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Cabalgando entre el Heno por PrincessIce

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Notas del capitulo:

En este capitulo estoy incluyendo un Lemon de Camus, ademas de comienza Afrodita a descubrir que le gusta el chico de los caballos, es decir, Milo.

Muy cerca del rancho “el santuario” del cual eran dueños Saori y Shion, se encontraba la Hacienda “Los gemelos”, un lugar con extensas hectáreas y principal productora de Café , los dueños eran los jóvenes multimillonarios Saga y Kanon Gemini.


Pronto seria el cumpleaños de los hermanos Gemini, y la familia Aquarius estaba invitada a la recepción gracias a la profunda amistad que unía Kanon con Shura el entrenador y mejor amigo de Camus.


Dicha celebración fue el evento mas extraordinario en la zona, con orquesta durante la fiesta, delicioso y lujoso menú, habían echado totalmente la casa por la ventana como vulgarmente se dice.


Saori y Shion decidieron retirarse cerca de las 10 p.m. para acompañar a su sobrino a descansar, puesto que para Afrodita era un tanto cansado andar con muletas en una fiesta, y solo había aceptado la invitación por insistencia de su tia Saori.


Con lo que respecta a Camus, el presumido y altivo campeón decidio quedarse mas tiempo para ver que victima podría pescar, ya que últimamente había estado insinuandosele al atractivo Milo, y este simplemente no lo notaba o se hacia el tonto.


La gente comenzó a retirarse tras la muy buena velada auspiciada por los Gemini, Camus ya bastante fastidiado por no encontrar a nadie que estuviera a su altura para pasar un buen rato, decidió buscar a Shura para pedirle que se fueran al rancho de sus padres.


Estuvo rato dando vueltas sin encontrar a su amigo Shura, hasta que llego al pie de la biblioteca y se detuvo al oír ruidos bastantes extraños.


-Como extrañe tenerte entre mis piernas- decía jadeante Kanon.


-Y yo a ti, ese viajecito tuyo fue demasiado largo, ooh,  ¿te gusta?, estas delicioso- respondía el español con voz entre cortada.


Camus al escuchar lo que pasaba tras aquella puerta, no pudo evitar en pensar en Milo, fantaseando que ambos estuvieran en una situación similar, su mano se deslizo a tocarse la entrepierna excitándose en demasía, cerrando asi los ojos para imaginarse desnudo al Scorpio.


-No deberías espiar las intimidades de mi hermanito- lo pillo una voz ronca cerca de su espalda.


-¡Saga!, no es lo que piensas solo buscaba a Shura- dijo el de acuario muy apenado, comenzando a teñirse su rostro color carmín.


-Yo solo digo lo que veo, y a juzgar por lo que te pasa ahí abajo se que si no encuentras alivio tendras mucho dolor- le respondio Saga acercándose peligrosamente acariciándole el bulto del pantalón.


Enseguida lo tomo de la muñeca para direccionarlo hacia las escaleras llevándolo a su habitación, en cuanto entraron cerro presurosamente la puerta el Gemini, dio un jalón de la nuca a Camus, y ataco su presa devorándolo con un apasionado beso, Camus comenzó a sentir su cuerpo blandir, sus manos comenzaron a desabotonar la camisa de Saga, encontrando unos firmes pectorales, mientras Saga inicio su recorrido por el cuello de Camus, besándolo con devoción , arranco prácticamente la ropa de Camus, dejándolo completamente desnudo, pudo observar el miembro del de cabellera aguamarina completamente erguido, como animal en celo, lo empujo hacia la cama para dirigir sus labios primeramente a la punta de ese grueso miembro.


Camus tomo la melena de Saga apretándola haciendo que este hiciera mas profundas sus lamidas, mientras el cerraba fuertemente los ojos, imaginando que Milo era el que le propinaba tanto placer con la lengua.


Saga se bajo los pantalones junto con la ropa interior, escupió su falo completamente erecto y lo masajeo un momento, volvió a escupir pero ahora sus dedos, encontró la entrada de Camus acariciándola desde el exterior, gesto que hizo que Camus se retorciera sobre las sabanas, con movimientos circulares el primer dedo invadido su apretada entrada, al escuchar los gemidos de Camus, este entendió que  necesitaba otro dedo que hiciera intromisión alojándolo también, asi con ambos dedos comenzó a realizar movimientos mas profundos notando que las caderas de Camus empezaban a sacudirse contra sus dedos, Saga sonrió y visiblemente excitado retiro sus dedos para apoyar la punta de su miembro y deslizarlo en una sola estocada, tomo ambas piernas de Camus y las coloco sobre sus hombros moviendo sus caderas frenéticamente.


