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Cabalgando entre el Heno por PrincessIce

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Camus se puso la ropa y salió de casa de Milo dejándolo envenenado por las palabras que le había dicho, la intriga le había calado a Milo, sembrando dudas seguro que rompía esa estúpida relación- pensó el Acuario.

Por otra parte, Ángelo y Afrodita iban llegando a “Santuario” después del recorrido que habían hecho a las nuevas propiedades de la familia Piscis. Ambos se toparon en la entrada con Camus que le sonrió triunfante al abogado.

-Bueno Afrodita creo que ya es hora que me retire- dijo Ángelo despidiéndose.

-Esta bien, gracias por llevarme- dijo gentilmente Afrodita.

A lo lejos vio Ángelo que se acercaba Milo, y rápidamente se acerco a Afrodita para despedirse de manera mas cariñosa, no quiso pasarse asi que solo le dio un beso muy cercano a la comisura del labio, dejando sorprendido a Piscis.

Vio como se alejaba el abogado y dio la espalda encontrándose con una mirada fiera de Milo.

-Hola Milo- dijo un tanto nervioso Afrodita.

-Veo que estuviste muy a gusto con la compañía de ese- le reprocho Milo.

-Celoso- susurro Dita sonriente.

-no me avisaste nada- reclamó Milo.

-Discúlpame fue algo que salió del momento- dijo Apenado Dita.

-Te busque porque quería contarte que ya interpuse la demanda a los ladrones que me robaron mi hacienda- platicó el Scorpio un poco mas tranquilo.

-Veras que todo saldrá bien amor- le respondió Dita siendo optimista- sabes me muero de hambre,¿ comemos algo?.

-Pero yo cocino- advirtió Milo ya contento.

Desde la ventana Camus los vio irse juntos, hizo una rabieta como si fuera un crío.

Los días transcurrían con total normalidad, Dita se encontraba en la estancia leyendo un libro, Camus lo vio y puso en marcha parte de su plan.

Se coloco detrás de la puerta y fingió hablar por el celular muy bajito para que le diese curiosidad a Afrodita esa conversación.

-No sabes lo maravilloso que es- decía emocionado Camus.

-Lo hicimos casi dos horas sin parar hace unos días, me dejo exhausto- volvia a hablar al celular Camus.

La voz de su primo lo hizo desconcentrarse en su lectura, se levanto del sillón y se acercó mas para ver que quería Camus, descubriendo Dita que estaba hablando con alguien por teléfono.

-Milo es el mejor amante- dijo con cinismo Camus, quedando prácticamente congelado Dita al oír aquella declaración, su corazón comenzó a latir con mucha fuerza, los ojos se le pusieron acuosos, como pudo reacciono y se fue a su habitación a encerrarse.

-No me puede estar pasando otra vez, me engaño Milo, mi amor tu también- dijo sollozando dejándose caer al pie de su cama.

Ese día Milo estuvo esperando a Dita, simplemente la noche le cayo encima y su novio jamás llego a verlo, eso le extraño mucho, pero tampoco podía presentarse en la casa grande a preguntar por el muchacho, así que decidió esperar a mañana.

Un dia nuevo había llegado, Afrodita tenia los ojos hinchados de tanto llorar, se había levantado decidido a reprocharle su engaño a Milo, cuando Ángelo interrumpió su camino.

-Dita- llamo dulcemente el abogado.

-¿Qué pasa?- pregunto extrañado por la nueva visita de Ángelo.

-Me gustaría que hablaramos en privado- pidió el abogado.

-Vamos al despacho- sugirió Dita, ambos caminaron hacia el despacho, ni bien cerraron la puerta Ángelo lo custiono.

-¿Qué te paso?, estuviste llorando- pregunto acariciándole la mejilla con mucha ternura.

-No es nada- contesto secamente Dita.

-No me mientas, dime quien te hizo daño, sabes que te amo y no voy a permitir que nadie te vuelva a herir- confeso Ángelo.

-Lo que pasa es que estaba saliendo con alguien y descubri que me engaño- dijo con la voz quebrada.

-Es ese malnacido de Milo , ¿verdad?-pregunto Ángelo.

-Que importa quien es- respondió cerrando fuertemente los ojos Dita.

-Mi cielo- le dijo abrazándolo para consolarlo.

Algunos minutos estuvieron asi, sin decir nada mas, solo consolando a Dita, hasta que este se solto del agarre de Ángelo.

-ya , no mas lágrimas, dime a que has venido- dijo Dita sentándose.

-Veras, nos ha demandado el anterior dueño de la hacienda Escarlata, creo que no te va gustar nada eso- dijo mostrándole el documento.

-No puede ser- dijo Dita al ver el nombre de la persona que lo demandaba.

-Yo puedo arreglar todo eso, pero quería que supieras- le dijo Ángelo.

-Que se quede con la propiedad si quiere, no me interesa- dijo Dita.

-¿Seguro?- pregunto Ángelo- creo que no es lo que le hubiese gustado a Albafica.

-Déjame pensar que haremos, ahorita no tengo cabeza para eso- dijo Dita.

-Como gustes, me voy, espero tu llamada- le dijo para retirarse del lugar Ángelo.

Afrodita salio en busca de Milo, lo encontró montando a Antáres, con la mirada furica se paro delante de el, haciendo que el caballo parara su andar bruscamente.

-Amor, ¿estas loco?- dijo asustado Milo bajándose rápidamente del caballo para ver si no tenia algún daño Dita.

-¿Qué tienes que ver con Camus?- pregunto directamente Dita.

-Nada, no se porque lo preguntas- dijo sorprendido Milo.

-Entonces no tuviste nada hace unos dias con el- interrogo Afrodita con la esperanza que fuera mentira de Camus.

-Hace unos dias… Dita no es como tu crees, el se metio en mi baño… - dijo Milo tratando de explicar el incidente que tuvo con Camus.

-Eres un maldito cerdo- dijo llorando Dita asestándole una cachetada a Milo.

-No por favor tienes que escucharme- suplico Milo tomándolo por la cintura cuando le dio la espalda Dita para irse.

-No voy a volver a caer en tus engaños- le contesto Afrodita.

-Yo te amo, y te juro que en cuanto recupere mi hacienda voy hablar con tus tios para que nos casemos y te lleve conmigo, mi amor es sincero- le respondio Milo desesperado.

-¿y lo de Camus?- pregunto dolido Dita.

-El se metio desnudo, me ha acosado casi desde que llegue a trabajar aqui- dijo Milo tratando de defenderse.

-Jurame por favor que no tienes nada que ver con Camus- suplico Afrodita.

-Te juro amor mio por todos por dios que solo te amo a ti y nunca te lastimaria siendote infiel- le resitó Milo acariciandole la mejilla a Dita.

-Te amo- solo atino a decir Afrodita cuando sintio que los labios de Milo se apoderaron de los suyos.

Al detener el beso, Milo volvio a retomar el tema de la hacienda- Sabes pague a un abogado para que me ayude a recuperar mi hacienda, esos tipos que me envolvieron son unos timadores, los odio te juro que los voy a meter a la cárcel.

Al escuchar esas palabras Afrodita no se atrevió a confesarle a su novio que el era el dueño, y aun no cabia en la sorpresa de que su padre haya sido capaz de robarse esa propiedad, pronto buscaria una solución sin que supiera Milo, el nombre del nuevo dueño, temia que al enterarse lo odiara tambien.

 


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