saber quién era…

-Vaya, así que algo como eso también le pasó a usted… - Comentó Sasuke meditando la familiaridad de sus palabras, y rememorando su propio encuentro con su propio Ángel.

-Más pronto que tarde me enteré de que en realidad se trataba del amigo de la infancia de Mikoto y también que ostentaba el puesto de hermano para ella. – Continuó Fugaku sumiéndose en sus recuerdos. – En esos momentos creo que aún no era consiente de mis sentimientos por tu madre, ni siquiera podría imaginar lo que me pasaría unos días después de aquel grato encuentro con él. De un modo muy extraño terminé dándome cuenta de que me había enamorado de dos personas al mismo tiempo… Su madre y él...  Suena a locura, pero había sido tan natural darme cuenta que ambos me tenían en sus manos…

- ¿Y cómo fue que terminó eligiendo a nuestra madre? – Inquirió Sakura recordaba que antes su padre les había dicho de todo lo que su madre había pasado a su lado y que tal vez el fuera el causante del abandono que ella les había hecho, pero no había hondeado en ello. Quizás el otro joven del que hablaba su padre ahora, tenía que ver con eso.

- Porque mi insipiente amor no fue capaz de protegerlo. Ya les había dicho que hui de casa por desacuerdos con mi padre, aunque yo pensé que todo había terminado desde que puse un pie fuera de esta casa, mi padre no pensaba igual. Y tras un tiempo que para mí fue casi el paraíso, la mano de mi padre logro alcanzarme y convirtió mi paraíso rápidamente en mi infierno personal… Los puse en peligro al enamorarme de ellos, y mi necedad terminó por causar un error que no sería capaz de remediar jamás…

- ¿Quieres decir que los atacaron y lastimaron? – Preguntó Sasuke ahora sentado en el sofá mirándolo con expectativa. El asintió.

-Él era violinista. Mi padre había enviado a Danzou a buscarme o al menos eso fue lo que él me dijo, ya que no tuve la oportunidad de reunirme de nuevo con mi padre ni siquiera cuando volví pues él ya había muerto para ese entonces en aquel accidente. Danzou preparo para mí la peor de las torturas, me obligo a elegir, poniéndolos en peligro al mismo tiempo. Apenas logré llegar a tiempo para evitar que arrollaran a Mikoto cuando me enteré de que él había sido brutalmente golpeado. Su brazo derecho no volvería a ser lo mismo y su carrera como músico había sido sentenciada al fracaso. Sentí el terror y la culpa invadirme por completo, pero ninguno me culpo a mí. Pero yo estaba abrumado por todo lo que pasaba y consiente de la amenaza que yo representaba para ellos en ese momento. Tome la decisión de alejarme de ambos… No medí mis palabras con ninguno y dije cosas que fácilmente podría hacer que ambos terminaran odiándome, pero mis imprudencias y las cosas que pasaron entonces terminaron por acorralarme en mi propia miseria… De los dos solo pude alejarlo a él que afortunadamente consiguió ser feliz, pero su madre, ella no tuvo manera de irse de mi lado…

- ¿Fue porque ya esperaba a Shizu-Nee?

- Si… Yo deje ir a una de las personas que más me importaba. Por miedo, por ingenuo y por tonto. Lo herí profundamente y el jamás me lo reprocho. Ni siquiera cuando terminé casado con su madre… Dejé de pensar que le amaba, pero la vida da muchas vueltas y solo cuando lo vi de la mano de una joven vivaz y optimista, que había conocido al mismo tiempo que a mí, fui capaz de darme cuenta de que el amor que tenía por él era meramente platónico, porque de ninguna manera un amor tan débil como el que le profese, podría ser más. Fue la única excusa que fui capaz de idear para renunciar a él sin que la culpa por lo que le había hecho me consumiera al zanjar su futuro como músico. En algún lugar de mi mente solo esperaba que él no me hubiese amado siquiera, que mis palabras hirientes y actos egoístas para herirle hubiesen conseguido que el me odiara.