Camus parecía estar en otro mundo, el sexo con Saga era realmente delicioso para el, y la razón era que en su mente el que le daba las estocadas profundas era su Milo.


En el rancho “El santuario” Afrodita se encontraba mirando las estrellas desde el balcón, cuando entre las sombras pudo divisar un bello caballo  que era montado por un escultural hombre, se levanto del sillón donde estaba sentado, intento enfocar mas entrecerrando los ojos, era realmente hermoso aquel caballero cabalgando, la melena azul añil volaba con el galope haciéndolo lucir mas sexy.


-Por los dioses, pero si el que cuida de los caballos… Milo-decia a si mismo asombrado de aquel muchacho que parecía un dios.


Tras salir de su ensoñación, tomo sus muletas , entro a su habitación, se dejo caer en la cama, movio la cabeza en forma de negación, fruncio el ceño-  No seas idiota, no puedes enamorarte otra vez, te van a volver a herir- se dijo a si mismo Afrodita.


Le encantaba Milo, pero a la vez no quería permitirse caer en las redes del amor, el ya se había entregado en cuerpo y alma sinceramente, Radamanthis había jugado con el por dinero, aun le dolia en el alma y no quería volver a sufrir de esa manera.


-¿Por qué?¿Porque?- se preguntaba al borde de las lágrimas- Todo seria mejor si yo no fuera un anormal, dioses porque no era un hombre normal que se podría enamorar de alguna chica, porque tenia que ser homosexual, era la burla de todo el mundo- pensaba Afrodita.


En que momento después de llorar y pensar lo desafortunado en el amor se quedo dormido, bastante tiempo se estuvo martirizando con esas cosas, hasta que los rayos del sol iluminaron su habitación y con algo de pereza se retorcio entre las sabanas frotándose los ojos aun adormilados.


Se levanto y ducho para bajar a desayunar, encontrándose solo a sus tios en el comedor.


-Buen dia- saludo Afrodita.


-Buen dia Sobrino- contesto Saori con una amplia sonrisa.


- Vaya hasta que alguien se digno a desayunar con nosotros, esta bien que ya estemos viejos pero siempre es bueno desayunar en familia-  explico Shion tomando una tostada para colocarle mermelada de fresa.


-Tío discúlpeme pero anoche estaba muy cansado que me quede dormido como tronco- trato de disculparse Afrodita.


-No te preocupes Dita- contesto Saori.


-¿Y mi primo ya se fue a entrenar tan temprano?- pregunto Afrodita.


-No mi cielo, tu primito llego muy muy tarde, aun sigue durmiendo- dijo resignada la pelilavanda.


-¿Ya has ido a las caballerizas?- pregunto Shion- recuerda que tienes que escoger un caballo- le sentencio Shion.


-No tio, te prometo ir terminando el desayuno- respondio Afrodita atragantándose un poco de Sandia con miel.


-Le pediré a Mu que venga ayudarte a ir a las caballerizas- le advirtió Saori preocupada de la lesión del peliceleste.


-Pero tia… no quiero causar molestias- dijo apenado Afrodita.


-No es molestia, sabes que te apoyamos en todo, desde que tu padre Albafica falleció hemos tratado de acercarnos a ti para que no estes solo- hablaba Saori acariciándole la mejilla a su sobrino.


Tras terminar el desayuno, un joven de cabellos morados acompaño a Afrodita a las caballerizas, amablemente le estuvo mostrando los caballos que tenían para competencia.


-Mu, hay uno en especial que me gusta mucho, me recuerda mucho a mi yegua- dijo con una sonrisa Afrodita.


-mhh, ¿Cómo es?- pregunto intrigado Mu, pues prácticamente ya habían visto todos los caballos de la familia.


-Es uno blanco, que por cierto el dia que llegue se le escapo a un chiquillo pelirojo- trato de explicar Afrodita.


-Ahh ese seguro fue mi hermanito kiki, siempre se le escapa Antares- dijo rascándose la cabeza Mu.


-Si ese es, me parece que asi nombro al caballo el joven Milo- dijo emocionado Afrodita.


-Pero da la casualidad que ese caballo es de mi propiedad y no esta en venta- respondió una voz detrás de Mu y Afrodita.


Ambos voltearon a ver al dueño de Antares, Afrodita tenia enfrente de nuevo a Milo, las rodillas le temblaron y sus ojos titilaron de emoción, ahí estaba frente a el, el chico que le había quitado el sueño la noche anterior, se sonrojo levemente lo que hizo bajar la mirada para no ser evidente frente a Milo.


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