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ACORDE GEMELO por andherezu_rosui

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Notas del capitulo:

Hola mis estimadas lectoras!!!

Si! y aunque no puedan creerlo les traigo un nuevo cap...

No se la inspiracion no me ha abandonado aun asi que la proxima semana espero sorprenderlas de nuevo con algo mas... 

Espero que visiten la pagina de Facebook para que no me la cierren XD pero sobre todo porque por ahi estare confirmando las actualizaciones... 

Espero que la espera haya valido la pena!!

 

Capítulo 62 Despedidas…

 

No había motivos para creer que todo podía ser arreglado… Hasta que los escucharon…

- ¡Naruto / Ino! – Aún de espaldas a ellos podían reconocer la urgencia en esos llamados, pero se resistían a volver la mirada, se envararon tensos como las cuerdas de un violín sin afinar. Sin atreverse a dar un paso más cerca de la entrada del avión.

¿Qué debían hacer? Se preguntaron indecisos apretando los puños y reteniendo su propio aliento.

La esperanza atronadora se había apoderado de sus corazones hechos una sinfonía de ritmos rimbombantes en sus pechos, parecían clamar casi con anhelo lo que la expectativa les hacía desear.

*

¡Ellos estaban ahí! ¡A solo unos cuantos metros de ellos! ¡¿Porque no podían alcanzarles?! ¿Por qué les daban la espalda? ¿Qué tenían que hacer para que ellos les escucharan?

- ¡Suélteme! –Chilló Sakura alterada forcejeando con uno de los guardias del aeropuerto que había conseguido agarrar su chaqueta y consecuentemente su mano, en un descuido.

- ¡¿Qué espera que le diga?! ¿Claro que sí? –Le respondió cortante el sujeto aduras penas logrando mantenerla cautiva.  – ¡Tiene que acompañarnos señorita! ¡No puede estar aquí!

- ¡Maldición! – Se quejó con frustración al ver que no podía deshacerse de él tan fácilmente. - ¡Déjeme en paz! ¡Tengo algo importante que hacer! ¡No tengo tiempo para sus idioteces! – Le gritó forcejeando, sintiendo el escozor de su piel al ser brutalmente estrujada bajo las manos de ese sujeto.

¡Tenía que hacer algo rápido! ¡Ella estaba ahí! ¡A tan solo unos metros! ¡Solo debía cruzar la puerta y podría llegar a ella!

- ¡Ino! ¡Espera! – Gritó al verla avanzar en las filas de personas alejándose de ella. - ¡Suélteme!

*

Sasuke estaba teniendo sus propios problemas intentando escapar de un número mayor de guardias. Lo habían acorralado en las bancas de la sala, que el sorteaba con gran agilidad entre saltos. ¿Qué sería lo peor que podía pasar si le daba un golpe al sujeto que mantenía agarrada a su hermana? Sopesó un segundo antes de ver a uno de sus propios perseguidores imitar sus movimientos sobre las bancas para alcanzarlo.

- ¡Rayos! – Se quejó. Desde su posición elevada era capaz de ver a su Naruto. Su inconfundible cabellera dorada era la luz que le permitía ubicarlo en el mar de gente que abordaba el avión. Pero verlo darle la espalda era desolador. ¿Sería estúpido pensar que había tardado demasiado? ¿Acaso ya lo había perdido? Se preguntó desconsolado mientras observaba su lento avanzar dándole la espalda. – ¡Naruto! – Le llamó con todas las fuerzas que tuvo sin querer admitir su derrota.

El guardia que lo estaba asediando se desconcertó por su repentino grito y le dio la oportunidad para deshacerse de él. De una patada certera logró aventar al guardia contra los otros dos que estaban a la espera de poder capturarle.

- ¡Sakura! – Llamó a su hermana. - ¡Ya no te contengas! ¡Están ahí!

*

Sakura levanto la mirada ante su nombre de labios de su hermano solo para ver como Sasuke comenzaba a repartir patadas a sus seguidores deshaciéndose de ellos en el instante. Una sonrisa de suficiencia se dibujó en su cara al comprender las palabras de su hermano. Ya no importaban las consecuencias. ¡Ellos estaban cruzando la puerta!

– ¡Te lo pediré por última vez suéltame! – Le dijo al guardia que la mantenía fuertemente agarrada de su mano con advertencia.

- ¡No!

- ¡Tú te lo buscaste! –Le dijo para después propinarle un codazo directo al rostro noqueándolo. - ¡Te lo merecías!

Sin perder tiempo corrió hacia la entrada de la sala de abordaje alcanzando a su hermano cruzando al mismo tiempo la entrada, saltando las barras de seguridad. Mientras gritaban con desesperación los nombres de aquellas personas que deseaban detener a como diera lugar.

- ¡Naruto/ Ino!