- ¿A qué te refieres? ¿Qué fue lo que hiciste?  –Inquirió seria Sakura.

- Nada. Como dije antes, solo lo aparte. Desprecie su valor en mi vida y le deje marcharse lejos de mi… Negué la posibilidad de un final feliz para nosotros que no pudo ser. ¿Entienden?

- ¡Pero si no hacías eso, no te habrías casado con mi madre! – Arguyó inquieta Sakura. –No habríamos nacido…

- Es cierto. Ahora lo sé. Pero en ese instante no sabía que la vida junto a su madre sería tan difícil, que tenerlos a ustedes no garantizaría su felicidad. Todo estará bien ahora, pero ¿Cuánto daño no les hice a ustedes ya? Mi error siempre fue dejar que las cosas siguieran su curso. Y le deje muchas cosas al azar… Lo que quiero hacerles entender es que para mí el camino de posibilidades se cerró porque yo mismo así lo quise… Porque no me detuve a contemplar el dolor que se abriría en mi alma al verle de la mano de esa chica… Mi vida ya estaba hecha y la suya también. Y lo único que nos quedó fue la amargura de saber que nunca hubo un nosotros… Que nunca lo habría…- Dijo melancólico. - ¿Ustedes están preparados para eso? ¿Están seguros de que podrán soportar la estocada que será verlos a Naruto e Ino de la mano de alguien más?

Las miradas azoradas de ambos menores le habían respondido por sí mismas.

- ¿Enserio están seguros de dejarlos ir sin siquiera intentarlo? – El respingo de ambos fue instantáneo. Le miraron con miedo en sus pupilas dilatadas y los vio tragar en seco aun con cierta indecisión en su semblante. – Estoy seguro de que sus hermanos no dudarán en ayudarlos a llegar. No deben perder más tiempo.

Las caras de sus hijos le hicieron sentir orgulloso al contemplar en ellas su decisión. Estaba seguro de que había conseguido ponerles a pensar con más detenimiento sus acciones. Dejarlos ir ahora significaba renunciar a su futuro juntos. Ellos aún tenían una luz de esperanza para cambiar su vida y hacerla mejor. Solo tenían que estirar la mano y tomar la que esos dos niños les ofrecían. Se levantaron de los sillones dispuestos a emprender la carrera más rápida de sus cortas vidas y justo antes de abrir la puerta de su despacho para salir en busca de su propia felicidad, una última duda decidió pelear para ser aclarada.

- ¿Papá? – Le llamó Sakura con tono tenue. Sasuke a su lado fue quien pregunto al final. - ¿Cómo se llamaba ese chico? –Él le sonrió sutil y amargo antes de responderle.

-Minato Namikaze… - Respondió sin más apreciando la cara de sorpresa en sus hijos que giraron levemente el rostro para verlo. Cuando cerraron la puerta tras de sí el logro susurrar. - Ese era su nombre…

*

Shizune estaba en su habitación, descansaba en su cama mientras Itachi le hacía compañía al tiempo que le ayudaba a comer una ensalada que su madre le había llevada con la esperanza de no ser rechazada, como antes había pasado. Lo cierto era que no le había costado tanto como pensó aceptar la comida de su madre, ni su breve charla con ella, antes había estado dispuesta a sacarla de ahí, pero tras su conversación con Yue había meditado su actitud y había decidido esforzarse más por comprenderla. Gracias al cielo Itachi había aparecido a tiempo para evitar que el incómodo silencio al terminárseles los monosílabos que pudieran usar como respuesta a sus tirantes preguntas se les terminaran de gastar más si era posible.

Al final su madre había abandonado la habitación casi con alivio en la cara de no haber tentado demasiado su suerte con ella. Itachi le había mirado con complicidad burlona ante su evidente falta de comunicación, pero la había dejado en paz enseguida, tan pronto como ella dijo.

