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ACORDE GEMELO por andherezu_rosui

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Notas del capitulo:

Hol@!!

Aqui reportandome con el capitulo nuevo!! Recuerden que tengo un pagina en Facebook en la cual ando publicando los link  de las actualizaciones y uno que otro drabble de esta serie. Espero me visiten y le den like a la pagina para saber mas rapido las fechas de actualizacion. 

Es probable que quieran mi cabeza despues de leer el fic, pero espero que lo disfruten mucho. *Inserten risa malevola* 

Nos leemos en la que sigue!

Capítulo 64

 

El tiempo siguió su curso y cuando lo notaron un año se había completado desde que sus hijos en compañía de sus abuelos habían partido de vuelta a Londres. Para Iruka ese hecho resultaba algo chocante, teniendo en cuenta que ellos habían planeado seguirlos en poco tiempo. Sin embargo, los planes que habían hecho para su futuro, los habían retrasado junto con la noticia de una nueva vida por fin gestándose en el vientre de Kakashi… 

- ¡Kakashi! ¡Espera! ¡Déjame ayudarte! – Dijo alarmado Iruka viendo como su esposo con siete meses de embarazo cargaba un par de bolsas de víveres que él no pudo cargar al tener las manos ocupadas con las cajas de sake que estaba descargando para llevar al bar del club.

- ¡Estoy bien! ¿Cuantas veces tengo que decirte que no estoy invalido? – Le amonestó con enfado. – ¡Solo son un par de bolsas! ¡Por dios!

- ¡Pero…! – Quiso alegar de nuevo el moreno, pero era evidente al menos para todos los miembros de Taka y Dokuo más los del staff del Chidori que observaban con pena al castaño, que nada de lo que su Iruka pudiera decir haría que Kakashi bajara las bolsas hasta llegar a la cocina del club.

Lo observó algo preocupado por lo que pudiera pasar mientras le perdía de vista entre las puertas dobles de la cocina. Había prometido a Jiraya-sama y Tsunade-sama que se aseguraría de que nada malo le ocurriese a Kakashi mientras se encontrara en tan delicado estado. Pero su esposo parecía quererle hacer aquella promesa lo más difícil que podía. ¿Quizás se debía a las hormonas del embarazo? Había leído en alguno de los libros que los cambios hormonales solían ser agotadores para las futuras madres… Aunque era consciente de que tal vez se pasaba sobreprotegiéndolo… ¿Era culpa suya? ¡Claro que no! Después de todo se trataba del príncipe de su corazón llevando en su vientre aquello que mas anhelaba haber hecho el. Cualquier medida para mantenerlo a salvo era insignificante ante lo valioso que era Kakashi…

-Sería mejor que deje de agobiarlo tanto Iruka-san. Kakashi-san tiene razón, no le va pasar nada por unas simples bolsas. - Intervino Karin con tono divertido al ver la cara de irritación de Kakashi al pasar junto a ella sin devolverle el saludo. Y la cara de preocupación que él tenía. - No digo que sea malo cuidarlo, pero no hay que exagerar… Kakashi-san es un hombre muy capaz, si no puede con algo estoy segura de que se lo hará saber.

-Ya lo sé… ¡Pero no puedo evitarlo!

Iruka era consciente de que se estaba pasando de sobreprotector con Kakashi, él no era una persona débil y tal como había dicho Karin estaba exagerando, pero quería hacer muchas cosas por Kakashi para procurar su comodidad y hacerle feliz, tanto como él lo hacía con el simple hecho de lucir su redondeado vientre donde su hijo se hallaba… Aunque no estaba seguro de que fuese un varón… Quizás fuera una niña o un doncel… No podía estar seguro, sobre todo porque Kakashi se había negado a saber su género, porque deseaba que fuera sorpresa, cosa que le había decepcionado un poco pero que lo mantenía expectante. 