*

¿Cómo podían ignorarlos? ¿Cómo podían negarse siquiera a mirarlos? Se preguntaron ambos sin ser conscientes de que habían comenzado a llorar apretando los puños en frustración firmemente a sus costados.

- ¡Oh no los guardias van a atraparlos! – Alerto su hermano Deidara provocando que ellos dieran un respingo asustado y giraran sus rostros al fin hacia ellos.

*

Ahí estaba pensó Sakura, con sus mejillas sonrojadas y sus ojos azules llenos de lágrimas… Se veía más hermosa de lo que recordaba. Sintió un leve escozor en sus ojos al contemplarla tan frágil. Sus manos comenzaron a sudar ante sus nervios. Sintió claramente el temblor en sus piernas que parecían no querer sostenerla más. Pero debía ser fuerte.

Los guardias pronto volverían a intentar sacarlos de ahí y era probable que no fuera capaz de zafarse de ellos en ese estado.

¡Debía encontrar la manera de decirle! ¡Lo mucho que la había extrañado! ¡Lo nerviosa que estaba al verla de nuevo! ¡Lo maravilloso que sería volver a escuchar su nombre de sus labios con tanta ternura como su suave voz podría ofrecer….!

Pero… No era capaz de manejar todas las emociones que la azotaban como un vendaval en su interior… Que la obligaban a bajar la mirada avergonzada por no saber qué hacer… Que el miedo en su pecho le impedían llegar a ella…

*

Cuando vio sus ojos negros chocar con los suyos, la electricidad se expandió por su piel erizándola por completo. Sintió que sus ojos aguados por el llanto insano que lo embargaba pronto nublaría su vista y le impediría ver a Sasuke claramente.

Sin embargo, intentó parpadear consecutivamente para evitar que eso pasara. Quería observar su cara, grabar en sus ojos su rostro, quería ser capaz de cerrar los ojos y poder verlo así. Con sus cabellos negros revueltos, con su piel blanca enrojecida por el esfuerzo delatándolo en sus mejillas. Quería ver sus labios regalándole esa cálida sonrisa que no podía ser para él…

Quería correr a los brazos que le extendía a la espera de poder sentirle. Pero, sus piernas estaban tiesas y no le respondían. Naruto sentía que su respiración se hacía dolorosa cuando más se negaba al llanto, pero no podía hacer nada más que contemplarle y grabarle en su memoria.

*

Podía sentir la euforia en su pecho al verla ahí temblorosa sin saber cómo empezar a explicar su estadía ahí. Algo cálido había comenzado a nacer en su pecho al ver como aquel par de ojos esmeralda que tanto amaba temblaban trémulos sin saber cómo mirarla.

Llevo sus manos a su garganta en un gesto desesperado por ser incapaz de pronunciar su nombre y ayudarla a hablar.

Quería poder decirle muchas cosas. Pero el temor que sentía al pronunciar palabras aún era fuerte en su corazón. Si ella estaba ahí para verla… ¿Sería posible…? ¿Que su voz volviera?

¡Tenía tanto que decirle! ¡Pero no podía hablar! ¿Qué se supone que debía hacer entonces? ¿Correr a sus brazos? Se preguntó azorada.

*

No lo sabía. No sabía cómo podía decirle todo lo que su corazón había guardado. No encontraba las palabras para expresar lo arrepentido que estaba por hacer que llorara. No sabía cómo transmitirle todo antes de que los guardias llegaran a atraparlos.

¡Debía encontrar la manera! Se dijo y con simpleza su cuerpo actuó sobre su mente, extendió los brazos en señal de rendición. Dejaría que fuera Naruto el que decidiera si quería perdonarle o no. Si el decidía darle la espalda una vez más… Le destruiría… Pero sería el precio a pagar por su propia estupidez. Pero… Si había una posibilidad por muy pequeña que fuera de que él le perdonara… Quería que lo viera así… Rendido a sus pies… Rendido a sus ojos… Anhelando su abrazo… Deseando su amor… ¿Pero acaso estaba bien quedarse ahí? ¿Estaba bien simplemente esperar a que sus deseos le llegaran?  

*

Entonces lo sintió… Mientras su mirada se apartaba de ella una vez más. El suave olor de su cabello, entro por su nariz antes de que pudiera asimilar la calidez que la rodeaba. Sintió que su labio tembló expectante al reconocer su rubia cabellera enterrada en su pecho. E incapaz de controlar el temblor en sus manos se aferró a ella en un abrazo ansioso que no se esperaba pero que la hacía más feliz que nunca, llenándola de plenitud al sentirse completa de nuevo.