-Es hoy, verdad… - Su hermano se sentó junto a ella después de tomar la fuente con la ensalada y tenderle el cubierto con una pequeña porción de fresas, simplemente se encogió de hombros. Ella frunció el ceño, pero acepto la comida. - ¿Dónde están ahora? –Inquirió de nuevo y nuevamente aquel gesto vacío de hombros, fue la respuesta de su hermano. – Itachi!

- ¿Qué!

- ¡Odio que hagas eso! ¡Si no te interesa más ten la decencia de al menos guardar silencio! –Le regañó.

-Nee-san… Eso fue lo que hice…- Le respondió sínico ofreciéndole un segundo bocado de ensalada. Ella frunció el ceño y gruño en descontento. – Y no es que me dé igual. Pero esos dos son tan raros últimamente que se me acabaron las ideas. A veces solo pienso que si no hago nada mas ellos vendrán corriendo a pedirme ayuda…

De pronto la puerta de la habitación cimbró con un aparatoso ruido al ser abierta tan violentamente. Se quedaron casi inmóviles observando a sus hermanos menores agitados y algo rojos por el esfuerzo de correr que evidentemente llevaban a cabo hasta hace uno segundos, su respiración acelerada era prueba fiel de ello.

- ¡Itachi! ¡Llévanos al aeropuerto! – Gritaron al unísono. Itachi se giró a su hermana con el tenedor aun en alto ofreciéndoselo en un gesto despreocupado para después comentar en tono sabiondo a la mayor que simplemente abrió la boca a la espera de la comida.

-Lo vez, algo como eso. - Shizune asintió solemne mientras masticaba su comida.

- ¡No, nos ignoren! – Chillaron indignados. Entrando un poco más en la habitación. Sin poder evitarlo ambos mayores se echaron a reír por la satírica situación.

–¡¿Van a ayudarnos o no?! – Dijo enojado Sasuke. Shizune se alargó un poco para alcanzar el cajón de la cómoda cerca de su cama, sin borrar su sonrisa divertida. Lo abrió y saco un juego de llaves con un llavero en forma de una rosa blanca, se la entregó a Itachi y este hizo lo propio lanzándosela al mayor de los gemelos que se quedó mirando las llaves en sus manos sin entender que hacer con ellas.

-Mi moto está en el garaje. Hay dos cascos de repuesto, no olviden usarlos. – Le explicó con calma la mayor. – Si van con Itachi nunca podrán llegar a tiempo el tráfico es insufrible en las rutas del aeropuerto. La moto es una mejor opción. –Sasuke dibujo una sonrisa en su cara al comprender lo que su hermana mayor decía y el gesto de Sakura a su lado era idéntico al suyo. La mayor sonrió al ver ese olvidado brillo de anticipación en sus ojos de nuevo, pero de todos modos agregó a modo de advertencia. – Tengan cuidado con los cambios de velocidad… Y si le hacen un rasguño tendrán que pagar las consecuencias ¿Entendido?

El asentimiento confiado de ambos gemelos fue lo único que obtuvo de ellos antes de ver sus espaldas desaparecer por la puerta tan intempestivamente como habían llegado.

- ¿Estás segura de dejarlos ir solos? – Preguntó Itachi.

- Ya es hora de que maduren y se hagan responsables de limpiar sus propios traseros. – Acotó ella, señalando el cubierto en la mano de Itachi y su boca abierta seguidamente.

-Permíteme reformular mi pregunta…- Dijo tomando más ensalada con el cubierto antes de ofrecérselo de nuevo. –¿Estás segura de que darles tu Harley Roja es buena idea?

El sonido ronco del motor de la moto anuncio con violencia su retirada del garaje y el rechinar de las llantas al quemarse le hizo plantearse a Shizune lo fiable de su idea.

-Estará... Bien… ¿Verdad?

-Como yo lo veo, solo espero que no se maten…- Fue la escueta respuesta de Itachi para ofrecerle de nuevo el cubierto con ensalada.

                                                                         *

-Parece que llegamos con mucho tiempo de sobra…- Comentó Kakashi a un entretenido Jiraya que acomodaba las maletas en un carrito de transporte para ir a registrarlas.