-Recuerde que esta noche será importante para el club. –Le recordó la chica. – ¡Hoy celebramos el primer aniversario del club! ¡Y habrá una guerrilla de bandas! Es natural que Kakashi-san este emocionado.

-Tienes razón…- Concedió Iruka contento.

Hacia un año que ellos habían llegado a Japón y habían comenzado la creación del Chidori, su casa club. Fue un largo año, y habían tenido que aplazar muchas cosas, entre ellas regresar a Londres con el resto de su familia, aunque en realidad aplazar su regreso era más bien una medida para que Kakashi no sufriera algún percance mientras estuviera en gestación. El doctor no lo había recomendado, y ellos estaban tan nerviosos y asustados con todas las advertencias que les había dado que optaron por quedarse más tiempo, por lo menos hasta que Kakashi diera a luz. Su familia pareció de acuerdo con la decisión, aunque lamentaban el hecho de no poder estar para su nacimiento. Lo hacía feliz tener a Kakashi para él solo, por lo menos en esta etapa y quizás si él lo supiera lo tacharía de egoísta o algo… Pero la sola idea de que su príncipe lo necesitara y dependiera de él y nadie más, lo hacía ridículamente feliz y también algo culpable por no poder estar con sus hijos en Londres durante su recuperación.

Al pensar en el último año, una sombra de angustia empañaba sus ojos, sobre todo al recordar aquella noche en la que su esposo salió del club con la clara intención de ayudar a sus hermanos en tiempo de necesidad. Las consecuencias de aquel episodio habían dejado cicatrices en Kakashi que se presentaron con pesadillas cada noche desde aquello, esas pesadillas se volvieron una razón para retrasar su regreso a Londres en un inicio, pues lo que menos deseaba Kakashi era que sus hijos tuvieran que preocuparse por él, siendo ellos los que tenían problemas más graves. Kakashi le había ido contando todo poco a poco y aunque le dolía verlo tan destrozado en aquellas conversaciones, había aceptado y ayudado con todo lo que podía para que el volviera a ser su mismo príncipe de siempre…

El día que lo vio sonreír como de antaño al despertar sin pesadillas de por medio supo que todo estaba mejorando. Y lo fue más cuando el doctor por fin les confirmó que pronto serían padres… No estaba seguro de si fue idea suya o algo más, pero ese día la conmoción en su cara y la felicidad que había en el rostro de Kakashi al tocar su vientre aun plano en ese momento había quedado marcada con fuego en sus ojos. Aquel maravilloso día vio el mundo adquirir color de una forma que antes no fue capaz de notar, y solo se dio cuenta cuando toco su piano para él y el sonido había cambiado… Estaba seguro de que cuando su bebé naciera cambiaría de nuevo. Y no podía estar más emocionado con la idea…

- ¡Iruka! – Escuchó la voz de Kakashi llamarle desde el interior de la cocina. De un respingo corrió a ver que le pasaba a su esposo ante la apenada mirada de todo su staff y sus sonrisas ladinas ante lo fácil con la que Kakashi, lograba mantener la atención de su esposo sobre él. Y aunque un tanto grises sus días en el Chidori cobraban cierto tono brillante cada vez más… Todos rezaban en que los días llegasen a ser un poco mas felices con forme pasara el tiempo…

 

*

Un año.

Eso era el tiempo que había pasado para ambos rubios desde su llegada a Londres… Su triste despedida en el aeropuerto de Narita los había mantenido callados a ambos durante todo el viaje. Al llegar, su tío Yahiko y su tío Nagato, los esperaban con amplias sonrisas que se vieron en la necesidad de corresponder porque después de todo no estaba en ellos permanecer eternamente afligidos, recordándose que a pesar de que se habían terminado separando de las personas que amaban, las promesas que se habían hecho uno al otro eran sin duda un aliciente para que ambos se esforzaran y lograran recuperarse.

