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Cabalgando entre el Heno por PrincessIce

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En una cafetería del pueblo se encontraba un impaciente Camus bebiendo Café- este imbécil no va venir- refunfuñaba.


-Hey empezaste a desayunar sin mi- reclamo Ángelo.


-Pensé que no venias estúpido- respondió Camus.


-Muy bien explícame lo que pasa con mi Afrodita- exigió Ángelo.


-Pues se acuesta con Milo- dijo directamente Camus.


-¿El de los caballos?- pregunto Ángelo con tono despectivo.


-Si el, y no hables en esa forma cuando te refieras a Milo- reclamo Camus.


-Ya veo, esa es tu presa, y quieres que yo quite del camino a Afrodita para que puedas conseguir tu trofeo, ¿no es así?- pregunto Ángelo.


-Bingo- contesto sonriente Camus.


-¿Y como se supone que debemos separarlos?- pregunto Ángelo.


-estúpido- respondió rodando los ojos.


Tres horas después, Camus se sentó sobre la cama quitándose las sabanas sobre el, se levanto dirigiéndose al baño, un brazo moreno lo detuvo y lo jalo hacia la cama.


-Eres una zorra en la cama- dijo Ángelo lamiéndole el lóbulo de la oreja derecha haciendo sonreír con soberbia a Camus.


- Y tu no eres nada malo tampoco- dijo seductoramente Camus comenzando a frotarle el pene a Ángelo.


-Hoy mismo le llamare a Afrodita con el pretexto de la hacienda nueva- decía jadeante Ángelo, para después besar sensualmente a Camus jugueteando con su lengua la cavidad de este.


-Perfecto, es mas llévalo a ver la hacienda, así puedo meterle ideas a Milo- respondió Camus.


-¿Meter?, pensé que querías que yo lo metiera- dijo sarcástico Ángelo tocándose el miembro.


-Hazlo ya- ordenó Camus subiendo las piernas a los hombros de Ángelo.


Mientras en el santuario, exactamente en el establo, Milo cepillaba a Antares cuando sintió que alguien lo abrazo por de tras.


-Dita- dijo dulcemente.


-¿Cómo supiste que era yo?- pregunto Afrodita.


-Tu aroma a rosas es inconfundible, como tus suaves manos- dijo Milo tomando a Afrodita de la cintura para atraerlo hacia el, fundiéndose en un apasionado beso.


-Espera nos van a ver- dijo Afrodita cuando logro separarse para tomar aire.


-Ven, acá nadie nos vera- dijo Milo atrayendo a Dita a un rincón donde unas tablas los cubrían.


Comenzaron a besarse con ansias, mientras ahora las manos de Milo se colaban de bajo de la camisa para tocar el pecho suave de Dita, logrando que este se excitara y comenzara a soltar leves gemiditos que fueron acallados por los besos de fuego de Milo.


-Estas desatado hoy- logro decir Afrodita.


-Es que tu me vuelves loco- respondió Milo dándole un leve mordisco en el cuello a Dita, dejando deslizar su mano por el vientre de Dita, logrando colarse dentro del pantalón, encontró el miembro de Dita despertando, comenzó  acariciarlo hasta hacerlo erguirse, desabrocho el pantalón de este para dejar libre el angustioso miembro.


Milo desabrocho también su pantalón para liberar el abultado miembro que ya tenia, abrazándose y besándose continuaron un rato mas, mientras sus cuerpos eliminaban espacio entre ellos, rozando sus miembros entre ellos al agitarse sus cuerpos, cuando se vieron interrumpidos.


-¡Milo!, ya termine con la tarea que me pusiste- grito una voz infantil.


-Rayos es Kiki, súbete el pantalón- dijo sumamente jadeante.


-Por dios el niño no nos puede ver así- contesto un Afrodita muy nervioso.


-Quédate aquí y sal hasta que me haya llevado a Kiki- pidió Milo, dándole un último beso a Afrodita.


-Ahh que bueno que regresaste, sabes Miho estaba horneando unos panques que me abrieron el apetito, vamos- sugirió Milo.