-Es tiempo suficiente para hacer todo sin contratiempos. – Declaró sin más. – Niños tendremos tiempo para el abordaje, pueden ir al baño o a ir a tomar algo mientras esperamos el abordaje.

-Gracias abuelo…- Dijo Naruto. Mientras su hermana muda a su lado simplemente asintió. El teléfono de Deidara sonó anunciando un mensaje en ese momento.

-Deidara, procura apagar esa cosa antes de abordar. – Advirtió Tsunade a su lado.

-No te preocupes abuela, aún hay tiempo para eso. –Le restó importancia el mayor de los rubios. Mirando su teléfono para sonrojarse al comprobar el remitente del mensaje que rezaba Itachi-san… Se alejó un poco para leer lo que decía, dejando a su familia extrañada levemente.

- ¡Este niño! – Se quejó Tsunade casqueando la lengua en una actitud impropia de una mujer tan refinada como era ella.

-No se enfade con el Tsunade-sama, Deidara necesita su espacio, ya es un chico grande. –Comentó con dulzura Iruka que iba de la mano de Kakashi.

-Lo sé. Me gustaría que ustedes también vinieran a casa con nosotros. – Agregó apenada la mujer dejando ver su anhelo.

-Tía, sabes que eso es imposible por el momento. Iruka y yo debemos hacernos cargo del club y la casa antes de poder alejarnos de este lugar. Además, prometiste que los chicos podrían volver cuando quisieran.

- ¡No tienes que recordarme mis promesas! Pero mira esas caritas perdidas…- Le dijo señalando a los mellizos delante de ellos ajenos a su conversación. – ¿Crees que realmente sean capaces de volver? Japón no les ha dejado nada bueno. Solo recuerdos tristes y dolor. Si yo estuviera en su lugar no me quedarían ganas de volver…

Los tres adultos que la escuchaban, entendían de forma casi simultánea lo que la mujer quería decirles. Era muy probable por las actitudes reservadas de los mellizos que, aunque sanaran, tal vez no quisieran volver… Sus caras eran apenas un reflejo de lo que habían sido cuando llegaron por primera vez… Quizás el tiempo y la lejanía fuera lo más ideal para que ambos pudieran volver a ser ellos mismos… En su corazón Iruka y Kakashi lo deseaban más que nunca.

*

La vertiginosa carrera los llevaba casi al borde, Sasuke se esforzaba por mantener el control de la motocicleta de su hermana, sin dudas no dudaría jamás de nuevo en las palabras caprichosas que esta le había dicho antes de irse “¡Si le hacen un rasguño pagaran las consecuencias!” había creído ilusamente que se refería a otra cosa pero ahora se daba cuenta de que aquella maquina bien podría llevarlos a él y su hermana a la muerte si no lograba mantener un equilibrio entre la velocidad y los obstáculos que llevaba por delante.

No estaba seguro de si Sakura estaba asustada como el mientras la velocidad de la motocicleta se hacía incluso más estridente, pero esperaba que no, lo que más necesitaba ahora era la certeza de que estarían bien uno de los dos tenía que creer. Un auto se atravesó delante de ellos con demasiada lentitud y casi estuvo a punto de chocar con el de no ser porque había reaccionado a tiempo y logrado esquivar por los pelos la carrocería frontal del vehículo. Ella claxon del propietario no se hizo de rogar cuando soltó un chirrido casi ofensivo acompañado de la diatriba en su contra por tal susto.

- ¡Estaremos bien! ¡Sigue! – Escuchó amortiguada la voz de Sakura a través del casco. Al mismo tiempo que le daba una leve palmada en los hombros para mostrarle su confianza. No respondió nada de vuelta, no era necesario y en cambio decidió acelerar a una velocidad incluso más monstruosa, sintiendo la confianza que su gemela le daba mientras se sostenía con fuerza de su estómago.

No importaba lo que pasara. Debían llegar al aeropuerto antes de que fuera demasiado tarde.