Ninguno de sus primos había acudido a recibirles, solo sus tíos que los abrazaron y confortaron sin saberlo, llenándoles de una perdida alegría por el reencuentro con ellos. Durante el camino a casa supieron casi de inmediato que debían quedarse con ellos pues sus abuelos tenían la temporada en puerta y su gira debía reanudarse en la brevedad de lo posible.

Su tío Nagato les explicó que él se había encargado de contactar con el medico que trataría la lesión del brazo en Naruto, y también que había encontrado a la mejor psicóloga para ayudar a Ino con su voz. Hecho que apeno mucho a la aludida, no quería ser tratada como una especie de rara o loca por tener que ir con un psicólogo, pero fue su tío Yahiko que intuyendo lo que ella pensaba le aclaró que los psiquiatras eran los que trataban a los locos, los psicólogos en cambio solo se limitaban a ayudar a las personas con sus sentimientos. Llegando a llamarlos gratamente “doctores del corazón” logrando tranquilizarla e incluso mentalizarla con la idea de trabajar con alguien así.

El primer mes paso en un parpadeo para ambos mellizos apenas logrando creer que seguían vivos estando separados de sus amados, por un lado, Ino había iniciado su terapia con el psicólogo que resultó ser un doncel bastante entretenido y agradable, que le había sorprendido cuando en la primera sesión descubrió una fotografía adornando la chimenea de su consulta donde se podía apreciar a su terapeuta en compañía de dos figuras que reconocería en donde fuera, aquella belleza inconfundible de un chico de unos quince o dieciséis años de cabello plata junto a otro de la misma edad con piel morena y cabello castaño posando con un gran sonrojo a su lado mientras un risueño y joven doctor también de dieciséis posaba con símbolos de paz en cada mano ajeno a la vergüenza que parecía sentir el otro castaño.

No tuvo que preguntar para saber quiénes eran los de la foto, sin duda alguna se trataba de sus padres adoptivos, casi inmediatamente después de saber que ellos y su terapeuta habían sido compañeros y amigos en sus días de escuela y que aún lo eran, Ino no pudo más que sentirse como en casa. Rindiendo frutos casi de manera inmediata con su terapia, logrando soltar monosílabos como “si”, “no” o de vez en cuando un apenado quejido incomodo cuando más que una terapia para sacar sus temores a flote, aunque básicamente solo escribía en un cuaderno todo lo que le pasaba por la cabeza y su doctor asentía y hacia ademes exagerados en entender lo que escribía…

En algún momento de las sesiones su mellizo Naruto estuvo con ella, para complementar de esa manera lo culpable que se sentía por haber sido parte de la causa de su brazo inmóvil… Puesto que el doctor determino que el estrés de saber que su hermano estaba herido después de intentar protegerla había sido acumulado poco a poco en ella sin que lo notara y que había desencadenado su estado actual al juntarse con más situaciones estresantes. La había llamado frágil y incluso había razonado con ella que no era su culpa el serlo… Ino no le había creído y fue ahí cuando Naruto fue invitado a sus sesiones terminando en llantos y chillidos de una muda Ino que después de aquellas sesiones sentía que su voz se aclaraba con renovadas ganas de dejarse oír. Había progresado al aceptar que no estaba en sus manos haber hecho nada para evitar aquel acontecimiento, y poco a poco su voz dulce volvió…

-Eso fue maravilloso Ino. - Escuchó que le decía un emocionado Francis su terapeuta, después de que ella terminara de cantar. – ¡Ahora entiendo porque te llaman la diva con voz de ángel! ¡Ciertamente cantas como uno!

-Gracias… No sería capaz de cantar si no hubiera sido por su ayuda…- La cara del Francis lucio agradecida por sus palabras y con cariño tomo las manos de la joven rubia.