-Ino… Perdóname…- Le susurro nerviosa al oído. No era capaz de expresar todo lo que sentía en ese instante mientras sentía su cuerpo ceder ante ella y su calidez… - Perdóname… Por favor… No quiero que termine así… No cuando ni siquiera ha empezado… Por favor…

*

Al ver a su hermana correr supo lo que tenía que hacer. Sus pies seguían tiesos sobre el piso, y saberlo no sirvió de mucho ante ese hecho. Sus lágrimas cayeron con más ímpetu hasta llegar al suelo ante su impotencia. Dejo que el llanto se regara por sus mejillas para después quejarse en voz alta.

- ¡No puedo ir ahí! ¡Sasuke! ¡No puedo! – Le gritó a su azabache con voz llorosa. Sasuke que le miró con una sonrisa casi amarga al pensar que no quería estar con él. – ¡Mis piernas no se mueven! - Gritó desesperado para evitar que Sasuke pensara lo peor y como un niño pequeño se dejó caer al suelo para seguir llorando. -

Restregó sus ojos con sus puños para secar sus propias lagrimas mientras intentaba detener el hipo que se había apoderado de el con cada sorbo de nariz que hacía. Un par de brazos y el olor embriagador de su colonia lo ayudo a calmarse.

-Sasuke… - Susurró su nombre, dejando que su abrazo lo rodeara. Sintió los fríos dedos de Sasuke levantar su barbilla y besar su frente. Sintió como limpiaba su rostro lloroso con besos. Y la calidez lo arropó cuando sus ojos chocaron de nuevo y él le dijo con ternura.

- Te amo… Naruto… Te amo… Por un segundo creí que me odiabas…- Le dijo besando sus labios…- He sido un estúpido… Por favor perdóname… No sabes cuánto te he extrañado… Mi Naru…

*

Ella negó con la cabeza a sabiendas de que no podía responder. Levantó el rostro de Sakura hacia ella e intentó formular algún sonido, pero ni el más leve ruido salió de su boca.

Sakura no sabía que ella había perdido su voz, pero no necesitó más que esos estúpidos gestos suyos para darse cuenta.

-Tu voz…- La escuchó sin poder ocultar lo desconcertada que estaba. - ¿Qué fue…?

Puso uno de sus dedos en sus labios callando su pregunta. Sin atreverse a mirarla a los ojos agacho la cabeza sin saber qué hacer. Intentó una vez más decir algo por sí misma, movió los labios, intentó decirle lo asustada que estaba, lo triste que se había sentido sin ella, pero su voz se negaba a salir. Sintió una pesadez acumularse en sus cuerdas vocales, casi como si quemaran y sus ojos se llenaron de lágrimas de impotencia ante su esfuerzo en vano, estaba entre los brazos de la mujer que amaba y no podía decirle lo que sentía… Pero, los ojos esmeraldas que la observaban con preocupación no la dejaban rendirse...

Su querida Sakura estaba ahí para verla… Había dicho cuanto lo sentía… Le había pedido una respuesta a su disculpa. Y ella debía dársela. Romper el sello que su mente había puesto sobre su voz… La restricción que perder su musa había causado en su alma, debía romperla por sí misma.

Así que tomó aire intentando serenarse con nuevo espíritu de valor que hacía mucho creyó perdido en ella, respiro profundamente para con ello detener un poco las lágrimas que salían de sus ojos. Se aferró a la chaqueta que ella vestía y trago en seco antes de mirarla a los ojos decidida.

-Y-yo…- Logró articular con una voz que no podía reconocer como suya ante lo grave que sonó, aclaró su garganta para continuar, tragándose el dolor que sentía escocer su garganta. Pero su llanto se forzó sobre sí misma y al final solo pudo mover los labios sin emitir sonido alguno nuevamente…

-Ino… No tienes que decir nada… -Le dijo ella comprensiva secando las lágrimas que corrían como cuentas de sus ojos. - Solo escúchame por favor… He sido muy tonta, creí que no te necesitaba. Pensé que podía sola, que algún día podría olvidarte… Pero mi alma gritaba por verte…- Le dijo abrazándola. – Mi corazón te pertenece… Eso nunca cambiará… Te amo… Mi princesa…

*

Aquellas palabras le llenaron de alegría y no pudo más que regalarle la sonrisa más brillante que podía componer. Antes de dejar que sus labios se unieran una vez más en una promesa. Pues, aunque ninguno lo había mencionado su separación era inminente.

-Sasuke… Yo también te amo… - Le dijo para aferrarse a su abrazo una vez más y susurrarle al oído como si se tratara de un valioso secreto. – Soñaré con el día en el que nos volvamos a ver…

-Yo también… La próxima vez que nos encontremos… No te dejare ir nunca más…

*

El brillo en aquellos ojos azules ante su declaración la hacían pensar que quizás no era egoísmo lo que la había impulsado a decirle sus sentimientos en esa situación. Los guardias a sus espaldas, la familia de su rubia al frente a la espera de reclamarla de sus brazos solo la hacían consiente de que su tiempo juntas estaba terminando.