*

-Deidara, chicos…- Les llamó la rubia del grupo. - Su abuelo y yo iremos a registrar el equipaje, volveremos enseguida. Quédense en algún lugar cerca de la sala de espera ¿Quieren? – Deidara asintió viéndoles partir.

-Otto-san, ustedes se quedarán hasta que llegue el momento de abordar? – Inquirió curioso Deidara a un Kakashi que simplemente negó con la cabeza.

-Lo siento Deidara, pero volveremos antes. – Respondió Iruka. – Nosotros debemos ir a un lugar…

- ¿Al club? Pensé que Dan-san estaba haciéndose cargo de todo por allí.

-No se trata de club Deidara. Tengo una cita en el hospital. - Explicó Kakashi. La atención dispersa de los menores fue traída de inmediato a la conversación.

- ¿Hospital? ¿Estás bien? - Preguntó Naruto brevemente preocupado.

-Estoy bien hijo no deben preocuparse.

- ¿Entonces para qué van? – Indagó de nuevo Deidara. Mientras Ino asentía curiosa. Sus padres se miraron entre si y sonrieron.

- Kakashi va a ir con un obstetra… - La cara de desconcierto en los tres rubios fue unánime. Y logro sacar otra risita juguetona de ambos adultos. – Nosotros estamos intentando tener un bebe… -Dijo finalmente algo avergonzado Iruka.

Una sonrisa boba se instaló de apoco en los rostros de los tres menores, al comprender las palabras de su tímido padre, y un leve sonrojo se posó en las mejillas de los tres al imaginar la idea de ver a su padre Kakashi con un adorable abdomen redondeado.

- ¡Tienen que decirnos de inmediato lo que les digan! – Exigió Deidara emocionado tomando por los hombros a sus dos padres para abrazarlos contento. Naruto e Ino se unieron al abrazo y se dejaron apapachar por sus dos padres, algo avergonzados por la idea, pero felices por ellos. Esperaban que el sueño de sus padres al fin se cumpliera.

-Por favor, pórtense bien. –Pidió su padre Iruka con voz paternal abrazándolos con más fuerza. – Pronto podremos ir con ustedes. Solo sean pacientes y hagan su mejor esfuerzo para recuperarse.

- Estoy seguro, de que todo saldrá bien. Yahiko-san se ha hecho cargo de que todo esté listo para cuando lleguen, Nagato-san se encargará de cuidarlos los días en los que mis tíos tengan que viajar para concluir la gira que no han terminado. No hay manera de que algo salga mal. – Les dijo Kakashi palmando las cabezas de cada uno en un gesto de ternura. – Seguramente ambos estén en el aeropuerto para recogerlos. Los vamos a extrañar chicos…

-Nosotros también… -Dijo Naruto mientras Ino a su lado asentía de acuerdo. Aun incapaz de producir sonido alguno. Sus abuelos regresaron algunos minutos después y finalmente sus padres terminaron de despedirse de ellos para retirarse del lugar.

-Vamos a entrar a la sala de espera. Ahí podemos estar más cómodos. –Anunció su abuela tomando a Jiraya del brazo para comenzar a avanzar hacia su destino.

*

Su hermana tenía razón… El tráfico se hacía más pesado conforme se acercaban a la desviación al aeropuerto. La autopista no era suficiente para aquella aglomeración de autos, una fila interminable de taxis resaltaba en su amarillo chillón enfilados en el desvió que debían tomar para llegar a su destino, se habían tenido que detener a regañadientes para evaluar una forma de salir de ahí con el menor problema posible. Sakura se había puesto de pie sobre los diablitos de la moto para tener mejor perspectiva, apoyándose en sus hombros.

Después de unos quince minutos en el que avanzaban a vuelta de rueda su hermana fue capaz de encontrar la salida. Un auto particular se había hecho un poco hacia adelante y había dejado espacio apenas suficiente para que la moto pasara a duras penas y tuviera vía libre casi robando la acera reservada para peatones tan pronto como le señalo el camino ordenó.

- ¡Sakura sostente! – Y por poco y de manera brusca logro agarrarse al antes de pasar raspando apenas el lateral de la moto.