- Te equivocas Ino el que seas capaz de volver a cantar y decirme estas palabras solo es posible porque finalmente estas sanando… Aquí… - Dijo señalándole su frente y seguidamente su pecho. - Y aquí… Has aprendido que la voz que posees es tuya y que esta bien que lo sea… No puedes ir por el mundo haciéndote responsable por cada cosa mala que pasa, a ti o a tú familia… Todos tienen su manera de sobrellevar las cosas… Y tu finalmente has aprendido a superar las tuyas… Siéntete orgullosa Ino, esta será la ultima vez que tengas que visitarme para una consulta…

La rubia, había mantenido el agarre de Francis en sus manos, soltando leves espasmos llorosos ante sus palabras. Por primera vez en mucho tiempo sentía que realmente había crecido para volverse un poco mas fuerte.

-Ino, es tu turno de ser la hermana mayor y ser el apoyo de tu hermano…

*

Los diagnósticos por el especialista recomendado no habían llenado de esperanzas a sus a su familia, mucho menos a él. Naruto era consciente de la severidad de las lesiones en su muñeca y brazo, sabía que en el remoto caso de poder ser curado conseguir su movilidad original seria imposible. Y tras tres cirugías de reconstrucción para fijar algunos clavos de prótesis a su codo y muñeca, no hacían mucho para borrar esa impresión en él, sabía que ni siquiera la terapia física a la que se estaba sometiendo después de pasar con éxito cada una de las intervenciones estaba dando los resultados que él hubiera querido.

Ejercicios de movimiento y entrenamiento de mancuernas durante dos meses le habían devuelto el movimiento normal de su mano. Abrirla, cerrarla, tomar cosas e incluso girar una pelota podía con eso, pero cuando se trataba de algo más preciso era otra la historia.

Nunca había sido más consciente de eso que en ese instante mientras estaba sentado frente al piano de cola en la mansión de sus abuelos, donde se disponían a recibir al año nuevo, el había decidido obstinadamente practicar por primera vez con el piano, el calambre de sus dedos al comenzar a tocar una pieza sencilla le dictaban su destino, uno que aún no estaba listo para aceptar pero que no tenía opción más que hacerlo…

Deslizó los dedos por las teclas de mármol del bello piano y tocando levemente cada nota dejo escapar lagrimas de amargura al tener que despedirse de su piano tan patéticamente. Apretó los puños en agonía encorvándose sobre si mismos mientras las teclas del piano lloraban en dolor al ser cruelmente aplastadas por sus puños cerrados.

Fue el cálido abrazo de su hermana y su conciliador aroma lo que lo hizo destensar sus puños sobre el piano, y se permitió llorar todo lo que quiso. Arropado por los protectores brazos de su melliza que dejaba correr sus propias lagrimas junto a él…

-Todo estará bien… - Le susurraba su pequeña hermana abrazada a el mientras acariciaba su cabello con ternura. Y no supo porque, pero el creyó en ella…

-Lo sé… Pero duele…

-Pasará… Te lo prometo… El dolor pasará… Naru-Nii… 

Naruto confiaba en que las palabras de su melliza serian ciertas algún día, quizás cuando los ojos negros de Sasuke se encontraran con los suyos de nuevo, el dolor que sentía en ese instante al abandonar su piano por fin dejara de lastimar…

Con aquella triste escena de invierno, le dieron la bienvenida a la primavera de un nuevo año que comenzaba, con un futuro incierto que ninguno de ellos sabía lo que traería.

*

Para Deidara, la vida en Inglaterra era monótona y lenta, añoraba Japón, tanto como sus hermanos, pero sabia que a pesar de todo volverían. Esperaba con ansiedad el día en que fueran capaces de regresar al lado de aquellas personas que habían dejado ahí. Se le hacia incluso un poco injusto que ninguno de ellos los contactase, ni siquiera Itachi había vuelto a escribirle por correo desde que se habían despedido en aquel parque en Japón justo después de que le confesara que se había enamorado de él…

Era un poco frustrante sentirse distanciados de ellos, o quizás solo era el que pensaba de esa manera, pues sus hermanos no parecían darle importancia a la falta de comunicación que habían tenido con los gemelos Uchiha, los observó perplejo recostados sobre la manta que habían dispuesto para su día de picnic, enterneciéndose al observarlos acurrucados dormidos uno al lado del contrario.