Ino debía irse… Y ella no podía hacer más que una promesa y una petición.

-Siempre seré tuya… Así que vuelve a mí. – Y todo lo que necesitaba para aferrarse a ella era verla asentir tan delicadamente como lo había hecho. Para depositar en sus labios un beso que le dijo todo lo que su voz enmudecida no podía… Dentro de ese tímido beso… Su primer y último beso… El que marcaba su inicio y su prematuro final… El amor y el anhelo que las mantendría unidas aun en la distancia se hacía fuerte, inquebrantable… Ella le estaba dando el valor que le haría falta para vivir sin ella… En el leve temblor que se apodero de sus manos pequeñas le hizo ver que la separación sería difícil para ambas… Y las lágrimas que caían de esos bellos zafiros azules le enseñaron que estaba bien estar triste por ello…

*

-Señoritos Namikaze... Es hora… No podemos esperar más tiempo. –Dijo la voz de la azafata, que parecía conmovida por ellos y contrariada por ser ella la que terminara su tiempo juntos sintiéndose igual como si fuera un cruel verdugo.

Sin más remedio se dieron el ultimo abrazo antes de soltarse, miraron por última vez los ojos contrarios y se alejaron para abordar el avión. Al tiempo que los guardias de seguridad se acercaban a los dos Uchiha que esta vez no pelearon con ellos por su libertad y se dejaron arrastrar a la salida de la sala, donde no debían estar, pero que, al ver la desesperación en ambos, ningún guardia se atrevió a sacar, no hasta que todo lo que habían ido a decir fue dicho.

Solo cuando estuvieron sentados en sus sillas en el interior del avión los mellizos fueron capaces de llorar a rienda suelta en los brazos del otro, conmoviendo a los pasajeros que los rodeaban y dejando un agrio sentimiento de opresión en sus abuelos, que juraron en ese instante apoyarlos cuando todo lo malo pasara, mientras los ojos conmovidos de su nieto se mantenía vigilante acompañándoles silencioso.

*

En el andén de abordaje unos dóciles Uchiha eran escoltados por los mismos guardias que antes habían golpeado. Aunque sin forzarlos a salir, sin comentarios mordaces o enfadados por sus acciones. Aquellos adultos parecían al fin comprender porque habían hecho todo para llegar ahí.

Cuando el sonido sordo de las turbinas sonó de nuevo en el ambiente ambos se detuvieron para mirar el lento avance de aquel avión sobre la pista hasta posicionarse rumbo al despegue. Con sugestión miraron su carrera en busca de velocidad para ganar altura. Hasta colocarse sobre el cielo. Llevándose con su ascenso al amor de sus vidas en su interior.

-Sasuke…- Susurró Sakura con voz tenue, absorta en el avión que volaba por lo cielos en ese instante.

-Lo sé…- Respondió escueto Sasuke a su lado, con voz atenazada por el llanto que trabajoso se atoraba en su garganta, saboreando su amargura y evitando derramarlo a duras penas.

Contemplaron el vuelo de aquel avión al tiempo que frenéticos buscaban la mano contraria en busca de apoyo para aceptar en voz alta y al unísono lo que estaba pasando.

-Se han ido…. – Dijeron sin conseguir que las lágrimas se dejaran caer cristalinas por sus mejillas, en silencio y casi con cierta belleza a los ojos ajenos de los guardias que los acompañaban.

Mantuvieron la unión de sus manos para saberse acompañados en aquella prueba. Deseando que la dolorosa separación no los matara en el proceso de tristeza, deseando que las personas que iban en el avión no sintieran el mismo dolor profundo en sus pechos. Se quedaron ahí, de pie mirando el cielo azul celeste que tanto les recordaba ahora los preciosos ojos de su princesa y su ángel…

Y añoraron el momento en el que sería capaces de volver a verlos. Desearon e imploraron a todos los cielos que los ayudaran a soportar la dura espera…

**

La sala de conferencias estaba completamente llena, en primera fila los camarógrafos y ayudantes con micrófonos invadían el espacio en una fila casi desordenada. Justo tras ellos mesas enfiladas y esparcidas por toda la estancia acomodaban fácilmente a los cincuenta reporteros que esperaban escribir a la velocidad de la luz lo que escucharan en la reunión que se llevaría a cabo justo a las doce del día mientras sus grabadoras portátiles registraban cada segundo. Como era de esperarse la impaciencia de aquellos que respondían al título de reporteros se hacían notar desde temprano en el recinto. 

