Por la mañana Milo fue asearse a su pequeña casa, aun recordando los besos y caricias de Afrodita, había sido todo tan diferente, su primera experiencia con un chico, no lo podía creer, pero no se arrepentía, se sentía tan bien.
En la casa principal lo mismo hacia Afrodita, dando una ducha, él estaba feliz, por fin había estado con Milo, aunque el miedo lo comenzó a invadir, ¿y si le pasaba lo mismo que con Rada?, se suponía que Milo no era homosexual, aun tenia dudas en que esto fuera real, ya no quería de nuevo que le rompieran el corazón, se moría de ganas de ir a buscarlo otra vez, pero mejor se quedo en casa leyendo un libro.
La negrura de la noche comenzaba a caer con algunos rayos plateados de la luna, Afrodita no pudo aguantar mas el no ver a Milo, salió en busca de él, se veía luz en la casita de Milo, ya solo hacían falta unos cuantos pasos mas para llegar a la puerta, pero el miedo lo tenia paralizado, respiro profundamente para girarse sobre sus talones y emprender el camino de regreso a la casa grande.
-¿Dita?- la voz de Milo lo hizo detenerse.
-Milo… yo no quería molestar tan tarde- trato de excusarse el peli celeste.
-No es molestia por favor pasa- le respondió Scorpio invitándolo a pasar, le señalo un modesto sofá para que se sentara ya en el interior de la sala.
-Gracias- contesto cortésmente Afrodita, ambos se miraban curiosos, nerviosos y en silencio.
-Dita – dijo Milo haciendo una pausa para tomar aire- cuando mi esposa murió pensé que jamás iba a poder amar a alguien, eres un chico muy especial y te juro que lo ultimo que me hubiese pasado por la cabeza era fijarme en un hombre- confeso tiñéndose de color carmesí su rostro.
Afrodita fue contagiado sonrojándose al escuchar lo que decía Milo- quiero que sepas que no quiero presionarte, sé que tu no eres como yo, ya tuve una experiencia con un hombre el cual repudiaba mi condición homosexual y por intereses monetarios me enamoro- decía triste Afrodita.
-Por favor, no quiero que pienses eso de mi, yo quiero decirte que… estoy enamorado de ti, si con esto que siento tengo que declararme homosexual, lo hare- Milo se acercó a acariciarle la mejilla a Dita- no pienso aprovecharme de tu dinero, desde el tiempo que tengo trabajando aquí he estado ahorrando para recuperar mi hacienda- dijo sonriéndole cariñosamente.
-Yo puedo ayudarte Milo- respondió Afrodita.
-No, yo la perdí por imbécil, ahora yo la voy a recuperar de las garras de esos ladrones, lamentablemente me di cuenta del tremendo robo que me hicieron, era un estúpido alcohólico que firme sin fijarme y me dieron una miseria- dijo con molestia Milo.
Scorpio se levanto y se hinco al frente de Dita, tomando su rostro con ambas manos- Ese lugar va ser para nosotros dos, te lo prometo, volveré a ser el hombre que era antes, te amo Dita- dijo dándole un cálido beso.
-y yo a ti Milo- respondió Afrodita dejándose llevar por los besos, pronto las ropas les estorbaron para poder sentir sus cálidas pieles, Milo tomo a Dita por la cintura y lo cargo, enredando este las piernas alrededor de él, camino hacia su habitación, recostó a Dita empezando a recorrer su pecho con suaves besos mientras Dita acariciaba la melena de Milo.
La noche era joven y los amantes necesitados de caricias por lo que no tardaron en fundir sus cuerpos en uno solo, entre melodiosos jadeos de placer, las sombras que se proyectaban en la pared con bailes eróticos era el reflejo del placer que se ejercían mutuamente.
Un coche lujoso se estacionaba en la casa principal, bajando el altivo y bello Camus, ya no había aguantado mas tiempo lejos, Hyoga ya había sido dictado culpable, no habría mas peligro, su padre Shion no lo delataría, estaba mas preocupado llevando a su hijito bastardo al extranjero para tratar de enmendarle el ojo, era un estúpido iluso su papá si creía que con eso se iba ganar el cariño de Isaac, en lugar de entrar a descansar, se decidió por buscar a Milo, esta noche se le metería en la cama quisiera o no, ¿Qué se creía el cuida caballos para despreciarlo?.
La casa de Milo estaba en la oscuridad, intento abrir Camus la puerta principal, pero se encontró que estaba trancada por dentro, así que rodeo la casucha buscando la habitación de Milo, paro de golpe al escuchar gemidos de placer provenientes de adentro, apretó los puños enfurecido.
-Seguro metió una maldita puta a cogerse- maldijo entre dientes Camus.
Mas su sorpresa fue cuando se asomo y vio tremendo espectáculo de pasión que estaba dando Milo, hincado sobre la cama entrando con frenesí a cada movimiento de caderas, acariciando las piernas blancas, sobre la cama acostado estaba arqueándose de placer Afrodita, Milo se dejo caer sobre los codos en la cama, para buscar desesperado los labios de su amante, ahora devoraba esos labios rosas con pasión dándole pequeños mordiscos al labio inferior.
-Maldito estúpido me las vas a pagar muy caro- pensó Camus – ese maldito día debiste haberte muerto- dijo recordando el día del accidente.
FashBack---
-Shura , ¿has visto a mi primo?- pregunto interesado Camus.
-Esta adentro con Rada, creo que terminándose de arreglar- respondió el español.
-Ah, que sucio es… - dijo con una sonrisita lasciva- va terminar cansado del trio- continuo diciendo Camus.
-No esta bien que dejes que ese tipo engañe a tu primo, deberías decirle- aconsejo Shura.
-Lo engaña por estúpido, déjalo que abra los ojos solo, puedes traerme un jugo de granada por favor- pidió Camus mientras acariciaba la cabeza de Aurora.
Cuando vio que Shura se había alejado lo suficiente del lugar, se acercó a la yegua de Afrodita y coloco un pedacito de alambre de púas debajo del sillín de montar.
Fin FlashBack—
Camus regreso al auto para bajar su maleta, al bajar la puerta de la cajuela se encontró con la mirada Azul cielo de Afrodita.
-No sabia que regresarías pronto- le comento Afrodita.
-Es mi casa, puedo ir y venir cuando quiera, ¡no sabia que salieras casi a media noche ¡- le respondió Camus a un Afrodita que se puso al instante nervioso.
-Necesitaba un poco de aire fresco- contesto Dita.
-Ya veo aun no puedes dormir, te compadezco primo, eso de ver coger a tu novio con otra mujer ha de ser un trauma muy fuerte- destiló su veneno Camus ante la mirada triste de su primo Afrodita.
-Voy a descansar, hasta mañana Camus- se despidió Afrodita.
-Que descanses primito- respondió Camus, al ver que entraba Dita a la casa, este sacó su teléfono celular.
-¿Si?- pregunto una voz adormilada.
-Soy Camus, necesitamos vernos- dijo el peliazul.
-Llámame mañana, es media noche- dijo molesto el hombre.
-¡No! Ángelo, a menos que no te interese saber quien se anda cogiendo al amor de tu vida- respondió Camus.
-¿Qué dices?, ¿Afrodita esta con alguien?- dijo desencajado Ángelo.
-¿Qué dices, nos vemos mañana temprano?- respondió sonriente Camus.