-Han recorrido un largo camino ustedes dos… - Les susurró acomodando el cabello largo de Ino y apartándolo de su rostro y quitándole una hoja caída a Naruto de la camisa. – Es un bonito día…

Dijo a la nada mirando el cielo azul sobre ellos, y con una sonrisa en el rostro se preguntó cuánto tiempo más tendrían que esperar para volverlos a ver…

Y fue entonces que dos años más pasaron…

Durante aquel tiempo sus hermanos poco a poco mostraron nuevamente sus viejas almas, sonreían y jugaban como antes, Ino incluso había retomado sus clases de canto y se había reunido con su viejo amigo de la infancia Choji el hijo del gran Choza Akimichi un maestro concertino retirado que había sido el mejor amigo de su padre. Choji había heredado el talento de su padre y era muy bueno entre los tenores de ópera, si no que el mejor. Los duetos que hacia junto a Ino solían ser perfectos y llenos de alma, al punto de que terminabas conmovido hasta las lágrimas. Fue gracias a el y al apoyo de Naruto que Ino logro volver a los escenarios cantando a dueto en el teatro Royal Opera House, actuando incluso para su majestad la reina.

Naruto, tardo un poco en salir de su depresión al abandonar el piano que tanto adoraba y que en su corazón pensaba que era lo único que lo mantenía unido al recuerdo de su madre, sin embargo, al mirar el progreso de Ino finalmente decidió dirigir sus energías de forma positiva y un día le hizo una petición a Jiraya desconcertando a toda la familia…

-Abuelo, quiero que me enseñes a dirigir… - El silencio en la mesa se hizo instantáneo. 

- ¿Qué fue lo que dijiste Naru querido? – Preguntó Tsunade un tanto desconcertada.

- Quiero dirigir una orquesta. -Afirmó con decisión en la mirada Naruto, mirando detenidamente a sus abuelos, los cuales intercambiaron miradas brevemente antes de que Jiraya preguntara.

- ¿Por qué tan de repente pides eso?

-No es repentino Abuelo. – Discernió Naruto serio. Sabia que su abuelo no lo dejaría hacerlo si no le deba una buena razón para intentarlo, después de todo antes había dirigido pequeños ensambles durante sus recitales, pero nada tan serio como una orquesta sinfónica, donde lo que decidía si era buena o mala era la dirección del director. – Se que es diferente de un ensamble o un dueto, pero… ¡Quiero hacerlo!

-Será difícil ¿Sabes?

-Lo sé, estoy consciente de eso.

-Es probable que enfrentes mas cosas desagradables al intentar transmitir tu música, a otros músicos…

-Lo entiendo perfectamente.

- ¿Estás seguro de que no intentaras volver a tu piano? - Inquirió Jiraya contrito por herir con sus palabras a su nieto. Quien agacho la mirada y apretó sus manos en un puño dolido.

-Abuelo… Se que no quieres que me precipite en mis acciones, puede que pienses que solo estoy ansioso por todo esto… Pero, lo he pensado hasta el cansancio y siempre llego a la misma conclusión…

- ¿De qué estás hablando Naru querido? – Cuestiono Tsunade sin entender a donde se dirigía su nieto.

-Soy Naruto, un pianista que ha perdido su más valioso recurso…- Dijo extendiendo su mano vendada frente a ellos. – He abandonado a mi piano, pero me niego a abandonar mi música… ¡Me niego a vivir sin ella!