- ¡Ten más cuidado! – Le regaño su hermana mirando el horrendo rayón que se lucia en uno de los costados de la moto. - ¡Shizu-Nee va a matarte!

- ¡Querrás decir “nos”! ¡Estamos juntos en esto! – Le corrigió viendo su reacción brevemente por el retrovisor. Una negación derrotada fue suficiente para notar que su hermana había aceptado su destino a manos de su hermana mayor. Si morían después de alcanzar su objetivo lo harían juntos.

- ¡Solo un poco más Sasuke! ¡Ahí esta! –Anunció su hermana sobre el ruido del casco señalando la estructura que formaba el aeropuerto. Acelero un poco más sin perder de vista la ruta entre los coches que iban un poco más fluidos en aquel carril. Pronto llegarían a su destino el tiempo se les estaba acabando.  

*

- ¿Están seguros que no quieren nada de la cafetería? – Preguntó Jiraya extrañado. Los mellizos negaron una vez más y Deidara simplemente se alejó de ellos en dirección a los servicios. – Bien, volveremos en unos minutos. Dentro de poco nos llamaran a abordar. Vamos Tsunade.

- Ya volvemos…- Se despidió su abuela. Dejándoles solos al fin.

Se quedaron solos en su apatía que venía cubriéndoles los ánimos desde hacía días.

Vacíos…

Así era como ambos sentían ese instante de sus vidas. A su alrededor había varias personas, pero ellos sentían un gran vacío en el pecho por el simple hecho de estar ahí. Miraban el piso del lugar como si fuera más interesante que ver el acenso de los aviones afuera. Faltaban al menos veinte minutos más para que dieran aviso de abordaje y ellos solo deseaban que esos minutos se hicieran más y más cortos para poder al fin irse de ese lugar.

*

Deidara esperaba que el vuelo tuviese algún retraso. Lo que fuera que consiguiera más tiempo para los Uchiha. Itachi le había mandado antes un mensaje para despedirse de él y también para contarle que al fin se habían decidido. Él tenía cierta desconfianza con esos chicos, pero también sabía que sus hermanos no podrían seguir si no aclaraban las cosas de frente.

Quería verles sonreír y no permitiría que eso terminara así, si podía evitarlo. Sabía que habían salido con el tiempo justo para alcanzarles, pero quedaban menos de veinte minutos para la hora de abordaje y no parecía que fuera a haber algún contratiempo. Estaba nervioso y no había podido pensar en nada que pudiese comprarles tiempo a esos dos. Sí les llamaban, a la sala de abordaje ese sería el fin…

-Quizás sea una señal… Si no llegan… Quizás… - Negó para sí mismo con ímpetu, pues su mirada en el espejo de baño no le había gustado. No debía perder la esperanza. Aún quedaban esos veinte minutos. Se animó y salió del baño dispuesto a vigilar sus alrededores en busca de ese par.

Sea como sea debían reunirse con sus hermanos antes de irse.

Pero a diez minutos de que el vuelo despegara la voz de una mujer por altavoz anunció que era momento de pasar por el registro de boletos para entrar a la sala de abordaje. Y Deidara no pudo más que sudar frio ante el anuncio inminente de su partida y la ausencia de los gemelos Uchiha.

*

Sin darse cuenta de nada la hora de abordar llegó, su hermano Deidara parecía ansioso y miraba en muchas direcciones, pero ellos no pudieron interesarse menos por lo que su hermano parecía buscar con ahínco. Siguieron a sus abuelos en silencio casi sepulcral, con solo las pequeñas maletas de viaje donde se encontraban guardados sus teléfonos y algunas cosas más para la estadía en el avión.

-Dei tienes los boletos de tus hermanos verdad. – Inquirió su abuela a su distraído hermano mayor que asintió y se los entregó a la joven sobrecargo que esperaba paciente revisarlos.

-Están en orden. Por favor pasen en unos momentos en avión será conectado con el andén de embarque hasta entonces permanezcan en la estancia por favor.  – Les indicó con amabilidad la joven sobrecargo.

