Dos días. Observaba los autos pasar frente a el, como la gente iba de un lado a otro atenta a sus problemas, a sus vidas, observo el cielo sin ninguna nube, un sol resplandeciente pero no caluroso “Nos veremos en dos días frente al hotel Exotic” fueron las palabras de Minho antes de despedirse aquel dia luego de que cerraran el trato con Taemin, no sabia su numero de teléfono, ni dirección claro que para el conseguir aquella información tan básica era fácil, pero no lo hizo y allí estaba, parado por casi 40 minutos esperando al chico alto
-Lo matare-susurro Kibum mientras mordía su labio distraídamente.
Los ojos felinos observaron como un deportivo negro se estacionaba frente al gran hotel uno de los guardias de este mismo se aproximo hasta aquel flamante auto, abriéndole la puerta del piloto, Kibum afilo su mirada y un gesto de enojo se pinto en todo su rostro. Minho parecía recién salido de un spa, sonriente, galante logrando que mas de alguno de los presentes lo deseara en su cama, y no precisamente para dormir.
-Kibum-Saludo Minho alegre, deleitándose con las facciones rígidas de aquel chico, verlo enojado se había convertido rápidamente en algo divertido-¿Hace mucho esperabas?-Sonrio con burla
-La verdad si ,pero me sirvió…-Kibum mostro una sonrisa juguetona, paseando sus dedos por sus labios de manera coqueta-…conseguí el numero de tres chicas universitarias y un chico muy atractivo-mordio su labio de manera sensual, Minho hizo una mueca de fastidio al ver como el otro no mostraba la reacción molesta que el pensó
-Que bien-Bufo- vamos-Minho paso de Kibum dirigiéndose hasta la recepción del hotel, el de mirada felina rio bajo al descifrar el plan de Choi para molestarle, pero no le daría tal gusto
La entrada de aquel hotel era maravillosa, con la palabra lujo grabada en cada mueble, cerámica, lámpara que decoraba la amplia recepción, sin duda Taemin no estaba escatimando en gastos, era el mejor hotel de la ciudad, y también uno de los mas cercanos a su objetivo principal, el banco nacional de Seul. La mirada de Kibum se poso en una gran lámpara que pendía desde techo, hermosos cristales de cuarzo en forma de espadas “Un estilo medieval” pensó el de mirada felina
-Buenas tardes, mi nombre es Jessica en que puedo ayudarles-Se presento al chica a Minho. De cabellos largos castaños, hermosa y con un rostro de tez clara, muy bella, pero la sonrisa coqueta que entregaba a Minho le daba a entender a Kibum que aquella mujer no era la dama que aparentaba
-Una suite con dos habitaciones porfavor-Hablo Minho ignorando la coquetería
-Suite 357, 21º piso-Informo la chica mientras tecleaba en la computadora-Nombre
-Kim Minho-Kibum no pudo evitar reir bajo ante aquel nombre, Minho lo observo de reojo dejando entre ver una mueca similar a una sonrisa
-¿Telefono?-Kibum corto la risa y miro a la chica con divercion
-No tenia idea que pedían el numero de los clientes ¿O es para uso personal?-pregunto Kibum recargándose en el mostrador mirando a la chica fijamente con un destello de maldad y divercion mezclados, aquella mirada juguetona logro que la chica se sonrojada, avergonzada al ser descubierta
Tomaron las llaves de la Suite, 7 dias estarían allí, debían coordinarse, investigar detalles, a los empleados y los horarios de turno entre cada guardia sin contar el que tendrían que ir a “dar una vuelta” al banco para reconocer y saber bien la posición de cada cámara con exactitud.
Subieron al ascensor en completo silencio, ninguno de los dos decía nada algo que ponía a ambos sumamente tensos. Kibum era alguien sociable, alegre que se destacaba por su platica incesante y muchas sin sentido, Minho era un gran hablados, escuchaba con atención, pero entre ambos parecía haber una barrera ¿Seria porque ambos eran ladrones?