Las sonrisas en las caras de todos los presentes, le reiteraron a Naruto que su resolución no era un error, el era un musico y como tal vivir sin música era un error… Debía volver a como diera lugar y gracias a su padre había por fin visto su futuro…

Después de esa conversación su abuelo finalmente le había aceptado como pupilo, donde la sangre que los unía era reemplazada por un lazo de maestro y aprendiz. Y aunque muchos críticos dudaron de que el talento de Naruto hubiese sido suficiente para hacer de su abuelo su maestro, las dudas de todos aquellos que no creyeron en él se disolvieron cuando un año después Naruto Namikaze debuto en el Lyceum Theatre, junto a la orquesta sinfónica de Londres una de las mas importantes y excéntricas orquestas que resultaron inesperadamente perfectas para un director tan joven como lo era Namikaze Naruto…

El rotundo éxito de aquella presentación, fue lo que desencadenó los deseos de saber mas de él joven Naruto como director y sus motivaciones para dejar su piano siendo así que durante una entrevista, Naruto finalmente admitió que su brazo izquierdo era incapaz de volver a soportar tocar una pieza de piano. La revelación ante los ojos de la prensa y los múltiples fans de su piano fue un completo desconsuelo, que duro solo un minuto antes de que su carrera como director se alzara así misma…

Para los Namikaze el tiempo paso sin siquiera notarlo, para Naruto e Ino el silencio de los gemelos Uchiha era solitario y quizás algo desconsolador. El tiempo y la distancia no solo habían servido para sanar sus heridas, sino que también habían ayudado a reafirmar los sentimientos que tenían hacia ellos… Por eso era tiempo de volver y reencontrarse una vez más.

Deseaban con todo su corazón abrazarlos y fundirse en ese abrazo para jamás volver a separarse. Así que no podían esperar mas para que ese día llegará…

Ellos sabían que su abuela tenía que ver con el silencio de todos en Japón, y en su momento creyeron que era lo mejor. Sin embargo, a veces creían que su abuela se sentía algo culpable por actuar sin consentimiento de ambos sobre lo que era mejor para ellos.

Deidara había sido quien se había enfadado un poco al enterarse, pero suspiro resignado y acepto que quizás había sido lo mejor. Quizás por eso ahora que finalmente estaban listos él se había mostrado tan tranquilo.

Pero antes debían finalizar la gira de presentaciones que había agendado Naruto con la filarmónica de Nueva York, sorprendiendo a la audiencia estadounidenses con la magia que su música transmitía con el movimiento de su batuta, prometiendo volver en otra ocasión los hermanos Namikaze volvieron al aeropuerto, para regresar a casa. 

-Dei- Nii ¿Terminaste con el registro? – Pregunto una sonriente Ino abrazada al brazo de su mellizo que miraba entretenido el boleto y su pasaporte que el mayor le había regresado.

- ¡Esta listo! – Respondió alegre Deidara acariciando la cabeza de la menor que soltó una risita risueña. – Será mejor que nos demos prisa nuestro vuelo saldrá dentro de unos minutos.

*

“En ultimas noticias el vuelo 1120 que iba de Nueva York a Londres tuvo un catastrófico accidente, en el avión viajaba ciento treinta y ocho pasajeros y cinco tripulantes, mismos que perecieron instantáneamente al explotar uno de los motores de la aeronave, golpeando la cabina y el fuselaje liberando una reacción explosiva en cadena que termino con la vida de todos los pasajeros y tripulantes de la nave. Un equipo de rescate enviado de Filadelfia ha hecho intentos de recuperar las partes del avión y los cuerpos de los occisos para devolverlos a sus familiares. En un momento le mostraremos la lista de pasajeros que viajaban en el vuelo 1120 nuestro más sentido pésame a las familias de los implicados.”

Tsunade miraba el noticiero CNN Londres escuchando con ensimismamiento el sonido de fondo del canal, mientras ponían en la pantalla una lista con los nombres de los pasajeros del vuelo 1120, no pudo evitar recordar como si fuese un deja vù ver desfilar el nombre de su hijo y su nuera en la pantalla, justo un segundo antes de que sus ojos leyeran con asombro.