*

Podía ver claramente la entrada del lugar. Una caseta de taxis y la parada de autobús flanqueaban la entrada al estacionamiento. El ruido sordo de las turbinas de los aviones al despegar hacía eco en la lejanía. Unos metros más. Solo un poco más y estarían adentro del aeropuerto.

¿Cuántos problemas causarían si arribaban al lugar con todo y la moto? Se preguntó Sasuke medio segundo antes de lanzarse de la escalinata de la calle con un estrepitoso chirrido de llantas. Logrando pasar por la masa de personas que iban y venían con su equipaje en mano afuera y dentro del lugar. Cruzaron la puerta del aeropuerto sin medirse o pensar siquiera en lo que hacían, solo sabían que el tiempo se les estaba terminando. El liso piso del aeropuerto hizo que la moto derrapara y que el susto de perder el control se presentara en Sakura con un grito asustado y una rigidez impropia en él.

A duras penas consiguió detener el motor de la motocicleta justo en el centro de la terminal, no sin causarle un par de raspones más al yelmo del vehículo. Un buen número de lo que parecían ser guardias de seguridad se reunió en torno a ellos. Por sus caras sabían que estaba en problemas.

*

Sakura no tenía tiempo para lidiar con toda la gente que le miraba sorprendidos por su entrada, admitir que había estado asustada por un segundo ya era lo bastante bochornoso debido al grito que se le escapo Sasuke debía mejorar un poco con su control al conducir. Lo bueno era que ya estaba ahí en una pieza al menos.

- ¡Oigan! ¡No pueden entrar aquí con esa moto! ¡Bajen de ahí! – Les gritaba uno de los guardias. Sakura opto por bajarse de la moto para seguidamente quitarse el casco que le impedía leer con claridad los letreros. Hasta que diviso la recepción de ayuda del lugar y dejando a su hermano atrás brevemente se dirigió hacia el lugar.

- ¡¿Puede decirme si el vuelo a Londres ya ha salido?! –Pidió exaltada en cuanto tuvo a la joven recepcionista al frente. No parecía ser retrasada, pero la observaba con la cara desconcertada y la boca abierta. – ¡¿El vuelo a Londres ya salió?! –Volvió a insistir sin que la chica frente a ella pudiera formular una frase adecuada. Su cara roja le hizo preguntarse si estaba enferma o algo para después irritarse ante su irresponsabilidad de ir a trabajar en malas condiciones, sin sospechar siquiera que la pobre muchacha en realidad como era usual había quedado encandilada por su aspecto atractivo y se había puesto nerviosa ante su escrutinio.

- ¡Sakura! – Escuchó el llamado de su hermano y se giró a tiempo para ver como un par de guardias lo agarraban de la chaqueta para intentar evitar que se escapara. Frustrada le dio un golpe a la mesa frente a ella y regresó en dirección a su hermano para ayudarle a sacarse a esos tipos de encima.

*

Cuando el casco que su hermana había estado llevando paso por enfrente suyo hasta estamparse en la cara de uno de los sujetos que lo habían agarrado supo que ya no había vuelta de hoja. Tenían que escapar de ellos para llegar a la sala de espera donde seguramente se hallaban ellos.

¡¿Porque se enojaban tanto por estacionarse ahí?! ¡No era culpa de ellos que el lugar fuera tan malditamente grande! ¡Y además ya no tenían tiempo!

- ¡¿Que rayos haces Sasuke?! ¡Tenemos que irnos! –Le retó su hermana señalando una escalera automática unos metros a su derecha.

- ¡Alto ahí! ¡Que creen que hacen! – Les gritó un nuevo sujeto dispuesto a detenerlos. Sasuke empujo al tipo que un lo tenía agarrado logrando hacer que le soltara para seguidamente echarse a correr rumbo a las escaleras que había señalado Sakura. Un par de sujetos se les atravesaron en el camino a su destino, pero lograron esquivarlos y retrasarlos al usar de proyectil el casco que Sasuke aun llevaba. Las demás personas que se hallaban en el lugar se limitaban a apartarse de su concurrida persecución.