Después del incidente con la casa Shimura y las falsas acusaciones que se levantaron a la corporación Uchiha decir que cada reportero presente había sido estrictamente seleccionado era poco. Y eso cada uno de los presentes lo sabía. La seguridad era impecable en el recinto, guardias especializados de la casa Inuzuka se encargaban de revisar a los asistentes y los contenidos de sus cosas con ayuda de sus perros de rastreo. La familia Abúrame se encargaba de la seguridad en las cámaras del complejo y la vigilancia. Ese día debía ser rigurosamente controlado, pues nada debía salir mal.

Se había dispuesto sobre el escenario un pequeño podio donde Nohara Rin tomaría el rol de maestro de ceremonia y se encargaría de introducir el asunto que a todos los presentes interesaba. A su lado una mesa larga con seis lugares predispuestos apuntados cada uno con micrófonos frente a ellos, en el centro un arreglo de flores sencillo adornaba la mesa.

Dentro de unas horas, se cambiaría el mundo y se daría a conocer un milagro. Y Nohara Rin y el resto del personal organizador de este evento tenían que asegurar que nada saliera mal.

*

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que supo de ella…

Sabía que presentarse en la casa de esa gente sin invitación y en un día tan complicado como ese, no la ayudaría a verla de nuevo. Pero había aguantado hasta donde había podido… Quería verla… Antes de que ella dejara de existir por completo y se fuera lejos de su alcance tal como antes le había pasado…

Contempló con asombro el alto portón que impedía que ella entrara a los terrenos de la mansión que se alzaba imponente ante ella. Pero estaba decidida a hacer el intento de verla. ¿Qué más podía perder? Se dijo en cuanto puso el dedo sobre el botón del intercomunicador antes de pulsarlo.

-Buenos días ¿Le puedo ayudar en algo? – Le respondió una voz a través de la bocina con esa voz acartonada de las grabadoras. Se puso nerviosa y tuvo que aclararse la garganta para poder hablar ante el tono formal.

-Hola, mi nombre es Konan… Vine a ver a Chihane-san…- Dijo dándose cuenta muy tarde de que ella no usaba ese nombre para estar en esa casa. Y la voz al otro lado se lo aclaró.

-Lo sentimos mucho, pero no vive nadie con ese nombre en esta casa, señorita le pediré que se retire, si no tiene asuntos aquí…

- ¡Me equivoque! ¡Ella es la hija del señor…! - Miró la placa arriba de la puerta donde el símbolo de la familia y el apellido resaltaba en letras doradas, como si apenas hubiera recordado el apellido de su amigo Itachi. - ¡Uchiha! ¡Si su hija! ¡He venido a verla!

- ¿Se refiere a la señorita Sakura –sama?

- ¡No, la mayor! ¡Soy su amiga podría decirle que vine! ¡Por favor! – Le dijo inquieta al reconocer la desconfianza en la voz del otro lado.

-Lamento informarle Señorita que no podemos ayudarle… Por favor retírese. - Le pidió la voz tan glacial que no pudo evitar fruncir el ceño enojada al escuchar el leve sonido la comunicación siendo cortada.

Aporreo su puño frustrada contra la bocina y se arrepintió enseguida al sentir que su mano le reprochaba adolorida por la acción.

Miró con resignación la casa y el alto portón que le impedía el paso por segunda vez. Preguntándose la razón por la que le habían negado la visita.

*

En el cuarto de vigilancia de la mansión Uchiha uno de los guardaespaldas de la casa contemplaba con desconfianza a la joven de cabello azulado que había intentado entrar a la casa, era sin duda muy guapa, pero parecía sospechosa en apariencia, su ropa sencilla y casi obscena le indicaban que no podía ser amiga de la señorita Sakura, mucho menos que tuviese algo que ver con nadie en la mansión.

Parecía muy sospechosa la forma en la que se presentó. Especialmente por ser un día tan importante para la familia a la que servía. Por órdenes no podían dar información de ningún miembro de la familia a cualquiera, sobre todo bajo la sospecha de que podían tratarse de reporteros paparazis buscando la primicia sobre la conferencia de prensa que se daría dentro de algunas horas, y a la cual seguramente no habían sido invitados.

- ¿Qué es lo que sucede Hazou- kun? –Escucho que le llamaban.

- ¡Yue-san! ¡O es nada solo otra reportera mal preparada! ¡No se preocupe ya me encargue de despacharla! – Le dijo a la jefa de doncellas de la casa. Notando el interés que mostraba en la pantalla donde aún se podía ver a la chica de antes.

- ¿Qué fue lo que te dijo?

-Quería ver a una tal Chihane… - Le conto con tono hilarante. - ¡Después cambio sus palabras y pidió reunirse con la señorita Sakura-sama! No parece estar diciendo la verdad así que la deje afuera.

- ¿Dijiste Chihane?

-Si… ¿Que pasa Yue-san? – Preguntó el guardia una tanto preocupado de que realmente hubiese cometido un error a deshacerse de esa chica sin contemplaciones.