-357-murmurro Minho al estar frente a la puerta asignada. Se mantuvieron allí de pie, admirando aquella madera perfectamente pulida. Era algo totalmente absurdo sentirse tan ¿nervioso? Si, Minho comprendía que ese palpitar molesto y descontrolado en su pecho se debía a aquel chico de mirada felina, Kibum, pero porque ¿Por ser un ladron al igual que el? ¿Debia desconfiar de aquel chico?-Entremos-declaro al fin luego de unos minutos de silencio.
La suite era amplia, un recibidor adornado con tres pequeños cuadros modernistas y una planta de interior. El living contaba con cuatro sillones de cuero café, y una alfombra roja, una mesa de virio y tres sillas, un equipo de musica, un escritorio, tres lámparas de pie, al fondo se observaba los grandes ventanales con cortinas de velo blanca. Amplio, fue el pensamiento de ambos al atravesar la puerta.
Kibum fue directamente hacia la cocina, los ojos de este brillaron al ver el estilo americano de aquel lugar. Amaba cocinar, casi tanto como la moda o el ser un ladron. El refrigerador estaba completamente vacio, al contrario de las alacenas que mostraban una bajilla de loza fina, copas de cristal, y utensilios de muy buena calidad.
-Oh las habitaciones-Susurro animado, salió rápido hasta el pasillo que daba el acceso a tres puertas-Dos habitaciones y un baño-murmurro para si, abriendo la segundo puerta.
Una habitaciones de mediano tamaño, con una cama individual, un closet de dos puertas, un escritorio, un pequeño sillón, y un espejo de cuerpo completo, las paredes de un todo crema, casi beige. Dejo caer su bolo a un lado de la puerta, tirándose de inmediato sobre la cama “Suave” dicto de inmediato su mente, abrazándose a una almohada, aspiro aquel aroma a nuevo
Unos ojos marrones veían con atención aquella escena algo infantil para tratarse de un chico de su misma edad, un ladron de su misma categoría, pero algo en la mente de Minho le gritaba que aquel chico era lindo, alguien interesante, pero era mejor por el bien de su trabajo ahogar aquella vocecita molesta en su cabeza. Se alejo de la habitacion, caminando hasta la cocina por algo de tomar, sentía su garganta seca
-No ahí nada-suspiro cansado al ver lo impecablemente limpio y vacio del refrigerador
-Debemos hacer compras-Hablo Kibum, Minho dio un pequeño respingo, no lo había escuchado acercarse “Pasos de gato” pensó-¿Vienes?-Pregunto Kibum al ver como el otro solo se quedaba de pie sin decirle nada-¡No pienso cargar todo yo solo!-Protesto
-¿A comprar?-El de mirada felina lo observo como si fuese algo bicho raro, entonces lo recordó. Minho era de una familia adinerada, seguramente estaba acostumbrado a que todo el mundo le sirviera, pero según el mismo Choi comento vivía solo ¿Entonces…?
-Vivías solo ¿no?-pregunto entrecerrando los ojos, Minho se recargo contra el refrigerador cruzándose de brazos, asintió ante la pregunta del otro chico-¿Cómo lo hacias para cocinar o comprar víveres?