*

De un momento a otro el ajetreo de la gente al ser empujada o apartada y los silbatos de los guardias de seguridad del lugar se dejaron escuchar tras las puertas que separaban la sala de abordaje de la de espera. Por inercia más que por curiosidad se giraron a ver el alboroto como casi todos en la fila de pasajeros.

- ¡¿Qué demonios?! –Increpó su abuelo desconcertado por el espectáculo. Pero ambos se dieron cuenta de que había algo más en su voz y eso era indudablemente reconocimiento.

- ¡Están aquí! – Celebró de repente su hermano emocionado desconcertándolo y encendiendo en ellos la chispa de la esperanza. Observaron con más interés el alboroto a unos metros de ellos.

Por la multitud apenas eran capaces de ver nada, pero tan segura como estaba Ino en esos momentos la cabellera inconfundible de Sakura había asomado brevemente. Erizándole los bellos de los brazos ante la expectativa que comenzaba a crecer en su interior.

*

La voz gruesa de Sasuke fue lo primero que escucho al aguzar sus sentidos, no hacía dudas tenía que ser él se dijo Naruto obnubilado por lo que pasaba frente a sus ojos.

- ¿Qué hacen ellos aquí? – Se preguntó aun desconcertado a nadie en particular.

- ¿No lo sabes? ¡Vienen por ustedes!  – Le respondió Deidara emocionado. - ¿A que más si no?

*

Era mentira se dijo Ino, Sakura no quería verla ni escucharla ella misma se lo había dicho aquel día en que se separaron. Ella no podía simplemente creer en lo que su hermano decía porque el dolor sería más difícil de soportar si resultaba ser mentira como suponía ella.

Sakura no podía haber ido ahí por ella, no lo creería. Ella la aborrecía. Así que sin más decidió dar la espalda al ajetreo que ocurría tras las puertas que celaban los guardias. Aquella tarde ella le había dicho todo lo que había que decir… No había necesidad de repetir nada. Así que dio dos pasos hacia sus abuelos para seguir el proceso de abordaje.

*

Naruto no sabía que pensar. Deidara parecía tan seguro de sí mismo que por un momento se tentó a creer en lo que había dicho, pero a pesar de que su corazón le decía que creyera. Que era correcto tener esperanza su mente se negaba. En su mente la mirada fría de Sasuke aquella tarde y la condescendencia con la que dijo su nombre inclusive la forma cruel en la que lo hirió se repetía constante en una película que no tenía un buen final.

¿Teniendo eso en cuenta cómo podía ir sin más y dar crédito a lo que sus ojos veían? Y su respuesta no fue más que ninguna. No había manera de que Sasuke hubiera ido ahí para perdonarle, no había forma de que Sasuke quisiera siquiera tener que verlo. Sasuke había dicho por su propia boca que no lo entendía. Y él había aceptado esa realidad aplastante como ninguna otra.

Así que con cierta aprensión acarició su mano vendada y siguió a su hermana menor hacia la entrada del avión.

- ¡Ino! ¡Naruto! ¿Tú también? – Les instigó su hermano desconcertado por sus reacciones. - ¡Sasuke y Sakura vinieron solo para verlos! ¿No van a hacer nada?

-Déjalo Dei-Nii, no tiene nada que ver con nosotros… - Le dijo Naruto por toda respuesta. Recibiendo de la azafata su pasaporte y el boleto que había tomado de las manos de su hermano minutos antes. Dirigiéndose junto con su hermana al pasillo que los llevaría al interior del avión.

No había nada que ellos quisieran más que creer, pero el temor de que no fuera lo que deseaban los espoleaba a irse sin mirar atrás.

 

Continuará…

 

 

 

Notas finales:

Si ya se que el final de este cap es... Eso... Pero no se preocupen!!!

 

Como dice sakurita

 

Todo saldra bien!!

Nos vemos en la que sigue 


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