*

No quería irse… Quizás si se esforzaba un poco podría entrar por arriba de la reja y ocultarse antes de que algún guardia la detuviera… Pero lo más probable fuera que se terminara cayendo y lastimando incluso antes de llegar a la cima de la reja.

Había intentado llamar a Itachi para que la ayudara a entrar, pero siempre la mandaba al buzón. Y para empezar si él hubiera tenido la delicadeza de contarle como había salido todo después de avisarle lo que pasó, no estaría ahí considerando cometer un crimen al violar propiedad privada.

El sonido de la comunicación del interruptor parpadeo de pronto sacándola de sus pensamientos.

-En un momento le abriré la reja individual. Por favor pase en cuanto se abra.

- ¿Eh? ¿Me van a dejar pasar? –Se preguntó en voz alta confundida por la repentina suerte que tenía. La puerta pequeña a un lado del gran portón que pensaba saltar se abrió con un ruidoso clic, y se apresuró a cruzarla antes de que el portero se arrepintiera. – ¿Que rayos está pasando? - Se dijo aun escéptica de su suerte y se abrazó así misma algo asustada. Camino por el largo del jardín hasta la entrada de la mansión donde al estar a unos metros de distancia pudo apreciar con claridad la lentitud en la que la puerta de dos piezas era abierta y dejaba ver en el centro a una mujer vestida de doncella saludándola con una reverencia.

-Bienvenida Señorita Konan… Por favor disculpe la rudeza con la que fue tratada, espero pueda perdonarnos. - Dijo con solemnidad la joven doncella.

-No, se preocupe… Entiendo que fui muy sospechosa… Es mi culpa por venir sin avisar… - Dijo con nerviosismo, al no estar acostumbrada a ser tratada con tanta educación.

-Es usted muy amable. Por favor pase por aquí, la llevare a la habitación de Shizune-sama…

Con un tímido asentimiento, siguió el camino que la muchacha le indicaba en silencio. Todavía estaba incomoda con todo el comportamiento educado de la doncella, que no le impidió pensar en el nuevo nombre que tenía ahora Chihane…

-Es aquí. Por favor pase y póngase cómoda… En un momento le serviremos té. Adelante…

-Gracias… - Logro responder de manera incomoda, viendo partir a la doncella antes de tocar la puerta doble de la habitación frente a ella. Respiro profundamente reuniendo valor para verla nuevamente. Preguntándose con cierta preocupación como estaría ella…

-Adelante…- Escuchó amortiguada la voz inconfundible de la Chihane que ella conocía… Abrió la puerta con lentitud para posteriormente desencajar la boca en un gesto que delataba su sorpresa y su conmoción a partes iguales.

Frente a ella, había un sequito de doncellas que iban y venían a lo largo de la habitación revoloteando alrededor de una agobiada Chiha… Shizune… Debía acostumbrarse de una vez a llamarla por su nombre… Se recordó algo triste…

Se quedó en la puerta algo embobada por la actividad en la habitación, las doncellas alrededor de Shizune la mantenían de pie sobre lo que parecía ser una pequeña tarima, donde le ayudaban a colocarse parte por parte las piezas de un bello kimono azul marino con flores de crisantemos blancos y dorados, que no parecía hacerle justicia a lo bien que se veía en el cuerpo de Shizune, que mantenía los brazos abiertos en lateral para facilitar el atado del obi y  el lazo que ajustarían toda la pieza a su cuerpo. Su cabello parecía haber sido arreglado en un peinado tradicional sencillo adornado con una horquilla que terminaba con una fina pieza de alguna piedra preciosa en color rojo que bien podía pasar por un rubí… Quizás lo fuera, se dijo dudosa de que una pieza tan detallada fuera una imitación… Contempló embelesada el maquillaje sencillo sobre sus parpados delineados delicadamente con un leve purpura y sus labios rojos resaltando su aspecto delicado.

-Estás preciosa…- Concluyó finalmente acercándose a la Uchiha que le regaló una sonrisa ladeada, de esas que solían hacer que su corazón saltara emocionado y que sus ojos alucinaran destellos rodeándola.

-Al menos has aprendido a hablar… - Le dijo con tono petulante, el mismo que solía irritarla y confortarla a partes iguales… Agachó la cabeza escondiendo su mirada dolida de sus ojos negros, al recordar que pronto no podría hablar más con ella de esa manera. Su Chihane Kato dejaría de existir ese día y ella había ido ahí a despedirse.

- ¿Konan? ¿Te pasa algo? – Preguntó Shizune bajando de la tarima donde estaba momento antes solo para hacer que su rostro volviera a mirarla, obligándola a levantarlo con sus finos dedos posados bajo su barbilla. – ¿Que sucede?

-No es nada… Te extrañe mucho Chihane… - Le dijo con una sonrisa que pretendía ocultar las pequeñas lagrimas amontonadas en sus pestañas.