-¡Si!- grito emocionado Kiki- por cierto, ¿Por qué esta todo colorado y sudoroso?-pregunto el pelirrojo.


-Ah es que… es que me canse mucho con lo que hacia, vamos rápido- dijo nerviosamente Milo.


El dia transcurrio con normalidad, hasta la noche Afrodita recibió una llamada de Ángelo, el un poco fastidiado fue a atender la llamada.


-Hola Ángelo- saludo Afrodita.


-Dita hermoso, ¿Cómo estas?- pregunto Ángelo.


-Muy bien, fíjate que necesito que me acompañes a las propiedades que se te acaban de entregar, solo para que conozcas bien su ubicación y los empleados te conozcan- comento Ángelo.


-Esta bien,  ¿cuando quieres que vayamos?- pregunto Afrodita.


-Mañana temprano- sugirió Ángelo.


-Bien, entonces nos vemos mañana, buenas noches- se despidió Afrodita.


-Buenas noches- respondió Ángelo tiernamente.


Al día siguiente ambos se dirigieron a tres de las propiedades que su padre le había heredado, siendo la última una que su nombre le pareció haberlo oído en otra parte, Rancho Escarlata.


Afrodita no lograba recordar donde le habían nombrado el lugar, y mas se extraño al ver en la puerta el escudo de la familia dueña anterior del lugar, era un escorpión emperador, recorrieron el lugar era muy lindo, constituido de varias hectáreas y sobre todo un gran establo, donde al parecer había crianza de caballos de buena estirpe.


Mientras tanto Camus trataba de hacer su lucha con Milo, mientras este estaba duchándose, Camus se coló en la casita de Milo, desnudándose se atrevió a entrar al baño, Milo que estaba de espaldas solo sintió las suaves manos recorrerlo y besarlo por la espalda, cosa que lo excito.


No aguanto las ganas y volteo para besar a su Afrodita, pero su sorpresa fue ver que no se trataba de el, si no de su primo Camus, por lo que desconcertado trato de apartarse, sin antes recorrer con la mirada el bello cuerpo de Camus.


-¿Qué pasa?, ¿esperabas a alguien mas?- pregunto sensual Camus.


-Si, digo no, menos a ti, sal de mi baño por favor- respondió Milo nervioso cerrando la regadera.


-Este también es mi baño, recuerda que esta hacienda es mia- contesto Camus.


-Bien tienes razón, me salgo yo- dijo Milo enrollándose en la toalla, salió hacia su habitación para vestirse.


Camus corrió tras el, aventándose para caer ambos en la cama, arranco la toalla, y comenzó a lamer el miembro de Milo.


-No Camus- decía Jadeante, mientras este aumentaba la velocidad engulléndose el miembro.


Teniendo a un Milo casi derrotado y excitado en demasía, Camus se apodero de los labios de este sentándose en las cadera del moreno, comenzó a frotar sus penes con ambas manos haciendo que Milo se arquera, Milo reacciono tratándose de quitar al hombre de encima pero lo aprisiono las Camus, sintiendo como el mismo se introducía el miembro erguido de Milo, provocando un gemido ahogado por parte de  Scorpio.


-Camus – logro decir entre el cosquilleo que le proporcionaba placer- detente.


Tomando lo mas que pudo de autocontrol tomo de las caderas a Camus para levantarlo y empujarlo a un lado, dejando anonadado a Acuario.


-¿Qué no te gustó sentirme?- pregunto indignado Camus.


-Si me gusta o no es algo que no pienso seguir haciendo, es una locura yo amo a alguien mas- dijo Milo molesto.


-¿al estúpido de mi primo?- pregunto burlon Camus.


-No le digas asi, y si amo a Afrodita, no voy a traicionarlo y menos contigo- contesto Milo.


-El cornudo será otro entonces, ahorita debe estar disfrutando la polla de Ángelo dentro de el- dijo intrigando Camus, tomando sus ropas para irse.


-¿Qué has dicho?- pregunto Milo enojado.


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