-Pedia comida a un restaurante cercano, o le pagaba a un amigo para que comprara lo que faltara y cocinábamos-Comento como algo lógico, Kibum suspiro-Aunque realmente el era quien cocinaba, preparaba platillos realmente deliciosos
-Aja-Kibum se giro sobre sus talones y salió de la cocina, curioso le siguio hasta ver que el del mirada felina se dirigía a la salida-¿Vendras?-Pregunto de nuevo ,Minho hizo una mueca de inconformidad pero asintió
-Debemos acostumbrarnos el uno al otro si queremos que todo salga bien-hablo con voz seria, Kibum sonrio ante las palabras del mas alto, saliendo ambos del departamento
Era por aquella razón principalmente que a Minho le desagradaba hacer parejas. Aun recordaba a primera y única vez hasta entonces en que trabajo con alguien, Seungri un chico unos años mayor que el, un experto en infiltración, pero al ser dos personas de caracteres, lógica, pensamientos y coordinación diferentes aquel plan fue totalmente un fracaso, Minho recordaba aquella noche, la única vez en que sintió que el juego terminaría; Habia sido un robo simple, asaltar una de las bóvedas de diamantes de una joyería prestigiosa, todo había salido bien hasta el momento en que Seungri no escucho su plan y decidió actuar solo ¿Consecuencia? La activación de una alarma, la adrenalina se disparo por su cuerpo como una ráfaga de viento, recordaba la carrera que habían hecho hasta su punto de escape pero, el habia caido pocos metros antes de llegar a su destino pidió ayuda al que era su compañero pero este no estaba allí, lo había dejado, sin siquiera mirar atrás se había marchado dejándolo solo. Minho se las arreglo aquella noche para ocultarse, para permanecer casi 7 horas sin moverse en un pequeño escondite cercano a la salida, 7 horas en las que se prometió no volver a trabajar con nadie. Seungri había sido capturado pero nunca lo menciono, al menos eso se lo agradecía, pero el sabor de la traición no se quitaba de sus labios, era amargo y no deseaba repetirlo nuevamente. Pero, con ese chico era diferente por aquella misma razón acepto el vivir con el aquel tiempo, adaptarse e intentar descifrar la mente del otro, para asi, tal vez, no cometer errores.
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Kibum había hecho una pequeña lista de todas las cosas que tenían que comprar para aquellos días, Minho realmente se preguntaba en que momento escribió la hoja que ahora sostenia.
-Atun, lechuga, aji rojo, aji amarillo, repollo, vinagre, aceitunas, tallarines, salsa de tomate, mayonesa, cebollas, papas, gaseosa, te verde, mantequilla, ajo, pimienta, sal, azúcar, jengibre-Habia al menos otras 30 cosas mas anotadas, el no recordaba necesitar tantas cosas, o al menos nunca le había prestado atencion. Levanto su vista de aquella “pequeña” lista y la centro en Kibum, el chico de mirada felina se veía pensativo con respecto a cual carne seria la mejor “Cerdo o vacuno”
-¡Minho elige tu!-El aludido salió de sus pensamientos ante el casi chillido que solto Kibum, frustrado al no poder decidir
-Kibum compra ambos-comento con simpleza para el no habia mucha diferente entre las carnes al fin y al cabo se las comeria igualmente pero, al juzgar por el puchero y las mejillas infladas esa no era la respuesta que quería escuchar el otro-vacuno…-dijo al final
-No, será cerdo-Reclamo Kibum con firmeza. Sintio como una venita comenzaba a palpitar en su frente, casi como si se tratase de algún anime-Bien ahora vamos por las verduras
Kibum sonrio al ver la expresión de molestia de Minho, aquellos ojos grandes parecían tener fuego cuando el mas alto se enojaba, aquel juego de hacerse enojar el uno a otro era algo divertido. Tomo tres bandejas de carne de cerdo y las metió en el carrito que llevaba Minho, pasando de este camino con calma hasta la sección de las verduras. Minho mordió su labio “No se quedara asi” pensó. Si, aquella salida seria algo interesante
Observaba las cosas pasar una a una, aquel pitido de la maquina registradora, y como el numero de la compra subia, y subir y subia ¿¡Cuánto habían comprado?! Miro de reojo a Kibum quien platicaba amigable con la cajera de aquel mini mercado. Kibum se veía alguien sociable, de carácter afable y amistoso “ A menos en apariencia” se quejo Minho. Habia tenido que aguantar mas de una hora y media en aquel lugar, comprando cosas que ni sabia para que se usaban, por lo mismo no se atrevió a cuestionar a Kibum en nada, no luego que casi le lanzara una sandia cuando se le ocurrió protestar por comprar tantos tomates.