*

Shizune no era tonta, y Konan no era una actriz con talento reconoció algo molesta por la falsa sonrisa en su cara. Retiró su mano de ella y giro su vista a las doncellas que parecían haber terminado de recoger las cosas en la habitación, intercambiando miradas con una de ellas logro hacer que todas abandonaran la habitación dejándolas a solas.

- ¿Porque mejor no me dices que es lo que te pasa en vez de poner esa cara tan fea? –Le dijo con tono enfadado, sacando de ella una cara sorprendida que no tardó en ponerse contrariada.

-Que cruel… Como siempre… -Le reprochó con la misma sonrisa falsa de segundos antes. Frunció el ceño.

Cuando Yue le informo de la visita de Konan espero que ella se lanzara como siempre a abrazarla o que le gritara lo preocupada que había estado y le armara un drama de aquellos a los que se había acostumbrado ya. Casi había estado contando con ello, pues lo que le hacía falta en ese momento era algo de normalidad, antes de pasar por todo el circo que se había dispuesto para que ella al fin pudiera volver a la luz. Nunca pensó encontrarse en cambio con aquella chica descaradamente afligida por algo que no tenía idea de que era.

- ¿A qué has venido Konan? –Le preguntó más fría de lo que pretendía.

-Realmente a nada… -Le dijo con voz un tanto arrepentida. – Supongo que quería saber si estabas bien…

- ¿Supones? Estas actuando extraño. Tú no eres así.

-Eso no… Tienes razón. Es que no sé cómo comportarme con la nueva tu…- Dijo llevando una de sus manos a su rostro para ocultarlo de su escrutinio. No pudo evitar pensar en lo que dijo y se miró así misma al espejo. Descubrió en su reflejo a una joven que apenas reconoció como ella misma. Quizás se debía a que había estado viviendo como alguien más esos últimos cinco años, pero se recordó así misma también que la imagen en su reflejo era lo que siempre había sido que la fachada llamada Chihane Kato simplemente se encargó de mantener enterrada para su propio beneficio.

-No hay nueva yo… Soy la misma de siempre. - Le dijo a la morena descubriendo al fin aquella mirada dorada que se le hacía tan enigmática en ocasiones al cambiar de tono con la luz. – Qué extraña cara tienes ahí… -Se burló de ella juguetonamente logrando hacer que sus mejillas se sonrojaran levemente. Eso era lo que debía ser… Su Konan. 

- ¡No te burles! ¡No tienes idea de lo preocupada que estaba! –Le regaño molesta. Una sonrisa más grande se dibujó en su cara satisfecha de ver nuevamente a la misma chica dramática que conocía. – ¡Pensé que nunca más podría verte si no hacía algo!

- ¿Porque creíste eso? –Inquirió francamente curiosa.

-Fue por el anuncio de hoy… - Susurro inquieta. - Te conozco, y sé que era algo que ver contigo. Yamato-san dijo que no volverías a casa de tu tío Dan-san y que te quedarías con tu verdadera familia… Pensé que era una reverenda estupidez porque ellos te habían echado antes, pero… Luego Kakashi-san dijo que había sido un mal entendido. Y supuse que de tener la oportunidad de recuperar a tu familia la tomarías… - Mientras más hablaba Shizune podía notar la gama de sentimientos de la morena que empañaban sus palabras. Sorprendiéndose cuando un matiz de melancolía se fue apoderando de su voz al continuar. - Si eso sucedía… La Chihane que estaba siempre con nosotros dejaría de existir para siempre… Y creí que esta sería mi última oportunidad de poder despedirme de ella…

- ¿Despedirte? ¿Acaso ya no deseas saber más de mi ahora que tomaré de vuelta mi nombre real?  –La interrogó con tono cáustico.

- ¡No es eso! – Le gritó. - Si pudiera seguir a tu lado como hasta ahora… ¡No sabes lo feliz que eso me haría! ¡Pero, tu estarás lejos de mi alcance!

- ¿Porque dices eso?

- ¡Porque te convertirás en Shizune Uchiha! ¡Una heredera! ¡Alguien que estará en los ojos de todos! –Le señaló con disgusto. – ¿Y que soy yo? Una simple guitarrista de medio tiempo… una estudiante que aún no tiene un título… Una, don nadie… Nunca podré alcanzarte después de que te conviertas en Shizune… Después de hoy estarás lejos de mi…

¡¿De qué demonios hablaba esta chiquilla?! ¿Se alejaría de ella? ¿Que era una qué? ¿Qué demonios significaba eso? ¿Cómo demonios había llegado a pensar en todo ese disparate ella sola? Se preguntó frustrada y en cierto grado ofendida de que Konan pensara que ella cambiaria a ese grado solo por volver a ser parte de su familia y portar su nombre y apellidos verdaderos.