*Namikaze Deidara… Namikaze Naruto… Namikaze Ino…*

Sintió que su cuerpo se desvanecía y tuvo que sostenerse de la silla para poder mantenerse de pie, sus manos se pusieron frías y su cabeza comenzó a girar mareándola. Sus oídos por un segundo se sintieron idos, como si el sonido no entrara coherentemente a su mente y fue por eso que tardo en darse cuenta de que el teléfono de la casa estaba sonando.

Lo miro aturdida un segundo y sintió que el deja vù volvía a ella, al recordar el día que perdió a su hijo y su nuera…seco sus manos sudadas y frías en su ropa y con pasos trémulos se dirigió al teléfono que sonaba insistente, tomándolo con manos temblorosas.

- ¿Diga? – Respondió en voz baja colocándose el teléfono en su oreja.

- ¡Abuela! ¡Soy yo Deidara! ¿Estás bien? – Tsunade sintió que su mente y sus sentidos volvían a activarse al reconocer la voz de su nieto mayor como genuina.

- ¿Que estás diciendo? ¡Ustedes son los que deberían decirme si lo están! ¡¿Dónde están ahora?! – Dijo alterada de repente. El silencio de su nieto en la línea la obligo a modular su tono de nuevo susurrando a modo explicación - Las noticias… Sus nombres aparecen en la lista…

- ¡Lo sabía! – Dijo Deidara con tono pesaroso. -Lo lamento abuela, pensé que tardaría un poco mas en transmitirse lo del accidente en casa. No queríamos asustarte. Naruto y Ino están bien. No íbamos en ese avión…

-Entonces, ¿En cuál están? -Inquirió nuevamente en tono alterado la mujer.

-No queríamos que lo supieras… Hasta que estuviéramos allá… Lo siento. Estamos en el vuelo 1501 con destino a Japón… - Deidara espero paciente el grito de su abuela y en cambio lo que escucho en el auricular fueron unos pequeños sollozos que eran retenidos quizás por la mano de su abuela cubriendo su boca.  - ¿Abuelita? ¡Por favor no llores! Fue algo inmaduro cambiar el vuelo a ultimo minuto, pero los chicos y yo en verdad queríamos ir a Japón, aunque no estuvieras de acuerdo… Por eso quise cambiar los boletos en el aeropuerto, pero no podían cancelarlos porque ya había pasado el tiempo para hacerlo así que los dejamos estar y compramos nuevos boletos para Japón. – Explico apresurado sin saber que mas decir para que su abuela dejara de llorar… - No queríamos preocuparte, pero sabíamos que si te decíamos algo tu y el abuelo se negarían a dejarnos volver allá… Lo siento abuelita, los chicos también lo sienten mucho…Pero nos costó trabajo convencer al capitán del avión para dejarnos hacer una llamada en pleno vuelo, Naruto llamo a Iruka- Otto-chan y Kakashi-Otto-chan para que se calmaran y Ino-chan le aviso a los tíos Nagato y Yahiko… Perdónanos, en verdad lo sentimos mucho…

-No sabes lo feliz que me hace que ustedes me desobedecieran esta vez… - Escucho que decía su abuela con voz ronca por el llanto. – No podría soportar perderlos… No a ustedes. Con saber que ustedes van sanos y salvos es suficiente… - Respondió Tsunade tranquilizándose un poco en su llanto. – Debo llamar a su abuelo y decirles que están bien antes de que pase otra cosa… Y Deidara…

- ¿Dime abuelita?

-Los veremos en Japón… Ustedes tienen razón ya es hora de volver una vez mas a ese lugar…

-Esta bien abuelita. Nos veremos en casa…

 

Continuará…

Notas finales:

OK, ya se quieren mi cabeza pero no la tendran! La verdad no se como salio el cap, espero que bien, y que aunque sea para desquitar el susto me dejen un RR.

Y para las que se lo preguntan, no, no es crueldad de mi parte. Si quisiera ser cruel lo hubiese dejado donde salian sus nombres y ahi renunciaria a mi humanidad. XD

Espero sus RR y que visiten la pagina! Encuentran en mi perfil el link!!

Nos vemos!!!


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