-“Nota mental, no volver a ir jamás de compras”-sonrio ante sus propios pensamientos, había sido algo sin duda nuevo y estresante, pero por su seguridad personal prefería pagarle a alguien para que fuese a comprar por el
-(Inserte un gran precio)-Hablo la cajera con una sonrisa que Minho leia perfectamente como “Que manera de gastar el dinero, dios mio” y el mismo lo pensaba asi. Kibum abrió su boca levemente, había salido un poco mas de lo que pensaba. Rio bajo
-¿No crees que es mucho?-Murmuro Minho, el de mirada felina asintió distraídamente
-Si, pero será para toda la semana-apunto como un dato extra. Entrecerro los ojos con algo de desconfianza pero ¿Qué podían hacer? Devolver las cosas seria algo decadente-Bien, paga..-demando Kibum sonriendo ampliamente. Minho lo miro confundido
-Yo no tengo el dinero, lo tenias tu-Objeto. La sonrisa de Kibum se esfumo al instante-Porfavor no
-Yo no la tengo-La mirada asustada del otro le indicaba a Minho que no mentia. La cajera los miro con molestia-Genial, Kibum tu tenias el dinero-Reclamo Minho cruzándose de brazos
Bufo, sabiendo el otro tenia la razón pero se le había olvidado completamente y tampoco llevaba consigo su billetera como para usar alguna tarjeta de crédito, movio sus pies de forma incomoda sentía la mirada de Minho y la de aquella cajera sobre el, refunfuño, solo quedaba una alternativa y no le gustaba para nada.
Levanto la mirada hacia Minho quien mantenía una sonrisa burlona en su rostro mirándole de forma juguetona “maldito” sentencio Kibum. Minho lo sabia muy bien o al menos lo deducía
-Minho…-Llamo entre dientes, apretó los puños al ver como el mas alto pretendía no escucharlo-Minho
-Dime-“Es todo, envenenare su comida” declaro Kibum en su mente.
A Minho le divertía aquella situación, sabia que el orgullo del otro chico era grande talvez tanto como el suyo propio por eso el pedir algún favor debía ser algo difícil, y por supuesto el no haría nada para hacerle aquello algo remotamente mas aceptable
-Podrias pagar tu…-Sonrio amplio, mostrando su dentadura perfecta mas faltaba una palabra mas-…porfavor
“Bingo” Grito internamente, saco de su pantalón su billetera una tarjeta de credito dándosela a la chica . Sonrio al ver un pequeño ¿sonrojo? En Kibum, se acerco inclinándose sobre el rostro del otro
-No era tan malo pedirlo ¿Vez?-Susurro de manera divertida, sintiendo como un aroma a caramelo envolvía la piel de Kibum ¿Algun perfume o Shampoo? Desordeno un poco los cabellos del otro en un acto espontaneo- Sin duda esta salida ha sido muy educativa- rio Minho para si
Kibum se pateo mentalmente por haberse congelado ante la cercanía que había tenido con Minho ¿¡Que demonios pensaba?! Estaba seguro que si algún otro se hubiera aproximado tanto, el lo hubiera derribado o golpeado al instante era un reflejo ante cualquiera que llegase a violar su espacio personal, pero ¿Por qué entonces? Sintio un pequeño calor apoderare de sus mejillas.
Las manos de Minho sobre su cabeza lo sobresaltaron, aquel gesto tan amistoso. Se sentía raro pero no le molestaba, no tenia ningún sentimiento de incomodidad con Minho ante la cercanía de ambos, su presencia, pero había algo que no lo dejaba tranquilo, algo que hacia que su cerebro no pensara con claridad y congelara su cuerpo
Continuara...