Era cierto que todo lo que había dicho pasaría. Pero ella era la que decidía el rumbo de su vida. No el ojo público. ¡Ella podía hacer lo que quisiera! ¡Ser una heredera! ¡Una Uchiha!  ¡Y al mismo tiempo se aseguraría de mantenerla a su lado!

-Por eso he venido aquí para verte por última vez y poder despedirme como se debe…

 Tenía que hacerle entender ese último detalle a Konan a la fuerza si era necesario al escuchar su melancolía frustrante.

-Estas muy equivocada si crees que haciendo eso te libraras de mí. – Le dijo con altitud en su voz mientras la tomaba del rostro obligándola a mirarla a los ojos, hasta acercarla a escasos centímetros del suyo. – Parece que te dejaste llevar por tus propias imaginaciones, pero me sorprende que pienses que dejaré que te alejes por tu cuenta tan fácilmente.

- ¿Eh? –Balbuceó confusa ante sus palabras. – ¿De qué estás...?

No hubo más que decir después de eso. Shizune al fin había dejado que sus deseos se hicieran realidad. Y por primera vez desde que había sido consciente de sus sentimientos por esa chica, se permitió tocar y sentir todo lo que sus tiernos labios le ofrecían. Separándose de ella solo cuando el aire parecía reclamar cabida en sus pulmones.

- ¡¿T-tú?! ¡¿Que fue eso?! ¡¿Te gusto?! Es decir… ¡¿Me quieres?! ¡¿Desde cuándo?!  – Indago nerviosa Konan aun presa de sus manos. – ¡Contesta!

-No lo sé… -Le mintió.

- ¡¿Qué?!

-Sera mejor que no olvides nunca lo que diré ahora, porque no lo repetiré de nuevo. –Le advirtió tomando una de sus manos blancas y depositando un beso en ella. Para después decir con solemnidad. –Tu eres mía. Nunca pienses que puedes alejarte de mi lado sin mi permiso…

- ¡¿Hah?! ¿Cómo puedes decir eso con esa cara tan astuta?! ¡No entiendo nada! ¡Siempre que intente algo antes me evitabas o me apartabas! ¡¿Porque ahora haces esto?! – Se quejó una conmocionada Konan, mientras que la Uchiha simplemente sonrió ladina, quizás algún día le contaría que había actuado así porque en el fondo la incertidumbre de no poder contarle quien era en realidad le hacía mantener su distancia. Y que incluso se aprovechó de su amistad con Yamato para mantener sus sentimientos a raya, sobre todo porque se negaba a querer a nadie más que no fueran Itachi o los gemelos.

- ¿Estás diciendo que no quieres? – Le preguntó recuperando su pose autoritaria. – ¿Me estas rechazando? -La cabeza en negativa de Konan fue lo que recibió como respuesta y una dulce sonrisa se dibujó una vez más en sus labios. – Entiendo en ese caso… Konan, Te amo…

Y la cara roja y avergonzada que se formó en aquel rostro cincelado en porcelana blanca fue la cosa más encantadora que jamás pensó ver ese día la Uchiha. No podía necesitar nada más para enfrentar a la prensa. Gracias a esa visita ahora estaba segura de que todo saldría bien…

-Shizune-Ojou-sama… Es hora… -Escuchó la voz solemne de Yue tras la puerta.

-Boba…- Le dijo con cariño y le revolvió el lizo cabello azulado de Konan como despedida antes de salir de su habitación dejando a una muy pasmada Konan tras ella… Que alcanzó a susurrar para que ella pudiese escucharla un simple y avergonzado...

-Yo también…

*

Konan escucho los pasos alejarse de la habitación, y por fin pudo sentir que su voluntad abandonaba su cuerpo terminando sentada en el piso con las manos en su cara. Para cualquiera que la encontrara así podría pensar que lloraba, pero al mirarse en el espejo la sonrisa feliz que su reflejo le devolvió solo la hizo consiente de que en verdad había sucedido al fin…

-Te amo… Tanto que es frustrante… Idiota… -Dijo y avergonzada de sí misma cubrió nuevamente su cara para contener su cara de absoluta felicidad… Su futuro de pronto y sin pensarlo se había vuelto más brillante…

 

Continuará…

 

 

Notas finales:

Bueno ahi lo tienen!

He de admitir que lo de Konan y Shizune no estaba en mis planes no se como fue que termino asi...

Aun asi me gusta y hace algun tiempo platicando con mi amiga la mafia decidimos que ellas se veian bien juntas.Solo que me salio un poquito SM su forma de amar de estas dos. Se que incluso parecen un poco ooc pero supongo que aun son jovenes XD

Espero lo hayan disfrutado!!!

Dejen RR!! ME pone mal que no lo hagan enserio...

Sobre todo porque ya estamos en la cuenta  final... 

 


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